-A pesar de que siempre tuvo
problemas con sus padres y con la educación tradicional de esa época de España
ya que fue expulsado de numerosas escuelas de alto prestigio, Dalí siempre
representó una madurez muy desarrollada cuando tenía catorce años.
-¿O sea que cuando tenga
problemas con mis notas es porque soy demasiado inteligente para esta
educación? –Esa pregunta era tonta, y seguramente no me sorprendería
proviniendo de los bromistas de la clase de arte.
-Actualmente, en muchos países la
educación que brinda los gobiernos está siendo cuestionada debido a las
técnicas evaluativas, los métodos de aprendizaje y los contenidos de estudio.
Por lo que una respuesta a su pregunta puede ser relativa –Demasiado discreta
para decirle “dedíquese a estudiar porque lo que tiene es flojeritis aguda”,
definitivamente la profe de Arte era como Dalí versión femenina.- En fin,
estamos en clase de Arte y no de Historia Universal. Salvador tuvo una relación amorosa con su musa, cuyo nombre era
Gala. Pero lo más relevante de este rebelde artista fue que tras una ruptura en
la relación con su padre, Dalí le envió a éste una carte manchada con semen que
decía “ahora ya no te debo nada”, dando por finalizada una de sus relaciones
familiares.
Este tipo me agradaba. Su padre
debió ser un viejo de mierda que le sacaba en cara que él era su padre y le
debía hasta la vida. Pero el fue más inteligente al devolvérsela en una carta
de la misma manera en la que nació. Parecía una idea inspiradora si llegaba a
enterarme de que mi viejo era un imbécil orgulloso. Ahora que lo pienso, ambos
nos parecemos; somos rebeldes en el contexto escolar y educativo, somos
demasiado maduros a nuestra edad, y aborrecemos a nuestro padre, aunque por
diferentes motivos, por supuesto. Quizás Dalí habría sido un viejo loco y
extravagante… demasiado para el siglo XX, y actualmente sería tratado como un
esquizofrénico sin remedio.
Volví a la clase. La profesora
Mayer mostraba en diapositivas las obras más conocidas de Salvador mencionando las
pinceladas casi invisibles que daban la sensación de que fuera un dibujo más
que una obra de arte hecha con oleos. El tipo era genial, tenía una imaginación
demasiado loca para ser entendible por expertos en el arte, lástima que muchos
estuvieran durmiendo o escuchando música en vez de observar cada obra. Matthew,
a mi lado, dibujaba una versión exagerada de las curvas de la profe y tarareaba
una canción de Justice. Estaba a punto de quedarme dormido como todos los demás
mientras la señorita Mayer mostraba a Frida Kahlo y sus locos auto retratos
depresivos cuando Surrender de Angels
& Airwaves empezó a golpear contra el bolsillo de mi pantalón.
-Los teléfonos deben estar
apagados durante el horario de clases, señor Kaulitz –No sólo me había ganado
aquel pequeño recordatorio por parte de la profesora mientras Tom DeLonge
cantaba, sino que los que estaban durmiendo despertaron al escucharlo música
buena en vez de la voz latosa de siempre.
-Tengo autorización del director
debido a posibles emergencias en casa –contesté con naturalidad mientras
recogía mis cosas dejando sólo el retrato de mamá sobre la mesa.- El dibujo que
solicitó ayer está sobre la mesa.
-Alexander Kaulitz, usted…
-¡Lo siento! Y es más preferible
Dalí a Kahlo.
Sin darle lugar a respuestas, escapé
por la puerta y contesté observé mi celular que seguí sonando con el coro de la
canción. Me bastó sólo ver la fotografía de mamá frente a la pantalla para
saber que posiblemente había problemas o iríamos a una de sus misiones, por lo
que para evitar ser escuchado por posibles chismosos, subí hasta la última
planta la cual estaba prohibida por posibles riesgos de caer muerto al patio.
-¿Sucede algo?
-Soy Erik, Sascha.
-¿Pasó algo con mamá? –No estaba
nervioso, sino que ansioso por verla.
-(Name) está bien. Pero está con Pantera y me mandó a buscarte a la
casa.
-¿Qué hace con el mafioso? Le
dije que…
-Él la llamó personalmente. Y al parecer también quiere verte a ti.
-¿Ella te pasó su teléfono? Pensé
que tenías uno.
-Fue un intercambio por la circunstancia. Voy en camino a tu casa.
-No estoy allá –observé la vista
de la ciudad esperando recibir alguna señal divina que me salvara de la mafia y
de mi tío.- Además, no quiero ir ni saber nada del viejo por ahora ¿vale?
-No hagas las cosas más difíciles de lo que ya lo son, Sascha.
-¿¡Difíciles!?... no me digas que
te asusta un viejo de mierda y que ya no te gustan los problemas.
-Es sobre tu ingreso a la mafia… ¿no era eso lo que querías?
-¿Intentan sobornarme a costa de
mis estudios? Te recuerdo que estoy en pleno proceso educativo –excusas baratas a falta de imaginación para
negarme a ir donde el viejo de mierda que más a nada depende de mamá y sus
esclavos.
-Alexander Kau…
Corté. ¿Para qué continuar con
una conversación en donde nadie cede frente a las ideas contrarias? A pesar de
desear seguir el mismo camino de mamá con el fin de reemplazarla y hacer que
ella descanse por una vez en su vida, el solo hecho de pensar en Pantera Negra
(el viejo que ya ha puesto repetidas veces a mamá como cabecilla de su empresa/mafia/negocio
y que pretende que hacer lo mismo conmigo cuando mamá acepte mi ingreso a la
mafia), sonriéndome y mencionando
latosamente lo mucho que he crecido y que saqué el carácter de mamá o lo que
fuese que él pensara. La mala hierba nunca muere, como dicen. Y no me
sorprendería que este viejo termine viviendo más de mil años a cuesta del
trabajo de otros.
Algo crujió a mis espaldas
cortando el hilo de mis pensamientos. Me volteé rápidamente buscando la amenaza
o al individuo que debió escuchar toda la conversación o gran parte de ella si
es que llevaba mucho tiempo ahí, por suerte no mencioné demasiadas cosas que
pudiesen agravar la situación.
Era una chica. Y si no me
equivoco, podría tener mi edad. Ella me miró al tiempo que se reincorporaba del
suelo en donde estaba sentada, sus ojos me parecían similares a los míos… el
mismo café, las mismas pestañas… y no sólo sus ojos, sino que también algo en
su rostro me recordaba al mío. ¿No se supone que cuando uno se encuentra con
alguien muy parecido a uno debía morir o tener un ataque cardíaco? Bueno, quizás
no valía esta vez porque ella era una mujer y yo un hombre. Su cabello era
largo y rubio a diferencia del color del mío, y su contextura física poseía más
curvas, algo normal en las féminas. Sin embargo, a pesar de no dejar de
observarla desde mi posición, ella en ningún momento pareció sentirse
intimidada con mi mirada, es más, la mantuvo.
-Lo siento, no fue mi intención
escuchar tu conversación –murmuró con una voz dulce y algo insegura.
-No hay problema –actué con
indiferencia por miedo a asustarla cuando perfectamente le podía gritar “¡qué
mierda te metes rubita!”.-A veces los padres nunca entienden que uno también
necesita espacio.
-Dímelo a mí, tengo a mi padre y
a mi tío cuidando de mí casi como si fueran mis sombras –se rió. Su risa era
contagiosa y alegre, y también me recordaba a la mía, ¿cómo una chica me
recordaba a mí siendo que yo no soy marica?
-Los padres y tíos sueles ser
así… creo que es normal dentro de lo que sé. Pero al menos los tuyos no te
llaman porque un viejo desea ver cómo estás y para ello deben buscarte por toda
la ciudad.
-¿Tan grave es tu familia?
-Humm… algo así. Me imagino que
tu madre debe estar feliz de que tu padre te cuide tanto.
-Están divorciados desde que
cumplí diez años. Pero siempre dice que ellos buscan lo mejor para mí y acepta
que papá y su hermano me tengan controlada.
-Oh… ¿pero sueles hacer locuras
como quemar autos o romper ventanales?
-No. Simplemente puedo ser muy
conflictiva y competitiva. Si no obtengo lo que quiero del modo en que yo deseo
tenerlo, suelo jugar sucio. Ya sabes, romper piernas, pelear, chillar, hacerme
la víctima…
-¿Es enserio?
-Sí… bueno, quizás romper piernas
todavía no. Pero a veces creo que quizás algún
día termine haciéndolo.
Esto era demasiado. ¿Estaba
soñando o era una broma más de mi mente retorcida? Me acerqué a ella para verificar el extraño
parecido que había entre nosotros… Mierda. Mierda. Mierda. Definitivamente era
como una versión masculina de mi aunque más recatada. Sin embargo debía
confirmar ciertas cosas antes de sacar alguna suposición como el hecho de ser
hermanos perdidos a algo así.
-¿Y qué se supone que haces acá?
-¿Importa? –sonrió restándole
importancia a la falta gravísima que cometía por hacer fuga interna dentro del
establecimiento educacional. Primera chica que conozco y que no se ve puta
escapando de clases.
-Simple curiosidad. Las chicas de
hoy o son cartuchas, o son unas putazas.
-¿Acaso los chicos no lo son?
Guarros, desesperados, fáciles y cerdos… o simples ñoños, pendejos y gay.
-¡Se te olvida mi propia
categoría!
-¿Hijo de mami?
-No. De hecho no sabes nada sobre
eso… yo lo llamaría “vivo”.
-¡¿”Vivo”?! ¿Qué clase de
descripción es esa? –se burlaba dejando ver unas expresiones idénticas a las
mías. Claro, siendo mi clon femenino, debía ser tan burlesca como yo.
Definitivamente no me agradaba demasiado la idea de conocerla.
-Si me conocieras más,
seguramente lo entenderías –sonreí recordando a la mafia con la que me
relacionaba casi directamente, y a mi historial poco fiable-. ¿Y tú? ¿Putaza o
mosquita muerta?
-Ninguna. Simplemente sobrevivo como sea.
-¿Y por eso estacas acá? ¿Para
sobrevivir al maltrato escolar?
-De maltrato nada. Todos me
respetan, de hecho… Y tengo un permiso especial para salir o entrar cuando me
dé la gana… espera, ¿eres nuevo?
-¿Y recién te das cuenta? –Me
burlé esta vez yo observando cómo se cruzaba de brazos dejando ver un pequeño
relicario colgando en su pecho. Humm…
-No es que asista fanáticamente
toooooodos los días al instituto, ni que conozca a todo el mundo.
-¡Ya sé! Estás podrida en dinero
y tus padres te dejan acá sólo para que los dejes unos minutos tranquilos en
vez de pagarte profesores privados.
-De hecho, yo fui quien les pidió
estar en un lugar más… público y alejado de ellos.
-Sin embargo vienes y saltas
clases a pesar de faltar cuando te da la gana. De malcriada lo tienes todo –me
seguí burlando consiguiendo que se pusiera roja y sus facciones cambiaran a
unas de enojo.
-Ni si quiera me conoces, pendejo
de mierda.
-¿Es enserio? ¿No tienes nada más
que soltar por esa boquita?... pensé que serías más conflictiva de lo que
decías. No te preocupes, siempre suele pasar eso cuando alguien se acerca a mí,
me refiero a lo de terminar callado y sin palabras.
Besé sus labios aún sabiendo que
dentro de mi mente una voz decía cuán equivocado era mi gesto. Un simple topón,
nada profundo. Una simple provocación para despertarla de un trance que las
chicas solían tener conmigo. Sabían a fresas, a brillo labial de fresas. Y tras
separarme con una sonrisa de oreja a oreja por tocarle los huevos (ovarios
suena mejor), esquivé su mano antes de que pegara mi mejilla y salí caminando
calmadamente para mezclarme con el montón de estudiantes que salían al
descanso.
Era una chica algo astuta. Sin
embargo le hacían falta algunas palmadas, porrazos y retos, para disminuir su
orgullo algo-demasiado elevado. Esta vez, creo que fue demasiado pronto cometer
alguna locura más para rebalsar su vaso,
por lo que la dejé tranquila escuchando cómo me gritaba alguna que otra
grosería por las escaleras.
Ya en el primer piso, divisé
fácilmente a Matt, quien no paraba de gritar mi nombre para captar mi atención.
Planeaba preguntarle sobre quién era la chica de la última planta brindándole
características físicas objetivas, para así buscar su historial en la oficina
de la orientadora escolar luego de clases. Pero todo esto falló cuando divisé
una figura alta y bien vestida que no encajaba en los pasillos y que llamaba
demasiado la atención con su smoking a lo James Bond, sus lentes de sol que lo
hacían lucir más serio de lo que supuestamente era, y mi bolso colgada en su
hombro. Me vio, y supe que ya no había escapatoria. Estaba hablando con la
directora seguramente sobre su alocada hija pero parecía no estar muy
interesado en el tema.
-¿Se te perdió algo? –le dije
obteniendo la atención de él, de la directora y de alguno que otro cotilla que
pasaba por ahí.
-Sí. Un mequetrefe con pinta de
chulo que pregunta demasiado en el lugar equivocado. ¿Lo ubicas?... ¡Ah! Y
agrégale el pésimo humor que casi siempre trae. Sin embargo es bueno con la
guitarra.
-Gracias por lo último –miré a la
directora, quien alzaba una ceja ante nuestra conversación sin saludos de por
medio. Erik se volteó en su dirección y ella se fue avergonzada a su oficina
cerrando su puerta para no escuchar a pesar de encontrarnos en pleno pasillo -.
¿Y Bianca? ¿No vienes a por ella? Le haría ilusión que la retires antes de la
hora porque nos aburrimos como ostra.
-Estará mejor acá que allá –dijo
todo esto en inglés ante los grupitos que se arremolinaban cerca de nosotros
-.Pantera quiere verte luego de tanto tiempo. Tu madre ya está allá y me envió
a buscarte antes de que las cosas se pusieran feas de verdad.
-Pensé que ya no trabajabas para
ellos –murmuré en alemán sintiéndome observado.
-Pero ayudo a la Invasora en lo
que puedo. Y exactamente deberías hacer lo mismo si quieres ocupar su lugar
cuando ella se retire.
-¿Obedecer a Pantera o a mamá?
-Sascha… no quiero más problemas.
Si nos demoramos, tu madre estará en riesgo. Tratar con Pantera siempre ha sido
un asunto de vida o muerte.
-Ojalá se muera pronto ese viejo
de mierda –dije retomando la caminata en dirección a la salida ya rendido al
saber que era mi única salida del embrollo.
-Créeme que no eres el único que
sueña con ese día.
-¿Nunca has pensado en matarlo?
-SÍ. Pero…
-¿Pero…?
-Tu madre siempre me detiene –Jo,
¿era enserio? Si hasta detuve mi caminar sólo para verle la cara de chiste. Mi
madre no era nada de él. Bueno, era algo así como su aprendiz en la mafia
cuando él estaba en ella. Pero no era motivo para que mi tío acatara lo que
decía mamá cuando se trataba de Pantera.
-No me jodas. ¿Te da dinero,
autos o casa para que no lo mates? Pensé que ella…
-No desea seguir matando personas
–Siguió caminando y abrió la puerta de su Jeep negro, yo lo seguí para no dejar
que iniciara otra conversación y cambiar de tema.
-¿Acaso ese no es un riesgo al
ser espía?
-No quiere matar a nadie más, ni
tampoco quiere que nadie de su círculo cercano lo haga.
-¿Por qué? Si se trata de mí por
ser su hijo, no debería complicarse con…
-No quiere darte un mal ejemplo,
Sascha. Hay muchas cosas que ella ha sufrido y que seguramente no te
mencionará. Tu propio padre cuando se enteró de lo que era tu madre se alteró
demasiado, y la trató muy mal al saber que era una asesina.
-Espera. ¿Al principio no lo
sabía?
-Ajá –encendió el motor y salió
del estacionamiento lo más rápido que pudo hasta dar con la avenida principal
-. Pero después de un tiempo en donde lo conocí y hablé muchas cosas con él,
supo que no era su culpa ser una asesina. Fin de la historia.
-¿Y después qué pasó?
-Fin de la historia, jovencito.
Creo que con eso, quito el remordimiento de dejar a mi hija acá y no llevarla
con nosotros.
No valía la pena replicar por lo
que apoyé la cabeza en el vidrio y cerré los ojos para procesar en una oscura
visión todo aquello que mencionó sobre mi padre. A mamá debió afectarle
demasiado el sólo hecho de que mi padre biológico al comienzo no aceptara lo
que era. Lo comprendo. Si de un día para otro me enterara que mi novia es una
asesina y trabaja para la mafia, seguramente acabaría huyendo de ella o la
denunciaría con la policía antes de ser yo su próxima víctima descuartizada.
Pero si luego de eso se disculparon, entonces, ¿qué los separó? ¿qué pasó para
terminar algo que terminaría con mi
nombre? Humm… quizás se enteró de que mamá esperaba un hijo suyo y el entró en
pánico. O quizás vio a mi madre matar una persona frente a sus ojos. O mamá lo
vio follando con otra cuando se juraban amor eterno. ¡Mierda! Me carcome la
curiosidad por conocer toda la historia por mucho que lo niegue.
-¿Golpeó alguna vez a mamá?
–murmuré sabiendo que me escucharía de cualquier manera.
-¿Quién?
-Mi padre.
-Ah… que yo sepa, no. Él no era violento.
Sólo cuando se enteró de la verdadera identidad de tu madre reaccionó con algo
de violencia gritándole en la cara malas palabras, pero cuando intentó
golpearla, se auto controló porque sabía que estaba mal.
-¿Estuviste ahí?
-No. Una amiga de tu madre estuvo
y me lo dijo mientras tu madre entrenaba con Gaspard.
-Ah… ¿puedo saber su nombre?
-¿El nombre de quién?
-De la amiga de mamá, por
supuesto. No creo que menciones el del viejo aporta-espermatozoides.
-Pues… no sé si tu madre quiera
que te diga el nombre de ella. Digamos que no se ven hace mucho tiempo y no sé
si la última vez que se vieron quedaron en la buena.
-Estaban peleadas –mamá nunca
mencionó a nadie que no fueran mis tíos o Pantera. Nadie parecía existir en su
vida a parte de ellos, ni sus difuntos padres.
- No. En realidad, no lo sé. Ni
si quiera conozco esa parte de la vida de (name). No estuve siempre con ella.
-Entiendo.
No. No entiendo nada. Era como
empezar una nueva partida en el juego si haber terminado la otra. Era como
estar en dos juegos a la vez. Como hacer malabares con la información mientras
buscas la salida en un laberinto.
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Hallo Gurls!!!... ¿se nota mucho que estoy de vacaciones? ;)
Diablos será será será su.....?
ResponderEliminarJoder estoy tan ansiosa por seguir leyendo...
Por favor sube pronto T.T
me encanto...
Cuídate y un abrazo :D
Jajajajaja ¡Me encanta! Jooo, eres demasiado buena. Estaba casi segura que estabas de vacaciones, tantos capítulos seguidos se estaban haciendo genialmente extraños, disfruta el tiempo libre y sigue subiendo, por favor!
ResponderEliminarSaludos :-)
Holaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarBenditas Vacaciones :D jejejejeje
Nina, eres la mejor, me encantaaaa quiero mas y mas y mas y mas!! jejej
Me haces adicta
Besitos y disfruta tus vacas
No se que decir, amo demasiado tu fic en serio.
ResponderEliminarla chica que estuvo con alexander tiene que ser la hija de tom no?! estoy mas segura que si.
Pobre Alex se muere de curiosidad por saber todo lol algun dia lo sabrá (? haha
Ay Nina disfruta de tus vacaciones, las mias terminaron hace una semana u.u Espero el cao 6! SOON (pero no como el "soon"de TokioHotel) haha
Küsse<3