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domingo, 15 de septiembre de 2013

Capitulo 17 (Tercera Temporada)

-¿Podemos hablar antes de que vaya al instituto?

Mamá me observo bebiendo de su tasa de café bien cargado con unas ojeras suaves bajo sus ojos. Dejé mi bolso colgado en la silla frente a ella y recordé la conversación por teléfono que tuvimos la tarde anterior. Estaba molesto, lo bastante como para enfrentarla tan temprano sin tomar en cuenta lo cansada que lucía a mis ojos.

-Llegarás tarde –murmuró jugando con la correa de su bata lila.

-¿Por qué no me dijiste a la cara que no querías contar conmigo en tu próxima misión?

Directo al grano, como siempre. Me observó pestañeando y boqueando… creaba una respuesta en sus pensamientos. Mis dedos presionaron el respaldo de la silla empezando a enojarme.

-No quiero que estés en esta misión.

-Ahora no vale, mamá.

-Entonces no sé qué decirte.

-¿Qué tal si empiezas diciéndome quién es Ian Neville?

-Ya te dije que es un compañero. Necesito de su apoyo.

-Aún así me puedes llevar.

-No será lo mismo, Alexander. Esta no es como cualquier misión. No es un objetivo, sino tres.

-Aún así, ¿qué te obliga a dejarme acá?

-Ve al instituto, Alexander.

-No me moveré hasta que me expliques en su totalidad quién es ese tipo y por qué no puedes llevarme contigo.

-No ahora. Ni acá.

-Entonces dime donde, mamá. Porque no pienso moverme hasta que me expliques detalladamente y sin mentiras o información oculta.

Suspiró parándose y vertiendo el contenido que quedaba en su tasa por el fregadero. Noté sus hombros tensos y su cabello recogido en un moño que le hacía lucir más joven, vale no es que fuera vieja. Dio media vuelta enfrentándome con una expresión demasiado agotada para mi gusto, sin embargo no podía apoyarme en lo que veía porque necesitaba respuestas. Ahora.

-Alexander, yo…

-¿Tú…?

-Ian es un amigo. Uno de los pocos que obtuve en la mafia. Quizás no es uno de los mejores como yo lo fui en mis tiempos, pero pertenece al departamento de inteligencia. Conoce mejor que nadie las capacidades de mis enemigos, sus faltas y derrotas, incluyendo sus puntos débiles.

-Nunca quisiste ayuda –murmuré resentido ante la repentina presencia de este tipo.

-Porque nunca la necesité.

-¿Qué tiene esta misión de especial?

Miró directamente a mis ojos acercándose a medida que masajeaba sus sienes. Realmente debía estar muy cansada como para lucir así de terrible, porque ella era demasiado preocupada de su aspecto físico.

-Es clase B.

-¿Y? Sueles tomas misiones de todo tipo sin…

-Es un antiguo enemigo que olvidé matar en algún momento. Quiere su venganza por acabas con su familia y…

-Espera, ¿él te busca?

-Ajá.

-El juego del gato y el ratón –murmuré entendiendo su punto de vista sin necesidad de que dijera que podían llegar fácilmente a mí.

-Ahora que estás más calmado, necesito que memorices rostros por si llegan a…

-Ok. Dámelos y lo haré en unos segundos.

-Gracias –murmuró sin alcanzar a sonreír demasiado.

-¿Y cuándo es tu misión?

-Dentro de una semana, pero aunque no sepan que estoy en Alemania, debemos ser precavidos contigo.

-¿”Debemos”?

-Ian y yo.

-¿Ya suenan campanas de boda acaso? –bromeé sabiendo que no estaba de ánimos pasa pesadeces.

-No lo sé.

¿QUÉ?... jamás, repito, jamás en su vida ha dicho un “no lo sé” al referirse a temas de su vida amorosa. ¿De qué iba esto? ¿Acaso tendría un padrastro en vez de un padre?... no, eso realmente no encajaba en mis planes. No digo que sea malo tener uno, pero generalmente ellos siempre son los peores o los villanos de la historia. Con un villano bastaba. Conmigo bastaba. Observé como evadía mi mirada con sus mejillas repentinamente ruborizadas (algo que no se ve seguido), opacando la oscuridad de sus ojeras. Jugó con sus manos esperando a que dijera algo mientras yo esperaba lo mismo de ella. Incluso se veía más joven de lo que suele aparentar.

-No me dijiste nada –murmuré resentido de que nuestro trato de común acuerdo sobre la transparencia entre nosotros, se viera opacado por la llegada de un tipo que ni conocía.

¿Transparencia? Tú eres el menos indicado para hablar de ello, si no mal recuerdas.

-Nunca creí que fuera necesario.

-¿Perdón? –Pestañeé repentinamente molesto por su comportamiento-. Que yo recuerde, tú eres mi madre, no al revés.

-No ha pasado a mayores, por eso no te he dicho. Sin embargo…

Se detuvo dándome la espalda para observar el jardín trasero por la ventana de la cocina.

-¿Sin embargo…?

-Es algo mutuo.

Vaya… es como si hubiesen puesto al rey en jaque tras un paso en falso. Así me sentía. ¿Por qué me afectaba tanto? Se suponía que es su vida, y ella puede hacer lo que quiera con ella. Además, ha pasado demasiados años sola sin una pareja y sin… satisfacer sus propias necesidades.

¿Qué problema había con que rehiciera su vida en pareja?

Me sentía abrumado ante la idea de tener un padre con el que no comparto ni una pizca de sangre o genes. Sentía una presión en mi pecho y un dolor de cabeza horrible, que me indicaban de todos mis planes se fugaban en un tiro por la culata. Seguramente luego vendría un hermanastro, un matrimonio, y una vida en donde yo pasaría a dar un paso al lado… si es que realmente era algo serio todo esto.

Las apariencias engañan.

Vale, hay dos opciones; o el tipo era un sínico de mierda que sólo quería quedarse con mamá, o realmente le interesaba quedar bien conmigo y con mis tíos. MIS TÍOS…. ¿saben de esto? Si es así, realmente me enfadaría con ellos por mantenerme incluso aislados de la vida sentimental de mi propia madre.

-Debo irme –concluí tomando mis cosas y desapareciendo de la vista de mi progenitora.

-Alexander… -la oí llamarme pero no quería contestarle.

Eres egoísta.

Quizás. Quién sabe. Pero por ahora creo que el tiempo de buscar a mi padre biológico parece achicarse. Si lo encuentro, volverá a ver a mamá, ella quizás volvería a revivir sus viejos sentimientos, olvidará a ese Ian Neville, seríamos una familia oficialmente, y todos serían felices… bueno, menos Ian pero él da igual. Necesitaba tiempo, porque no podía demorarme demasiado buscando a una persona en un país que tiene 81,8 millones de habitantes. Dios, me estaba agobiando demasiado todo esto. Lo mejor sería empezar a investigar tan pronto como pueda si Tom es a quien busco. Y si no lo es, bueno, seguramente el viejo se cambió el nombre completo y ahí sí que sería peor que buscar entre esos 81,8 millones.

-Sascha, ¿pasó algo?

-¿Desde cuándo sabes lo de Ian Neville y mamá? –pregunté casi llegando al instituto.

-Yo…

-Ya no vale la pena que sigas ocultando cosas, tío Gaspard. Ya no.

-Un día después de mi llegada –dijo con una voz de abatimiento total.

-¿Por qué no me lo dijeron? No. Mejor ni me respondas porque sé lo que dirás tú y todos.

-Tu madre.

-Da igual. Tengo casi dieciocho, no cinco años. Cada vez me decepcionan más.

Corté el teléfono entrando con pasos acelerados al instituto, sin ver a quienes estaba en frente de mí. No estaba de humos para nada. Ni para detenerme frente a una Bianca que gritaba mi nombre mientras alcanzaba mi ritmo, ni para un Matt con toda su aura de buena onda. Hoy no. Ahora no. Avancé dispuesto a ir a la sala de utensilios sin importar que alguien me viera (realmente muchos me verían entrar debido al tráfico por los pasillos). Mi cabeza estaba en silencio, uno sepulcral en donde ningún ruido parecía querer interrumpirlo, sólo veía, no oía nada. No sabiendo que toda mi familia, incluyendo a quienes los considero parte de ésta, me mantienen en una maldita ignorancia incluyendo en temas banales. Es estúpido, ilógico, infantil e increíble saber que pueden ocultar cosas así y obedecer los deseos de mi madre para conmigo.

Saqué el látex y una brocha… bonito, llamativo, anarquista y brillante látex rojo carmesí. Con eso bastaría… por ahora. Esperé a que el bullicio se disipara y no quedara nadie en los pasillos antes de salir a por mí cometido; el gimnasio.

No había nadie, los talleres y asignaturas deportivas no iniciaban hasta una hora después del primer descanso, por lo que estaría completamente solo. Tomé las escaleras y empecé a escribir un lema, no, una frase que parecía ser mi próximo lema.

BENE AMBULANTEM IN IGNEM

Claro, lo demás sería un agregado como decoración. Boté la pintura para admirar mi obra de arte más reciente y aplaudir a mi creativa frase; camina bien sobre el fuego. El blanco clásico y puro de la pared se vería totalmente invadido por la pintura fuerte, parecía querer eliminar mi obra de arte para mantener su aburrida disciplina… no, era yo quien me movía.

Oh…

Olvidaba los efectos que el látex me producía… qué tonto. Empecé a bajar las escaleras pero cada vez se me hacía difícil enfocar la vista en busca de un peldaño estable. Las estrellas y puntos multicolores bordeaban mi vista… ni si quiera había desayunado lo suficiente como para culpar sólo a la pintura y su gas. No. Llevaba el estómago vacío por muchas horas y eso era lo peor. Trastabillé y me escuché jadeando antes de que el zumbido de mis oídos aumentara su volumen y la oscuridad me dejara dormir.



 INVASORA

-¿¡QUÉ!?...¿QUE MI HIJO HIZO QUÉ?

-Lo que escuchó señora, ahora mismo hay un apoderado junto a una alumna llevándolo al hospital.

-¿Hospital?

-Sí, señora. Al parecer tuvo un corte en el brazo y en su cabeza.

-¿Qué hospital?

-El central. Queda a unos…

Tomé las llaves sin importar que no estuviera lo suficientemente abrigada para salir al exterior. Alexander, ésa era mi preocupación ahora. Lo demás daba igual. Avisé a Rebbeca que por favor estuviera al tanto de las nuevas noticias respecto a mi misión, avisé a Ian que no nos podríamos juntar y avisé a Bianca que mantuviese la calma.

Sin importarme demasiado evadir los colores de los semáforos, tomé todos los atajos posibles para llegar al hospital. En total, 30 minutos.

¿Por qué hizo esto? No me asustaba su conocimiento de distintas lenguas tanto antiguas como modernas, sin embargo, no entendía el motivo que lo llevó a escribir algo en una pared de su instituto. Quizás, si el mensaje hubiese sido algo romántico, se comprendería que un alumno hiciera algo así, sin embargo, era algo personal. Lo intuía.

Estacioné en el subterráneo marcando el piso según las indicaciones correspondía a emergencias. Mi hijo. Alexander. Inconsciente. Su brazo. Su cabeza. Cortes. ¿Qué pasó con él?

-¿En qué puedo ayudarla?

-Mi hijo está acá, acaba de llegar y…

-Dígame su nombre.

-Alexander Kaulitz.

Pausa, una puta pausa en donde me convencí que sus pezuñas con encajaban en el teclado frente a ella. Me observó sobre sus lentes con una sonrisa poco hogareña.

-Habitación C-12. Al fondo del pasillo doble a la izquierda, quinta puerta.

-Gracias.

Caminé lo suficientemente rápido como para notar el vestido negro ondear con cada paso que daba. Sólo oía el taco de mis botas resonando sin producir ecos. Mis pensamientos se diluían pensando en un mantra que lo mantuviera sano y estable… algo así como una oración. Doblé en la esquina, divisando a un hombre concentrado en su celular y a una chiquilla de cabellos rubios junto a él. La alumna y el apoderado. Por suerte, una enfermera acababa de salir de la habitación de mi hijo así que sin rodeos ignoré la presencia de los demás y tras anotar algo en su planilla, me divisó frente a ella.

-¿Usted es la madre de…?

-De Alexander –respondí con voz firme y decidida.

-Su hijo está descansando del golpe. Tuvimos que hacerle unos puntos pero estará bien.

-¿Puedo verlo?

-Está durmiendo, sin embargo puede entrar –me ofreció unos papeles en donde noté sólo el primer nombre de mi hijo -.Necesito que firme estos papeles y rellene los datos de la consulta médica. Avisaré al doctor de su llegada para que le informe sobre el estado de su hijo.

-Ok.

-¿Tú eres la mamá de…?

Entré ignorando la voz de la joven a mis espaldas, ya le preguntaría a Sascha quién era ella. Cerré a mis espaldas y observé el rostro pacífico de mi hijo rodeado de sábanas blancas y cables. Me acerqué dejando los papeles a sus pies y tomé su mano fría entre las mías.

Su rostro estaba pálido, tenía ojeras y sus labios estaban secos. Noté su otro brazo con yeso y supe que debía tener una fractura y que lo usaría por unas semanas. Contuve el aliento al ver las ajugas en su brazo y mano… era escalofriante verlo en esas condiciones. Noté pintura roja, sólo pintitas, en sus dedos enterneciéndome ante un Alexander que parecía ser el mismo niño inquieto y llevado a sus ideas de siempre.

-Ejem…

Miré hasta la puerta donde divisé a un señor alto y canoso con un bigote gris. El doctor, por supuesto. Tomé a regañadientes la documentación de las pies de Alexander y la agité en el aire.

-No tengo lápiz, Doc.

-¿Usted es…?

-La madre de Alexander –le interrumpí señalando a mi hijo con la cabeza.

-Bien… ehmm… su hijo llegó inconsciente y…

-Vaya directo al grano, por favor.

-E-está bien. En dos semanas más le quitaremos el yeso el su brazo debido a la fractura, pero no es nada grave. Le daré una receta médica ante posibles molestias por los puntos en su cabeza.

-¿Cuántos fueron?

-Diez. No se notan porque fue en la parte baja de su cabeza. Cayó en un desnivel que produjo ambas heridas, pero de aquí a unas semanas estará como nuevo –sonrió ante la elección de palabras.

-¿Y su inconsciencia tiene explicación razonable?

-Baja de presión. Seguramente no comió lo suficiente o pasó por una situación de estrés demasiado intensa. Las emociones a su edad suelen ser el doble de las de un adulto, e incluso el tripe, señora. Así que seguramente fue por eso. Sin embargo no podemos descartar la inhalación del gas que emite la pintura a látex.

-Ok. Gracias.

-Lo seguiremos observando, por mientras, puede rellenar la planilla médica, por favor.

-Vale.

-En cuanto despierte, le daremos el alta para que pueda regresar a su casa. ¡Ah! Olvidaba decirle que debe hacer reposo absoluto por una semana ante posibles molestias futuras.

-¿Algo más?

-Sí. Su esposo se acaba de ir y me dijo que le comentara sobre sus modales frente a los demás, y que su hijo llamara a Cassandra.

Con que así se llama la mocosa rubia.

-Ok.

Esposo. No, yo tengo eso. Ni jamás pensé en tener uno. Ni cuando estuve con él pensaba en tener una boda o consumar nuestra relación. Nada. Quizás con Ian pueda surgir algo más, aunque no tendría hijos con él debido a mi edad, por supuesto. Los nuestro con Ian llevaba unos meses, lo suficiente como para decir que nos llevábamos bien y que era hora de presentarle a mi hijo. Y ahí radicaba mi problema; recostado e inconsciente, el sarcasmo y el humor de Alexander quedaban refugiado dentro de su mente, sin embargo a penas viera a Ian esa situación se revertiría y no sería a mi favor. Dios… esperaba que por favor entendiera como yo entenderé que…

Cassandra… nunca me habló de ella. Ahora sabía que era su compañera, pero tenía ciertas dudas de la clase de amigas que mantenía Sascha sabiendo que no buscaba precisamente sonrisas. ¿Qué pasaba en la vida de mi hijo?

6 comentarios:

  1. como siempre te salió perfecto el capitulo <3
    gracias por subirlo Nina, espero el próximo pronto y me muero por leer el reencuentro entre Bill y la invasora (porque va a haber uno no?!) haha
    saludos

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  2. Oh por dios DDDDD:
    Pobre Alexander...
    Así que Tom estuvo por ahí?
    Dios me muero de la intriga...
    Sube pronto Nina
    Cuídate y un abrazo :D

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  3. cambie de opinion, quiero una narracion de Tom. quiero saber qe piensa y qe sospecha mi boludo. Y como será el reencuentro? Y si invasora ya tiene algo ocn el loco este nuevo? OH POR DIOS, no puedo esperar maaaas

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    1. AMy tuvistes la mejor idea del mundoooooooooo!!! jaajjaja Quiero una narracion por parte de Tom tambien *-*!!

      Espero nina tome encuenta nuestro comentario jijij!!

      Me encanto el cappppppppppppiiiiiiiiii!!! :D

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  4. santo cristo milagroso esto sepone cada vez mejor espero que sumas pronto un beso

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  5. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA M-U-E-R-O QUE FELIZ QUE ESTOY YO LEI TU FIC DESDE EL COMIENZO PERO POR COSAS DEL TIEMPO NO PUDE LEERLA MAS :( MIERCOLESSSS Y AHORA EN UNA SEMANITA ME HE LEIDO TOOODA TU FIC SIN DESCANSO :D QUE FELIZ QUE ESTOY POR ESO SHITTTTT TANTAS COSAS QUE HA PASADO ME MUEEEERO ENSERIO WUAU TIENES UN SUPER CREATIVIDAD TE ADMIRO POR ESO ENSERIO YA QUISIERA YO *-* HHAHAHA BUENO ME HA ENCANTADO TU FIC HASTA AHORA ME HA LLEGADO AL CORAZON TOOOODOOO ENSERIO HE LLORADO REIDO Y TODO CON LOS PERSONAJES EN SERIO AMO TU FIC ES UNA DE LA MEJORES QUE HE LEIDO TE LO PUEDO ASEGURAR Y NO SABES LO FELIZ QUE ME SIENTO PORQUE FINALMENTE TE ALCANSE FIUUUU e.e YEAHHHH JAJAJAJA BUENO SOLO TE PIDO DE TOOODDDOOO CORAZON (CON MI CORAZON DE POLLO) QUE PORFAAA LA SIGAS PRONTO SE QUE NO TIENES TANTO TIEMPO (CREO) JEEE PERO SIGUELA PRONTO ENSERIO ESTOY QUE ME COMO LAS UÑAS Y ME JALO LOS CABELLOS PARA SABER QUE VA A PASAR Y TODOOOOO AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
    NO SABES CUANTO TE ADORO NINA ERES LA MEJOR AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
    ya parezco loca pero no me importa jajjaja yo solo te pido que porfa porfa porfa y porfa la sigas super pronto enserio seria genial para mi yeahhh

    te adoro nina se ve que eres una superarchiultramega escrito :D

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