El nombre de mi madre no era
común acá, de hecho no había alemanas que tuvieran su nombre. ¿Cómo era posible
todo esto? La probabilidad de que una mujer tuviera ese nombre acá era una en
millones, y que justamente unos Kaulitz conocieran a alguien con ese nombre era
única. Cassandra también enmudeció al leer mi rostro, seguramente recordando la
última conversación que tuvimos en donde le dije el nombre de mi madre.
-Es ella –susurró atónita.
-Aún no estamos seguros.
-Pues te ayudaré a comprobarlo.
-¿Cómo?
-Te llevaré a casa suponiendo que
tenemos trabajos que hacer y siempre somos juntos porque somos amigos.
¿Qué les daban a las chicas de
comer? ¿Pollo con hormonas o vegetales superdotados y transgénicos? Sacan ideas de lo más
bizarras con tal de lograr sus propósitos a como dé lugar. Persuaden,
convencen, ruegan, imploran y lloran como magdalenas con tal de que se les dé
en el gusto. En este caso, la imaginación de Cassandra podía beneficiarnos a
ambos; ella para su tío, y yo para utilizar el famoso método del descarte a la
hora de saber quién es mi viejo.
-Hecho –sonreí concluyendo mis
fugaces pensamientos en voz alta y a la vez aceptando su propuesta.
-En caso de que no nos resulte el
plan… creo que recurriremos a un investigador privado de esos que salen en las
películas.
-¿Acaso existen?
-No sé –sonrió como si
perteneciera a un mundo totalmente abstracto y lejano a este-. No tenemos nada
que perder, Alexander.
-Dime Sascha. Es más corto que
Alexander –agregué sabiendo que nuestra relación dependería de su estado
anímico y de cuán relacionada conmigo estuviera. Vale, no es lo mismo que
enamorarla… ¡Puede ser hasta mi prima!
-¿Sascha? ¿Por qué así?
-Es la abreviación de mi nombre
en ruso.
-Oh… entiendo. Sascha. No suena
tan mal.
-O llámame como quieras. Da
igual.
-Ok, entonces… ¿cuándo empezamos?
-Cuando quieras, sólo que hay
veces en las que no podré debido a viajes familiares.
-¿Viajes familiares? ¿Dónde?
-En realidad son laborales, y
depende de dónde soliciten los negocios de mi madre.
Depende de quién debe asesinar y dónde, o de lo que debe recuperar. Ella
no negocia, ella aniquila. Deberían tener un manual para callar
inconscientes habladores.
-Debe ser una mujer muy ocupada.
-De hecho tiene todo el tiempo
del mundo cuando está en casa, cuando viajamos es cuando a penas la veo, pero
ya estoy acostumbrado y creo que ella también.
-¿Y eso es bueno?
-No lo sé –me encogí de hombros
sin saber qué contestar. Ni si quiera me había planteado esa pregunta.
-¿Te parece si el domingo cenas
con nosotros en casa? Inventaremos la excusa de un trabajo para álgebra, ahí sí
que nos creerán… espera, ¿eres bueno con los números?
-Eso creo –lo suficiente como para mantener a los profesores sonrientes y comiendo
de la palma de tu mano.
-¡Genial!... emmm… ¿te parece si
nos juntamos acá mismo?
-Suena bien, ¿a qué hora?
-Nueve.
-Ok.
Me fui en busca de mi perro que
estaba cogiéndose como el animal que era a una perra mucho más pequeña que él.
Claro, costó hacerle entender que la calentura tenía que controlarla hasta que
cedió a los tirones de la correa. ¿Realmente quería empezar este nuevo plan? Ya
ni lo sabía. Estaba empezando a dudar si era bueno o malo irrumpir la paz de
una familia cuyo centro parece ser una adolescente malcriada y creativa. Si
llegaba yo, seguramente estallaría una guerra mundial, sólo en el caso de que
fuera el hijo de ese tal tío suyo amargado-folla-modelos.
* * *
-…Y Lisa mencionó que le gustabas
sin saber que yo estaba delante suyo escuchando.
-¿Quién es ella?
-Una tipa de grandes senos, pelo
negro y labios siempre rojos… creo que está contigo en arte.
-¿Una putita?
-Lo dudo. Más bien es demasiado
calienta pollas según lo que he escuchado.
-Entonces todavía es virgen.
-Se rumora que sí… deberías
averiguar entre los chicos, ellos comentan más que las mujeres.
-Es que ni tengo ganas de
follarme a alguien.
-¿Impotencia, Sascha? –se rió la
muy burlona mientras recogíamos nuestros almuerzos y buscábamos un lugar donde
sentarnos en el casino.
-Se llama “otros asuntos”,
Bianca. A los viejos les da eso.
-¿”Otros asuntos”? ¿No será un
asunto llamado Cassie?
-No.
-¿Entonces?
-Actos inmorales –sonreí
lascivamente mientras me dirigía a una mesa en el exterior, por suerte no había
sol ni hacía mucho frío.
-¡Oh por Dios! –chilló dándole su
puro toque de monja escuchando perversidades y llamando la atención de quiénes
estaban a nuestro alrededor.
-Modérate –farfullé blanqueando
los ojos.
-¡Mi primo es un pecador de
primera clase!
-¿Qué? ¿Tan pronto y lo quieres
hacer público? –me reí a carcajadas sentándome frente a ella.
-Te gusta lo público. No sé qué
tanto te quejas… espera, ¿qué hiciste esta vez?
-Graffitis inentendibles en el
baño de mujeres y hombres.
-¿Piso?
-Segundo.
-¿Visto?
-Pooooooooor miles.
-¿Y la Hitler?
-Buscando culpables por los
salones. Pasó por el mío diciendo “el que no hable, será un cobarde de por vida
y ante las leyes de Dios y Alemania” –dije imitando la voz chillona de la
directora.
-¿Enserio? ¡Qué chiste! –se rió
probando su budín mediterráneo para darle el visto final.
-Ni tanto. Por suerte dudo que
encuentren al culpable, lo que me dará la ventaja de hacer otra estupidez.
-Estupidoadicto.
-Igual que tú.
-Oye, a que no sabes a quién
enviaron a dirección hoy.
-¿A quién?
-A tu Cassie.
-No es mía. Además tú fuiste la
que vendió mi privacidad por veinte euros.
-Los necesitaba.
-¿En qué?
-Cosas de chicas –sonrió
guiñándome un ojo.
-¡Bah! Tonterías… las chicas sólo
compran cosas de sus ídolos, ropa, maquillaje y tampones.
-Inteligente descripción,
Alexander. En fin, según lo que oí, insultó a la profesora de inglés porque
según Cassandra ella no sabía modular perfectamente el inglés británico y
diferenciarlo del inglés norteamericano.
-Bueno, creo que en parte es
verdad.
-Lo es, sólo que nadie se atrevía
a decírselo por su mal carácter diario.
-Yo se lo habría dicho si pusiera
atención a sus clases –murmuré jugando con mi comida mientras la observaba.
-Me dijeron que discutieron feo. Muy
feo, y que todo acabó cuando Cassandra la empujó justo cuando la directora daba
su paseo matutino por los pasillos. Llamó a su padre pero vino el manager ya
que él no estaba disponible, el tipo le bajó la gravedad al asunto y todo
finalizó con un día de detención después de clases.
-¡Guau! Ojalá todos pudiéramos
reducir nuestros castigos con un manager.
-Pensé que ella te gustaba.
La miré detenidamente alzando mis
cejas, impresionado por su errónea teoría, y fue inevitable no carcajearme en
su cara por muy descortés que fuera. ¿Era enserio? ¿Realmente pensaba eso? ¡Es
imposible amar a alguien que se parece escalofriantemente mucho a ti!
-Hey, no es para que te burles
tampoco –murmuró tomando un poco de su coca cola.
-No me puede gustar, Bianca –dije
secando las lágrimas de risa y yendo a por un sorbo de mi zumo de naranja.
-¿Por qué? Se parecen mucho.
-Exactamente por eso. No
soportaría estar con alguien que me sigue en mi historial rebelde.
-Entonces, ¿qué tipo de chicas?
-Tetas y trasero. Eso importa.
-¿Acaso piensas con la polla?...
¡Agh! Típico de hombres –dije molestándose y blanqueando los ojos.
-No busco a alguien, Bianca. Para
mí, todo llega cuando menos lo esperas.
-Terminarás solo y con mil perros
en una montaña dándotelas de ermitaño.
-Viejo ermitaño, entonces seré.
-Cassandra y tú son como una
pareja perfecta, ¿por qué no la invitas a salir?
-Hey. Espera un poco y para de
insistir.
-¿Esperar a qué, que encuentres a
tu rubia tetona? –se puso los lentes de sol y siguió comiendo con indiferencia.
Guau, ya le veía canas verdes del enojo.
-Escucha, ella y yo somos… socios
–si, buena palabra para describir nuestro plan.
-¿Socios? ¿Trafican o qué?
-Estamos en el desarrollo de una investigación
muy importante, y sólo ella me puede ayudar.
-¿Tratar de conquistar el mundo?
-Ojalá –sonreí complacido ante la
idea-. Es secreto de estado, así que no te lo puedo decir.
-¿Atentados secretos? Jamás te vi
como terrorista.
-Me refiero a que es algo entre
ella y yo… por eso somos “colegas”. No hay nada más ¿vale? Y no insistas más o
créeme que ya no taparé tus cagadas.
-Vale. Vale. Ok, entiendo. No me
meto en tus asuntos.
-Gracias –sonreí.
Divisé a Matt y le hice una seña
para que se sentara con nosotros y sonrió acercándose. Este tipo, sí que sabía
cómo subirle el ánimo a cualquiera y despejar la mente entre risas y
estupideces. Se sentó junto a Bianca, quien para mi sorpresa se sonrojó a penas
Matt le sonrió cordialmente, ¿era enserio o sólo fue un producto de mi
imaginación? Hm… igual sería mejor que su anterior novio punk.
-Estoy fatal –se quejó sobándose
las sienes y mirando su comida.
-¿Gripe? –preguntó mi prima.
-Ojalá lo fuera –gimió
observándola detenidamente.
-Cuenta porque no somos adivinos
–le dije alzando una ceja.
Se puso sus lentes de marco
psicodélico evitando el reflejo del sol sobre la mesa, y tomó su tenedor
empezando a jugar con su comida.
-Estoy que me pudro en química
inorgánica.
-Ah… te ayudaría pero soy
extremadamente malo enseñando química.
-Necesito la mejor nota del mundo
para no ser comido por los leones, viejo. Es terriblemente feo.
-¿Qué es terriblemente feo?
–murmuró Bianca algo colgada por el lenguaje algo innovador de mi amigo.
-¡Eso, que voy a podrirme si no
obtengo un glorioso aprobado!
-Ah… si quieres yo te ayudo –se
ofreció toda amable como jamás en su vida, ¿alguien tenía un diccionario de
chicas? Si no existía, debían hacerlo ahora mismo-. Soy buena en química, yo te puedo enseñar.
-¿Enserio? –dijo repentinamente
más animado con cierto resplandor en su rostro.
-Por supuesto, estás hablando con
la próxima Marie Curie.
-¿Enserio sabes enseñar?
–pregunté empezando a dudar de sus intenciones.
-Sí, y si no me crees, pregúntale
a cualquiera de mis amigas.
-De tus amigas, paso. Sólo te
preguntaba.
-¿Entonces cuando empezamos?
–preguntó Matt sonriéndole directamente con su sonrisa de hippie irradiando paz
a todo aquel que lo viera.
-Cuando quieras.
-Ahora tengo tiempo libre, si
quieres vamos a un lugar más silencioso y…
-¿Vamos a la biblioteca? Te juro
que amo el olor de las hojas viejas.
-Bueno –recogió su bandeja al
tiempo que Matt comía solamente su postre y los vegetales del plato a una
velocidad feroz.
Volvía a quedar solo. Daba igual.
Como dicen, es mejor estar solo a que mal acompañado.
ay por dios esto cada vez se pone mejor espero el siguiente cuidate un beso
ResponderEliminardios mío de mi vida... Ya casi... Sube pronto... Siempre me dejas con intriga!!! DDD:
ResponderEliminarEspero subas pronto
Cuídate y un abrazo :D
DIOS ME ENCANTAAAAAAAAAAA CADA VEZ SE PONE MEJOR *-* sube pronto, siempre me dejas con las palabras en la boca, eres asombrosa D: asdsad un abrazo /o/
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