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sábado, 4 de diciembre de 2010

Capítulo 13


NARRAS TU XD

No tardé mucho en llegar a la cabaña que quedaba junto a un lago hermoso y un bosque que le daba un toque más misterioso ante la oscuridad al ambiente. Le pagué el doble al taxista para que se apresurara en llegar, corrí (a pesar de que estaba con tacones altos) hasta la cabaña para alcanzar a cambiarme de ropa y arreglar cada detalle para que la noche junto a Bill fuera perfectamente hermosa.

Recuerdo haberle preguntado hace unos años a Andy qué era lo que se sentía la primera vez, pero su respuesta no fue muy motivante para mí: “Al principio te duele mucho porque sientes que una herida se abre en… bueno, tu sabes donde xD y mientras más sigue el hombre con su “coso” más te duele, pero no te preocupes porque después de unas horas se te quitan todos los dolores y te relajas XD ¡Ah! Se me olvidaba decirte que sangras porque… emm… porque sí…”. Una encantadora opinión de parte de una amiga que había tenido relaciones con la mitad de los chicos del campo de entrenamiento en el que nos encontrábamos en aquella época. Hasta que a los diecisiete rompí mi virginidad en una de las misiones con las que trabajé para Pantera.

Miré la hora y supuse que Bill ya se debía encontrar en camino súper preocupadísimo por mí dejándose llevar por la imaginación y el drama. Luego de haberme percatado de que todo estaba perfectamente bien, me asomé por el balcón más cercano a la hermosa vista que me ofrecía el lago, que era iluminado por la luna. Prendí un cigarrillo para tratar de calmarme y confiar en que todo saldría como lo tenía calculado.

Sólo deseaba ser correspondida y que esta noche fuera inolvidable para ambos…

NARRA BILL =)

(Tu nombre)… ¿dónde estás?... conocía Berlín como la palma de mi mano gracias a mi trabajo, pero la dirección anotada en la servilleta justamente era demasiado extraña para mí. Uno de los mozos me indicó torpemente cómo llegar, pregunté en una gasolinera que sorprendentemente se encontraba abierta cómo llegar y un amable anciano me indicó fácilmente el camino sin rodeos. Antes de partir nuevamente llamé a Tom para avisarle que llegaría más tarde de lo acostumbrado ya que había surgido un percance, lo que él entendió fallidamente diciéndome: “¡Por suerte puse un condón en tu chaqueta antes de que te fueras!... me enorgulleces Bill, estás creciendo xD”. Revisé los bolsillos de mi chaqueta de cuero entrando en razón con lo que Tom me había dicho… habían dos condones y un papel que decía: ¡Estoy seguro de que los necesitarás… excito!”. Seguramente lo que más me serviría para encontrar a (tu nombre) serían un par de malditos condones. Llamé a (tu nombre) para ver si me contestaba… pero su teléfono seguía apagado.

La dirección se encontraba dentro de un recinto que parecía privado, pero cuando anuncié mi nombre inmediatamente me abrieron la puerta en donde a lo lejos podía ver un lago iluminado por la luna. Pero, ¿qué hacía (tu nombre) en un lugar así? El portero se despidió amablemente de mí diciendo que su labor ya había terminado por hoy. Cerró el portón con llave dejándome totalmente atrapado en lo que parecía ser un bosque… totalmente sólo. Fui avanzando en el auto por la oscuridad gasta que a lo lejos pude notar una cabaña iluminada, lo malo era que sólo se podía llegar caminando hasta ella, ya que en el puente que unía ambos extremos aceptaba un peso máximo de 150 kilos, y lógicamente mi auto no era peso pluma. Aparqué el auto lo más cerca que pude y me armé de valor para atravesar el puente y acercarme a la cabaña que se encontraba iluminada. La tenue luz de la luna me hizo reconocer el lugar… allí vacacionaba con mi hermano y mi madre cuando éranos pequeños, era imposible olvidar el origen de todas nuestras maldades cuando estábamos en la escuela. Inmediatamente la seguridad volvió a mí y cada paso que daba, era más confiado.

Al parecer nada era tan malo como pensaba al principio, sino que todo lo contrario. Sería una experiencia para recordar…


AHORA QUE SE VIENE LO BUENO, NARRO YO XD

Te habías sumido en tus pensamientos respecto a tus teorías sobre la demora de Bill cuando sentiste unos pasos acercándose y abriendo lentamente la puerta principal (o de entrada)… sonreíste para ti misma cuando sentiste el ruido de las cadenas de los pantalones de Bill… Había llegado un momento antes de que perdieras la paciencia xD El lugar sólo estaba iluminado en velas blancas de todos los tamaños y los clásicos muebles que nunca faltan en una casa (mesas, televisor, sofá, comedor, etc.). Tú aún te encontrabas en el balcón apoyada en una baranda tomando el aire fresco de la noche cuando sentiste que Bill cerraba la puerta a sus espaldas.

Bill: ¿(Tu nombre)?... ¿dónde estás? :O  (Gritó avanzando lentamente por la cabaña).

Soltaste una risita que indicó a Bill que te encontrabas cerca de él… sonrió pensando en que tú querías jugar a las escondidas con él, por lo que te siguió el juego.

Bill: ¿Sabías que tuve que parar en una gasolinera a preguntar por la dirección? El mozo al que le pasaste la servilleta no sabía cómo explicarme la ruta y tartamudeaba como en mil idiomas a la vez.

Nuevamente reíste sólo que inevitablemente soltaste una carcajada, al imaginarte a Bill Kaulitz, la famosa estrella alemana del rock preguntando en una gasolinera cómo hallar una dirección. En ese momento Bill te encontró tomándote de la cintura y susurrándote “te encontré” lo más bajito posible.

Tn: No me puedo imaginar aún al vocalista de Tokio Hotel preguntando una dirección en una gasolinera a estas horas de la noche ¡qué pensarán de ti esas personas!

Bill: Tal vez pienses que estoy en busca de la chica de mis sueños a juzgar por mi rostro iluminado e impaciente por encontrarte.


NARRAS TU =D

Sabía que con Bill tener relaciones sexuales o follar, sería más que eso… sería “hacer el amor”, una experiencia que no conocía del todo, pues, parte de mi arduo trabajo consistía en hacerme pasar por distintas clases de mujeres. En otras palabras, ya no era virgen. Pero jamás lo he hecho con amor, al contrario, sólo entrego mi cuerpo a hombres que luego de un momento debo matar para que caigan en mis trampas…

Si fuera por eso, me consideraría una gran perra al acostarme incluso con tipos de sesenta y tantos años, o con abuelos que llegan necesariamente a tomar viagra delante de mí antes de follar.

Por primeras vez –luego de haber terminado con mi virginidad a la fuerza con sólo diecisiete años- me sentía nerviosísima al ver el rostro de Bill… me preguntaba si descubriría si soy una puta por no romper mi virginidad con él o de la manera correcta, o si simplemente no se le pasaría por la mente. Como si percibiera cada una de las emociones que rondaban mi cabeza, Bill me miró fijamente a los ojos y sonriéndome tiernamente me dijo cuánto me amaba a medida que se acercaba para acortar la distancia entre nosotros. Bill parecía tener cierto poder espiritual que hacía que confiara sin límites en su palabra… sí, haría el amor con Bill Kaulitz.


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