Mamá no puso ninguna objeción
cuando le dije que iría a hacer un trabajo y que seguramente volvería tarde.
Claro, su condición fue tener el celular en mi bolsillo y no en silencio. Mentalmente,
había preparado diálogos que podrían surgir con su familia, o con su tío si es
que llegaba a hacer preguntas sobre mí. Por supuesto, no planeaba decirle mi
apellido ni algún dato que se relacionara con mamá o mi vida… más bien sería
algo reservado en cuanto a esto.
Mi tío Gaspard insistió en que si
tenía relaciones me cuidara, excusándose con que conocía la juventud actual.
¿Acaso piensan que sólo pienso en follar cuando me junto con una chica? Pf!...
ignoré sus comentarios en doble sentido guardando los últimos trabajos que debí
entregar dentro de la semana en un archivador.
-¿Vive muy lejos? –preguntó mi
tío Erik mientras ayudaba a mamá con unos documentos de su trabajo.
-Nos juntaremos en un parque y de
ahí iremos a su casa –comenté cerrando los cierres de mi bolso.
-¿Es linda? –preguntó con una
sonrisa cómplice el tío Gaspard.
-Es odiosa, egocéntrica, algo
agresiva, muy lista, creativa y… ¿me creerían si les dijera que es como mi
versión femenina?
Los tres presentes me miraron con
sus cejas alzadas sorprendidos por la última descripción. Solté una risita
mientras pasaba el cable de los audífonos por el interior de mi chaqueta.
-Interesante descripción –murmuró
mamá volviendo la vista a los papeles frente a ella y acomodándose los lentes
de aspecto gatuno -. Que yo recuerde, jamás la había oído antes.
-¿Si es odiosa, por qué le harás
clases? –dijo el tío Gaspard.
-No son clases. Simplemente
debemos hacer unos trabajos juntos. Es enserio.
-Ok, vale. No insistiremos más
–sonrió levantando las manos.
-Deberías traerla alguna vez
–sugirió mamá sonriendo aprobatoriamente.
-Lo pensaré… la verdad es que su
familia es algo famosa en Alemania por lo que no puede salir demasiado. Creo
que es la hija de un senador o algo así.
-Inteligente elección –susurró el
tío Erik.
-No lo molestes, Erik. Sé cuando
mi hijo habla enserio, y hoy es uno de esos momentos.
Miré a mamá alzando una ceja algo
impresionado por su comentario frente a mis tíos. En su rostro se dibujó una
sonrisa cómplice que me decía que sabía que no mentía en nada y que parecía
saber lo que pensaba.
-Bien, ¿me puedo ir ya? Sería una
falta de respeto llegar antes que una mujer.
-Le enseñamos muy bien –sonrió mi
tío a su primo.
-No llegues muy tarde, y avísame
si cenarás con ellos o con nosotros. Llama en…
-...Caso de emergencias o si la cosa
se pone insoportable –terminé la frase de mamá sonriéndole antes de depositar
un beso en su mejilla-. Quien debería cuidarse eres tú, no yo. Llámame ante
cualquier emergencia por favor.
-Lo haré, cariño.
-Vale. Cuídenla –les dije a mis
tíos, quienes sonrieron y volvieron con mamá a ver los escritos sobre la mesa.
Ya en el parque, no fue mucho lo
que tuve que esperar a Cassandra, quien me guió hasta un auto completamente
negro que parecía del gobierno. Discutimos sobre la manera e que empezaríamos y
cuando llegamos a un acuerdo mutuo, ya estábamos nuevamente en su casa.
De día, no se veía tan grande
como de noche, sin embargo el toque arquitectónico realista, le hacía lucir
como una vieja mansión sobreviviente tras las anteriores guerras alemanas.
-Pensé que mi tío se quedaría con
nosotros, incluso le dije que vendría un amigo y sería de muy mala educación la
ausencia de uno de los dueños de casa –comentó tras despedirse del chofer que
nos trajo.
-¿Y qué te dijo?
-Prometió no demorar mucho y que
estaría acá antes de la cena.
-¿Aún dan entrevistas?
-No tan seguido como antes.
Cuando están de gira o promocionando un nuevo álbum, suelen estar llenos de
ellas, pero en estos momentos no.
-¿Año sabático? –sonreí
observando los muebles modernos.
-Año de grabaciones –me corrigió.
Subimos a su cuarto sin
importarle mis insistencias respecto a la presencia de un chico en su
habitación y de lo que podría decir su padre cuando me viera. Para parecer una
completa consentida, su cuarto no parecía estar lleno de lujos; consistía en una
cama de cobertor blanco, paredes color lila, cuadros familiares y artísticos,
un espejo de cuerpo entero, un escritorio y con computador moderno, una laptop,
dos puertas junto al espejo, ventanales, cortinas, y una repisa de muro a muro
llena de libros.
-¿”Twilight”? –le pregunté
echando un vistazo a los títulos de su colección larguísima.
-Es el primer libro que leí
–comentó restándole importancia.
-Nunca he entendido que le ven
las chicas a los vampiros, hombres lobos, robots, ángeles, y todas esas cosas.
¿Acaso de mojan con esos tipos?
-Es más simple de lo que crees.
-Explícame entonces,
representante del género femenino.
-Es fácil. Las chicas buscan
despegarse de sus vidas cotidianas adentrándose en otro mundo. Muchos de los
chicos que las rodean son unos completos asnos, así que prefieren leer sobre
tipos que no lo son, y que llevan a las protagonistas a aventuras de todo tipo.
-¿Algo así como un chico malo o
como Romeo?
-Una mezcla de ambos.
-Pero hay chicos que son así.
-¿Enserio? Llevo diecisiete años
de vida y te juro que aún no me cruzo con ninguno.
-Eso es porque vives en un mundo
poco sociable. Eres la hija de un famoso, por lo que es normal que tu círculo
social se vea afectado por la fama de tu padre. Tiendes a desconfiar de
cualquiera que quiera ser tu amigo porque no sabes si quiere aparecer en la
prensa y hacer igual de famoso que él, o simplemente quiere tu amistad.
Se quedó perpleja a mi lado,
boqueando y con los ojos bien abiertos. Parece que hablé más de la cuenta,
porque parecía incómoda cuando reaccionó y empezó a mirar a su alrededor.
-¿Acaso piensas como las chicas?
–bromeó con una risa amarga tomando el un libro de historia universal de su
repisa y acercando una segunda silla a su escritorio.
Es parecido a mi historia de vida, no puedo hacer amigos porque los
relacionaría con un mundo al cual no quieren pertenecer ni por mera curiosidad…
carraspeé sacando mis libros y dejándolos sobre su escritorio evitando el
contacto visual con ella, quien me miraba expectante por una respuesta ante su
pregunta.
-¿Acaso no desconfías de mí? Nada
te asegura que no busque tu amistad.
-No desconfío porque ni si quiera
conocías a mi padre. Además, se nota que a pesar de tu constante mal
comportamiento en clases, no te gusta llamar la atención de todos.
Ahora fui yo el que se quedó de
una pieza observándola. ¿Acaso es una experta en leer conductas? Da igual, ésta
era una lección que me decía que debía ser más precavido que antes.
-Mejor comencemos antes de que se
nos haga tarde –murmuré abriendo el índice de uno de los libros y dando la
conversación por terminada.
Al poco rato después, cuando nos
planteábamos si mencionar los datos curiosos sobre la conducta de Hitler además
de su historial psiquiátrico, su padre irrumpió en su habitación, saludándonos
impresionado por la cantidad de papeles desperdigados por la alfombra persa. Le
explicamos lo que hacíamos y concordó con que mencionáramos el nivel de locura
del antiguo líder de masas.
-Tendrán pruebas de la locura de
él. Y si algún profesor les dice que es un trabajo impresentable, pueden contar
conmigo ante cualquier cosa que se les presente –sonrió sentándose junto a
nosotros en la alfombra-. ¿Por qué no están en el escritorio? Terminarán con
dolor de espalda.
-Nos faltaba espacio –se excusó
Cassandra.
-Hm… en ese caso, hubiesen
bajado.
-Da igual, estamos cómodos acá y
sería una pérdida de tiempo bajar.
-Bueno, hagan lo que deseen
–sonrió encogiéndose de hombros, vi a Cassandra algo impresionada con las
palabras de su padre como si no las hubiese escuchado jamás en su vida o como
si estuviera hablando en chino mandarín-. ¿Cómo te ha ido, Alexander?
-Dile Sascha, es más corto
–sugirió con una sonrisa enorme, mi versión femenina.
-Cassie, no puedes…
-No se preocupe, señor. De hecho,
pienso que leyó mi pensamiento ya que quería comentarle lo mismo – ¿qué
planeaba mi mente al dominar mi voz y defenderla de una recriminación paterna?
Rasqué mi cabeza algo incómodo al notar lo que dije.
-Sascha… normalmente a quienes
tienen tu nombre, se les dice Alex. Jamás escuché ese diminutivo.
-Es ruso –murmuré hojeando uno de
mis libros leyendo cada título y viendo cada imagen para evitar la mirada de
ellos.
-¿Ru… ruso? –parecía impresionado
por su tono de voz.
¡He aquí la pista que necesitabas!... Levanté la vista firmemente notando
que sus ojos me observaban muy abiertos.
-Uno de mis tíos vive en Rusia y
encontró un apodo cómodo a mi nombre. Al principio sólo él me llamaba así, pero
al tiempo después todos preferían ese diminutivo… a excepción de cuando me
recriminan algo.
Mamá…
-Los padres suelen ser así cuando
cometes errores –comentó Cassandra aún teniendo a su padre al lado.
-No podemos tratar con demasiada
dulzura a los hijos cuando queremos que aprendan algo.
-En mi caso, sueles ser mi tíos
los más exagerados que mi madre… la mayoría de las veces –sonreí sabiendo que
aunque no tenga un padre biológico presente en mi vida, los tenía a ellos que
eras prácticamente unos padres adoptivos.
-Bueno, no eres el único. Mi tío
Bill suele reemplazar a papá cuando él no está.
-¿Y él… tiene hijos?
Cassandra miró a su padre
esperando a que él respondiera y saliera de su repentino asombro ante mi
pregunta, cuando volvió a tierra firme, entendí que era algo complicado de
hablar ese tema.
-Una vez estuvo dispuesto y se
imaginó siendo padre, pero de eso ya van años. Y su novia quiere formar una
familia, pero él se niega rotundamente antes de salir corriendo.
-Pero se supone que lo tienen
todo. Dinero, fama, éxito, inspiración, una banda reconocida a nivel mundial,
pareja… ¿por qué no quiere dar el siguiente paso? –insistí algo sorprendido
ante la testarudez de este tipo llamado Bill.
Mi versión femenina volvió a
mirar a si padre, quien parecía algo complicado con mi pregunta y buscando las
palabras correctas para no hablar más de lo que debe. ¿Qué ocultaban estos dos
hermanos? ¿Qué podía ser tan doloroso o terrible como para no poder ni
nombrarlo? ¿Qué pasó para que Bill no quisiera tener hijos?
-Bill es algo… negado. Creo que
simplemente no quiere que haya una persona más importante para él que
Cassandra.
-¿Acaso no sería mejor que se
operara para quedar infértil? –preguntó ella tratando de cambiar de tema a uno
más llevado a la biología, en donde no entraban temas muy incómodos como el de
su tío con pintas de amargado social.
-Eso sería un recurso demasiado
exagerado, cariño… sería como castrarte.
Me reí ante su extraña
comparación de infertilidad. Él sonrió satisfecho por producir un efecto
irrisorio en ambos y se levantó del piso estirando su espalda adolorida y
estirando su ropa. Murmuró algo en voz baja y sonrió.
-Bueno, iré a terminar de
preparar la cena. Espero que en diez minutos bajen o me lo comeré todo yo
–ambos asentimos sonriéndole hasta asegurarnos que se fuera cerrando la puerta
de la habitación.
Cassandra me miró seriamente antes
de volver la vista a sus anotaciones sobre lo que hasta ahora llevábamos en el
trabajo. Ahora que volvía a aterrizar en el espacio actual, entendía que me
había pasado. Estoy en un territorio que no es mío haciendo preguntas que no me
incumben… ¿o sí? Vale, sé que seguramente no es normal que pregunte sobre un
tipo amargado que ni conozco o he visto, sin embargo el hecho de que quizás
esté estrictamente relacionado conmigo es algo que no puedo olvidar.
-¿Pregunté demasiado? –murmuré
escribiendo en detalle las últimas horas de vida del régimen nazi.
-No es eso –dijo dejando el
bolígrafo junto a los papeles para mirarme fijamente-. Es simplemente que no sé
qué pasará si le preguntas algo a él… ya sabes, algo delicado.
-¿Por qué?
-Es que no es lo mismo hablar con
mi padre a que con él. Para ser gemelos, son muy diferentes. Sólo ellos se
conocen completamente y no se guardan ningún tipo de secreto, sin embargo quien
tiene mejor disposición para hablar sobre el pasado es papá.
-En ese caso será mejor que le preguntemos
a él –sugerí restándole importancia a su preocupación.
-Es que él tampoco sabe toda la
historia detrás de mi tío.
-Pero me acabas de decir que no
se…
-No hay secretos. Pero mi tío
prefiere ni referirse a ese tema antiguo… es como si algo de él lo repeliera. Y
por eso papá acepta su negación.
-¿La negación de procrear?
-Ajá. Yo creo que mi padre sabe
el motivo y por eso respeta su decisión.
-Entiendo.
No. No entendía ni con ecuaciones
la decisión tan obstinada de este tipo frente a un tema que sensibiliza hasta
al más frío. ¿Qué habrá pasado? Algo debió impedir que su proyecto de vida se
desplazara por el de follar a cualquier modelo que se le cruzara. Quizás
presenció algo repugnante y quedó traumado, o mató a alguien. Pero mamá ha
matado a gente y no queda tan mal, de hecho no es vegetariana.
Terminamos de anotar lo último
cuando Tom nos llamó y bajamos mientras planeábamos el orden cronológico en el
informe escrito. Jamás me cansaría de ver los cuadros de ésta
mansión/casa/casona, eran geniales y le quitaban el toque anticuado
reemplazándolo por uno moderno.
El comedor era lo suficientemente
grande como para diez personas y un poco más. La mesa era de vidrio con
detalles típicos del art nouveau, y las sillas eran de una madera oscura con
detalles iguales. La mesa estaba llena de diferentes comidas, y había más
puestos de los que imaginaba. Claro, en ellos estaban los miembros de la banda
(Georg y Gustav) además, de un tipo que no conocía y que a penas entré me miró
con la boca abierta. ¿Qué? ¿Otro más? ¿Qué me ven? Tom lo presentó como
Andreas, un amigo de la familia que no forma parte de la banda. Claro, el tipo
me preguntó de dónde salí y Cassandra le respondió que somos compañeros y que
no fuera grosero. No había ninguna mujer a excepción de ella, lo que me
recordaba a la última cena de Da Vinci.
-¿Y tus padres? –preguntó Tom.
-¿Qué pasa con ellos? –pregunté
tomando un sorbo de refresco preparándome para la escena donde me miraban como
cordero degollado.
-¿En qué trabajan?
Papá ausente, mamá espía… ¡ah! Y si tienen a alguien que no deseen ver
nunca más, me avisan y yo le digo, eh.
-Mi madre es una agente de
negocios –dije mirando a cada uno de ellos esperando sus reacciones.
-¿Y tu padre? –preguntó Georg.
Miré a Cassandra sonriéndole con
una pizca de humor negro antes de responder mirándolo fijamente con una
indiferencia que asfixiaría a cualquiera.
-No tengo. Sé que está vivo pero
no lo conozco, por lo que no tengo uno.
Reacciones en 3, 2, 1… Un cubierto del plato de Tom cayó sobre su
plato sonando estruendosamente, y Gustav me miró sin inmutarse a diferencia de
sus amigos que parecían incómodos.
-Yo… -murmuró limpiándose la boca
con la servilleta.
-Ni lo sientas, Tom. Es un tema
superado al que no le doy mucha
importancia. De hecho mis tíos se encargaron de llenar esa imagen paterna
ausente en mi infancia, se podría decir que son como mis padres adoptivos.
-Me alegro mucho, Alexander
–sonrió apenado y los demás siguieron con su comida -. ¿Y cómo van tus avances
con la guitarra?
-Bueno, hace poco escuché un
amigo me enseñó una canción de ustedes en el instituto. Dice algo de… ¿sentirse
clautrofóbico?
-“Break away” –dijo Gustav.
-No recuerdo el nombre pero
empieza con unos acordes agresivos y pegajosos que se repiten durante toda la
canción –tarareé un poco recordando como empezaba.
-Esa misma –sonrió Tom.
-¿Enserio?
-Ajá –asintió Georg ya más
relajado.
-Genial. Estoy tratando de
hacerla rápido, pero se me enredan los tiempos y los dedos.
-Si quieres te la enseño luego,
los años de práctica nunca se van de mis manos.
-A excepción con las chicas
–murmuró Georg guiñándome un ojo.
-De hecho a Alexander le va muy
bien con las chicas del instituto –comentó Cassandra.
-¿Enserio? –dijo Andreas
impresionado. Aún más de lo que ya estaba.
-No me interesa tener una
relación. No ahora cuando prefiero… fijarme en otros objetivos.
-¿Cuáles?
-Bueno, buscar a…
Una voz ingresando a la
casa/mansión/casona, interrumpió mi respuesta. Hablaba rápido y entre dientes,
lo suficientemente agresiva como para mantener a cualquier tipo indeseado
alejado. Miré a Cassandra y ella lentamente asintió.
Lo siguiente fue demasiado rápido
para mi mente, cuya única función fue procesar ese asentimiento; Un hombre alto
y delgado con un abrigo negro y cabello corto, dejó un bolso sobre un mueble,
dejó las llaves colgadas y sin soltar el teléfono de su oreja, se deshizo del
abrigo exponiendo una camiseta manga larga blanca y holgada, jeans ajustados y
zapatillas sueltas. El tipo tenía porte de modelo y parecía ser todo lo
contrario a Tom.
-…no, enserio… ¿sabes? Es
problema tuyo si no me crees, de hecho, no pienso gastarme una explicación
contigo… ¿y desde cuándo te importa algo más que tus putos tacones?...
tonterías, no tengo nada que excusar… te
dije que estaba hablando con David y me mandaste a la mierda porque según tú
ando de cachondo por la vida… ¿¡Yo!? Jajajaaaaa... vale, avísame cuando andes
de humor. Ciao.
Tom, molesto con la escena de
lenguaje vulgar y arrogante observó a su hermano con una cara de mil metros.
Georg cruzó sus manos frente a su boca tratando de ocultar la sonrisa. Gustav
observaba también molesto al tipo de la entrada, y Andreas abrió la boca de par
en par pasando la mirada de él a mí, maldiciendo en susurros. Nuevamente, me
sentía como un completo extraño en una situación bastante incómoda.
-La próxima vez, trata de
discutir con Lena fuera de la casa, o fíjate si hay invitados presentes o no,
Bill –dijo Tom con un tono demasiado serio que desconocía hasta ahora.
Espera… ¿Bill? ¿Bill Kaulitz? El
hermano gemelo, aquel que podía ser mi padre, el tipo amargado… estaba frente a
mí.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hallo Gurls! les adelanto el capítulo de mañana porque estoy en semana de pruebas, trabajos e informes, por lo que dudo tener el suficiente tiempo de subirles un capitulo... espero que les guste! ;-)
PD: Seguramente notarán que cambié las imágenes del lado derecho... y que cada vez se pone mejor la fic :)
creo que empezare a leer comiendo porque casi me arranco los dedos de los nervios y la intriga! Dios! escribes fantastico y tu fic es mi favorita ante todas las que leo, estoy atonita *-* siguela, me encanta! un beso ;*
ResponderEliminarNinaaa! no nos dejes asi porfavor:( publica pronto x3 muero de los nervios y ansiedad de ver la reaaccion de Bill aaaahhhhhh.!
ResponderEliminarbesos:*
Dios mioo me causas ansiedad! !! Me encanta la historia mas porfa!
ResponderEliminarSuerte en esta semana
santo cristo esto se pone cada vez mas interesante ayyy y pues ni modo espero que salgas bien de todo lo que tienes que hacer cuidate un beso
ResponderEliminarme voy a quedar sin cabello!!! De tanto que me agarré la cabeza! XD
ResponderEliminardios cada vez se pone más interesante!!!!
Espero subas pronto
Cuídate y un abrazo :D
Simplemente, eres genial, Nina. Como ya es común, lo bueno se hace esperar, y con esta ficción te lo tomas estrictamente literal! Supongo que eso hace que disfrutemos aún más la historia <3 Espero leerte pronto, suerte con todo,
ResponderEliminarSaludos
Mierrrdooooooooooo! Cada vez mejor!! Nina te amo <3 :* esta fic es lo mejor
ResponderEliminarSorry por no comentar los anteriores capitulos u.u espero el prox.