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miércoles, 21 de marzo de 2012

Capitulo 28 (Segunda Temporada)


Me Hubiese encantado tener una moto para escapar en momentos como estos en donde sólo deseo que me trague la tierra. Fue Georg quien tocó el timbre a pesar de que suponía que ya todos estaban enterados de nuestra llegada, y como un acto reflejo, tomé la muñeca derecha de Gustav esperando lo que yo suponía que era lo peor. Prácticamente deseaba que me raptaran los extraterrestres para no ver aquellos rostros, pero fue demasiado tarde cuando Gordon abrió la puerta. ¿Por qué parecía estar feliz de verme siendo yo quien mintió a su familia descaradamente?

Gordon: ¡Guau! Sigues igual a la última vez que te vimos, (name).

Yo: Gracias, Gordon. La verdad es que me acabo de enterar de que vendríamos a cenar acá u me siento completamente desaliñada y empapada.

Geo: Compramos pistolas de agua para niños y jugamos en la playa.

Gordon: ¡Ahora entiendo por qué no andas tan liso Georg!… apropósito, (name). Siéntete como en tu casa y recuerda que eres bienvenida acá y siempre lo serás. Adelante, entren chicos.

Yo: (¿Cuánto tiempo sin escuchar palabras sinceras como esas? Mucho) Gracia, nuevamente. A pesar de que me sorprende estar acá luego de todo lo que pasó hace…

Xxx: ¡(Name)!

Y por lo que parecía ser la sala de estar apareció el hermano del “Innombrable”, como le habían dicho en su momento los chicos. Era imposible que Thomas cambiara desde la última vez que lo vi junto a Andrea; seguía usando camisetas que le hacían lucir sus músculos y sus trenzas negras. Lo abracé tratando de buscar fortaleza para hablar con Bill, quien seguramente debía estar cerca o por acercarse, si es que me quiere ver.

Tom: Pensé que ya te habías olvidado de lo que acordamos…

Yo: Siempre lo he tenido presente, sólo que no me armaba de valor.

Tom: ¿Y ahora sí? (dijo separándonos para verme directamente con una sonrisa en su rostro).

Yo: Bueno (dije mirando a los chicos que me observaban con rostros burlones), uso amigos tuyos adelantaron lo que yo planeaba hacer en un mes a hoy. Se supone que iríamos a cenar a no sé dónde.

Tom: ¡Ah! entonces tú eras la invitada de la que mamá hablaba.

Yo: ¿Simone? Entonces lo sabía todo.

Gus: Sip. Ella ha hecho que sea posible estar acá y que todos se despisten de nuestra ausencia.

Andreas: Y Gordon también.

Gordon: Bueno, más que nada apoyé a Simone en lo que podía.

Yo: ¿Y… es aquí donde viven?

Geo: Bueno, nosotros debemos ir a cambiarnos de ropa porque apestamos. No nos olviden, eh.

Gordon: Yo iré a ver la cena (todos se fueron dejándome frente a Tom ¿acaso ya habían planeado esto?).

Tom: Mis padres suelen venir cuando tienen vacaciones ya que no aceptaron venir con nosotros. De hecho, se irán en unos tres días por el trabajo de mamá… así que, se podría decir que Bill y yo casi siempre estamos solos.

Yo: ¿Y Andrea?

Tom: Está en una misión en Las Vegas, pero volverá pronto. Según ella es una de las últimas que tenía pendientes antes de presentar su renuncia así que acordó con su nuevo jefe terminar lo que ya tenía asignado antes de retirarse definitivamente.

Yo: Ahora entiendo por qué aún figuraba en ciertas cosas. ¿Y… tu mamá? No me ha saludado hoy.

Justo en ese momento habíamos llegado al patio trasero en donde había una enorme terraza y una piscina grande además de áreas verdes bastante coloridas y bien cuidadas. No me sorprendía mucho ya que Tom y Bill siempre han tenido buen gusto en todo. Pero el silencio de Tom me inquietó pensando lo peor a pesar de que su rostro seguía pacífico.

Tom: Bill estaba con treinta y nueve y medio de fiebre… y mamá está intentando disminuirla.

Yo: ¿Qué le pasó para que estuviera así? (murmuré un poco atónita ya que jamás he visto a un hombre, ni mucho menos a Bill con fiebre).

Tom: Georch, Gust y Andreas me dieron ochenta euros para mantener a mi hermano acá, sin salidas.

Yo: Eso ya me lo dijeron los chicos anoche.

Tom: ¿Tuviste una orgía con ellos? O__o

Yo: ¡No! ¡Qué asco Thomas! Jamás haría eso.

Tom: ¡Era broma! (dijo riéndose de mi expresión asqueada).

Yo: Y… ¿qué le pasó a Bill ayer?

Tom: Cayó en la piscina mientras bañábamos a nuestros perros y olvidó secarse y cambiarse de ropa. Ahora me culpa  de que esté resfriado y con fiebre así que no me quiere ni ver, por lo que mamá lo cuida. Así que no te sorprendas si parece estar poseso porque es normal en él.

Yo: Treinta y nueve y medio es preocupante, Tom.

Tom: Lo sé, pero prefiero que mamá lo vea. A no ser que…

Yo: ¿Qué?

Tom: ¿Sabes? Dudo que mamá baje hsta acá por el estado de Bill, así que tendremos que subir ;)

Yo: Pero no…

Tom: No te morderá ni te hará daño, así que no rechistes más.

Sé que pude haber puesto en práctica mis ataques de defensa personal cuando tomó mi codo y me arrastró con él por las escaleras dándome una vista panorámica de la casa, pero todo lo que me hacía ser una espía/asesina/perra se desvanecí l saber que estoy junto a ellos. No es que me sintiera como una adolescente hormonal e histérica, pero era como si tuviera una invitación a la puerta de la normalidad por más que ellos fueran famosos, qué contradictorio ¿no?

Pude ver una tenue franja de luz reflejarse en la pared opuesta de donde provenía, supuse que era en donde se encontraba Bill. A medida que nos acercábamos podía oír levemente una respiración jadeante y uno que otro murmullo que hacía que volviera a sentir las casi-muertas y olvidadas mariposas en mi estómago y mis pulsaciones aceleradas e incontrolables… y todos esos síntomas se reducían a una palabra, no, a un nombre. Bill Kaulitz Trümper.

Tom: Espérame acá. Iré a buscar a mamá para avisarle de tu llegada (dijo a lo que sólo asentí).
Tras quedar sola y casi a oscuras en el pasillo, no deparé en la pared que afirmaba mi espalda para no perder el equilibrio, ni mucho menos en las gotas saladas que corría por mis mejillas, sino que sólo escuchaba ese jadeo hiriente que provenía de la rendija que se encontraba frente a mí por la cual entró Tom. Me sentía tan culpable del estado de Bill que inconscientemente evalué las posibilidades de huir por una ventana como cobarde… si no hubiese aceptado la llamada de Gustav y Georg, seguramente estaría acá en Los Ángeles sin irrumpir en la familia de los gemelos y la banda.

Xxx: (Name)… (Murmuró aquella voz tan acogedora que me recordaba a mamá).

Yo: Oh… lo siento Simone. Todo esto es únicamente mi culpa, y la verdad yo…

Me sorprendió recibir un abrazo acogedor de su parte. Si, era como sentir a mamá consolándome tal y como lo hacía durante mi corta niñez rosa. ¿Cómo era posible que Simone no me odiara tras huir de las conexiones que me guiaban a su hijo? ¿Es posible tener un corazón así de grande como el de ella?... me sonrió y yo sólo pestañeé ante la sorpresa. Simone respiraba calma y paz, todo en ella irradiaba felicidad.

Simone: No debes disculparte… Bill es quien se olvidó de secarse luego de la piscina y ahí ves los resultados, cariño.

Yo: …Gracias, Simone (dije separándome de ella para limpiar los restos de lágrimas en mis mejillas a pesar de que éstas aún caían sin parar). ¿Cómo está él?

Simone: La fiebre ha bajado a treinta y ocho y medio… ahora se estaba quedando dormido.
Yo: …Yo… no sé si entrar y…

Simone: No te preocupes, está dormitando y no diferencia la realidad del mundo onírico. Sé que quieres ver cómo está, (name). Ve y entra, que estás en tu casa.

Yo: Muchas gracias.

Simone: ¡Ah! Bienvenida a Los Ángeles. Y te espero en diez minutos abajo para cenar junto con Tom (dicho esto, desapareció por el pasillo dejándome frente a la puerta).

Sin embargo, no quise acercarme en esos diez minutos ni mucho menos cuando Thomas me llamó desde esa habitación… y es que mi llanto brotaba por mis mejillas sin mi consentimiento cada vez que me proponía entrar por la puerta frente a mí. Fue Gustav y Tom quienes me acompañaron al baño y ayudaron a secar mis mejillas ya que yo ni reaccionaba producto de los jadeos que escuché y que seguían revoloteando por mis oídos como una melodía contagiosa. Luego de sentarme en el borde de la bañera siendo observada por ellos, pude calmarme y dejar de hipar, quitándome el velo insensible que me cegaban de la realidad.

Tom: ¿Ahora estas mejor? (murmuró atento a mis expresiones).

Yo: No quería verlo así a pesar de ser una tonta fiebre.

Gus: (Name) no es tu culpa. Además, está disminuyendo de a poco su temperatura.

Tom: ¿Ves? No va a ser la última vez que Bill se enferme, ni tampoco es la primera. No te culpes, porque fue él quien se cayó a la piscina y se quedó con la ropa húmeda puesta.

Yo: Es que… ¿Y si me odia?

Tom: ¡Pff!

Gus: Sabes que no es así. No seas terca… él es quien te ha esperado desde el día en que te fuiste.

Tom: Si. Además, ya estás acá. Y debes cumplir tu parte de la promesa.

Yo: Hablar con Bill y pedirle mi diario (dije sorbiendo mi nariz y blanqueando mis ojos tras escuchar esas palabras cansadoras).

Tom: ¿Entonces? Hablen. Aclaren sus diferencias y empiecen de cero… ¿tan difícil es eso?

Yo: ¿Y acaso crees que tu hermano va a querer hablar de esto sin antes echarme de su casa?

Gus: Eres la invitada de Simone, y por eso no puede.

Tom: Y también mi amiga ;-)

Yo: No me gustó oír a Bill así, Tom. Fue… horrible.

Gus: Nadie dijo que tener fiebre era una de las mejores cosas del mundo.

Tom: Fue mala idea llevarte con él tan precipitadamente… debí suponer que reaccionarías así tras sólo escucharlo.

Yo: No, está bien. Ni si quiera yo supe que reaccionaría así. No me controlé.

Cuando me tranquilicé completamente y mi rostro ya no tenía pequeñas manchas rojas en mis mejillas de tanto llorar, Tom me llevó a su cuarto y me pasó un pantalón de Andy (que me quedó demasiado ajustado a pesar de que ella era una talla más grande que yo) y una camiseta vieja de él para que me cambiara a algo que estuviera más seco que lo que traía puesto, y luego bajamos con los demás para cenar. Prácticamente pude saber lo que pensaban con sólo ver sus caras mirándome arrepentidos, pero traté de sonreír lo que más pude y decirles que ya me encontraba bien y que no se preocuparan. La cena consistía en prácticamente un banquete sobre la mesa de roble; había sushi, pizza, pollo asado con aliños típicos de Alemania, aderezos, entre otras delicias que hacían que mi estómago brincara de felicidad… no comía desde la mañana.

Simone: Quise preparar muchas cosas porque no recordaba tus gustos (se excusó con una sonrisa).

Yo: No se preocupe, Simone. No hago dietas ni nada por el estilo, de hecho me gustan muchas cosas que tengo frente a mí.

Geo: Si te comes todo, engordarás y no entrarás al auto porque reventarás los neumáticos con tanto peso xD

Yo: No creo. Una vez comí seis hamburguesas y mantuve mi peso intacto e_e así que no seré una bola de grasa ;)

La cena no se hizo tan incómoda como pensé ya que fue un conjunto de bromas y risas que me hacían sentir como si estuviera en mi casa. Gordon y Simone me preguntaban de lo que había hecho durante este último año y todos escuchaban atentos mi relato (omití la parte de mi problema con las drogas porque era algo muy vergonzoso como que se enteraran), incluso les mostré el tatuaje y todos se sorprendieron a excepción de Toma, quien ya lo conocía… quedaron tan maravillados que Simone le sacó una foto para pintarlo en cuanto llegara a Alemania. Por otra parte, vi el nuevo y primer tatuaje que Tom se hizo, “06:20” era la hora en la que nació, y mencionó que si gemelo tenía si hora en la otra mano junto a lo que parecía ser un tatuaje en toda su mano, y por supuesto también vi su nuevo piercing en el labio, comentándome que el video de cuando se lo hizo lo publicaron en su aplicación para Android Market y Apple Store. Luego de tanta insistencia por parte de Geo y Tom, compré la aplicación en mi Smartphone y vi algunas fotos, pero no podía seguir con rodeos por  mucho tiempo… por muchas distracciones que tuviera, sabía que debía subir las escaleras y verlo.

Yo: Discúlpenme pero… creo que debo subir (dije observando el enorme patio en el que me encontraba).

Tom: ¿Quieres que te acompañe?

Yo: Prefiero hacer esto yo sola, Tom. No te preocupes, estaré bien.

Simone: Cualquier cosa nos avisas, cariño.

Yo: Ok. Gracias Simone.

Abandoné el patio dirigiéndome a pasos agigantados hacia las escaleras, y subiendo éstas de dos en dos con el corazón latiéndome a mil por hora cuando me encontré frente a la puerta que me separaba de Bill. ¿Acaso este momento sería guardado como un antes y un después en mi vida? ¿Cuántas veces deseé tener la oportunidad de verlo y decirle cuánto lamentaba haberle mentido? Lo añoré un montón, y si hay un Dios, sólo él lo puede saber… ¿cómo una persona puede significar tanto para ti en menos de un año? ¿Qué hizo conmigo? No hay tiempo para respuestas, no ahora cuando todo lo que me importaba era verlo. Giré la manilla de su puerta abriéndola lo suficiente como para entrar, bajando mis paredes mentales esperando cualquier cosa. Mi respiración se llenó de él, de aquel aroma adictivo e indescriptible que se convertía en mi nueva forma de oxígeno, en mi olvidada droga. Si habitación era grande, con un escritorio en donde había una foto enmarcada de él y su gemelo entre otras cosas… y es que no me quería fijar en muchos detalles.

Pude sentir nuevamente una ola de lágrimas nublarme la vista y a mi corazón vivo al verlo en su cama… era Bill, ¡era Bill! Era el chico que salía en todas mis conversaciones de cada día, quien me hizo llorar meses y me debilitó en un abrir y cerrar de ojos… era quien me enseñó a ver mi vida de un modo diferente, quien hizo que me sintiera viva después de tanto tiempo, y quien me enseñó a amar.

Me arrodillé frente a su cama, admirando a aquel que me cambió, al que me hizo más humana. Seguía siendo el mismo, el chico de Las Maldivas… aquel de labios cálidos y protectores, de ojos brillantes e hipnotizadores… aquel a quien me rendí. ¿Poe qué me hacía sentir tan vulnerable? ¿Por qué por más que lo intenté no pude dejar de amarlo? ¿Por qué se fijó en mí habiendo tantas chicas en el universo que son mejores que yo? Quería su perdón, quería que me mirara a los ojos y me dijera que todo estaba bien… deseaba que me nombrara cien veces y me abrazara hasta que mi respiración cesara. Necesitaba de él ahora que lo veía a menos de un metro de distancia.

Yo: Bill… (Susurré secándome imposiblemente las lágrimas ya que seguían brotando haciendo que parpadeara repetidas veces).

Xxx: … Extraña… mi extraña conocida… mi (name)… mi Invasora.

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Hallo Gurls!!! Traté de subirles durante toda esta semana ¡se los juro! pero por vez que escribía un poco en el notebook, me quedaba dormida -.-  

Aún así hoy he cumplido y les dejo este cap. para que queden con ganas de leer más!! muahajajajajajaja..... >:)

Muchas gracias por todos los comentarios hermosos que han escrito tanto en el chat, como debajo de cada capitulo, enserio se los agradezco porque hacen que me auto-obligue a pensar en cómo seguir y tener más ideas no antes vistas en otros fic.

Bien... el próximo capítulo será raro pero tierno (¿?)  y aún no sé cuando se los subiré pero trataré de no demorar mucho a pesar de que la próxima semana tengo como mil evaluaciones u.u

Kusses sabor a Bill Kaulitz con sus brazotes jugando tenis *¬*


Bye//Bye







lunes, 12 de marzo de 2012

Capitulo 27 (Segunda Temporada)


Yo: Haber si entendí. Le dijeron a Thomas que irían a comprar cosas para realizarle una broma a Bill.

Geo: Ajá.

Yo: Y tuvieron que darle ochenta euros para que lo mantuviera en la casa y no saliera por hoy a ninguna parte y así no nos viera por en el centro comiendo helados y paseando.

Andreas: Porque si él te ve, le dará un infarto y ni puede morir porque es el vocalista.

Gus: Exacto.

Yo: Y lo de la broma fue una mentirilla para que fueran a buscarme al aeropuerto.

Andreas: Sip.

Geo: Aunque debo decirte que me dolió gastar ochenta euros en ti u.u

Yo: ¡Aw! Son tiernos… no te preocupes Geo que te los devolveré ;)

Geo: *-* Gracias (name) eres la mejor… después de mi novia y mi madre, claro.

Yo: No hay de qué Geo… pero hay algo que debo aclararles.

Gus: ¿Qué cosa? ¿Que Georg es hermafrodita o un travesti infiltrado en una banda de rock?

Andreas: ¿O que Georg es el doble oficial de la chica del comercial del shampoo L’oréal?

Geo: ¬.¬ ja-ja…

Yo: Jajajajajajajaaaa… no sabía que eras un travesti con cara de doble, Geo. Pero no… no es eso.

Gus: ¿Se trata de Andreas? xD

Andreas: ¿O de Gustav? ¬.¬

Yo: Quiero aclararles que hace un año que no veo a Bill y que las cosas terminaron mal entre nosotros, pero a pesar de eso no creo que sea tan dramático volver a verlo. Le pediré mi diario y me concentraré en mis estudios. Pero no es necesario que tengan que encerrarlo en su casa, porque él está en todo su derecho de salir y divertirse con quien quiera.

Gus: …

Andreas: ¿Pero aún lo quieres?

Yo: No puedo dejar de querer a una persona que revolucionó mis hormonas en tiempo récord.

Geo: ¿Y lo amas? Porque es grande la diferencia entre querer y amar.

Yo: ¿Amar? Yo… no lo sé.

Gus: ¿Entonces quién sabe? Y no me salgas con cuestiones filosóficas.

Yo: Primero debemos aclarar las cosas, chicos.

Andreas: ¿Y si te digo que él no puede olvidarte?

Yo: … no quiero seguir hablando de esto.

Gus: Ok.


NARRA TOM

Yo: Ya te dije, Bill. Ayer te encerré porque quería pasar más tiempo contigo, sólo eso.

Bill: No sirves para mentir, Tom. ¿Qué hubiese pasado si huyo?

Yo: Llamo a nuestros guardaespaldas o al FBI.

Bill: ¿Y crees que Mike me detendría?

Yo: ¡Oh vamos!… reconoce que ayer igual te pude divertir viendo películas y videos graciosos, jugando play y bañando a nuestros perros.

Bill: Pero me hubiese divertido más si como consecuencia no estuviera resfriado por tu culpa, idiota.

Yo: ¿Mi culpa? Scotty fue quien hizo que resbalaras y cayera a la piscina, no yo.

Bill: Yo fui quien te dije que lo tomaras mientras buscaba su shampoo de perros.

Yo: ¡Pero no soy un pulpo para tomar mil perros a la vez!

Bill: ¡Por algo debe ser que cada uno tiene correas!

Xxx: ¿Otra vez peleando?

Mamá acababa de llegar del Walmart junto a nuestro padrastro irrumpiendo nuestra discusión/pelea/pleito/debate o como deseen llamarle. Miré a Bill cuyos ojos estaban cristalinos y sus labios partidos debido al resfrío con el que amaneció. Ahora, como consecuencia, tendría que tomarse toda una semana de descanso para recuperarse y luego seguir grabando las canciones que quedaban pendientes. ¡Oh! Y ni hablas de Georg, Gustav u Andreas que parecían haber desaparecido de la faz del planeta, ¿no se supone que irían a comprar cosas para gastarle una broma a mi hermano pequeño?

Yo: No te preocupes, mamá. Ya terminamos de arreglar nuestras diferencias.

Bill: No mientas, Tom.

Yo: No te estoy mintiendo. No sacas nada refregándome en la cara que todo fue mi culpa cuando ya estás resfriado.

Bill: ¿Tanto te costaba reconocerlo?

Yo: Sólo porque vi el lado positivo… tendrás una semana de descanso.

Bill: No es tan divertido, tendré que pasar todo el día en cama.

Yo: Qué daría yo por eso.

Mamá: ¿Bill ya tomaste tu temperatura?

Bill: Nop e.e

Mamá: ¿Y qué estás esperando? Ve a buscar el termómetro de mi pieza y te lo pones.

Bill: Pero…

Mamá: Anda (dijo dando su primera cara de advertencia).

Gordon: Yo que tú, mejor obedezco en silencio, hijo.

No me quise reír delante de mi gemelo a pesar de que él sabía que me aguantaba las carcajadas. Andrea se encontraba en una misión en Las Vegas en donde debía recuperar un collar de cien perlas y matar al ladrón de éstas, por lo que sólo esperaba recibir una llamada de ella diciéndome que venía en camino. Sé que estoy saliendo con una persona cuya reputación es de las peores, pero tampoco podía dejar ir a una chica tan perfecta que llegábamos a congeniar en la mayoría de las cosas.

Yo: ¿Alguien sabe algo de Georch, Gustav y Andreas? Anoche no fueron al estudio porque pidieron el día libre.

Mamá: Llamaron anoche y dijeron que volverían esta tarde.

Yo: ¿Dónde están? ¿En un motel?

Gordon: Algo parecido. Pero no te preocupes, que están todos felices.

Mamá: ¡Ah! Gordon, para la cena podríamos encargar sushi.

Gordon: ¿No crees que sería demasiado? No creo que coman tanto.

Mamá: Por los chicos no me preocupo ya que comen todo tipo de cosas que les dé, pero no sé si ella esté a dieta o le guste mi comida, por eso quiero preparar una cena variada.

Yo: ¿De quién hablan? ¿Quién vendrá a cenar con nosotros?

Mamá: (Ambos se sonrieron con miradas cómplices y me miraron despreocupadamente) Hoy vendrá una gran amiga de nosotros, decidí invitarla a cenar ya que debemos ponernos al día en lo que ha sido de nuestras vidas. En especial de la suya.

Gordon: Te caerá bien, hijo. No es como las aburridas vecinas de tu madre que venían con remeras para que las firmaran ustedes. En realidad, ella ni tiene hijos.

Yo: ¿Una solterona?

Mamá: ¡THOMAS!

Gordon: De hecho es joven y hermosa.

Yo: ¿No me dirán su nombre por lo menos?

Gordon: Si te lo decimos, ya no será sorpresa.

Yo: ¡Oh vamos! Soy bueno guardando secretos.

Mamá: Aún así, no quiero decirte su nombre hasta que la veas.

Mientras yo pensaba en quién era nuestra misteriosa invitada, imaginando que tal vez se trataba de una solterona operada y estirada hasta quedar sin sonrisa, Bill venía bajando por las escaleras con su piel un poco más pálida concentrándose la calidez en sus mejillas y boca… mejor conocido como fiebre. Y quizá por eso andaba un poco irritable hoy o quizás era falta de encuentros sexuales ;-)

Yo: ¿Fiebre?

Bill: Ja-ja… lo sabes y preguntas.

Gordon: ¿Qué tanto?

Bill: ¿Es malo treinta y nueve y medio?

Mamá: ¡Bill estás ardiendo en fiebre! Acuéstate y en seguida voy a tu pieza con alguna pastilla para bajarla.

Bill: Pero yo…

Mamá: Que te acuestes. No contradigas a tu madre, Bill Kaulitz.

Bill: ¡Hash! Está bien ¬.¬ (me miró recalcándome la culpa que yo no sentía y tras ver mi expresión, se enojó un poco, sólo un poco) ¡Y TÚ QUÉ MIRAS TRENZUDO DE MIERDA!

Mamá: ¡A la cama Bill! AHORA.


NARRAS TÚ

John: Le recomiendo no pertenecer a las actividades extracurriculares ya que quitan el tiempo de estudio y las personas se transforman en lo que vulgarmente se les llama “cabezas huecas”. Viernes, sábados y domingos, no hay clases a excepción de los deportistas, y de vez en cuando se realizan visitas a hospitales psiquiátricos dependiendo de las unidades que se vayan presentando. Y para aprobar cada semestre, debe pasar el 80% de todos sus ramos, sin incluir los optativos. Su horario y especificaciones están dentro de la carpeta que está en la bolsa que le acabo de pasar, y sus clases empiezan en un mes más, pero no se preocupe de ser la nueva ya que en primer año todos lo son. ¿Preguntas?

Así de presuroso era al hablar John Findlay, el jefe de carrera con más de treinta títulos en todo lo imaginable e inimaginable. Incluso su cabello blanco y recogido en una cola que le daba un aire de gran pensador del siglo pasado, parecía ir con su perfil… ¿relajado? Sólo al caminar por los pasillos, pero parecía tener una cierta obsesión al jugar con los botones de sus muñecas o con su reloj Q&Q bañado en oro. Sin embargo, su personalidad parecía implementarle ciertos aires de locura y drama, una rara mezcla que casi nunca noto en las personas de su edad.

Yo: Me llama la atención que no me haya preguntado sobre asuntos familiares y personales.

John: Sé la personalidad de las personas con solo ver su letra, su firma y su apariencia.

Yo: ¿Y qué le dijeron de mí esas tres cosas?

John: ¿En realidad desea saberlo?

Yo: A veces puedo ser muy curiosa, señor Findlay.

John: Tenga cuidado, señorita (tu apellido). Que la curiosidad mató al ratón.

Yo: ¿Tan malo fue lo que supo de mí?

John: Esclava de tus enemigos, muchos lutos en los hombros, inteligencia admirable, astucia increíble, control de situaciones adversas, traumas psicológicos… ¿quiere que siga?

Yo: Y si sabe que mis defectos son graves, ¿por qué sigue con esto?

John: ¿Nunca ha analizado el comportamiento de Hannibal Lecter? A veces los peores son los más inteligentes, y no le digo que usted es la peor, sino que puede que no sepa cuán talentosa es. Supongo que ya ha analizado mi comportamiento, ¿verdad?

Yo: ¿Cómo…?

John: No todos empiezan su análisis inmediatamente. Sin embargo, sólo han sido dos las personas que lo han hecho, usted y otro estudiante que ya se ha graduado hace unos años atrás. Espero que no me defraude en estos años, señorita (tu apellido). Y bienvenida a lo que será su segundo hogar, por así llamarlo.

Ingresar es fácil, permanecer es el reto. Seguramente el señor Findlay ya sabía cuán asesina era o cuán loca estaba, pero todavía tenía esa duda de aceptarme en la carrera a pesar de que no podía haber psicólogos en el mundo que tuvieran neurosis o restos de ella. La universidad, era grande y parecía un laberinto, por suerte me habían entregado un mapa del área de salud en donde se encontraba mi carrera. Tenían un estacionamiento para el alumnado y muchas áreas verdes con fines recreativos, pero lo mejor de todo era que cada estudiante parecía estar en su propio mundo (a excepción de los deportistas que gritaban estupideces por los pasillos como si estuvieran aún en la secundaria). Quizás ésta sería mi primera interacción oficial con personas de mi edad cuyas personalidades no se relacionasen con asesinos en serie, ni ladrones cautelosos o estafadores expertos.

Yo: ¿Quién fue la otra persona que también lo analizó inmediatamente?

John: Uno de los mejores estudiantes que he tenido. Erik Azov.

Qué pequeño es el mundo, ¿por qué Erik no mencionó que había estudiado en la misma universidad que yo? Azov, era su apellido oficial a pesar de haber entrado a la mafia con un apellido polaco para proteger su verdadera identidad. Jamás imaginé que Erik llegara a estudiar psicología justo en esta universidad… quizás por esa razón se le hacía más fácil distraer al enemigo y deducir su carácter.

Luego de entregarme el horario de mis clases, me senté afuera a esperar a Gustav. La noche pasada se quedaron a dormir en mi habitación del hotel contándome las tonterías que habían hecho durante todo este tiempo que no había estado con ellos, llamando a números desconocidos, pidiendo pizza y sacándonos fotos ridículas con nuestros teléfonos celulares. Claro que por razones de tiempo, tuve que reservar otra noche más en el mismo hotel para buscar un departamento… y eso era lo que haría ahora. A los cinco minutos de haber llamado a Gustav, vi el Jeep de ayer llegar con el volumen de la radio muy alto en donde pasaban una canción de Blink 182, al parecer también los chicos (Geo y Andreas) estaban ahí y me llamaban desde adentro.

Yo: ¿Qué…?

No, no estaban ebrios como pensé al acercarme. Gustav bajó el volumen a un nivel moderado y los chicos se calmaron al adentrarme en el asiento del copiloto junto a Gus a pesar de que los demás seguían cabeceando en silencio la canción mientras les resumía todo lo que había dicho el profesor Findlay y Gustav realizaba una que otra pregunta.

Tras comprar un periódico local, advertimos en muchos departamentos en venta y algunas casas, pero no me serviría de nada comprarme algo grande si iba a estar sólo yo. Visitamos algunos sectores residenciales revisando sus pro y sus contra hasta dar con el departamento perfecto; dos dormitorios (cada cual con su baño), una cocina hermosa y espaciosa, y una sala de estar grande con vista hacia la costa. Inmediatamente cerré el negocio con el dueño y el departamento ya me pertenecía, sólo debía comprar los muebles que necesitaba y viviría cómoda en él.

Gus: Bien, ahora que tienes departamento debemos ir a buscar tus cosas al hotel y luego prepararnos para la cena de esta noche.

Yo: Pensé que sería en mi nuevo departamento.

Geo: ¡Naaah! Ya tenemos reservación en otra parte.

Andreas: ¿Te parece si mañana vemos lo de tu motocicleta?

Yo: Bueno. Oye ¿y tu sesión fotográfica?

Andreas: Resultó ser que la corrieron para esta mañana así que mientras tú estabas en la universidad, yo fui a trabajar.

Yo: Aps.

Gus: ¿Te parece si mañana vemos el asunto de tus muebles? Además, tienes hasta la tarde de mañana para sacar tus cosas del hotel e.e

Andreas: ¡MIREN AHÍ VENDEN PISTOLAS DE AGUA! *o*

Yo: Quiero una *-*

Geo: Se nota que no tuvieron infancia.

Compramos las pistolas más grandes para cada uno a pesar de las miradas que recibíamos, y por un pequeño coqueteo con el dependiente que era como de nuestra edad, pudimos cargarlas con agua. Como en las calles no está permitido hacer desorden, fuimos a la playa, en donde lo único ilegal era fumar y tomar. Al principio, mi pistola no funcionaba por lo que los chicos me empaparon completamente hasta que pude habilitar mi arma de juguete. Los mojé en sus pantalones (para que la gente pensara que no habían alcanzado a llegar al baño xd) y sus camisetas con dibujos geniales… ¡ah! y a Georg su pelo ultra liso.

Cuando se nos acababa el agua, comprábamos botellas de cinco litros de agua a pesar de ser un desperdicio siendo que teníamos el mar a metros de nosotros… pero lo ejor fue que las personas que pasaban aplaudían y algunos nos grababan o se rieron cuando Georg en venganza por mojar su alisado perfecto, me alzó en vilo y los demás aprovecharon de mojarme por todas partes.

Yo: Esto es un empate (dije cuando íbamos todos empapados a cenar a no sé qué parte).

Geo: No, no, no. Aquí no hay empates, nosotros ganamos y tú perdiste :P

Yo: ¡Por favor! (me mofé estrujándome el pelo con la ventana abierta) ¿tres contra uno? ¿qué tipo de justicia es eso?

Gus: La de nosotros xD

Andreas: No te preocupes (name), podrás ganar en otra oportunidad…

Geo: Si es que puedes, claro.

Gus: Y si nos pillas desprevenidos alguna vez, porque estás hablando con los mejores ;)

Andreas: O simplemente reconoces que perdiste y dejamos esto hasta acá.

Geo: ¿Ves que somos buenos amigos? Te damos opciones para que no te sientas mal.

Yo: No se preocupen, ya sabré cómo manejarlo.

Gustav estacionó en un sector privado (demasiado privado para mi gusto) con inmensas casas que se veían lejos de sus entradas principales, fácilmente podrían ser una mini-mansiones pero reconozco que eran hermosas. Prácticamente no había gente en las calles ni autos estacionados en la orilla de las éstas, pero los que estaban ahí eran de lo más lujoso que existía. Georg marcó un número en su celular y sólo dijo “llegamos”… sólo eso bastó para que los portones se abrieran ante nosotros y dejaran ver una casa de dos pisos grande y preciosa.

Yo: ¿Qué lugar es este? No parece una pizzería o un restaurant.

Andreas: Ya verás.

Gustav estacionó junto a un jardín lleno de flore y nos bajamos. Algo de mí, presentía saber dónde estaba pero era como si yo no quisiera reconocerlo. Puede ver luces encendidas desde el interior de esa casa tanto en el primer como en el segundo piso; nos acercamos a la puerta y los chicos se pusieron frente a mí con rostros afligidos… ¿acaso era cierto lo que mi intuición me decía? No tenía ningún punto de referencia que me diera la seguridad de estar en lo correcto, sólo tenía los rostros de Geo, Gus y Andreas.

Gus: No hicimos ninguna reservación, (name). Pero hay ciertas personas que quieren verte y hablar contigo.

Andreas: La verdad es que no queremos que te lo tomes mal porque tarde o temprano tenía que pasar…

Yo: Esto es una broma de muy mal gusto (murmuré tratando de relajar mis pulsaciones).

Geo: ¡Oh vamos!” ¿Cuánto querías que pasaran? ¿Años, siglos o milenios?

Andreas: Recuerda que tiene tu diario.

Yo: ¡Pero ésta no era la forma de hacerlo!

Gus: ¡Hey tranquila! No muerde… además estrás con nosotros.

Yo: … (¿Cómo negarse a esos rostros tan inofensivos?) Está bien. Lo haré sólo porque no quiero pelear con ustedes.


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Hallo Gurls!!!  lo siento mucho, mucho, mucho por la demora del capitulo... pero la semana pasada entré a clases (¡mi último año en el colegio wow!) y la verdad es que he llegado cansada cada día. ¿Los profesores disfrutarán viendo nuestras caras de orto cada día? e.e

Bien, el próximo capítulo ya está hecho y creo que es realmente emocionante... a pesar de que no sirvo para crear reencuentros. De hecho, tuve que ver un par de películas antiguas, viejas, nuevas, etc. para inspirarme y ver las reacciones que habrán xD

COMENTEEEEEEEEN!!!!... y muchas gracias a los comentarios del capítulo anterior, siento ke me dejan sentada en el Everest cada vez que los leo a pesar de ser ésta mi primera y única fic. C:


Kusses sabor a menta :)


Bye//Bye

Pd: Proximamente, si no tengo muchas tareas, subiré el próx capitulo :)