-¿Podemos hablar antes de que
vaya al instituto?
Mamá me observo bebiendo de su
tasa de café bien cargado con unas ojeras suaves bajo sus ojos. Dejé mi bolso
colgado en la silla frente a ella y recordé la conversación por teléfono que
tuvimos la tarde anterior. Estaba molesto, lo bastante como para enfrentarla
tan temprano sin tomar en cuenta lo cansada que lucía a mis ojos.
-Llegarás tarde –murmuró jugando
con la correa de su bata lila.
-¿Por qué no me dijiste a la cara
que no querías contar conmigo en tu próxima misión?
Directo al grano, como siempre.
Me observó pestañeando y boqueando… creaba una respuesta en sus pensamientos. Mis
dedos presionaron el respaldo de la silla empezando a enojarme.
-No quiero que estés en esta
misión.
-Ahora no vale, mamá.
-Entonces no sé qué decirte.
-¿Qué tal si empiezas diciéndome
quién es Ian Neville?
-Ya te dije que es un compañero.
Necesito de su apoyo.
-Aún así me puedes llevar.
-No será lo mismo, Alexander.
Esta no es como cualquier misión. No es un objetivo, sino tres.
-Aún así, ¿qué te obliga a
dejarme acá?
-Ve al instituto, Alexander.
-No me moveré hasta que me
expliques en su totalidad quién es ese tipo y por qué no puedes llevarme
contigo.
-No ahora. Ni acá.
-Entonces dime donde, mamá.
Porque no pienso moverme hasta que me expliques detalladamente y sin mentiras o
información oculta.
Suspiró parándose y vertiendo el
contenido que quedaba en su tasa por el fregadero. Noté sus hombros tensos y su
cabello recogido en un moño que le hacía lucir más joven, vale no es que fuera
vieja. Dio media vuelta enfrentándome con una expresión demasiado agotada para
mi gusto, sin embargo no podía apoyarme en lo que veía porque necesitaba
respuestas. Ahora.
-Alexander, yo…
-¿Tú…?
-Ian es un amigo. Uno de los
pocos que obtuve en la mafia. Quizás no es uno de los mejores como yo lo fui en
mis tiempos, pero pertenece al departamento de inteligencia. Conoce mejor que
nadie las capacidades de mis enemigos, sus faltas y derrotas, incluyendo sus
puntos débiles.
-Nunca quisiste ayuda –murmuré
resentido ante la repentina presencia de este tipo.
-Porque nunca la necesité.
-¿Qué tiene esta misión de
especial?
Miró directamente a mis ojos
acercándose a medida que masajeaba sus sienes. Realmente debía estar muy
cansada como para lucir así de terrible, porque ella era demasiado preocupada
de su aspecto físico.
-Es clase B.
-¿Y? Sueles tomas misiones de
todo tipo sin…
-Es un antiguo enemigo que olvidé
matar en algún momento. Quiere su venganza por acabas con su familia y…
-Espera, ¿él te busca?
-Ajá.
-El juego del gato y el ratón
–murmuré entendiendo su punto de vista sin necesidad de que dijera que podían
llegar fácilmente a mí.
-Ahora que estás más calmado,
necesito que memorices rostros por si llegan a…
-Ok. Dámelos y lo haré en unos
segundos.
-Gracias –murmuró sin alcanzar a
sonreír demasiado.
-¿Y cuándo es tu misión?
-Dentro de una semana, pero
aunque no sepan que estoy en Alemania, debemos ser precavidos contigo.
-¿”Debemos”?
-Ian y yo.
-¿Ya suenan campanas de boda
acaso? –bromeé sabiendo que no estaba de ánimos pasa pesadeces.
-No lo sé.
¿QUÉ?... jamás, repito, jamás en
su vida ha dicho un “no lo sé” al referirse a temas de su vida amorosa. ¿De qué
iba esto? ¿Acaso tendría un padrastro en vez de un padre?... no, eso realmente
no encajaba en mis planes. No digo que sea malo tener uno, pero generalmente
ellos siempre son los peores o los villanos de la historia. Con un villano
bastaba. Conmigo bastaba. Observé como evadía mi mirada con sus mejillas
repentinamente ruborizadas (algo que no se ve seguido), opacando la oscuridad
de sus ojeras. Jugó con sus manos esperando a que dijera algo mientras yo
esperaba lo mismo de ella. Incluso se veía más joven de lo que suele aparentar.
-No me dijiste nada –murmuré
resentido de que nuestro trato de común acuerdo sobre la transparencia entre
nosotros, se viera opacado por la llegada de un tipo que ni conocía.
¿Transparencia? Tú eres el menos indicado para hablar de ello, si no
mal recuerdas.
-Nunca creí que fuera necesario.
-¿Perdón? –Pestañeé
repentinamente molesto por su comportamiento-. Que yo recuerde, tú eres mi
madre, no al revés.
-No ha pasado a mayores, por eso
no te he dicho. Sin embargo…
Se detuvo dándome la espalda para
observar el jardín trasero por la ventana de la cocina.
-¿Sin embargo…?
-Es algo mutuo.
Vaya… es como si hubiesen puesto
al rey en jaque tras un paso en falso. Así me sentía. ¿Por qué me afectaba
tanto? Se suponía que es su vida, y ella puede hacer lo que quiera con ella.
Además, ha pasado demasiados años sola sin una pareja y sin… satisfacer sus
propias necesidades.
¿Qué problema había con que
rehiciera su vida en pareja?
Me sentía abrumado ante la idea
de tener un padre con el que no comparto ni una pizca de sangre o genes. Sentía
una presión en mi pecho y un dolor de cabeza horrible, que me indicaban de
todos mis planes se fugaban en un tiro por la culata. Seguramente luego vendría
un hermanastro, un matrimonio, y una vida en donde yo pasaría a dar un paso al
lado… si es que realmente era algo serio todo esto.
Las apariencias engañan.
Vale, hay dos opciones; o el tipo
era un sínico de mierda que sólo quería quedarse con mamá, o realmente le
interesaba quedar bien conmigo y con mis tíos. MIS TÍOS…. ¿saben de esto? Si es
así, realmente me enfadaría con ellos por mantenerme incluso aislados de la
vida sentimental de mi propia madre.
-Debo irme –concluí tomando mis
cosas y desapareciendo de la vista de mi progenitora.
-Alexander… -la oí llamarme pero
no quería contestarle.
Eres egoísta.
Quizás. Quién sabe. Pero por
ahora creo que el tiempo de buscar a mi padre biológico parece achicarse. Si lo
encuentro, volverá a ver a mamá, ella quizás volvería a revivir sus viejos
sentimientos, olvidará a ese Ian Neville, seríamos una familia oficialmente, y
todos serían felices… bueno, menos Ian pero él da igual. Necesitaba tiempo, porque
no podía demorarme demasiado buscando a una persona en un país que tiene 81,8
millones de habitantes. Dios, me estaba agobiando demasiado todo esto. Lo mejor
sería empezar a investigar tan pronto como pueda si Tom es a quien busco. Y si
no lo es, bueno, seguramente el viejo se cambió el nombre completo y ahí sí que
sería peor que buscar entre esos 81,8 millones.
-Sascha, ¿pasó algo?
-¿Desde cuándo sabes lo de Ian
Neville y mamá? –pregunté casi llegando al instituto.
-Yo…
-Ya no vale la pena que sigas ocultando
cosas, tío Gaspard. Ya no.
-Un día después de mi llegada –dijo con una voz de abatimiento total.
-¿Por qué no me lo dijeron? No.
Mejor ni me respondas porque sé lo que dirás tú y todos.
-Tu madre.
-Da igual. Tengo casi dieciocho,
no cinco años. Cada vez me decepcionan más.
Corté el teléfono entrando con
pasos acelerados al instituto, sin ver a quienes estaba en frente de mí. No
estaba de humos para nada. Ni para detenerme frente a una Bianca que gritaba mi
nombre mientras alcanzaba mi ritmo, ni para un Matt con toda su aura de buena
onda. Hoy no. Ahora no. Avancé dispuesto a ir a la sala de utensilios sin
importar que alguien me viera (realmente muchos me verían entrar debido al
tráfico por los pasillos). Mi cabeza estaba en silencio, uno sepulcral en donde
ningún ruido parecía querer interrumpirlo, sólo veía, no oía nada. No sabiendo
que toda mi familia, incluyendo a quienes los considero parte de ésta, me
mantienen en una maldita ignorancia incluyendo en temas banales. Es estúpido,
ilógico, infantil e increíble saber que pueden ocultar cosas así y obedecer los
deseos de mi madre para conmigo.
Saqué el látex y una brocha…
bonito, llamativo, anarquista y brillante látex rojo carmesí. Con eso bastaría…
por ahora. Esperé a que el bullicio se disipara y no quedara nadie en los
pasillos antes de salir a por mí cometido; el gimnasio.
No había nadie, los talleres y
asignaturas deportivas no iniciaban hasta una hora después del primer descanso,
por lo que estaría completamente solo. Tomé las escaleras y empecé a escribir
un lema, no, una frase que parecía ser mi próximo lema.
BENE
AMBULANTEM IN IGNEM
Claro, lo demás sería un agregado
como decoración. Boté la pintura para admirar mi obra de arte más reciente y
aplaudir a mi creativa frase; camina bien sobre el fuego. El blanco clásico y
puro de la pared se vería totalmente invadido por la pintura fuerte, parecía
querer eliminar mi obra de arte para mantener su aburrida disciplina… no, era
yo quien me movía.
Oh…
Olvidaba los efectos que el látex
me producía… qué tonto. Empecé a bajar las escaleras pero cada vez se me hacía
difícil enfocar la vista en busca de un peldaño estable. Las estrellas y puntos
multicolores bordeaban mi vista… ni si quiera había desayunado lo suficiente
como para culpar sólo a la pintura y su gas. No. Llevaba el estómago vacío por
muchas horas y eso era lo peor. Trastabillé y me escuché jadeando antes de que
el zumbido de mis oídos aumentara su volumen y la oscuridad me dejara dormir.
-¿¡QUÉ!?...¿QUE MI HIJO HIZO QUÉ?
-Lo que escuchó señora, ahora mismo hay un apoderado junto a una alumna
llevándolo al hospital.
-¿Hospital?
-Sí, señora. Al parecer tuvo un corte en el brazo y en su cabeza.
-¿Qué hospital?
-El central. Queda a unos…
Tomé las llaves sin importar que
no estuviera lo suficientemente abrigada para salir al exterior. Alexander, ésa
era mi preocupación ahora. Lo demás daba igual. Avisé a Rebbeca que por favor
estuviera al tanto de las nuevas noticias respecto a mi misión, avisé a Ian que
no nos podríamos juntar y avisé a Bianca que mantuviese la calma.
Sin importarme demasiado evadir
los colores de los semáforos, tomé todos los atajos posibles para llegar al
hospital. En total, 30 minutos.
¿Por qué hizo esto? No me
asustaba su conocimiento de distintas lenguas tanto antiguas como modernas, sin
embargo, no entendía el motivo que lo llevó a escribir algo en una pared de su
instituto. Quizás, si el mensaje hubiese sido algo romántico, se comprendería
que un alumno hiciera algo así, sin embargo, era algo personal. Lo intuía.
Estacioné en el subterráneo
marcando el piso según las indicaciones correspondía a emergencias. Mi hijo.
Alexander. Inconsciente. Su brazo. Su cabeza. Cortes. ¿Qué pasó con él?
-¿En qué puedo ayudarla?
-Mi hijo está acá, acaba de
llegar y…
-Dígame su nombre.
-Alexander Kaulitz.
Pausa, una puta pausa en donde me
convencí que sus pezuñas con encajaban en el teclado frente a ella. Me observó
sobre sus lentes con una sonrisa poco hogareña.
-Habitación C-12. Al fondo del
pasillo doble a la izquierda, quinta puerta.
-Gracias.
Caminé lo suficientemente rápido
como para notar el vestido negro ondear con cada paso que daba. Sólo oía el
taco de mis botas resonando sin producir ecos. Mis pensamientos se diluían
pensando en un mantra que lo mantuviera sano y estable… algo así como una
oración. Doblé en la esquina, divisando a un hombre concentrado en su celular y
a una chiquilla de cabellos rubios junto a él. La alumna y el apoderado. Por
suerte, una enfermera acababa de salir de la habitación de mi hijo así que sin
rodeos ignoré la presencia de los demás y tras anotar algo en su planilla, me
divisó frente a ella.
-¿Usted es la madre de…?
-De Alexander –respondí con voz
firme y decidida.
-Su hijo está descansando del
golpe. Tuvimos que hacerle unos puntos pero estará bien.
-¿Puedo verlo?
-Está durmiendo, sin embargo
puede entrar –me ofreció unos papeles en donde noté sólo el primer nombre de mi
hijo -.Necesito que firme estos papeles y rellene los datos de la consulta
médica. Avisaré al doctor de su llegada para que le informe sobre el estado de
su hijo.
-Ok.
-¿Tú eres la mamá de…?
Entré ignorando la voz de la
joven a mis espaldas, ya le preguntaría a Sascha quién era ella. Cerré a mis
espaldas y observé el rostro pacífico de mi hijo rodeado de sábanas blancas y
cables. Me acerqué dejando los papeles a sus pies y tomé su mano fría entre las
mías.
Su rostro estaba pálido, tenía
ojeras y sus labios estaban secos. Noté su otro brazo con yeso y supe que debía
tener una fractura y que lo usaría por unas semanas. Contuve el aliento al ver
las ajugas en su brazo y mano… era escalofriante verlo en esas condiciones.
Noté pintura roja, sólo pintitas, en sus dedos enterneciéndome ante un
Alexander que parecía ser el mismo niño inquieto y llevado a sus ideas de
siempre.
-Ejem…
Miré hasta la puerta donde divisé
a un señor alto y canoso con un bigote gris. El doctor, por supuesto. Tomé a
regañadientes la documentación de las pies de Alexander y la agité en el aire.
-No tengo lápiz, Doc.
-¿Usted es…?
-La madre de Alexander –le
interrumpí señalando a mi hijo con la cabeza.
-Bien… ehmm… su hijo llegó
inconsciente y…
-Vaya directo al grano, por
favor.
-E-está bien. En dos semanas más
le quitaremos el yeso el su brazo debido a la fractura, pero no es nada grave.
Le daré una receta médica ante posibles molestias por los puntos en su cabeza.
-¿Cuántos fueron?
-Diez. No se notan porque fue en
la parte baja de su cabeza. Cayó en un desnivel que produjo ambas heridas, pero
de aquí a unas semanas estará como nuevo –sonrió ante la elección de palabras.
-¿Y su inconsciencia tiene
explicación razonable?
-Baja de presión. Seguramente no
comió lo suficiente o pasó por una situación de estrés demasiado intensa. Las
emociones a su edad suelen ser el doble de las de un adulto, e incluso el
tripe, señora. Así que seguramente fue por eso. Sin embargo no podemos
descartar la inhalación del gas que emite la pintura a látex.
-Ok. Gracias.
-Lo seguiremos observando, por
mientras, puede rellenar la planilla médica, por favor.
-Vale.
-En cuanto despierte, le daremos
el alta para que pueda regresar a su casa. ¡Ah! Olvidaba decirle que debe hacer
reposo absoluto por una semana ante posibles molestias futuras.
-¿Algo más?
-Sí. Su esposo se acaba de ir y
me dijo que le comentara sobre sus modales frente a los demás, y que su hijo
llamara a Cassandra.
Con que así se llama la mocosa rubia.
-Ok.
Esposo. No, yo tengo eso. Ni
jamás pensé en tener uno. Ni cuando estuve con él pensaba en tener una boda o
consumar nuestra relación. Nada. Quizás con Ian pueda surgir algo más, aunque
no tendría hijos con él debido a mi edad, por supuesto. Los nuestro con Ian
llevaba unos meses, lo suficiente como para decir que nos llevábamos bien y que
era hora de presentarle a mi hijo. Y ahí radicaba mi problema; recostado e
inconsciente, el sarcasmo y el humor de Alexander quedaban refugiado dentro de
su mente, sin embargo a penas viera a Ian esa situación se revertiría y no
sería a mi favor. Dios… esperaba que por favor entendiera como yo entenderé
que…
Cassandra… nunca me habló de ella. Ahora sabía que era su
compañera, pero tenía ciertas dudas de la clase de amigas que mantenía Sascha
sabiendo que no buscaba precisamente sonrisas. ¿Qué pasaba en la vida de mi
hijo?
como siempre te salió perfecto el capitulo <3
ResponderEliminargracias por subirlo Nina, espero el próximo pronto y me muero por leer el reencuentro entre Bill y la invasora (porque va a haber uno no?!) haha
saludos
Oh por dios DDDDD:
ResponderEliminarPobre Alexander...
Así que Tom estuvo por ahí?
Dios me muero de la intriga...
Sube pronto Nina
Cuídate y un abrazo :D
cambie de opinion, quiero una narracion de Tom. quiero saber qe piensa y qe sospecha mi boludo. Y como será el reencuentro? Y si invasora ya tiene algo ocn el loco este nuevo? OH POR DIOS, no puedo esperar maaaas
ResponderEliminarAMy tuvistes la mejor idea del mundoooooooooo!!! jaajjaja Quiero una narracion por parte de Tom tambien *-*!!
EliminarEspero nina tome encuenta nuestro comentario jijij!!
Me encanto el cappppppppppppiiiiiiiiii!!! :D
santo cristo milagroso esto sepone cada vez mejor espero que sumas pronto un beso
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA M-U-E-R-O QUE FELIZ QUE ESTOY YO LEI TU FIC DESDE EL COMIENZO PERO POR COSAS DEL TIEMPO NO PUDE LEERLA MAS :( MIERCOLESSSS Y AHORA EN UNA SEMANITA ME HE LEIDO TOOODA TU FIC SIN DESCANSO :D QUE FELIZ QUE ESTOY POR ESO SHITTTTT TANTAS COSAS QUE HA PASADO ME MUEEEERO ENSERIO WUAU TIENES UN SUPER CREATIVIDAD TE ADMIRO POR ESO ENSERIO YA QUISIERA YO *-* HHAHAHA BUENO ME HA ENCANTADO TU FIC HASTA AHORA ME HA LLEGADO AL CORAZON TOOOODOOO ENSERIO HE LLORADO REIDO Y TODO CON LOS PERSONAJES EN SERIO AMO TU FIC ES UNA DE LA MEJORES QUE HE LEIDO TE LO PUEDO ASEGURAR Y NO SABES LO FELIZ QUE ME SIENTO PORQUE FINALMENTE TE ALCANSE FIUUUU e.e YEAHHHH JAJAJAJA BUENO SOLO TE PIDO DE TOOODDDOOO CORAZON (CON MI CORAZON DE POLLO) QUE PORFAAA LA SIGAS PRONTO SE QUE NO TIENES TANTO TIEMPO (CREO) JEEE PERO SIGUELA PRONTO ENSERIO ESTOY QUE ME COMO LAS UÑAS Y ME JALO LOS CABELLOS PARA SABER QUE VA A PASAR Y TODOOOOO AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarNO SABES CUANTO TE ADORO NINA ERES LA MEJOR AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ya parezco loca pero no me importa jajjaja yo solo te pido que porfa porfa porfa y porfa la sigas super pronto enserio seria genial para mi yeahhh
te adoro nina se ve que eres una superarchiultramega escrito :D