-Yo le dije a Gaspard que no se
abrigara tanto al venir, pero ya ven que ni hizo caso –dijo tía Lily señalando
a su hermano/esposo totalmente acalorado junto al aire acondicionado y con un
vaso con más hielo que agua.
-Se nota que no ha cambiado en lo
tacaño –se rió mamá con esas carcajadas suaves que suelen salir de su boca en
intenciones de burlarse de nadie.
-¿Al menos empacaste ropa más…
delgada y ligera? –preguntó mi tío Erik, primo de mi tío ruso/francés.
-Puede que viva en Moscú pero aún
recuerdo cómo es el clima por estos lados, eh –se defendió tomando un sorbo más
de agua.
-Pero no por eso tenías que venir
tan abrigado, cariño.
-Prefiero asarme de calor a que
morir de frío en el aeropuerto internacional de Moscú.
-El frío se puede pasar tomando
vodka o café, en cambio el calor sólo con agua helada y ventilación, así que no
coincido contigo, Gaspard –dijo mamá defendiendo lo razonable que sonaba su
argumento.
-¡Agh! ¡Qué más da!...
Me sentía en familia, cómodo y
relajado frente a quienes me han visto crecer y conocen a mi madre desde sus
inicios junto a Alphonse Solarin, o sea Pantera. La llegada de mis tíos a casa
definitivamente había iluminado el rostro de mi madre y el mío… ellos fueron
quienes me vieron desde mis primeros segundos de recién nacido por lo que los
considero mis padres adoptivos o tutores en caso de que mi madre muera en
alguna misión. Mamá no paraba de sonreír y sus ojos brillaban de alegría como
cuando me escuchaba cantar o cuando llegaba con bunas noticias a casa, y creo
que prefería verla así a que ver su estado casi de momia por la vida.
Claro, no éramos los únicos
felices de la llegada tan repentina de mis tíos. Bianca, quien no paraba de
abrazar a mi tía Lily parecía un perro expectante a la llegada de su dueño y de
hecho no paró de vomitar palabras por todo el instituto. Por otra parte, mi tío
Erik y mi tía Rebbeca parecían felices de volver a ver a la pareja de hermanos,
de hecho parecía querer impedir su partida cuando ésta llegase.
Ésta era mi familia. Aquella que
me conoce mejor que nadie y que me ha visto crecer con mis errores y aciertos.
Quizás no había vínculo alguno entre ellos y yo, pero sabía que para mi madre
existía una conexión más allá de la sangre con ellos. Todos ellos, sin
excepción alguna, fueron espías que trabajaron para Pantera, con la diferencia
de que mi madre es la única funcionaria activa en la mafia. Tal vez nadie
creería que una peligrosa y buscada asociación pudiera unir personas, pero yo
sabía perfectamente bien que todos ellos habían arriesgado sus vidas por el
otro.
-¿Tan callado? Tú no eres así –me
giré y quité la mirada de mi perro a penas escuché la intromisión del tío
Gaspard al jardín. Me ofreció una cerveza, sin embargo negué con la cabeza.
-No tomo.
-¿Tan sano?
-No tomo, no me drogo o fumo.
Quiero vivir por lo menos cien años más.
-Pensé que también fumarías. Por
suerte tu madre dejó de fumar a penas supo que venías en camino.
-Lo sé. Su teoría es que odio la
nicotina porque su cuerpo estaba lleno de ésta antes de que me tuviera.
-Suena lógico, pero no soy
experto en el tema como para decir si es verdad o no lo que (name) dice.
-Lo sé.
-Sé que lo sabes, Sascha –se
sentó a mi lado y Aki se le acercó inmediatamente tras reconocer (seguramente
por ley de vida) el olor de su madre impregnado en sus ropas, mi tío sonrió y
lo acarició tomándolo entre sus brazos-. Se nota que lo has cuidado bien, su
madre debe estar orgullosa de su pequeño hijo.
-¿Qué pasó con los demás cachorros?
Nunca me lo dijiste.
-La última vez que te vi te
interesaba más follar con chicas que conocer la historia de la madre de Aki
–puntualizó sabiendo que estaba en lo cierto.
-No lo niego.
-Como bien sabes, murió a penas
nació el último de la camada, Aki. Nacieron cinco perros, y los primeros cuatro
no resistieron mucho debido al frío ruso. Todos aquellos a quienes regalamos
los cachorros nos dijeron que no resistieron más de dos semanas.
-Entonces, Aki es el afortunado.
-Ajá.
Guau. Definitivamente valoraría
más de lo que ya amo a mi perro. Es un sobreviviente, un luchador de la vida.
Seguramente esta bola de pelos blanca a pesar de ser chistosa, debía tener una vida bastante afortunada al
estar conmigo y mamá.
-¿Y el padre?
-A Adi lo dejé con nuestra vecina
y que no alcancé a ponerle las vacunas necesarias además de tener su
documentación al día.
-¡Pero qué mal dueño!
-Con Lily embarazada es imposible
no parar de cocinar e ir de compras. Te juro que lo único que quiero es que
nazca luego ese bebé o lo sacaré a la fuerza.
-¿Cuánto le falta?
-Cuatro meses. Cuatro putos e
infernales meses más y no pasaré cocinando más.
-¡Guau! ¿Enserio tiene tanta
hambre?
-Sí. Por suerte tu madre no tuvo
tantos antojos como Lily o sino ya tendría canas verdes.
-¿Cómo fue el embarazo de mamá?
Vaya, empezamos hablando de Aki y
terminamos hablando de mamá, ¿por qué todo siempre se resumía en ella o su
pasado? Al menos tenía la esperanza de que mi tío abriera más la boca que mamá
o el tío Erik, seguramente al vivir por una temporada con mamá durante mi
desarrollo humano conocía más sobre mamá. Mi cachorro se removió en los brazos
del tío Ulliel y saltó hacia el interior de la casa donde se encontraban los
demás riendo a carcajadas en la sala de estar.
-Pues… se le hizo difícil sabiendo
que estaba sola y sin… tu padre biológico. En esa época ella se encontraba
desequilibrada emocionalmente debido a… espera, ¿tú madre no te ha contado nada
de esto? –Ahí va el “stop” que hacen todos para dejarme seguir con mi
ignorancia.
-Por algo te pregunto –farfullé
algo molesto por saber que seguramente se rehusaría a mencionar algo sobre esa
época.
-Entonces no debería decirte nada
de esto, es su vida y…
-Y me involucra también al ser su
hijo y no tener ni puta idea de parte de su vida. Me da igual lo de mi padre,
simplemente quiero saber cómo fue su embarazo.
-Ah… ya que lo pones así, creo
que podré mencionar una que otra cosa.
¡BINGO! Ulliel podrá abrir la
boca sin pedir permisos a mi madre sobre lo que debo saber o no. Al menos lucía
más empático al notar mi ignorancia y mis ganas de saber más sobre quienes me
rodean. Cerró el ventanal con el fin de que mi madre no escuchara y lo
detuviera y se situó a mi lado derecho.
-Al principio no se encontraba lo
suficientemente bien, ¿sabes? Fue como regresar a la época de entrenamiento que
llevamos en la casa de tus abuelos, sin embargo sabía que ésta vez había algo
diferente y no había rabia en ella, sino que demasiada tristeza.
-¿Había terminado con el viejo
por esa época?
-Hm… tu padre no es viejo,
Alexander. De hecho es menor que yo.
-¿Enserio?
-Ajá –vale, un dato menos de lo
que preocuparme.
-Tu madre se encontraba entre la
espada y la pared por lo que decidió proteger a quienes más quería y la
rodeaban. Se alejó de todos y volvió a vivir en la mansión de Pantera por un
tiempo hasta que supo que estaba embarazada y nos llamó a nosotros para
cuidarla.
-¿Pero por qué era triste, tío?
–sé que no me contaría demasiados detalles, pero al menos me enteraría de cosas
que se asemejaran a lo que le pasaba a mamá.
-Humm… chiquillo astuto –murmuró
sonriendo al ver el giro de nuestra conversación-. Tu madre quería ser normal,
llevar una vida como cualquier otra mujer a su edad, sin embargo cuando menos
lo esperaba todo acababa y volvía al principio.
-¿El principio? ¿Cuál?
-La Mafia.
-Ok.
-Los primeros meses fueron
difíciles para ella ya que los constantes vómitos, mareos y antojos la tenían
completamente agotada. Lily se encargó de ser su sombra mientras ambos la
acompañábamos al médico para sus controles mensuales. Luego, cuando llegó el
momento de ver la ecografía más nítida de ti, tu madre decidió cambiar su
mentalidad y luchar por no perderte. Fuiste su pilar y lo sigues siendo. Eres
su punto débil y a la vez su mayor alegría.
-¿Tan dramático fue para ella?
-No diría “dramático”, sino que
complejo. Tenía veinte y casi veintiún años durante los nueve meses, aún era
joven y no planeaba tenerte aún. Ni si quiera sabía que podía tener hijos.
-Pero ella mencionó que era
infértil... ¿acaso me adoptó?
Mierda. Jamás he encontrado un
certificado de adopción o algo así, sin embargo hay fotos mías de cuando tenía
meses de vida. ¿Cómo pudo tenerme si no sabía que podía tener hijos? Debió
someterse a algún tratamiento genético o ginecológico que le permitiera ser
fértil o…
-No te adopté.
Al decir que las madres son
brujas, tienen la razón. ¿En qué momento se sentó al lado del tío Gaspard?
Claro, donde era espía sabía ser silenciosa con sus movimientos y ser invisible
en la oscuridad, más aún si vestía de negro. Mi tío apoyó la espalda en un
pilar de madera para dejarme ver a la protagonista de nuestra conversación,
quién sonreía divertida con su copa de vino tinto en la mano.
-Pero no podías tener hijos.
-Se supone que no podía, un
ginecólogo alemán con el cual me traté después de una misión me lo dijo.
-¿Entonces…?
-Simplemente te tuve. No sé cómo
pasó ni qué hice pa…
-Está claro que follaste con…
-¡ALEXANDER KAULITZ! LA PRÓXIMA
VEZ QUE DIGAS ALGO ASÍ, QUEDARSE SIN INTERNET SERÁ POCO –Gritó sin importar que
el tío oyera los retos ni viera su cara de ogro. Blanqueé los ojos y suspiré
sin ganas de responderle algo.
-Ok, vale. Simplemente estaba con
el Kaulitz viejo y pasó lo que tenía que pasar.
-¡Sascha! Jajajajaaa… tu sí que
puedes conmigo –se rió mi tío a carcajadas sin importarle el rostro de mi
madre.
-¡Bah! Ni que fuera un payaso
–murmuré sonriendo y viendo a mi perro corretear de un lado a otro.
-Y tú le sigues el chiste, eh
–acusó a mi tío.
-¡Pero si se supone que no
estabas acá escuchando mi conversación con Alexander!
-Es verdad, mamá. Simplemente le
pregunté al tío cómo fue tu embarazo.
-Bueno, ya sabes que
prácticamente fuiste un milagro sabiendo que yo era infértil y que no
planificaba tenerte tan temprano –dijo dando por concluido el tema mientras
jugaba con su collar de perlas.
-Ve el lado positivo, ma. Tienes
fans en mi instituto y debes ser la mamá más ardiente que cualquiera ha visto.
-¡Una más y despídete de tu
guitarra!
-¿¡Enserio!? –preguntó con
diversión mi tío ignorando la reacción demasiado alharaca de mamá.
-¡Gaspard! –lo reprochó por no sé
qué cosa.
-¡Pero si es la verdad! Además,
el tío tiene razón. Se suponía que era una conversación de tío a sobrino, o sea
que tú no cuentas, ¿vale? Así que no deberías reclamar tanto por lo que
mencionamos o no, al fin y al cabo somos hombres y por genética decimos cosas
menos finas que las mujeres.
Gracias, gracias. Agradezco sus
aplausos por defender la raza humano-masculina de las quejas de mi madre, quien
constantemente parece consternada por mis opiniones personales y jerga juvenil.
Claro, sé que no ganaría la lucha pero me conformaba con un round victorioso.
Salvada por los gritos de mi tía Rebbeca a mamá, se levantó mirando con su
típica cara de “esto no se ha terminado aún” (al final se le olvida y me deja
tranquilo) y nos dejó solos en la oscuridad del jardín. Vi a Aki seguirla como
desesperado mientras ladraba su nombre en lenguaje perruno hasta que ella lo
tomó en sus brazos y siguió su camino a la sala de estar.
-Esa mujer realmente te cuida,
eh.
-Es algo mutuo, aunque a veces
ella es la que se sobrepasa.
-Normal. Eres su hijo y única
familia viva… en cuanto a sangre.
-Lo sé –suspiré estirando las
piernas y apoyándome en la palma de mis manos.
Nos quedamos en silencio,
escuchando la nada misma en medio de una noche despejada. Por muy gay que
suene, necesitaba estar con mi tío Gaspard… quizás por ser el más joven de mis
tíos, podía comprenderme más que el tío Erik y que mi madre. Seguramente es
porque ha estado con mamá en sus momentos más difíciles, o porque al principio
la odiaba y terminaron siendo amigos y parte de una familia llena de
disfuncionalidad. Oh… ¡pistas! Quizás él…
-¿Tío?
-¿Hm?
-Sé que mamá les ha obligado a no
mencionar nada sobre… ya sabes quién. Pero últimamente le he dado demasiadas
vueltas al tema y la verdad es que necesito que me aclares ciertas cosas.
-Suena como el clásico Lord
Voldemort cuando lo nombras así –se rio un instante y luego observó el gran
ventanal que nos distanciaba de mi madre y su control.
-Por favor…
-Bien, trataré. Pero no te diré quién
es. Espera, ¿qué sabes? –susurró para no arriesgarnos a ser escuchados.
-Está en Alemania, tiene un
tatuaje en su brazo que dice “Libertad”.
-O sea, de 100 sabes… un 9 u 8.
-Lo sé y eso me frustra demasiado
porque se supone que es mí… padre.
-La última vez que supe de él,
vivía en Los Ángeles, California.
-¿Enserio? ¿Y sabes en qué
trabaja?
-Tu madre me castraría si te lo
digo y la verdad es que aún no quiero terminar con mi vida sexual.
-Ok… vamos por otra parte. ¿Tiene
familia?
-Tiene a su madre y padrastro. Y
claro, a su hermano.
-¿Tengo un tío? –susurré
emocionadísimo frotando mis manos.
-Sí, y es simpático. Cuando lo
conocí tenía veinte y algo. Así que ahora debe tener unos… treinta y algo.
-Es menor que tú.
-Ajá.
-Vale. Cuéntame más.
-No sé qué más contarte… pero te
puedo asegurar algo.
-¿Qué cosa?
-Tu madre lo amó como a nadie en
el mundo entero. Claro, antes de que nacieras.
Nunca creí en el amor, ni creo en
el por lo de mis padres. Sin embargo mamá amó al portador de espermatozoides.
Guau, si hasta me lo dice el tío Gaspard. Mierdaaaaaaa… ¿quién era? ¿Quién
podría ser él? ¿Qué tenía que enamoró tanto a mamá? ¿Qué tanto provocó en ella?
-¿Él… la quiso como ella a él?
-Sinceramente creo que sí.
-¿Entonces por qué terminaron?
¿Por qué no lo conozco? ¿Por qué nadie puede mencionar algo sobre él? ¿Por qué
es un innombrable acá y en todas partes?
-Alexander –levantó la voz al ver
que me alteraba.
-¿¡POR QUÉ NO SÉ NI SU PUTO
NOMBRE!? –grité ya cansado de tantos misterios. Me levanté observando el
ventanal en donde veía a mamá como piedra con su copa en la mano y rostro
inmutable -. ¿POR QUÉ NO PUEDO CONOCERLO NI SABER SI ESTÁ CERCA O NO? LO
NECESITO MÁS QUE NADIE POR MUCHO QUE LO QUIERA NEGAR… Y TÚ ME LO ESTÁS NEGANDO
DE POR VIDA.
Nadie respondió, ni nadie
reaccionó cuando a mamá se le cayó la copa de las manos. Podía verlos a todos
atentos observándome o mirando un punto fijo sobre la alfombra. No esperaba
rebalsar el vaso de mis rabias tan pronto, ni mucho menos con la llegada de mis
tíos. Estaba arto de vivir en una burbuja creada por mis tíos… sin embargo me
sentía culpable de arruinarles la velada con mis amarguras. A penas una
corriente de viento tocó mi rostro, supe que estaba llorando y que las gotas
resbalaban hasta mi cuello. Mamá también lo notó y fue la primera que rompió el
silencio gritando mi nombre a penas me vio salir y dirigirme a la salida
trasera del patio.
Mi tío Gaspard trató de detenerme
pero yo era más rápido que él y se detuvo en la segunda cuadra. No sé cuánto
corrí. Las preguntas que me han atormentado desde que tengo memoria parecían
rondar mi cabeza como una canción distorsionada sobre otra y así sucesivamente.
SANTA MADRE DE DIOS ! ME DEJAS CON MAS GANAS DE SABER MAS ESPERO EL SIGUIENTE UN BESO
ResponderEliminarDios mio! Alexander necesita a su padre :c
ResponderEliminarOjalá ya salga todo a la luz y Bill lo conozca :')
Cuídate y un abrazo :D
Sube pronto
me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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