BILL
Conozco a mi hermano gemelo desde
mucho antes que tuviera consciencia de su existencia, era mi mejor amigo, mi
compañero de vida y mi sangre. Nos defendíamos mutuamente a puños cuando
alguien quería herir a uno de los dos, nos apoyamos en el otro cuando nuestros
padres decidieron divorciarse y hemos luchado por nuestros sueños con la ayuda
del otro. Sé que sin él no puedo vivir, porque sería como si me faltase la
mitad de mi alma. He confiado en él todos mis secretos, hasta los más oscuros y
yo los suyos. Jamás nos ocultábamos algo, jamás.
Pero todo esto parecía pertenecer
a una época pasada, porque ya casi podía ver la grieta que nos separaba y se
tragaba muchas cosas buenas con ella. ¿Cómo puede callar cosas que sabe que son
importantes? ¿Cuántas veces nos decíamos que en realidad somos una persona
dividida en dos cuerpos? Me sentía traicionado por mi propia otra mitad, como
si al menor descuido decidiera apuñalarme por la espalda. Todo este tiempo creí
que ella me había dejado porque no me amaba, porque prefería su estúpido
trabajo vendiéndose para la mafia… que todo esto fue sólo un juego para ella.
Me sentía mareado de tan sólo pensar en la confesión de Tom, porque por primera
vez aquel instinto de que algo de mí quedaba pendiente en algún lugar del
planeta, parecía aclararse aún más.
Y ahora… no sabía distinguir la
verdad de la mentira porque ya nada era lo suficientemente creíble y explicable
en mi mente. Era como si un golpe se hubiese llevado todo el aire de mis
pulmones llevándose con él mi fuerza. Observé a la mujer que me dio a luz
agitando mi brazo mientras hablaba en algún idioma que no quería oír, decía mi
nombre, lloraba y podía ver la desesperación en sus ojos. No podía abrazarla,
tocarla o decirle algo que no viniera con palabras dañinas de las cuales me
arrepentiría un millón de veces en el futuro.
-Bill…
Mi vista cambió a la persona
frente a mí, sentía mis ojos ardiendo, mi furia crecer y hacerse más violenta
con solo ver su cara de preocupación. Podía percibir su nerviosismo esperándose
cualquier cosa de mi parte, pero creo que jamás imaginó que estamparía mi puño
en su mejilla con tal violencia que casi se cae. Mamá gritó algo, llorando y acercándose
a mi gemelo mayor. De repente me sentía presente en el aquí y ahora, sintiendo
mis nudillos arder y una posible herida, pero lejos, la peor parte la tuvo Tom
ya que escupió sangre al suelo blanco e inmaculado.
-Desde cuando lo sabes.
-Bill, hijo…
-No te metas –mi voz se escuchaba
extraña, grave y agresiva. Mis manos temblaban listas por más, y podía sentir
mis músculos tensos. Observé a mi hermano que se apoyaba en un pilar dejando
una huella de sangre en este mientras recuperaba el equilibro-. Responde.
-Hace un mes aproximadamente,
Bill. Y el día en que chocó mi auto y tú viniste por nosotros, confirmó mis
suposiciones.
-¿¡HACE UN MES, TOM!? –Le grité
incapaz de contener por mucho mi furia, porque de verdad me sentía engañado y
traicionado por mi mejor amigo-. ¿¡Y TODO ESTE TIEMPO HE ESTADO CIEGO!?
-Mamá –jadeó escupiendo un poco
más-. Vete.
-No lo haré mientras Bill
recupere sus casillas.
La observé totalmente
consternado, ¿por qué no se sorprendía tanto como yo? ¿Por qué parecía
extrañamente más nerviosa que antes? ¿Por qué no le decía nada a Thomas? Y la
respuesta la supe antes de si quiera hacer la pregunta correcta, porque era
evidente que ya lo sabía.
-Vete –le ordené conteniendo toda
mi ira lo más que pude.
Mamá me observó con ojos asustados
y completamente descolocados. Tom le murmuró algo sin dejar de verme, y
desapareció en el interior de la casa dejándonos completamente solos. El labio
de Tom se estaba hinchando y su piercing colgaba del labio, lo había rajado.
-Así que soy el imbécil al que
todos le ocultan todo ¿verdad? Porque es un hecho que mamá lo sabía, y apuesto
a que Georg, Gustav y Andreas también. ¡Ah! ¿Y qué me dices de Andrea?
-Nuestros amigos lo intuían,
porque era evidente el parecido pero no les he dicho nada.
-¿¡Y CUANDO PENSABAS EN
DECÍRMELO, EH!? –sentí que mis sentimientos abrumaban mi cabeza pensando en que
he tenido a Alexander frente a mi todas estas veces y no he sabido que era mi
hijo. Oh… mi hijo.
-(Name) te lo quería decir con
sus propias palabras, y me hizo prometer que así sería.
-Claro, y tú como siempre le
sigues el juego callaste todo este tiempo ¿no? –No esperé su respuesta, me
acerqué un poco más-. Soy tu hermano, Tom, tu gemelo.
-¿¡Y CÓMO QUERÍAS QUE ACTUARA
BILL!? PONTE EN MÍ LUGAR POR UNA PUTA VEZ.
El frío comenzó a helar mi rostro
y mi piel, pero no me importó en absoluto. Sentía la molestia de un nudo en mi
garganta crecer más y más, debilitándome tanto como el agujero en mi pecho lo
hacía. Miré a mi hermano, y obedientemente pude entender con un poco de empatía
que si Andrea hubiese hecho lo mismo que (name) seguramente haría lo mismo que
él y tarde o temprano le diría a Tom la verdad. Pero no lo justificaba del
todo.
-¿Cómo lo supiste? –murmuré
tratando de controlar mi respiración y mi voz.
Suspiró relajándose en su lugar,
como si con su respiración botase un peso de su cuerpo. Se limpió por última
vez la boca con su ropa y tiró del pequeño metal de su labio, guardándolo en la
palma de su mano.
-Porque se parece demasiado a ti.
Quizás es un poco más maduro que tu a su edad, pero sigue siendo como tú. Es
músico, Bill, compone canciones y te ha ayudado con algunas, le va excelente en
el instituto, es rebelde… ¡es igual a ti!
-Eso no es suficiente, Tom. ¿Cómo
puedes estar tan seguro? Ella se ausentó por años y…
-Exactamente dieciocho años y
siete meses, Bill.
No sé cómo habrá sacado el
cálculo tan correcto en segundos, pero de lo que estaba seguro era que sus
palabras no mentían por muy traicionado que me sintiera. Lentamente, estaba
siendo consciente que de quien hablábamos era de un hijo mío y de (name)… Dios,
la única persona con la que pensé en la paternidad fue con ella y ahora me
entero que tenemos un hijo. Alexander era un Kaulitz y hace unos días lo tuve
frente a mí, ¿cómo no pude notar el parecido o que había algo más?
“-Tu madre debe ganar mucho como
agente de negocios –dijo Gus.
-Su fuera por ella, trabajaría en algo que no arriesgara su trasero
–respondió el chico-. Es un área demasiado privada internacionalmente, y no
cualquiera tiene acceso a ese tipo de trabajo.
-¿Es de la CIA?
-No. Pero ella simplemente… sobrevive.”
Recuerdo que la primera vez que
lo vi, pude ver la foto en la pantalla de su teléfono… era ella, (name) sólo
que no se divisaba bien ya que estaba con Alexander y la foto estaba en
movimiento. Y tal vez en ese momento creí que fue un simple error o algo así,
pero ahora me parecía todo lo contrario como si todo empezara a calzar a la
perfección. Debí suponer que era su hijo por la manera de expresarse, por
evadir preguntas y por el sarcástico humor que tiene. No obstante, era
demasiado información que procesar y necesitaba respuestas antes de que las
preguntar empezaran a acumularse en mi cabeza, confundiéndolo todo aún más.
-¿Estás llorando? –me preguntó
sorprendido.
Toqué mis mejillas notando que
estaban húmedas y empapadas. No era sudor, eran lágrimas que no salieron
durante años. Seguramente, esperaban a este momento para salir de una vez por
todas por mis ojos, porque ya ni recordaba la última vez que lloré. Mis manos
estaban frías, y podía notar que Tom tiritaba. A medida que oscurecía, podía
notar que el frío era más intenso. Borré el rastro de las lágrimas con mis
brazos, dándolas por perdidas en silencio.
-Todos estos años nunca supe que
tenía un hijo y…
-Sé cómo te sientes pero…
-No, no lo sabes Tom. Porque
Cassandra es tu hija y la viste nacer, dar sus primeros pasos y decir sus
primeras palabras. En cambio yo…
-Es su cumpleaños ¿no es así?
Lo observé, y recordé lo que
Cassandra me pidió con tal rapidez que no noté que había entrado a la casa en
busca que una chaqueta, las llaves, mi billetera y teléfono. Mamá estaba en la
cocina, y pude notar las cajas de sus medicinas en la mesa frente a ella. No le
dije nada por mucho que ella esperaba una respuesta, porque era tan cómplice de
Tom seguramente lo era Andrea. Ignoré los gritos de Tom a mis espaldas y los
ladridos caninos que me seguían por la casa.
-¡CASS ES HORA DE IRNOS! –grité
desde el inició de la escalera.
Para mi suerte, la vi bajar antes
de que Tom se lo impidiera y me siguió a pasos apresurados haciéndome preguntas
sobre su padre y su rostro manchado de sangre. Estaba asustada, pero me daba
igual porque no tenía tiempo de repensar las cosas. Cerré la puerta de entrada
a sus espaldas con un palidísimo Tom gritando desde adentro que me detuviese de
una puta vez. No lo haría, no ahora que tenía un motivo realmente
importantísimo por el que manejar a toda prisa por las pistas de Berlín.
-¿Tío?
-Abróchate el cinturón,
Cassandra.
-Me estás asustando, tío. ¿Qué le
pasó a mi papá? ¿Le pegaste?
-Dime la dirección.
Salí del estacionamiento a toda
prisa y Cassie lanzó un chillido. Me dio la dirección con voz temblorosa y ojos
llorosos. Sí, era la misma del departamento de (name), por lo que no cabía duda
de que Alexander y ella estaban en el mismo saco. Mi teléfono insistentemente
dentro del bolsillo de mi casaca, pero Tom tendría que esperar por un largo
rato antes de que volviéramos a hablar. Por ahora, estaba molesto y no quería
saber nada de él y su promesa a la Invasora. Algún estúpido imprudente tocó la
bocina de su auto desde atrás, le hice un gesto obsceno y luego vi la cara de
enfado de Thomas siguiéndome las pistas desde su auto.
Me daba igual. Yo quería hablar
con ella y aclarar todo esto de una puta vez.
INVASORA
-Apaga las velas –le susurré como
siempre lo he hecho.
Si no fuera por la ayuda de Lily
y Rebecca, el pastel sería un completo desastre. Pero había quedado tan hermoso
como los que muestran en los programas de televisión. En el centro, decía con
chocolate “Feliz cumpleaños Sascha” rodeado por dieciocho velas azules y crema.
Sopló las velas, y el griterío de sus amigos comenzó como si fuese año nuevo.
Todos nos reímos cuando uno de ellos empezó a cantar una canción en algún
idioma incomprensible. Deposité todas las velas en un platito y partí en
cantidades exactas y equitativas el pastel, sirviendo a casa uno de los
invitados un plato. Luego, los adultos nos retiramos a un lado para darle
espacio a los chicos que parecían estar encantados con el regalo de Erik mientras
se turnaban a reían.
Los cumpleaños de mi hijo solían
ser tranquilos, con sólo la familia como invitada y sin jóvenes de su edad como
invitados ya que a él no le gustaba demasiado el compartir con sus compañeros.
¿Qué lo hizo cambiar de opinión para sus dieciocho? Porque junto a él había
seis adolescentes locos que no paraban de sacar sonrisas abiertas en Alexander,
incluyendo a Bianca. Alemania estaba cambiando a Alexander de una manera
positiva que me asustaba; tenía amigos, sonreía más, hacía menos preguntas sin
respuesta y se veía más relajado. ¡Renunció a la mafia para ser un chico
normal! Y aunque sé que eso es bueno, no dejaba de preguntarme qué lo llevó a
tomar esa decisión que definiría su futuro.
-Alexander con amigos es como
verte a ti con pantalones.
Alcé la ceja totalmente
sorprendida por su comentario y derramé un poco más de vino en mi copa antes de
volver la vista.
-Estoy usando pantalones –indiqué
mis jeans ajustados.
-Lo que significa que acierto en
lo que digo –dijo Gaspard.
-Hace demasiado frío para usar
vestidos o faldas.
-Los vestidos nos brindan un
toque femenino –defendió Rebecca.
-¿No se les congela el trasero?
Porque…
-Por algo uso pantalones cuando
tengo frío, Gasp.
-Al menos ahora sabemos que
Sascha no es gay –murmuró con una sonrisa abierta Erik y todos nos matamos de
la risa.
-¿Qué no sabes que se ha acostado
con muchas chicas? –Le respondió Lily-. Es todo un galán entre los de su
especie.
-¿Especie, Lily? Ni que fuéramos
extraterrestres –Gaspard blanqueó los ojos y Lily depositó un pedazo de pastel
en su boca para que callara.
-Ese chico es todo un
rompecorazones –aseguró Rebecca.
-Mientras no me haga abuela tan
pronto, no me quejaré.
-No creo que te haga abuela, el
chico sabe cuidarse –dijo Lily.
-¿Acaso te habla de sus polvos?
–inquirió sorprendido su hermano.
-Claro que no. Es obvio.
-Pues… yo no lo veo tan obvio
–aseguré.
-Eso es porque eres su madre, en
cambio nosotros somos sus tíos y…
-¿Entonces Bianca es lesbiana?
–preguntó Erik mirando a su hija jugar entre tantos hombres.
-¡Dios, ni lo digas Erik! ¿No ves
que quiero nietos?
-¿Bianca? ¿Lesbiana? Realmente lo
dudo porque es demasiado femenina para ello.
Saqué del mueble otra botella de
vino al ver que ya se había vaciado la que estaba sobre la mesa de la cocina.
Realmente no imaginaba a esa chiquilla siendo lesbiana porque parecía comerse
con la mirada al chico de camisa hawaiana y ojos sonrientes. Si fuera lesbiana,
además, no estaría maquillada ni tan arreglada entre tantos hombres.
-¿Con quién dejaste al perro?
–pregunté recordando que Aki ya no se quedaba con nosotros debido a una ley que
prohibía mascotas en los edificios de Berlín.
-Nuestra vecina tiene a una niña
que ama al perro así que lo dejamos con ellos –dijo Rebecca sonriendo.
-Será mejor que no le digas a
Alexander si no quieres que se enfurezca en su día.
-¿Por qué? Es sólo un perro.
-Sabes que no, Erik. Para él y
para mí es más que un peludo animal.
Todos sabían el motivo de mi
respuesta por lo que el silencio se hizo incómodo durante un instante mientras
escuchábamos las maldiciones de los chicos y el sonido del televisor. Sabía que
le tema de Bill no les incumbía mucho pero les disgustaba saber que le estaba
escondiendo la identidad de mi hijo. Por eso callaban, porque no querían cargar
con enojos y peleas en una fecha tan importante como el cumpleaños de mi hijo.
-¿Ya le diste tu regalo? –me
preguntó de repente Rebecca.
-No. Planeaba dárselo cuando sus
amigos se fueran.
-O sea mañana porque es un hecho
que pasarán toda la noche metidos en esa cosa –sonrió Erik como si hace unos
segundo atrás no hubiésemos estado incómodos.
-Bueno, estoy pensando en hacer
de mi casa un hotel, así que no tengo problemas.
-Nunca pensé que tendría tantos
amigos, (name). Al parecer es bueno socializando.
-Bueno, debió sacarlo del lado
Kaulitz porque dudo que del mío sea así.
-Espero que nuestro niñito sea
igual que él, cariño –murmuró Lily tocando su panza.
-Por supuesto que lo será, sus
padres son unidos y tienen mucho amor que darle.
-¿Desde cuándo tan cursi, Erik?
–dijo su esposa pellizcando su mejilla.
-Vale, ¿acaso no dije lo mismo
cuando tuvimos a Bianca?
-No que yo recuerde.
Todos estallaron en carcajadas
mientras seguían molestando a Erik por su repentino acto de amor con su primo.
Se puso rojo de la vergüenza, y se molestó un poco cuando Gaspard comenzó con
sus sarcasmos, pero nada que los llevara a los puños. Después de un rato
decidieron quedarse en el balcón, vigilando de reojo a los chicos que seguían
metidos en el mismo juego, totalmente enviciados, por lo que aproveché de lavar
la loza sucia y Lily me ayudó a secarla.
-¿No saldrás con los demás? –le
pregunté.
-No quiero pescar un resfriado o
Gaspard jamás me lo perdonaría. Además, hace un frío terrible.
-Si quieres puedes recostarte, mi
cuarto está al fondo –le ofrecí pasándole un lote de cubiertos limpios y
mojados.
-No sé cómo pudiste mantenerte
tan activa durante tu embarazo, (name). Yo me canso a cada rato y los pies se
me hinchan con facilidad ¡ni si quiera mi anillo de bodas entra en mi dedo!
Sonreí porque Lily me recordaba a
mí cuando tuve a Alexander. Siempre con el miedo de que saliera mal, pero
tratando de hacer lo mejor que pude por él. Visitaba bibliotecas todas las
semanas para leer un libro diferente sobre el embarazo y los cuidados de los
bebés. Escuchaba todo tipo de música y compraba ropa celeste para el pequeño
que tenía en mi panza. Muchas veces me pregunté si Bill habría armado la cuna o
habría pintado las paredes de su cuarto, imaginaba que besaba mi panza y le
hablaba al pequeño que crecía en mi interior, entre otras cosas.
-No lo sé tampoco, Lily, pero te
puedo asegurar que después del nacimiento sólo rogarás por dormir un poco más
antes de escuchar al bebé llorar por cólicos o hambre.
-Rebecca me dice lo mismo, y la
verdad es que me da miedo el momento en que nazca y…
-Gaspard estará contigo. Te ama y
no te dejará sola.
-Gracias.
Y por primera vez en la noche,
quedé sola cuando ella se recostó debido al cansancio que producía el embarazo.
Alexander estaba conversando con sus amigos y de vez en cuando notaba su mirada
vigilando mis movimientos. Me tomé un café para calentar mi cuerpo y limpié la
cocina dejándola pulcra. Todo estaba en orden, yo estaba tranquila los demás
también por lo que no había nada de qué preocuparse. Bianca entró en la cocina
en busca de bebidas y más cosas para comer, y con una sonrisa dulce volvió a su
puesto en el sofá entre mi hijo y el chico que camisa floreada.
A noche iba de lo más perfecta
dentro de lo posible; mi hijo estaba totalmente feliz con las personas que lo
querían. ¿Qué más podía pasar? Mi hijo no paraba de reírse y sonreír, no se
mantenía quieto ningún instante con sus amigos. Erik, Rebecca y Gaspard, por
otra parte, estaban poniéndose al día entre copas en el frío del balcón. Quizás
yo debía unirme a ellos, reírme un poco y relajar mi cuerpo. Iba a por ello
cuando el timbre sonó, y con ello una seguidilla de golpes insistentes. Me
acerqué a ella siendo observada por Sascha, quien parecía tan impresionado como
yo.
-¿Invitaste a alguien más? –le
pregunté.
-Están todos acá.
-¿Seguro?
-¿Cuándo no he…?
-Falta Cass –murmuró Bianca.
-¿Quién?
-Cassandra Kaulitz, tía.
Oh… con que la había invitado a
casa. Realmente esa chiquilla me llamaba la atención, había escuchado tanto de
ella y ni si quiera la he tenido frente a mí.
-Bueno, entonces debe ser ella.
Quité los cerrojos de la puerta
justo en el momento en que debí retractarme al hacerlo. Algo se removió en mi
interior con intenciones de salir huyendo como mis pies querían, sin embargo me
quedé estática cuando empujó la puerta haciéndose ver al máximo. Una chica
rubia lo acompañaba, esa debía ser Cassandra a juzgar por su aspecto juvenil.
Parecía estar terriblemente asustada, temblaba y sus ojos no podían estar más
abiertos. Y entendía perfectamente el motivo sin darle demasiadas vueltas al
asunto. Empujé a Cassandra dentro de la casa, viendo que Alexander también
parecía sorprendido por verla. Ella me miró totalmente desconcertada.
-Quédate con ellos –le ordené con
voz firme.
Avancé a la cocina, sabiendo que
me seguiría pero no esperé un portazo a mis espaldas. Gaspard había botado la
copa y ahora era un montón de cristales rotos, pero no le presté atención.
Sabía a qué venía Bill, lo podía ver en su mirada como si fuera una luz
cegadora que me gritaba lo que quería. Cerré la puerta detrás de él y me quedé
al otro lado de la mesa, evitando cualquier cercanía como la cobarde que me
sentía.
Todo él reflejaba una rabia
insoportable que merecía ser expulsada por mantenerlo durante todos estos años
en la ignorancia. Era como dejarse absorber por un huracán recibiendo toda su
energía sin pensar en si sobrevivirás o no. Merecía todo insulto que me dijera,
hasta las últimas palabras, y no pretendía interrumpirlo porque sabía que fue
un error mantenerlo al margen pese a querer cuidarlo.
-¿Por qué lo ocultaste? –preguntó
en un murmuró que me causó escalofríos con lo amenazante que sonó.
Sus ojos, aquellos que nunca pude
olvidar hasta en el peor de mis sueños, parecían ser dos agujas afiladas que
herían los míos demostrándome cuán terrible era el odio que corría por sus
venas como veneno. Todo él expulsaba aquel sentimiento intenso que absorbía con
rapidez mis energías consumiéndolas.
-¿¡POR QUÉ NO ME DIJISTE QUE
TENIAS UN HIJO!?
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Bueno, les advertí que esta temporada iría un poco lenta ;-)
COMENTEEEEEEEEEN! :D
Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa por Dios estoy shokeada O.O el cap lo he esperado y me encanto tanto :D demasiado intenso me ha encantado *----*
ResponderEliminarPlissss sube prontooooo cuydate y bye :)
OMG! ESO ESTUVO DE INFARTO POR DIOS AYYYY QUE VA A PASAR SUBE PRONTO CUIDATE ESPERO QUE ESTES BIEN CON ESO DE LOS TEMBLORES CUIDATE UN ABRAZO
ResponderEliminarno puede ser no puede ser no puede ser no puede ser en verdad NO PUEDE SER!!!!!!!!!!
ResponderEliminarME MUERO MADRE DE DIOS ESTUVO DEMASIADO INCREIBLE!!!!
no puedo creerlo nina estuvo demasiado genial pero demasiado genial
dios crei que este dia nunca llegaria pero llego!! y fue super increible
me encanto definitivamente este es el mejor cap uno de mis favoritos
espero de todo corazon que sigas super pronto se que estas ocupada pero en verdad que me has dejado con una incertidumbre a mi y a todas a todo el mundo
porfis te pido la sigas pero ya! espero que puedas
cuidate besos y SIGUELA!
hay por dios!!!!!!! me mori!!!!!!
ResponderEliminarME QUIERES MATAR DEL INFARTO, BUENO SERA HASTA LA OTRA SEMANA PERO AHHHHH!
ResponderEliminarESTA GENIAL, PERFECTA, ÚNICA! BUENO TODO ESO SE QUEDA CORTO, PERO POR FAVOR SUBE YA, NO NOS HAGAS SUFRIR D: ME MUERO SI NO SUBES & NO BROMEO D:
Espero que te este llendo bien en la escuela & con la familia, saludos Nina <3 c:
cuidate mucho & suerte en la semana, adios c:
:O moriiiiii Bill esta super enajado con Tom y La Invasora y lo comprendo pero no me imagine q se pondría de esa manera y menos q iba a ir a la casa de Alex, estuvo super buenoooooooooo amoooo tu fic ninaaaa pleseeee sube pronto q ahora q Bill xfin le saco la verdad a La Invasora la temporada se puso aun mas buena de lo q ya esta...!!!! sube prontooo please no me dejes con esta intrigaaaa!!!! amo tu fiiiic!!!!
ResponderEliminarMorí!!!! En serio Nina, y justo lo dejas ahi!!!! Diosssssssssss porfavor subi el otroo ya :'( me muero por seguir leyendo esta buenisiima! <3
ResponderEliminarSigueeeeeee!!!!! porfiiis! esta super buenaaaaa!!! :3 sube lo mas pronto posible! y Exito en todo!! saludos! ;)
ResponderEliminarMUEROOOOOO, ENSERIO LO DEJAS AHÍ? NO ES LEGAAAAAL, Bill enojado y askdaskdjkas jy Tom askdjaskdj y omg. Rayos, name tiene que hacer algo o qkasjdkasjdka esta demasiado buena, siguela pronto. *-* ♥ besos.
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