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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capitulo 20 (Tercera Temporada)

"-¡Mamá! ¡Mami! ¡Mami!

-¿Qué pasa cariño?

La abracé con todas mis fuerzas, llorando y tratando de esconderme en sus brazos. Tenía miedo, mucho miedo de que esos niños grandes me pegaran y volvieran a reírse de mí. Mami es la única que puede salvarme. Mami es más fuerte que todos ellos juntos. Mami me salvará.

-Sascha, hijo, me estás asustando.

Apoyé mi frente en su pecho y ella acarició mi cabecita mientras nos sentaba en una banca.

-Esos niños grandes, mami.

-¿Qué te hicieron ahora, cariño? ¿Por qué tu camiseta está…?

Los busqué con la mirada y noté que me miraban con sonrisas ganadoras. Mami les daría su merecido. Mami es la única que me entiende.

-Me dijeron que era huérfano porque no tengo un papi, mamá. Me tiraron pintura mami, y todos se rieron de mí.

La mano de mamá en mi cabeza de detuvo y me separé de ella limpiando mis lágrimas en su vestido.
-Mami…

Me llevó en sus brazos con ella. Algo vieron los niños en la cara de mami, algo que les hizo huir corriendo. Mami es fuerte, lo sé.

-Cariño, espérame acá. Y si uno de esos niños grandes vuelve, grita mi nombre lo más alto que puedas, ¿entiendes?

-Mami, no me…

-Hijo, mami tiene que hablar con personas grandes y no quiero que te asustes. Espérame un ratito sentado acá.

Sonrió depositando un beso en mi frente y rebuscó algo en su bolso… un dulce amarillo felicidad. Limpió mi cara con sus manos suaves y me peinó antes de dejar la paleta en mis manos.

-Antes de que acabes de comerla estaré contigo, cielo.

La vi cerrando la mampara de vidrio donde estaba la gente grande. Mami hablaba con dos mujeres, una intentaba detenerla levantando sus manos y la otra la señalaba con el dedo. Pero mami es más fuerte y pasó sobre las dos cruzando una puerta.

“D” con “i”, “Di”… “R” con “E   “, “RE”… “DIRE”

“C” con “C” y con “i”… ¿cómo era? “CCI”

“O” con “N”, “ON”

Oh… “DIRECCIÓN”

Escuché gritos desde adentro, y una señora gorda me miraba negando con la cabeza… todos parecían enojados, todos parecían no quererme y no querer a mi mami. Pero mami es más fuerte que todos, mami me ama más que a su vida, ella me lo repite todos los días.

Un señor grande salió junto a mamá, él tenía la cara roja como un tomate y parecía avergonzado. Mami le gritó palabras malas y abrió la mampara de vidrio. Tapé mis oídos cuando el señor le gritó algo a mi mami.

-No toleraré que siga siendo tratado así. Es suficiente.

-Señora, tiene tres años, entienda que él no sabe lo que es…

-¿¡Malo!? Alexander sabe lo que es bueno y lo que no. Parece que es usted el que tiene problemas de razonamiento y ética –la voz de mami me dio miedo, oculté mi cara entre sus cabellos dejando la paleta en el piso.

Mamá camino haciendo oídos sordos de lo que pasaba a sus espaldas, se puso sus lentes oscuros y me agarró con fuerza contra ella, contra los malos.

-No te preocupes, cariño. Ya no volverás a ver a esos niños malos ni a nadie que te haga daño. Tu mami te protegerá."





La vi eligiendo unos aros de perla cultivada sencillos. Usaba un vestido de un verde olivo y su cabello estaba recogido en una cola. Su maquillaje era muy suave y parecía concentradísima en atornillar las perlas correctamente a sus lóbulos. Me recosté en su cama observando el techo blanco.

-¿Planos o con taco? –me preguntó mostrándome dos pares de zapatos.

-Estás en casa. Planos.

-Buena elección.

-Y no uses collar o notará que te arreglaste demasiado para él.

¿Por qué aconsejaba a mi madre sobre qué usar acá con su novio? Dios, ¿novio es la palabra correcta, verdad? Quizás era porque aún no conocía al sujeto que enamoró a mi madre, y la verdad es que nunca le he deseado lo peor a ella. A nadie le gusta ver a su madre sufrir por culpa tuya o de alguien más. Nunca la había visto tan nerviosa y ensimismada en su apariencia como ahora. No digo que siempre esté desaliñada, al contrario, siempre está elegante y rara vez usa jeans.

Observarla en un acto tan femenino como arreglarse para su… pareja, me hacía olvidar las palabras dichas por la madre de Cassandra. Tras irnos de su casa me sentía aplastado contra el pavimento y sin ganas de nada que no fuese dormir y no despertar jamás. Ella dijo que tenía los ojos de mi padre, y no sabía si eso era bueno o malo. ¿Qué clase de promesa tan profunda se puede realizar entre Andrea, Bill, Tom y no sé cuántos más? Daba escalofríos pensar que podía llegar a ser un pacto familiar, en donde querían mantener a todos alejados de un pasado o un suceso.

-¿Estás bien, Alexander?

-Sí, ¿por qué preguntas?

-Te estaba hablado.

-Lo siento, estaba distraído.

-Si quieres le puedo decir a Ian que no venga y…

-No mamá. Estoy bien. Créeme.

-Si tú lo dices…

Me paré a observarla mientras encajaba los zapatos planos en sus pies. Dios, ¿cómo mi padre pudo separarse tan fácilmente de ella?

-Es raro verte… ansiosa.

-Quiero que se lleven bien, eso es todo –murmuró sonriendo.

-Bueno, aún no lo conozco y si le cae bien a Aki, puede que lo pase.

-¡Alexander!

-Está bien, está bien. No te preocupes. Todo saldrá como quieres.

Ceder para hacerla feliz. ¿Hasta qué punto estaría dispuesto de ceder por ella? Era mi única familia directa y de mi propia sangre, era la única que me conocía más allá de lo posible… ¿acaso es bueno ceder por su felicidad? Sí, lo es. La dejé seguir con sus cosas femeninas en donde me sentía totalmente perturbado porque definitivamente ser mujer parecía ser sinónimo de problemas, fui a mi cuarto y tras cerrar la puerta puse en mis manos la foto escondida entre mis cosas… la foto de la tranquilidad. Sea quien sea la persona de aquella imagen borrosa, algo debía tener para calmarme. Mi teléfono sonó indicando un nuevo mensaje.


¿Vendrás a la fiesta del más puro estilo Kaulitz?


Oh… bueno, hace tiempo que no voy a fiestas. No es que en este instituto sean fanáticos de las celebraciones, sino que parece que cada uno nada en su propio mar. No quería dejar a mi madre a solas con un tipo que conocería recién por mucho que ya estaba seguro de que se conocían hasta por los rincones más oscuros. Bueno, si le decía a mi madre que iría a una fiesta en casa de un “amigo” frente al tal Ian, lo más seguro es que accediera para no quedar mal con él.

No sé cuánto tiempo me quedé absorto en mis pensamientos, pero desperté de mi trance cuando noté la risa de mi madre provenir desde el primer piso. Mi tío Gaspard debía estar con su hermano aprovechando su último día en Alemania para volver con la tía Lily a Rusia. Así que por lógica la opción era que Ian Neville folla-madres había llegado.

-Oh… tú debes ser Sascha –su voz era ronca y de un acento británico que realmente aburría.

-Alexander –estreché su mano tendida dándole una fuerte sacudida antes de fingir una sonrisa.

-Tu madre me ha hablado maravillas de ti, realmente ansiaba conocerte.

-¿Con que maravillas, eh? -¿acaso habrá mencionado el hecho de mi historial problemático?

-Bueno, yo iré a la cocina a ver como sigue ese pavo –mamá desapareció con una sonrisa que parecía suplicar a dedos cruzados que no nos matáramos.

-¿Te ayudo, cariño? Soy buen cocinero y…

Espera. Retrocede. ¿”Cariño”?... Dios, qué asco.

-No te preocupes, Ian –le gritó desde la cocina-. Ponte cómodo mientras yo termino de ver la comida.

Pasó junto a mí hasta divisar la sala de estar. ¿Por qué no encargué un pitbull como mascota? Cristo, este tipo era de lo más ñoño del mundo. ¿Quién con uso de razón usaba pantalones tan arriba y un peinado bañado en gel de cabello? Me recordó vagamente a los tiempos del musical de “Hairspray” en donde todos parecían ser fanáticos de fijador… con tipos como este, la capa de Ozono tenía sus días contados.

-Así que… ¿cuántos años tienes?

¿Enserio? ¿Un interrogatorio?

-Diecisiete. ¿Tú?

-Eehm… cuarentaicinco –murmuró observando la chimenea frente a él.

¿Mamá con un vejestorio? ¿Acaso este tipo tenía que usar viagra para durar lo suficiente? ¿Qué no debería estar en un asilo?

-Genial –murmuré viendo a Aki observándome con una cara burlesca-perruna.

-¿Es tu perro?

-Sí, se llama Aki. ¿Tienes uno?

-Tengo una pecera gigante… soy algo alérgico a los perros y gatos, así que opté por coleccionar peces en mi casa.

-¿Cuántos tienes?

-Veinte. Generalmente elijo especies tropicales, aunque un día compré una piraña y… bueno, tuve que empezar de nuevo con mi colección.

Que. Tipo. Más. Raro… ¿desde cuándo a mamá le gustaban los frikis?

-No te preocupes por Aki, no suele pasar en casa a no ser que la chimenea esté encendida o le baje el amor por mi cuarto.

-¿Duerme contigo?

-En invierno.

-Es…

-Sí, lo sé. Así que de vez en cuando sube a mi cuarto.

-¿Y tu madre no te dice nada?

-Mamá lo ama. De vez en cuando duerme en su habitación pero generalmente duerme en la mía.

-Ah…

Silencio incómodo. Le dije a mamá que lo haría sentir bien, y sé que pretendo ceder mi felicidad por la de ella, sin embargo empezaba a cuestionar mis palabras. ¿Qué le vio mamá a este vejestorio? Dios, ni Tom, el padre de Cassandra lucía tan… arcaico.

-¿Dónde trabajas?

-Con Pantera.

-Eso quiere decir que ya sabes que mamá…

-Sí, no te preocupes, nos conocemos hace unos meses pero anteriormente ya habíamos trabajado juntos sólo que no lo recordábamos.

-¿Y… qué haces allá?

-Bueno, generalmente soy espía de tiempo completo, sin embargo prefiero ayudar en el entrenamiento de los nuevos. Les enseño a allanar zonas peligrosas, creo simulacros virtuales y…

-¿Entonces eres un friki de la computación?

-En realidad yo soy el que idea, no el que lo crea. Yo y la tecnología no nos llevamos del todo bien.

Ve-jes-to-rio.

Por suerte la tortura y la tensión disminuyó cuando mamá anunció que nos acercáramos al comedor ya que la cena estaba servida. ¿Mencioné que mamá era de esas mujeres que buscan recetas en internet o pasan metidas en la televisión culinaria cuando tiene tiempo libre? Creó todo un banquete en proporciones justas para tres personas sólo por la llegada del friki.

-Realmente me ganaste en la cocina, amor –le murmuró depositando un beso en su frente.

¿¡”Amor”!?

-Años de práctica.

Nos sentamos a comer en una completa calma. Moría del hambre, mamá no me dejó probar bocado alguno cuando cocinaba. Sirvió vino en nuestras copas, brindando por el invitado de honor. Mamá lucía como una niña con un dulce, se veía feliz y le daba sonrisas tímidas cuando encontraba su mirada con la de él. ¿Realmente así fue mamá cuando se enamoró de mi padre? ¿Así de enamorada lucía? ¿Así eran sus sonrisas, tímidas? ¿Así le brillaban los ojos?

Algo me decía que sí, aunque me dolía el hecho de que lo haya olvidado por mucho que hayan pasado años.
-¿Y… cómo se conocieron? –me sentía como un entrevistador de la televisión.

-Bueno, me encontraba en el gimnasio techado enseñando defensa personal a los novatos, y tu madre se encontraba en la piscina enseñándola a usar herramientas acuáticas e instalar bombas acuáticas de gran intensidad.

-Sus instrucciones distraían a mis alumnos, así que me acerqué a Ian para decirle que entrenaran en otro lugar y… bueno luego de una discusión frente a los demás, él se fue con su grupo y yo seguí con el mío.

-Después de dedicarnos por semanas miradas de odio, Pantera nos asignó una misión.

Ahora entiendo los viajes que mi madre realizaba a Berlín los fines de semana.

-Y bueno, aquí estamos –sonrió tomando la mano de mamá y besando sus nudillos.

Un neandertal por donde se le mire.

-¿Y… cuánto llevan juntos? –me crucé de brazos sabiendo que mi madre estaba atenta a mis movimientos, y que la posición de mi cuerpo invitaba a su psicología a descifrar lo que pensaba.

Mamá me miró con una ceja alzada antes de volver a sonreírle a su… a Ian Neville.

-Serán unos… tres meses.

-Con planes de casamiento, ¿verdad?

-Aún no lo hemos hablado –confesaron ambos al mismo tiempo, y luego se miraron sorprendidos por la coordinación de sus palabras.

¡PUAJ! Dios, qué cursi. Enserio no me gusta esto. Es vomitivamente… cursi.

-Quizás primero deba consultarlo con el hombre de la casa –comentó el nerd.

Repentinamente el apetito se me quitó y dejé la cuchara apoyada en el borde del plato. ¿Realmente existía un límite entre lo que estaba dispuesto a ceder y lo que no? Sé que es su felicidad, y que en ella no me podía interponer, pero… no quería un padrastro. Esa palabra no encajaba en mi esquema mental, quizás sintiera un rencor nato a mi padre pero prefería tenerlo a él antes que a un padrastro nerd al que acababa de conocer.

Tenía demasiada información que procesar y mi cabeza no parecía querer obedecerme momentáneamente. Debía definir mi opinión respecto al nuevo novio de mi madre porque seguramente me preguntaría sobre ésta cuando él se fuera. ¿Quién tenía de mascota peces en estos tiempos? ¡No estábamos en el siglo XX y ni si quiera en la prehistoria! Un pez… ni si quiera podías sacarlo a pasear… mierda, qué clase de friki podría amar los peces.

-¿Te encuentras bien, cariño? –preguntó mamá tomando mi mano.

-Emm… la verdad es que quería hacerte una pregunta antes de que llegara Ian.

-Oh... bueno, si quieren salgo un poco al patio y…

-Está Aki así que es mejor que lo oigas si no quieres terminar en el hospital por tu alergia –le dije sonriendo de lado. Mamá estrujó mi mano antes de que la sacara ahogando un quejido.

-¿Qué querías decirme? –insistió perforándome el cerebro con sus ojos.

-Bueno, una compañera hará una fiesta y hace tiempo que no voy a una, así que… quiero ir.

Levantó una ceja interrogativa que decía explícitamente “ésta no te la creo, Alexander Kaulitz”.

-¿Y cuándo es?

-De hecho –dije observando el reloj de la pared frente a nosotros-, ya empezó.

-¿Y cuándo te invitaron?

-¿Es enserio? Esto parece interrogatorio, ma. No creo que Ian se sienta lo suficientemente cómodo como para presenciar esto y la verdad es que no quiero discutir frente a tu novio.

Mamá restregó su cara con ambas manos seguramente maldiciéndome por haber sacado un tema así frente a su invitado estrella. El nerd por excelencia le acarició el hombro sonriéndole cuando ella destapó su rostro.


-Está bien, anda. Pero no vuelvas muy tarde y debes tener tu teléfono encendido.


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Hola! Les adelanto el capítulo de mañana porque no podré subirles ya que tengo que preparar un examen oral muy importante. Las partes en cursiva que son muy largas y entre comillas, corresponden a los recuerdos de los personajes. Aquellas que son cortas y sin comillas son pensamientos de quien narra. Viva, griten, comenten, lean ;-)

4 comentarios:

  1. aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!! Buenisimo! me dio risa como llamaba a Ian jaajajaj vejestoriojaajajaj aracaico LOL nina sos la mejor

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  2. ahhhhhh no muero por saber mas ¿en serio? que noviecito en fin espero el siguiente y mucha suerte en tu examen un beso

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  3. Odia a Ian -.- xD
    No me importa lo odio xD
    Ya que se sepa la verdad por favor T.T
    Quiero leer más T.T
    cuídate y un abrazo :D

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  4. FOTO DEL NERDDDDD, porfaaaaaaaaaaaa jajajajja

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