Capitulo 24 (Tercera Temporada)

-Please, mister Viviani. Be quiet please.

-I´m sorry –el muy descarado le lanzó un beso que toda la clase vio. Yo, a su lado y frito como sólo alguien que durmió tres horas puede estarlo, sólo me reí.

-And you…

-Kaulitz –señalé sonriendo con cara de drogado y con los ojos pesados.

-Kaulitz –repitió probando mi apellido en sus labios rojos-. Would you please take off your dark glasses? We are in the classroom, not at the beach.

-Sorry, Miss, but I have an eye problem.

Algunas chicas me miraron pensando que era un arrogante de mierda usando unos Ray-Ban. Pero lo que aún no habían visto era mi cara de culo. Sólo a Matt se la mostré tras su insistencia y me recomendó no sacármelas durante todo el día hasta que me echara una siesta y recuperara mi cara de galán (vale, eso último lo dijo mi subconsciente). Quizás debí decirle: I have a fuckin' problem. Pero tendría que explicar cosas privadas y la graaaan historia de mi vida.

Cuando llegué, mamá estaba durmiendo en su habitación al igual que cuando me vine al instituto. Un rincón pervertido de mi cabeza pensó “¿tan duro le dieron? Realmente el nerd tiene su encanto”, pero descarté el pensamiento ante el trauma de ver a mamá follando como yo lo hice anoche. La profesora siguió con su clase ignorando monumentalmente mi presencia y me apoyé en una mano dispuesto a pegarme una siesta, pero el timbre del descanso me lo impidió.

-¿Estás seguro de que no fumaste marihuana, bro? –preguntó Mike cuando nos sentamos a comer con nuestras bandejas en mano.

-¿Por qué?

-Traes una pinta de volado que va más con Matt que contigo –se rió Nick.

-Pfff!! ¡Qué va! Yo soy un angelito de la guarda –blanqueó los ojos Matt al verse aludido.

-Fui a una disco –me justifiqué probando el puré de papas más asqueroso que he comido. Pero con hambre, todo está bueno.

-¿Solo o con compañía?

-Solo. Porque las compañías se hacen en la pista de baile –sonreí de medio lado recordando a la tipa de ayer.

-Te tiraste a alguien y te dejó agotadísimo –concluyó Nick.

-Algo así –reí tomando de mi coca-cola.

Los tres me miraron con ojos desorbitados como si tirarse a una tía fue como meterse una zanahoria por la oreja.

-¿Qué? –les dije.

-¡¿Eres de esos?! –preguntó Matt sonriendo de oreja a oreja.

-¿Acaso creían que seguía siendo un santurrón virgen?

Miraron en distintas direcciones y blanqueé los ojos.

-Dios. La verdad es que he pasado por muchos culos. Ya está, ahora lo saben.

-De hecho yo… pensaba que eras gay –confesó Nick.

-¡Qué dices! No me haría gay ni aunque me pagasen… los chicos son apestosos, cerdos y…

-Vale, vale. En ese caso, es bueno saber que contamos contigo para salir a las discos y –hizo un gesto con una mano cerrada subiéndola y bajándola mientras elevaba las cejas rojas-… ya sabes.

-Bueno, ¿y cómo era?

-Hmm –no les podía decir el maquiavélico hecho de que la dejé  expuesta frente a las personas del baño de chicas mientras se recuperaba del orgasmo a ojos cerrados-. Lo habitual.

-¿Qué es lo habitual para ti? –insistió Mike.

-Ya sabes… tetas grandes, un culo abierto… quizás lo más cómico era que de arriba era rubia y de abajo era morena.

Los tres rieron a carcajadas y muchos estudiantes de otras mesas los observaron con la curiosidad en sus frentes.

-¡Qué descuido! –Matt limpió sus lágrimas y tomó un sorbo de su Pepsi.

-Para la próxima sácale una foto o algo.

-No repito plato –me encogí de hombros fijando mi mirada en una mesa repleta de chicas.

Y ahí estaba ella riéndose de alguna cosa femenina. ¿Acaso su padre no le mencionó que su tío había llegado en un estado deplorable a su casa? Seguramente también había encontrado a su padre y a su tío durmiendo. Sólo que uno en el sofá.

Ya no hablábamos. No desde que decidí terminar con una búsqueda sin resultados. Simplemente no había un tema que nos uniera a ambos, ni si quiera las clases. Lo más seguro es que esté decepcionada de mí debido a mi abrupta decisión, una decisión tomada con cansancio de años ante una espera eterna cuyo día final no llegaba nunca.

Se me quitó el apetito. Tras sólo dar unas cuantas cuchareadas al puré y al pollo de la bandeja, me retiré tomando conmigo una manzana verde de lo más ácida. Me excusé ante os chicos diciéndoles que debía ir a por algo en la biblioteca a sabiendas que me creerían debido a mis excelentes calificaciones. Subí rápidamente las escaleras hasta llegar a la terraza y esconderme en un rincón a dormir o tratarlo por lo menos de conciliar el sueño.

Estás terriblemente jodido, Sascha… llegas a dar lástima, enserio. ¿Quieres por lo menos cambiar esa cara de alma en pena?

¿Es posible callar la mente por algún momento? Sentía que mi mente trabajaba a mil por mucho que pensara en ovejas, números, nubes, blanco, negro, nada. Pensaba en la cara del amargado de Bill cuando lloraba en el auto por el amor de su vida. ¿”Amor de su vida”? Sí, él la llamó así ¿pero cómo puede estar tan seguro de que ella era el amor de su vida? Los humanos no son perfectos, no somos perfectos para nuestras parejas ni para nuestras familias. Todos tienen defectos. ¿Mi padre qué defecto tuvo? ¿Cuál es el defecto de la mujer que ama Bill, o que amó? ¿Qué defecto tuvo la madre de Cassandra o Tom como para llegar a divorciarse? ¿Ria es mejor que ella? ¿Y si es así, qué tiene Ria que no tenga su ex esposa?

-Aquí estás –dijo ella y abrí los ojos cansado a más no poder.

-¿Qué pasa? –murmuré somnoliento.

-Ya entramos a clases, Sascha.

-Ya.

Al ver que no me movía, se sentó a mi lado. Lo pude sentir cuando nuestras piernas se rozaron. Apoyó su cabeza en mi hombro y dio un largo suspiro.

-¿No te moverás?

-No.

-¿Qué bicho te picó ahora?

-No he dormido mucho.

-¿Por eso andas con lentes?

-Ajá. Entra a clases, no creo que esté en mis momentos más sociables ahora.

-No puedo. Estoy preocupada.

-Hmm…

-Mi padre se quedó hasta tarde esperando a mi tío. Y cuando estaba a punto de venir, vi que estaba durmiendo en el sofá. A eso súmale que estaba pasado a alcohol y cigarros.

Tal y como lo pensé.

-Anduvo de fiesta –concluí bajándole el perfil a su problema.

-No es sólo eso. Tenía manchas rojas en los ojos, y eso en mi familia es un indicio de que lloró.

-¿Y qué tiene que ver eso con tu preocupación?

-Él no llora. Creo que con suerte lloró cuando nací, pero nadie lo ha visto llorar más que mis tíos y papá.

-Quizás es por su novia o por estrés.

-Mi instinto femenino me dice que no, Sascha. Se suponía que iría a por pizza, no a tomar… ¿por qué se desvió y…?

No seguí escuchando sus preocupaciones. ¿Por qué recurría a mí en vez de a sus amigas? ¿Por qué me hablaba de repente como si no hubiese pasado nada entre nosotros y nuestra amistad siguiera intacta? Mi cabeza punzaba de una intensa jaqueca por no dormir. Quería dormir. Quería llegar a casa y dormir por unas quince putas horas. Me fugaría. Sí, eso haría para por fin descansar en silencio y comodidad. Me levanté para su sorpresa y caminé hasta el borde para ver si había alguien vigilando a estas horas en donde el sol freía a cualquier humano que viera.

-¿Dónde vas? –me siguió tratando de ver lo que yo veía sin mucho éxito ya que andaba con los lentes puestos.

-No he dormido porque estuve en una disco follando cuando vi a Bill totalmente borracho y lo llevé a tu casa. Vomitó en el camino y me explicó que vio al amor de su vida con otra persona. La llamó algo así como “extraña conocida” y lloró a mares durante todo el trayecto. Llegamos a las dos y algo a tu casa y tu padre me retuvo un buen rato mientras yo hacía lo imposible para aguantar el sueño. Llegué a mi casa a las tres y algo, y tras activar el sistema de seguridad completo me dormí a las 4 y algo. ¿Feliz? Maté dos pájaros de un tiro. Ahora déjame ir a dormir de una puta vez.

La observé sin poder aguantar el mal humor por demasiado rato. Ella me observó sorprendida con la boca abierta y parpadeando rápido. Me crucé de brazos exasperado mientras mis neuronas formulaban otra pregunta que rondaba hace rato por mi cabeza.

-¿Y a ti qué te dio por dirigirme la palabra?

Me miró ofendida y mi con su dedo (de uña pintada con esmalte negro) mi pecho.

-Lo que pasa, es que encontré que tu actitud fue cobarde. ¿¡Cómo renuncias a tú maldita búsqueda cuando has avanzado por primera vez dando zancos!?... Podemos ser hermanos o primos, sólo hay dos opciones. Pero tú te rehúsas de saber la verdad. Eres egoísta porque lo único que quiero saber yo es qué esconden mi tío y mi padre y sé que tú eres la respuesta.

-¿Entonces quieres usarme para tus propios fines? ¿Qué hay de los míos? ¿Qué pasa con las putas cosas quee mi puta familia me esconde?

-Se supone que estábamos los dos metidos en esta mierda, Alexander. No sólo tú. Así que corta el lío de que soy egoísta porque si resolvemos lo que pasó en mi familia, resolveremos lo que pasó en la tuya.

-¿Es qué no entiendes? ¿De qué manera te lo explico?... NADIE VA A CEDER. NADIE QUIERE CEDER. –modulé frente a ella quitándome los lentes finalmente.

Pero mostrarle mi rostro fuera de los vidrios oscuros, pareció distraer su atención.

-Dios mío… tus ojos están.

-Por culpa de tu tío, ¿ves?

-Tienes unas ojeras de terror, Alex…

-Bien, me voy… no estoy para soportar a alguien más por mucho tiempo.

Bajé las escaleras exasperado y más furioso que el mismísimo Hulk. Me trepé por la ventana de una enfermería completamente vacía y sin enfermeras y corrí oyendo gritos tras de mí hasta la pandereta que me separada de la libertad callejera. Salté y corrí cinco cuadras hasta introducirme entre la gente en el mismísimo centro de Berlín, en donde cada uno vivía poseído en su mundo.

Exhalé el aire que había aguantado por unos minutos, botando con él toda la mierda que había inhalado hace unos momentos atrás. Mi celular vibrara en mis pantalones pero lo ignoré completamente porque necesitaba mezclarme entre la gente, entre las personas que no conocía y que no querían conocerme. Necesitaba olvidar por unos minutos o unas horas mi nombre, mis problemas, mi sangre, mis orígenes.

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Lo siento, chicas. Parece que salió muy corto :c