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jueves, 18 de octubre de 2012

Un pequeño adelanto de la Tercera Temporada


-¿Era hippie?

-No.

-Ah… ¿a qué te refieres con sentirse normales, acaso no lo eran?

-Pertenecíamos a diferentes mundos, cariño.

-¿Era de la realeza?

-Simplemente pertenecíamos a mundos opuestos. Ahí sí que no insistas.

-Pero si sigue vivo, cosa que no sé realmente… ¿no has intentado contactarte con él?

-No. Quizás ya tiene a otra familia o es feliz… además, no sacaría nada llamándolo cuando nada nos falta y somos felices con o sin él.

-Eso es verdad. El viejo ya es parte del pasado y no  me interesa mucho el tema de tenerlo cerca o no… a fin de cuentas la costumbre es una constante en la vida -¿desde cuándo tan maduro, Sascha? Ni yo sabía de dónde sacaba tanta seguridad en mis palabras, tampoco sabía si creerlas a o no.

-Me recuerdas a él.

-¿Por qué?

-Eres llevado a tus ideas.

-¿Acaso tú no?

-Quizás no en el mismo aspecto que él.

Paré de dibujar. El retrato estaba medio terminado y sólo me hacía falta retocar algunos aspectos de la luz y la sombra. ¿Qué pasaba con ella? ¿Aún no olvidaba al responsable de los espermatozoides? La observé pero ella no me miraba, más bien, parecía estar recordando cosas que seguramente extrañaba a juzgar por su triste sonrisa.

-Está acá, ¿verdad?

-¿Quién?

-Mi padre –me dirigí a la llave del agua fría con un vaso en mano para llenarlo con agua antes de perder la cordura frente a ella. Frente a mí, en la ventana, podía ver su reflejo en donde refregaba su rostro con ambas manos en señal de cansancio. Un agotamiento de años.

-¿Qué sacas sabiéndolo?

-¿No quieres que lo conozca?

-No quiero que sufras, cariño.



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Bien, antes de hacerles esperar un poco por el próximo capítulo, decidí recompensarlas con un peueño trozo de la próxima temporada y alivianarles la espera... o eso creo.

Bye//Bye



martes, 16 de octubre de 2012

Capitulo 41 (Segunda Temporada)


NARRA ANDY

A veces dicen que debes seguir tus propios instintos frente a situaciones decisivas, al fin y al cabo los humanos son animales con la capacidad de razonar. ¿Qué pasaba cuando deseas algo que us instintos prefieren alejar de ti? ¿Qué es mejor ara seguir… tus deseos, o tus instintos? El deseos de la Invasora era mantenerse vigente hasta no poder más, pero estoy segura de que sus instintos decían que lo mejor era renunciar y permanecer formalmente en el mundo normal junto a Bill. Sin riesgos. Sin muertes. Sin sangre. Sin armas de por medio.

El hermano menor por diez minutos de mi novio, ha estado casi dos días enteros mordiéndose las uñas, callado, ausente y pasándose por su cuarto como león enjaulado, tal y como hace un tiempo atrás en la misión fallida de (name). Thomas trataba de mantenerlo ocupado y distraído de sus propios pensamientos para que el tiempo de espera se le pasara más rápido. Simone y Gordon no sabían nada de esto para que no se alarmaran frente a una situación en donde quizás (name) no saliera vencedora.

El riesgo era demasiado; policías, guardaespaldas, la seguridad del hotel, cámaras de vigilancia, y muchas personas presentes hacían que el peligro aumentara y que todo se pusiera en contra de ella y Erik. Pero era terca e insist{ia hasta conseguir su objetivo aunque le costara las extremidades o su propia vida.

Xxx: ¿Qué lees? (susurró en mi oído tras depositar un suave beso en mi hombro).

Yo: Dalia Azul de N. Roberts (le mostré la portada en donde una flor acaparaba toda la atención). Pensé que estabas durmiendo, Tom.

Tom: La cama está fría sin ti.

Yo: Activa la calefacción o duerme en la casita de tus perros (bromeé viendo sonreír tras un puchero).

Tom: Vamos, es tarde Andy. Por las mañana tienes clases en el hospital y luego un examen. No puedes desvelarte.

Yo: Estoy bien, Tom. Es sólo que…

Tom: Que estás preocupada por (name), ¿es eso?

Yo: (Sonreí avergonzada al tiempo que él tomaba el libro dejándolo junto a los cojines del sillón para abrazarme) Mmhhm… es demasiado peligro para una sola persona.

Tom: Pero está con Erik y esos hackers ñoños.

Yo: También estaba con Erik cuando terminó violada, Tom.

Tom: Deberías confiar más en ella, amor. Estamos hablando de la Invasora que tanto desean tener otras mafias. Ella se maneja en el tema de la acción.

Yo: En las mafias no te lo enseñan todo. Yo aprendí más cosas en las misiones que en los entrenamientos mismos.

Tom: Eso es supervivencia, Andy. Instinto puro.

Yo: (Solté un bostezo y Tom me recostó en el sofá con mi cuerpo sobre él y sus manos masajeando suavemente y con un ritmo pausado mi espalda)… Ojalá estén…

No alcancé a terminar mi  murmullo cuando el teléfono comenzó a sonar haciendo eco por las paredes y retumbando cada tres segundos esperando nuestra atención. Miré a Tom y él a mí. Se supone que ellos volverían esa misma tarde y que nos llamarían cuando estuvieran entrando en Los Ángeles. Corrí antes de que dejara de timbrar y tras asegurarme de sentir aún a Tom pendiente de mi, levanté el auricular abierta ante cualquier posible incidente, pero con el corazón retumbando fuertemente en mi pecho.

Yo: ¿S-Si? (murmuré. Al otro lado de la línea podía oír una respiración agitada y los neumáticos sobre el asfalto).

Xxx: ¿Andy?

Yo: Sip.

Xxx: Soy Erik. Perdón por llamarte a estas horas. Vamos de regreso y…

Yo: ¿Están bien? (escuché un murmullo al otro lado y un sonido extraño)… ¿qué fue eso? Erik, dime dónde estás.

Erik: Cruzando el centro y… bueno, camino a tu casa casi sobrepasando los límites de velocidad. La misión fue todo un éxito sólo que…

Yo: ¡Mierda Erik por Dios! Concéntrate en decirme o te irá mal cuando llegues hasta la casa de los Kaulitz porque no estoy en la mía.

Erik: A (name) le inyectaron la droga de la violación y ya terminó de vomitar todo lo que tenía pero sigue con las malditas arcadas, y esta vez tiene fiebre y… estamos heridos. Ella más que yo.

Yo: Deberían ir camino a un hospital (rezongué algo molesta pero aliviada de saber que estaba a unos kilómetros).

Erik: Sabes que no puede entrar a lugares públicos. Además se supone que son amigas y…

Yo: Ok. Vale. Ya entendí el mensaje… enviaré una señal tu GPS para que sepas dónde es.

Corté demasiado concentrada en improvisar una sala de sanaciones tanto para Erik como para (name) y tras enviarle una señal a su móvil, apagué el mío. Le dije a Tom que (name) estaba herida y que venían en camino debido al estado casi ilegal  de ella, éste dijo que lo mejor sería dejar que Bill duerma y no alarmarlo. Me ayudó cubriendo el sofá con unas sábanas viejas mientras yo traía un botiquín de emergencias esperando a que eso bastara con las heridas. En cuanto a la droga, no me quedaba más solución que darle agua o algo líquido para que recuperara lentamente su temperatura corporal y la visión. La sala de estar pasó a ser un mini hospital improvisado justo en el momento en el que Erik ingresó a la casa con (name) en sus brazos.

A escena me recordaba a las películas de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados llegaban a las fortalezas escondidas con unas heridas mortales y sus cuerpos ensangrentados. Bueno, la escena en sí no era tn gore como los filmes. Simplemente mi amiga parecía estar bañada en sangre y con un trozo de género en su pierna, a diferencia de las heridas un poco más superficiales que tenía Erik, pero no menos graves.

Yo: ¿Está consciente? (murmuré en cuanto la entraron a la sala con sumo cuidado).

Erik: Delirando un poco por la fiebre.

Yo: Déjala acá, rostro abajo (murmuré observando los vidrios incrustados en su espalda, pequeños y superficiales).

Erik: No contamos con un incendio producido en la cocina (se excusó quitándose la camisa con cuidado de no rozar sus cortes).

Tom: ¿Y los vidrios?

Erik: Saltamos de un segundo piso y por amortiguar su caída, no cubrí su espalda.

Yo: Tuvieron suerte (miré a mi novio que no parecía alterado o aterrorizado al ver las herida de (name), sino que estaba demasiado tranquilo)… Tom, necesito de tu ayuda.

Tom: Dime (mi hombre, siempre tan dispuesto a cooperar conmigo).

Yo: Dentro del botiquín, hay pinzas quirúrgicas. Necesito que las saques y desprendas todos los vidrios que (Name) tiene incrustados.

Tom: Ok… por suerte no son tantos como creía ¿tendrá astillas?

Yo: Lo dudo. Al caer en movimientos, las astillas sueles pegarse en algo estático y sólido.

Erik: Puede que hayan en su ropa.

Yo: Es verdad. Entonces primero rompe y quítale el vestido. Luego procede a quitarle los vidrios.

Tom: Oye, si no tiene ropa interior yo...

Yo: (Revisé su espalda a base de suaves toques hasta sentir el broche del sostén) Si tiene, así que no te acobardes y ayuda por favor, mi pequeño rastafari :)

(Name) sólo murmuraba incoherencias en español a pesar de su inconsciencia debido a la fiebre. A juzgar por sus pulsaciones, la dosis administrada no fue letal y era un poco más fuerte de la ya existente, quizás llevaba más componentes. Me acerqué a Erik, quien yacía sentado en un taburete que Tom trajo desde la cocina. Vi uno que otro corte profundo en su torso, pero él no parecía quejarse. Claro, el control del dolor se lo enseñan desde que inician su primer entrenamiento en la mafia, y mientras más jóvenes, mejor. Imité con mayor rapidez la tarea de Tom en Erik y proseguí derramando a propósito agua desmineralizada sobre las heridas para luego coser las profundas con hilo quirúrgico y crearle puntos que en unos siete o nueve días podrían ser removido sin dolor alguno. Luego procedí a ponerle gasa esterilizada para cubrir las heridas profundas no sin antes volver a desinfectar con más agua toda la piel tanto de la herida como de su alrededor.

Yo: Cámbiatelo cada cuatro horas. Y si empieza a infectarse…

Erik: Iré a un médico (dijo, no, gimió poniéndose con lentitud una camisa de Tom que ocultaba sus recién controladas heridas).

Yo: Si. Y el siguiente paracetamol te toca dentro de seis horas más.

Tom: ¿Te vas? ¿A estas horas?

Erik: Regreso por la mañana a Alemania.

Yo: ¿En unas horas más? (miré el reloj sobre la chimenea de piedra al igual que los demás. Cuatro de la madrugada. Mierda).

Erik: Bueno, a las nueve de la mañana.

Tom: Humm… deberías quedarte. Ta no trabajas para el viejo controlador y eres libre de hacer lo que quieras.

Erik: Debo volver con Rebbeca, mi esposa. Y con mi futuro bebé.

Tom: ¡Oh! Lo olvidaba completamente.

Yo: ¿Ya sabes el sexo?

Erik: Niña.

Yo-Tom: ¡Niña! (sonreímos al mismo tiempo en que lo decíamos).

Yo: Debo conocerla a penas nazca, eh (dije sentándome en el taburete en el que antes estaba Tom).

Erik: Deberás viajar a Alemania o a donde estemos en unos meses más.

Tras despedirse y pedirnos que le avisáramos sobre el estado de (name), se despidió bromeando con mi novio. Erik ha cambiado demasiado desde la última vez que lo vi; su seriedad se borraba mostrando una sonrisa sincera y más iluminada, además de rejuvenecer drásticamente aunque él no sea tan viejo. Observé a (name) que yacía dormida en el sofá como un tronco. Dios, si existes, sácala por favor de la mafia y llévala por un buen camino. Podía notar el agotamiento de sus músculos y su respirar pausado debido a la agotadora misión. (Name) era terca, eso nadie lo negaba, pero a veces siento que mi paciencia con ella se acaba y ruego a Dios que cambie su rumbo como en momentos como éste.

Mis ojos pesaban más de lo que había pesado durante mis años en la mafia, pidiéndome un descanso de horas para reponerme antes de mis exámenes en la tarde. Pero no podía fallarle a mi amiga, por lo que poco me importaron las ojeras en el momento en el que empecé a desinfectar y sanar sus heridas, en especial una en la pierna que parecía ser la de mayor gravedad en su cuerpo. No era la primera vez que terminaba hecha un lastre, de hecho podría asegurar que siempre llega así de sus misiones, de la gran mayoría de ellas.

Como a eso de las seis de la mañana, Thomas (él, demasiado preocupado por mi agotamiento se quedó en todo momento junto a mí despierto) cargó a (name) a nuestro cuarto ya que quedaba más cerca de las escaleras, y la recostó cuidadosamente. Nosotros, tras limpiar el desorden de la sala de estar, nos recostamos en el sofá no sin antes activar la alarma para despertar dos horas antes de ir al hospital y así alcanzar a estudiar algo.

Tom: Definitivamente no creo haber conocido a una mujer como tú jamás (murmuró a penas apagó las luces y me abrazó por la espalda).

Yo: Te adoro mis veces, Tom (sonreí besando su barbilla antes de caer dormida).



NARRA BILL

No sabía qué era peor. Amanecer con dolos de espalda o con los ojos hinchados por dormir excesivamente mucho más de lo que suelo hacer, y seguramente seguiría durmiendo si no fuera porque David llamó ya que en unos meses más debíamos volver a Alemania para un nuevo proyecto. Bajé las escales con mi pijama improvisado (pantalones de algodón y una sudadera gris) sin ningún apuro de presentarme en el estudio a pesar del hermoso día soleado con temperaturas agradables. Pero no tenía ni ánimos de cantar sabiendo que incluso mi mente estaba con…

Espera. Creo que me perdí de algo. ¿Qué hacen Tom y Andy durmiendo abrazados en el sofá? Ellos tienen cama y un cuarto donde montarse el uno al otro y practicar nuevas posiciones creativas, pero… ¿llegar al sofá? ¡Argh! Espero nunca más sentarme a ver la televisión ahí, ni hablar de tocarlo. Humm… al menos están vestidos y, ¿llenos de libros por todas partes? Bien, mi teoría es que Andy estaba estudiando para sus exámenes de hoy y, de repente llegó el cachondo de Tom y, bueno, lo hicieron. En conclusión, Tom no tiene remedio. Entré a la cocina dispuesto a prepararme un café con tostadas, observando desde el ventanal a nuestros perros echados sobre el pasto tomando el sol matutino. Envidiable vida perruna. Pero no tengo dónde quejarme, hago lo que me gusta y disfruto de ello, muy diferente a la vida de oficina en donde terminas con el culo plano y siendo esclavo de un jefe amargado.

Xxx: ¿Qué hora es? (me volví a mi hermano tras probar mi café. Humm… una delicia matutina).

Yo: ¿Mediodía? (observé el reloj con indiferencia y volví a ver a un Tom casi zombie) Diez treinta.

Tom: Ah… (abrió los ojos como plato y corrió donde Andy o eso creo).

Lo demás, fueron murmullos, exclamaciones y una que otra palabrota. Claro, Andrea debía estar retrasada para sus exámenes. Tom volvió sacando unas frutas y botellas con agua sin dejarme preguntar si necesitaba ayuda, por lo que me encogí de hombros y esparcí la mermelada en el pan tostado con toda la calma posible. No había apuros.

Escuché el motor del auto de Tom rugir mientras los perros movían alegremente sus colas atentos al auto. Humm… luego los sacaría a pasear. Andy se asomó por la puerta tomando uno de los juegos de llave de repuesto hasta que notó mi presencia junto a la mesa rectangular de mármol y sonrió dentro de su despertar apurado.

Yo: Hola (murmuré con la boca llena y bebiendo café).

Andy: Te acompañaría pero tengo unos exámenes que rendir y muchas clases…

Yo: Ok.

Andy: Thomas dice que se quedará en el estudio para darte más privacidad y yo llegaré algo tarde junto con él. Cenaremos acá.

Yo: ¿Más privacidad? ¿A qué te refieres?

Andy: ¡Ah! Dejé una nota en la mesa de noche del cuarto de Tom. Tienes trabajo, Kaulitz. Y no me refiero al estudio.

Yo: Sigo sin entender, Andrea.

Andy: ¡Mierda! Se me hace tarde. Cambia las vendas cada seis horas y dale un ibuprofeno en caso de fiebre ¡Ah! No la dejes huir, cuñadito ¡nos vemos más tarde!

Tras desaparecer con una sonrisa que resaltaba sus ojeras, escuché un portazo y la vi subiéndose al auto hasta desaparecer tras el portón eléctrico. Vale, demasiada información para despertar. No entendía ni la mitad de lo que decía y me dejaba marcando ocupado con mi tasa a medio tomar. ¡Y si lo dijo porque aún no despertaba o simplemente por molestar? Hmm… mencionó algo de una nota en el cuarto de Tom… y algo de unas vendas, ¿no habrán traído un gato atropellado a casa o un coyote? Mierda, debió ser culpa de Tom debido a su fanatismo por andar sobrepasando la velocidad permitida en la carretera. Eso no me dijeron que saldrían ayer. Oh… ¿moteles? ¡Pff! No hallaba qué pensar de Thomas porque siempre salía con algo loco e impredecible, así que dejando mi desayuno a medio terminar, subí las escaleras y abrí la puerta de su habitación.

De repente, todo parecía ser demasiado obvio y justificable. Las ojeras de Andy, ellos durmiendo en el sofá, el retraso de ambos tras abandonas la casa, lo de la nota que dejó Andy en la mesa de noche, el “trabajo” que he de hacer, la privacidad que nos darán, el cambio de vendas, el ibuprofeno para la fiebre, y la sonrisa divertida de Andy antes de irse. No… no me hacía gracia tal escenario frente a mí, sino que… algo vomitivo y doloroso. Me sentía culpable al verla indefensa, recordando el año que no nos vimos y en el que ella debió estar en estas mismas condiciones.

La Invasora, mi extraña conocida, mi (name)… Ella estaba rota e indefensa frente a mis ojos.



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Hallo Gurls! Jamás pensé en demorar tanto... lo siento. Ayer cuando iba a subir el capítulo, surgió un problema con un trabajo de historia que debo entregar la próxima semana. Prácticamente estoy en la recta final, me queda un mes exacto de clases y bye bye colegio forevah!


Bien, el próximo capitulo hay un poco de todo. Pero Seguramente lo amarán debido a su contenido c:

Gracias, muchas gracias por comentar y ser pacientes a pesar de mis demoras de casi mil años.  Creo que estoy en deuda con todas ustedes.

Kusses sabor a B. K.



Bye//Bye


PD: ¡Ah! se me olvidaba decirles que la próxima temporada estará escrita de otra manera (ya lo sabrán en un próximo adelanto). Aún estoy pensando si subirla en el blog, o pasarles el archivo en Word por correo o facebook a todas las que quieran leerla, porque dudo que siga escribiendo luego de esta fic debido a mis estudios superiores. Pero sólo estará disponible cuando esté terminada.