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domingo, 6 de octubre de 2013

Capitulo 23 (Tercera Temporada)

ALEXANDER


-Oh… ¡Estás tan… grande!... Maldición… quien te enseñó a follar… lo hizo… ¡Argh! Bien.

-Es algo natural, nena –gruñí.

-¡Oh mierda!

Apreté sus caderas con más fuerza ignorando que alguien entró al baño y escuchaba los gemidos de Jessica, el agujero de turno. Podía sentir cuán mojada estaba y cómo parecía gozar cada centímetro de mi miembro entrando y saliendo de ella a un ritmo brusco y desenfrenado. Sus tetas rebotaban en mi pecho y sus pezones erectos se balanceaban frente a mí invitándome a probarlos. Pero si lo hacía, mi amiga rubia de arriba y morena de abajo se vendría antes que yo y me dejaría con las putas ganas.

Buscó mis labios ansiando algo de contacto, y yo, sin reparos me adueñé de los de ella introduciendo lascivamente mi lengua en su boca sin dejarla seguir mi ritmo. Gimió desesperada entre tanto placer y yo la empujé con más impaciencia contra la pared del cubículo del baño de chicas. Dios, esta tía sí que tenía aguante.

Cuando noté el subidón de energía aproximarse lentamente por mi cuerpo, metí uno de sus apetecibles pezones en mi boca, mordisqueándolo con saña y estrujándolos para luego lamerlos. Jessica gimió a gritos mi nombre agarrando mis cabellos induciéndome a seguir con el ritmo brusco de la penetración y la saña de mis dientes sobre su piel. ¿Acaso no podía ser más masoquista? Joder… ¡estaba a punto de venirme y ésta tía seguía sin venirse antes que yo!

La senté en la parte alta del inodoro abriendo bien sus piernas y presionándola con más fuerza y rapidez escuchando sus chillones gritos. Si terminaba sordo, lo más seguro es que le haría llegar la factura del médico personalmente a su casa. Afirmé su cola con una mano mientras con la otra acariciaba en círculos su clítoris para que acabara de una vez.

Si sus gemidos eran chillones, su orgasmo fue peor. Seguramente ya toda la disco se enteró de que follamos en un cubículo en incluso todo el barrio que rodeaba el lugar. Por suerte me vine luego de ella con una fuerte estocada que terminó con mis ganas de follarme a otra. Tiré el condón al inodoro, arreglé mis ropas y sin palabra alguna, abrí el cubículo dejándola de piernas abiertas y tetas al aire, expuesta a otras chicas que se arreglaban frente a los espejos. Una de ellas me quedó mirando con la boca abierta y le guiñé un ojo mientras lavaba mis manos. Observé a Jessica desde el espejo aún con el cubículo abierto… todavía no se recomponía del orgasmo y seguía con los ojos cerrados sin darse cuenta que estaba más expuesta que animal de circo. Sonreí con malicia y volví como si nada a la pista de baile llena de gente.

No le había mentido a Bianca cuando le dije que pensaba follar, tampoco a mí mismo cuando lo primero que se me ocurrió fue ir a un parque, pero tras meditar bien que llevaba como dos meses sin un polvo supe que debía priorizar las necesidades de mi miembro.

Caminé con suma tranquilidad entre los cuerpos sudados de las personas en la pista de baile, evadiendo a aquellos que parecían querer hacer una orgía cuando pasaba. Necesitaba tomar algo o llegaría más deshidratado que un desierto a casa. Si me recomponía, seguramente me tiraría a otra, pero por ahora deseaba sentarme en un asiento incómodo de la barra y sentir algo pasar por mi garganta.

-Una cerveza –pedí al tipo de la barra que debía tener mi edad.

-¿Identificación? –pidió al ver que rodeaba su edad.

Bufé. Para la próxima me dejaría un poco de barba y mostraría mis músculos para que me creyeran.

-¿Es enserio?... ¡Tío! Debo tener tu edad y me pides identificación.

-Reglas de la disco –se encogió de hombros.

Se la enseñé a regañadientes para no ocasionar un altercado y tras un cálculo con sus dedos, unas sumas lentas y fallidas, me entregó una botella de cerveza destapada y fresca.

-Para la próxima, lleva una calculadora contigo –leí el nombre en su placa-… Ben.

Se fue con una sonrisa amarga a atender a otros sedientos y me volteé para ver al zoológico humano que era la pista de baile. Había de todo; desde tíos que bailaban con pasos de robot pasados de moda, chicas que miraban a todas parte como buscando a alguien pero que realmente querían compañía, hasta parejas que se masturbaban con ropa y todo. Ni si quiera yo era tan descarado al bailar. Simplemente tocas partes claves, dices las frases correctas, sonríes perfectamente y ya la tienes abierta de piernas. Simple y rápido.

Observé la hora desde mi teléfono. Dos de la madrugada. Seguramente mamá ya había llegado de su cita y debía estar durmiendo… o follando en su cama con el nerd cría peces. Qué asco. Mejor ni acordarse de ella.

Me volteé de cara a la barra observando las repisas llenas de botellas con distintos licores con etiquetas en distintos idiomas. No me sorprendería si muchas de ellas tuvieran un escupo adentro u orina. Por eso prefería una cerveza recién abierta. La canción se cambió a una de hip hop que se me hacía conocida por los videos musicales que pasaban en televisión.

Escuché unos gritos y un constante tintineo de un vaso contra la barra y me volteé a mi derecha, de donde provenía el ruido. Definitivamente ahora estaba convencido de la frase “no puedes escapar de tus problemas”; a unos tres asientos de distancia, Bill Kaulitz se encontraba tragando algo que debía ser demasiado fuerte a juzgar por la horripilante cara que puso cuando lo tragó. ¿Qué hacía este tipo amargado en una discoteque tomando? Seguramente andaba con su nombre… ¡ah! Lena.  Pero el hombre se veía de lo más borrado, como que de pena el asiento sostenía su trasero y la barra aceptaba sus brazos en ella.

Dios, si no hacía algo Cassandra me mataría si le dijera que vi a su tío en tales condiciones y no hice nada. Muy terrible será Bill, pero algo me decía que no podía dejarlo ahí con un vaso en las manos.

Me acerqué lentamente dejando la botella ya vacía en la barra y me senté a su lado pero él ni se inmutó ante mi presencia. Con lo poco que pude divisar entre las luces parpadeantes, vi que alrededor de sus ojos había manchas rojas e hipaba suavemente como un crío. ¿Qué le sucedía? ¿Terminó con Lena? ¿Peleó con Tom? Pidió otro vaso más lleno de un licor azul, y lo tragó al seco limpiándose la boca con el brazo de manera basta. Me miró y sonrió medio adormecido volteándose para verme.

-¡Ah! Tú eres… ¡hip! el chiquillo de Cassie –dijo con su lengua traposa.

Le quité el vaso de la mano y él ni se dio cuenta por lo que debía estar muy borracho.

-Alexander.

-Pero… ¡hip! a ti te decían… ¿Sasa? No… salsa.

-Sascha –señalé aguantando la risa.

-Saschhhhhhhhaaaaaaa… suena lindo.

-¿Qué haces acá?

Señaló el ambiente y tomé su brazo cubierto por un polerón idéntico al mío antes de que se cayera. Me sentía como una niñera cuidando de un crío recién nacido.

-Lo mismo que hace… ¡hip! el resto.

-Eso veo –murmuré divertido ante su actitud-. Debemos irnos.

-¿”Debemos”? Eso… ¡hip! es mucha gente Sasssscccccchhaaaaa…

-Sí, vamos.

Lo tomé del codo y tras pedirle ayuda a un guardia, lo llevé hasta un Audi negro parecido al de mamá sólo que más moderno y carísimo, que según el mismo gorila de seguridad y Bill era su auto. Saqué las llaves de sus bolsillos y tras desactivar la alarme lo senté en el copiloto.

Comenzó a lloriquear cuando lo hice entrar y tras darle las gracias al guardia, me subí a su lado viendo los destinos que la pantalla del GPS me ofrecía hasta su casa.

-… ellaaaa ¡hip!... estaba con otro…

-Sí, sí –le dije sin tomar mucha importancia a sus palabras mientras seleccionaba el camino más corto a su casa/mansión/casona/hogar.

Al encender el motor, éste soltó un ronroneo suave que me hizo soltar una risita de expectación. Observé las luces que marcaban el kilometraje y me puse el cinturón para no ser detenido por policías de turno. En la radio, sonabas unas canciones “corta venas” que canturreaban sobre corazones partidos, banderas blancas, engaños y despechos. Bill continuó llorando y diciendo palabras sin sentido mientras conducía por las calles de Berlín.

-Quiero ¡hip!... vomitar –murmuró limpiándose las mejillas empapadas.

-¿¡Qué!?... aquí no, Bill. Espérate un poco y ya llegaremos a…

-¡Que quiero vomitaaaaaaaaar!

Eso iba enserio. No era un simple berrinche.

-Mierda.

Estacioné junto a la calzada de un parque rodeado de edificios importantes y me apresuré a bajarlo del auto. Se arrodilló junto a una farola y tras unas arcadas, votó toda la mierda que tomó y un poco más hasta dejar su estómago vacío. Pobre tipo. Me daba pena saber que debió tener una mala noche como para terminar totalmente borrado y llorando por alguna chica según lo que escuché.

-Dios… -murmuró tras una ola de arcadas vacías.

-¿No tienes alguna botella con agua en el auto? –no esperé respuestas y empecé a buscar en los asientos traseros algo que lograra quitarle el mal sabor de la boca. Por suerte, demasiada suerte, encontré una botella con agua bajo el asiento del conductor y se la pasé -.Toma, enjuágate la boca.

-G-gracias.

Lo ayudé a levantarse y acercarse a un basurero, obedeciendo a mis órdenes. Ahora parecía estar más lúcido que en la disco, típica condición post-vómito de la cual ya era un experto debido a mis años de inicio en las “artes oscuras” de las fiestas. Dio unas cuantas maldiciones al aire tratando de caminar sin perder el equilibrio y se subió al asiento del copiloto cerrando de un portazo su puerta.

Volví a subir al auto bajando los vidrios y deslizándome por el pavimento con intenciones de seguir con la ruta. Sin embargo, mis pensamientos sobre una noche de mierda en donde lo único rescatable fue echar un polvo se vieron opacados cuando escuché la voz de Bill cantando una melodía triste, lastimosa y profunda. Bill Kaulitz, el roquero alemán más famoso de Europa estaba cantando frente a mí en su propio auto. Genial.

-¿Qué… pasó para que terminaras en una disco? –pregunté cuando terminó de cantar.

Me observó de reojo sin desapoyar la cabeza del vidrio.

-Mi extraña conocida… la volví a ver y ¡hip!... huyó de mí como si fuera un demonio.

-¿Extraña conocida? -¿qué clase de sobrenombre era ese?

-Sí, mi alma gemela… ¡hip! el amor de mi vida… ella huyó de mí llorando.

-¿Desde cuándo que no la ves? –le pregunté siguiéndole el juego.

-Hmmm… diecisiete años y algo más… ella se fue ¡hip!... voló como un pajarito –gesticuló con las manos al aire y en un momento casi me mete un dedo al ojo-. ¡Hip! era hermosa… la mujer más hermosa del mundo… y ahora…

-¿Ahora qué? ¿Estaba fea, arrugada, con verrugas, pasada en kilos?

Pero no se rió ante mi broma, sino que empezó a sollozar de nuevo sumido en su pena y sus pensamientos. Debí suponer que tras esa apariencia amargada y llena de sarcasmos, había un tipo que cargaban un gran pesar amoroso.

-Tenía pareja… un maldito retrasado ¡hip! con pintas de tenerla… ¡Hip! del porte de un maní.

¡Jo! Enserio, éste tipo se pasaba de buena onda cuando era un borracho reprimido. Lástima que justo llegamos a su casa. Busqué su celular en su chaqueta y tras un toque a la pantalla, vi una imagen distorsionada de él besándose con alguien, con una mujer. Ignorando los detalles personales, me fui a la lista de contactos hasta dar con su gemelo y llamarlo.

-¿Dónde mierda estás? Se supone que ibas a por las pizzas y resulta que llevas más de tres horas afuera sin llamar ni dar…

-¡Hey!... Tom, soy Alexander.

-Alexand… espera, ¿qué haces con el teléfono de mi hermano, le pasó algo?

-Está bien, sólo necesito que abras el portón eléctrico porque no sé el código.

-Oh… estás acá.

-Sí, en el auto de Bill.

-Vale. Ya voy.

El portón se movió y divisé una figura junto a la puerta a medida que ingresaba en el territorio Kaulitz. Tom, quién miraba totalmente impactado lo que veía se acercó a medida que detenía el auto a ver a su hermano casi dormido en el asiento del copiloto. Detuve el Audi frente a su casa y lo apagué para ayudar a Tom a sacar a su gemelo del auto.

-¿Dónde lo encontraste? –preguntó cuando lo recostó en el sofá de la sala y le sacaba los zapatos. Bill ni si quiera parecía del todo consciente y balbuceaba cosas sin sentido.

-En una disco cerca del centro. Supuse que estaba borracho desde donde lo veía así que me acerqué y lo saqué antes de que llegaran los paparazis.

-Muchas gracias, Alexander. Realmente estaba preocupado –sus ojos me miraron con seriedad profundizada y simplemente asentí cortado-. Iré a hacerle un café. Quédate por favor.

-Vale. Cualquier cosa me avisas.

Tras desaparecer en la cocina, me senté frente a Bill viendo cómo seguía hablando incoherencias al aire y llorando. Dios, ¿qué habrá visto este tipo para terminar tan mal? ¿Al amor de su vida con una lesbiana o en una orgía? ¡O peor! Embarazada de otro.

Pero eso no era todo… ¿cómo había terminado en donde menos quería estar? Pude haber dejado al amargado tío de Cassandra solo por la vida en sus andanzas alcohólicas siendo acaparado por periodistas que querían la exclusiva imagen de un rockero fuera de sus cavales, pero actué como un “buen samaritano”. Apestas, Alexander. Apestas tanto que con suerte alcanzaste a tener un polvo mágico cuando planeabas unos tres en toda la noche.

-¿Sigue despierto? –volvió con una taza en sus manos y un aspirina.

-A duras penas –murmuré.

-Realmente agradezco que lo hayas traído.

-No es un problema, enserio. Simplemente estaba ahí y…

-Pensé que Bill ya no…

Realmente parecía dolerle de un modo extraño ver a su hermano de esa forma, ahogado en su llanto de borracho y sus penurias del alma. Se sentó en la mesita del centro frente a él dejando la taza a un lado sin parar de mirar a su hermano.

-Habló de una chica.

Me observo atento a cada palabra y supe que debía continuar con mi descubrimiento reciente.

-Dijo que había visto al amor de su vida, que al parecer ella había huido de él y que… tenía pareja.

Se giró a ver a Bill con los ojos abiertos como plato y empalideciendo repentinamente. ¿Qué mierda escondían estos tipos? Sacudió a Bill repentinamente ansioso mientras lo llamaba por su nombre con un poco de desesperación, pero éste a penas reaccionaba entre su estado alcohólico.

-Hey, levántate maldito imbécil derrochador –mumuró.

-Hmmm… ella huyó…

-Tom, dudo que esté consciente hasta la mañana.

Tomó el café y abrió su boca para depositar cucharaditas de café que él tragaba a las malas. Me sentía incómodo ahí en un ambiente que no me correspondía, totalmente cansado y con unas putas ganas de dormir. Si tenía suerte, me iría pronto.

-¿Mencionó algo más?

-La llamó de una manera bizarra –rasqué mi cuero cabelludo viéndolo directamente a los ojos, atento a cualquier movimiento-… extraña conocida.

Observó a Bill con el entrecejo arrugado en silencio. Mis instintos me decían que todo esto se relacionaba con el tema que nadie nombraba en ésta familia, porque dudo que llame a la famosa Lena de esa manera siendo que hace unas noches atrás dijo indirectamente que era una zorra. Mi teléfono vibró en mi pierna y vi que era un mensaje de Bianca.

“DONDE MIERDA ESTÁS”


Blanqueé los ojos notando la amenaza en sus mayúsculas. Según mi teléfono eran casi las tres de la mañana y me esperaba un largo día de clases en unas horas más. Debía irme, escapar, hacerme invisible con la capa de Harry Potter, crear una distracción o algo… Jesús, qué mierdas hablaba.  Seguramente mamá aún no notaba mi ausencia ya que aún seguía en la segunda parte de su cita con el nerd cría peces.

-Debo irme –anuncié a Tom.

-Dios, casi lo olvido –restregó su cara y pude notar con mayor facilidad las ojeras-. Iré a dejarte.

-Puedo tomar el…

-Ni hablar, Alexander. A estas horas las calles se vuelven un completo peligro.

-Pero sé cuidarme solo –insistí dirigiéndome a la puerta de entrada.

-Y todos lo saben a tu edad, pero seguramente tu madre jamás me perdonaría si te llegase a pasar algo.

-¿Y si te quedas dormido al volante?

-Pues me despiertas. Así de fácil –sonrió volviendo a ser el Tom que conocí la primera vez en la tienda de música.

-Vale.


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Hallo Gurls! Muchas gracias por los comentarios que me envian por facebook y a través del blog, realmente que hacen muy feliz cuando me expresan que les gusta la fic :-)

Nos leemos pronto! 

6 comentarios:

  1. NONONONON
    ES MUY CORTOOOO, OTRO POR FAVOOOOOOOOOOR.
    mE MUERO!!!!

    durante la semana me lapase leyendo todos los caps anteriores, osea me lei las dos prmeras temporadas completas en una semana, y el jueves subiste y despues lei otro poco qe me qedaba de la segunda tempo, y ahora la termine!!!
    NO MEPODES HACER ESTOOOO subi otro porfa!!! me muero

    ME ENCANTO EL CAPITULO, Y YA NO PUEDO ESPERAR AL ENCUENTRO khad,asgfkla,sd

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  2. ¡Pero conmo la dejas ahí! Sigue ya! Eso quiero no sé! Pero síguela!

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  3. Dios de mi vida... Por qué no dijo el nombre de Invasora?!!! DDD: dios me pongo toda loca...
    Sube pronto
    Cuídate y un abrazo :D

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  4. santo cristo esto cada vez esta mejor espero el jueves con ansias cuidate un beso

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  5. cada vez se acerca mas el dia, ya espero que otra vez se vuelvan a encontrar alexander cada vez esta mas cerca de esber quien es su padre ahhh!! cada
    cada vez esta mas buena...
    gracias por el capitulo esta muy buena la fic ya espero que sea jueves para leer mas
    byeee cuidate...

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  6. que corto, sigueeeeeeeee que interesanteeee!!!!! asdfghjklzxcvbnmqwertyuiop

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