www.nina-gonnabeokoneday.blogspot.com

jueves, 27 de marzo de 2014

Capitulo 46 (Tercera Temporada)

ALEXANDER


-¿¡ME ESTÁS JODIENDO VERDAD!?

Y no era para menos, frente a mí estaba la máquina de mis sueños con su carrocería brillante y un gran listón rojo que planeaba arrancar como fuese a penas la estrenara con unas vueltas a toda velocidad por la carretera.  Joder, el tío Gaspard había destronado sin piedad el título del mejor tío a quien primero lo había ganado la noche anterior, obteniéndolo indiscutiblemente por decisión unánime con mi yo interno. La Harley Davidson frente a mí era capaz de opacar hasta al más chulo de los autos con su despiadado brillo oscuro.

-¡Ese vocabulario! –reclamó mi madre apareciendo a mis espaldas, pero sin un aire de molestia en su rostro totalmente sereno.

-No es para menos, ma.

Me monté en ella sólo para sentir el asiento y a esa diosa de las motocicletas debajo de mí, rindiéndose a mis pies como si fuera Zeus. Me tenté a girar la llave, hacer rugir el motor y seguramente dar un par de vuelta a la rotonda, pero al mirar de reojo a mi madre, vi la amenaza implícita en su mirada como si me ahorcara ante la simple idea de sacarla por un rato.

-Tienes invitados –me recordó leyendo mis pensamientos como una bruja.

-Soy mayor de edad –le recordé.

-Te falta una hora para cumplir la mayoría de edad, así que no te aproveches.

-¿Qué? Pero si es mi día.

-Ya basta. Dile algo, Gaspard.

Miré a mi tío que observaba sonriente mi felicidad con su regalo, casi sin prestarle atención a mi madre que parecía observarlo con un poco de impaciencia dentro de su repentina pasividad.

-Gaspard –insistió ella chistando los dedos frente a él.

-Oh, hazle caso a tu madre y luego sacas a tu nuevo amor a pasear.

-¡Pff! Estás perdiendo tu trono con esa obediencia, Ulliel.

Se rió en mi cara, quitándome las llaves de la moto y guardándolas en el interior de mi chaqueta antes de despeinar mí cabello más de lo que siempre lo está. Se alejó siguiendo los pasos de mi madre que volvía a entrar con su bata al edificio siendo observada por los pervertidos guardias de la entrada que le miraban el culo, totalmente perdidos y turnios. Sin más remedio, seguí sus pasos mientras me esperaba con el ascensor sonando a todo volumen debido a la espera duradera. Subimos los tres, las puertas se cerraron con un suspiro puse la frente en ellas.

-Creo que pronosticaron precipitaciones para hoy –comentó el tío apoyándose en la pared lateral.

-¿Me estás jodiendo? –le respondí y casí pude escuchar el suspiró molesto de mamá.

-Se nota que no viste las nubes cuando te mostré tu regalo.

-No es que el cielo sea como una conejita playboy en mi mente.

-Guardaremos la motocicleta en el estacionamiento subterráneo –dijo mamá.

Las puertas se abrieron y para mi sorpresa, al entrar a casa todos estaban desayunando o almorzando (a juzgar por sus caras, acababan de abrir los ojos). Me senté en la mesa junto a Bianca y una taza de café bien cargado, tomé unas galletas y me concentré en calentar mis manos frías.

-¿Así que soy el nuevo favorito? –comentó mi tío preferido.

-Ah, sí.

-¿Y qué pasa con que yo lo era? –dijo el tío Erik haciéndose el ofendido.

-Lo siento, tío, pero por primera vez en la historia de mis cumpleaños, tu querido primo te ganó por millones de razones.

-Bueno, la revancha de los veintiún me espera en 365 días más.

Todos rieron y comentaron cosas de autos entre bromas de pesadas sobre estupideces. Era uno de los pocos momentos en el año en donde toda la familia se reunía, debido a que optaron por tener vidas normales pero en diferentes países o lugares para evitar posibles problemas con la mafia ya que mi madre seguía estando activa dentro de ésta. Celebrábamos Acción de Gracias, Navidad, Año Nuevo y de vez en cuando unas semanas de vacaciones organizadas todos juntos. Ahora, en comparación a cuando vivía en Seattle, tenía a Bianca apestándome en el instituto y al tío Erik rondando cuando mamá lo necesitaba en casa, por lo que no pasábamos solos.

Pero en comparación a otros lugares con los que he estado junto a mamá durante mis recientes dieciocho años, sentía que de algún modo parecía estar inquieta y a la vez calmada. Seguramente me tasarán de enredado, pero la verdad es que con solo verla sentía que una mezcla de cosas turbaba siempre sus pensamientos. En otros lugares solía estar tranquila, ser la madre dedicada que plantaba flores en el jardín o que anotaba recetas culinarias de la televisión. Alemania, de cierto modo, parecía… ponerla nerviosa.

-Pensé que invitarías a Matt –murmuró bajito Bianca doblando su servilleta.

-Dijo que vendría más tarde –le respondí con toda la naturalidad que puedo obtener en mi cumpleaños sin caer en el egocentrismo por ser especialmente MI día.

-¿Los demás también vendrán?

-¿Quiénes?

-Rob, Fred, Nick y… ¿cómo se llama ese con portes de “tengo el paquete más grande del mundo”?

-Mike –sonreí ante su voz masculina tan femenina.

-¿Bueno, qué pasa con ellos?

-Dijeron que vendrían con Matt.

-¿¡Todos!? ¿A casa la tía (name) sabe que…?

-Me conoces desde mucho antes que dijéramos nuestras primeras palabras, Bianca –no fui tajante pero noté que retrocedía un poco cuando una sonrisa lobuna se deslizó por mi cara.

-¿Es un sí?

-Es un obvio.

-¿Y ellos dónde…?

-Mamá dijo que irían a un club o algo así.

-¿No puso condiciones?

-¿Cuándo no las pone? –bebí de mi café que ya debía estar frío.

-Vale, ya capté el mensaje.

-Astuta como siempre –le pegué un codazo amistoso para que supiera que no estaba molesto ni nada por el estilo.

-¿Y qué hay de Cassandra?

Tosí, probablemente escupiendo café por la boca y la nariz debido al impacto. Todos se quedaron quietos en sus asientos observándome con una ceja alzada mientras me ahogaba con el café. Mamá me acercó un vaso con agua y un paño para limpiarme el rostro mientras me hacía la misma pregunta maternal de siempre.

-¿Estás bien, cielo? –murmuró repentinamente tan cerca que ya creía que podía ser tan rápida con Flash, el tipo de Marvel.

Asentí tomando un sorbo de agua mientras trataba de calmar los nuevos impulsos por toser. Todos siguieron hablando con normalidad al ver que volvía a recuperarme en impasse, pero mamá seguía ahí como esperando a que le contara la historia de mi vida.

-Estoy bien, ma –le respondí con un nudo en la garganta producido por mi toz.

-¿Seguro?

-Bueno, quizás tenga un poco de agua en los pulmones, pero nada que no se pueda remediar escupiendo luego.

Sonrió volviendo a estar radiante mientras blanqueaba los ojos ante la asquerosidad de mi respuesta. Ya no había  marcas de preocupación en su frente ni miradas ausentes, sino que simplemente felicidad.

-Vale, con eso me basta para saber que no te asó nada.

-Danke.

Besó mi cabello y retomó su conversación con la tía Rebecca. La mención de Cassandra Kaulitz que Bianca me hizo hace menos de diez minutos, había congelado mi pensamiento y cuerpo, porque por mucho que no le diera vueltas al tema, era tajante al cerciorarme de una sola cosa; no me gustaba ni un solo poco.

Claro que me sentía terrible por empujarla, pero tras hablar con Bill del tema, supe que realmente no era un criminal por rechazarla. Ella fue demasiado impulsiva al hacer eso frente a todos, pero no podía negar mi parte de la culpa al andar con un genio de mierda ese día.

-Vale, que un nombre de atragante debe ser porque pasó algo importante.

-No te incumbe –limpie los últimos restos de café de la mesa y volví a servir más café en mi taza.

-Eso no responde a mi pregunta.

-No la invite, ¿feliz?

El nivel de tolerancia empezaba a disminuir mientras seguía escuchando su voz.

-¿Por qué?

-Repito, no te incumbe.

-Bueno, la verdad es que sí me incumbe.

-¿Qué? ¿Te las das de prima celosa?

Sonrió empezando a mover los dedos sobre su teléfono.

-Te sorprenderá saber que no soy celosa de mi familia, sino que de mis novios.

-¿Cuál es el punto?

Me evaluó por unos segundos antes de volver la mirada a la pantalla con absoluta indiferencia.

-De alguna manera se consiguió mi número.

-Vale, qué novedad. Ahora quieres tener un trío o una relación lésbica, ¿verdad? No sé por qué no me sorprende de ti, prima loca.

-Mi vida sexual, no es de tu interés ni lo será nunca hasta que yo decida darte información de ella ¿capisce? –vale, ahora la estaba molestando.

-Bene.

Suspiró como si hubiera contenido el aire por siglos.

-Sólo me pidió tu dirección porque quería hablar contigo.

-¿Y se la diste?

-Sí. Por muy mal de que caiga esa tipa, realmente creo que está coladísima por ti. Además, no me sentiría sola siendo la única chica entre mi millón de hombres.

-Pero si tú no sabías que vendrían…

-¡Ups! Acabo de enviarle un mensaje de texto con tu dirección.

-¿¡QUÉ!? ¿Estás completamente loca?

-Quiero ser Cupido -se excusó con una mueca que me daban ganas de romperle los dientes uno a uno.

-Pues búscate a alguien más si no quieres terminar sin lengua ni dedos.

Tomé mi café, excusándome antes de pararme de la mesa y dirigirme a al televisor para volver a conectar el regalo del tío Erik. Si Bianca no dejaba de meterse en mis cosas, estaba seguro de que le pondría una orden de alejamiento para que se mantuviera de una vez por todas fuera de mi vida. Ya era suficiente de Cassandra y los demás. Y si todo seguía así, lo más probable era que esta noche acabara encerrado en mi cuarto ignorando a los invitados y posiblemente con una botella de vodka haciéndome compañía.

El tío Erik me acompañó a jugar, dejando a los demás en la mesa. Me sonrió cuando lo miré con una interrogante marcada en la cara, palmeó mi espalda y murmuró algo en ruso. ¡Por la mierda que odiaba el ruso! Y de repente, por primera vez en la vida de mis recuerdos, besó mi sien izquierda antes de desaliñar mi cabello. Y si no me equivoco, me susurró un “te quiero Sascha” antes de volver a mirar la pantalla con ojos brillantes. Vaya, eso sí que fue extraño.



TOM

La observé desde el ventanal, con sus cabellos recogidos en una cola y una manta protegiéndola del frío. A veces, olvidaba cuan vieja era y lo mucho que había pasado sólo para protegerme a mí y a mi gemelo. Uno de los perros estaba recostado a su lado, con las orejas bajas y mirando lo mismo que ella como si fuera demasiado interesante. Pero ella no observaba a nadie ni nada, ya me sabía de memoria esa expresión tan serena. Abrí el ventanal casi haciendo malabares con las dos tazas de té, lo cerré a mis espaldas con el pie y me volví hacia ella ofreciéndole la taza con su nombre.

-Podrías agarrar una pulmonía –le advertí sentándome a su lado en el sofá de tres cuerpos.

-Afortunadamente tengo un hijo que me trae bebidas calientes antes de agarrar una pulmonía, cariño sonrió 
con la dulzura de siempre y tomó un sorbo-. ¿Dónde está tu hermano?

-Lo vi en la biblioteca, hablando con uno de los socios de la disquera.

-¿Cuándo será el día en que no tenga nada que hacer? –se lamentó.

Bill siempre estaba ocupado ya sea componiendo o arreglando asuntos con la disquera. Podía ayudarlo, y siempre lo he hecho, pero a veces prefiere cierta independencia que entiendo perfectamente.

-Bueno, hoy se vistió con su ropa vieja de “me quedo en casa”, así que dudo que salga.

-Pero estará en el estudio.

-Le diré que te visite más seguido, estás a tres habitaciones de distancia así que no creo que le tome demasiado tiempo.

-¿Y Cassie?

-En su cuarto. Dijo que saldría con Bill en un rato más, pero dudo que sea cierto.

-¿Con Bill? ¿Qué se traen esos dos?

-No sé. Pero prefiero que sea mi hermano antes que cualquier desconocido.

-Creo que deberías darle más libertas, Tom.

-No puedo hacerlo sabiendo que hay cuervos rondando alrededor de ella y que al menor descuido le harán daño o…

-¿Te estás escuchando hijo? Yo jamás les prohibí que tuvieran amigos o experiencias de vida y tú, sin embargo lo estás haciendo con ella.

-Es diferente tener un niño a una niña, mamá. Ya lo ves con Alexander.

-Yo lo veo como un chico muy tranquilo para su edad, además ya ves que sus intenciones con Cassandra son honestas.

-No me lleves la contra mamá –me quejé apoyando la cabeza en el respaldo.

-Sólo te estoy diciendo que para ser un chico que no fue criado por su padre y que suele tener un historial de criminales, para ser lo suficientemente calmo.

-Al menos tiene buenas calificaciones según lo que me ha dicho Cass. Demasiado buenas para alguien que escribe estupideces en el gimnasio.

-Eso es porque (name) se ha encargado de que no descuide sus calificaciones.

-¿Y cómo alguien tan… problemático puede ser tan inteligente y rendir tan bien en el instituto? ¿Cómo explicas eso? Porque yo todavía no encuentro la fórmula para que Cassandra pueda ser así.

Mamá puso una mano en mi pierna y con la sonrisa que nunca solía abandonar su rostro. La casa podía estar hecha un completo caos cuando estaba ella, pero siempre sonreía.

-Cariño, las madres podemos ser muy permisivas cuando nuestros hijos quieren algo, pero a cambio somos exigentes con su educación.

-¿Me estás diciendo que (name) deja que Alexander haga lo que quiera a cambio de mantener un buen rendimiento académico?

-Exacto. Además…

-¿Qué tiene que ver (name) con Alexander?

Mamá y yo nos giramos al mismo tiempo para encontrarnos con la mirada curiosa de Bill en el borde del ventanal que había cerrado con el pie. Mierda, esto era terrible y una verdadera pesadilla que pensé que no me tocaría vivir en estos momentos. Mi mente buscaba las palabras adecuadas, esas que son correctas y que no dañarían frente a lo que vendría, pero no habían palabras evasivas o correctas que fueran menos apropiadas que la verdad. Me debatía entre soltar todo de una vez y decirle lo que prometí callar, ¡si hasta el estómago se me había encogido totalmente con solo ver a mi hermano!

Mis manos empezaron a sudar frío por el nerviosismo que sabía que Bill percibía debido a nuestra conexión como gemelos. Ya no vestía su atuendo casi de hippies, sino que usaba unos jeans gastados, una de sus chaquetas de cuero y un pollerón gris bajo éste. Podía notar sus ojos impacientes, mirándome a mí y a mi madre. Su pie no paraba de moverse y sus brazos cruzados lo protegían del frío.

Sentí la mirada nerviosa de mamá a mi lado, tratando de decirme con sus ojos avellana lo que mi mente también insistía ordenar, pero estaba bloqueado con la pregunta de Bill porque sabía que no podía seguir ocultando esto mucho más, no o ahora que venía con esa pregunta que no me correspondía contestar pero era mi deber hacerlo. Sí, mi deber por ser la persona que lo ha acompañado durante toda su vida y con la que prometió morir al mismo tiempo. Era su gemelo, su otra parte, su hermano, su amigo y su sangre. No podía traicionarlo más por mucho que la mirada de súplica que me dedicó (name) aquella vez en el restaurant rondaba mi cabeza para hacerme sentir más culpable de lo que me sentiría al confesarle la verdad de una vez por todas a Bill.

-¿Tom?

Lo miré, tomando el aire suficiente y esperando el peor de los huracanes desatados con la ira de Bill. Me sentía como un David frente a Goliat, mirando a alguien tan inmenso desde un ángulo bajo y minúsculo.

-Bill, hay algo que he estado ocultándote desde hace unos meses.

Pestañeó totalmente confundido con mis palabras, como si no esperara esa respuesta tan ambigua. Pero por su leve movimiento, pude notar que las ansias comenzaban a apoderarse de él.

-Tom –mamá me detuvo apretando mi brazo a modo de advertencia, como si estuviera totalmente arrepentida de lo ue sus ojos que quisieron decir momentos atrás. El pánico invadía su rostro temiendo lo mismo que yo.

-No, mamá. Soy su gemelo y no puedo ocultarle algo tan importante como esto.

-¿De qué hablas? –preguntó Bill acercándose un paso.

Inhalé más aire, esperando a que éste me armara de fuerza para lo que se venía y acabar con esta maldita tortura de verlo sumido en la ignorancia en que lo tenía (name) con sus promesas y palabras. Necesitaba expulsar las palabras guardadas bajo siete llaves de una vez por todas.

-Hay cosas que (name) te ha estado ocultando. Cosas demasiado importantes tanto para ti como para todos lo que nos rodean.

-No me extraña, Tom. Ella siempre tiene sus secretos –dijo restándole importancia.

-Es que este secreto te involucra, Bill. Te involucra porque… ¿recuerdas a Alexander?

-¿Qué pasa con él?

Me paré, totalmente armado de valor y poniéndome a la misma altura que él frente a frente. Si iba a hablar con él de algo tan serio, prefería estar parado a que quedarme sentado como si le quitara importancia a lo que le diría.

-¿Nunca te preguntaste cuál era su apellido?

Dio un paso más, no sin antes entrecerrar lo suficiente el ventanal como para que no se enfriara la casa, pues estaba la calefacción encendida al máximo.

-Sí, pero…

-¿Nunca notaste que se parecía a alguien, que su manera de expresarse se te hacía tan… familiar?

-¿A qué viene esto, Thomas?

Di un paso más y noté que mamá se levantó de su asiento con nerviosismo.

-Chicos… Tom, no…

-¿Por qué crees que últimamente te he insistido tanto con el tema de ser padre, Bill?

Sus ojos se abrieron por completo con una mezcla de horror, sorpresa, ansiedad y shock. Sus brazos se resbalaron a cada lado y casi podía oír el ritmo enfermizo de su corazón a toda máquina haciendo carreras con sus pensamientos. Era ésta la parte en donde simplemente debía tantear el campo minado antes de encontrar una bomba de mayor magnitud, ir con cuidado antes de que el huracán Bill se desatara. Me acerqué más hasta que quedamos a unos dos pasos de distancia. Estaba boqueando de la impresión como si el lío de su cabeza pasara a un enredo de mayor intensidad.

-Bill, Alexander es un Kaulitz.

Su mirada se intensificó, pestañeaba rápido tratando de ordenar mis palabras y darle sentido. Percibía sus intentos por hablar, por moverse y reaccionar, pero parecía atascado con un huracán interno en el que ni yo podía ayudarlo. Estaba más pálido que de costumbre, pero no parecía estar a punto de desmayarse. Mamá tomó su brazo derecho, llamándolo suavemente y peinando su cabello, pero él no era consciente de eso.

Sé que no soy perfecto, que por mucho que trate no puedo ser el hermano que preferiría que mi gemelo tuviera. Si antes me sentía completamente mal por seguir las ordenes de (name) y ocultarle todo de una pieza, ahora, que ya había soltado la verdad no sabía si sentirme peor o aliviado. Y el resto de calma se fue de mí cuando vi las primeras lágrimas deslizarse de sus mejillas, como soltando todo lo reprimido durante todos esos años que nos hizo prometer que no hablaríamos más de la Invasora.

-Bill…

Desvió la mirada, sus manos se convirtieron en puños y su piel se estiró hasta que los nudillos quedaron blancos por mucho que tatuajes los ocultaran. Su cuerpo temblaba, su respiración era agitada y en mi interior sentía una angustia que crecía a pasos enormes. Mamá se separó al notar el repentino cambio en la atmósfera que nos rodeaba, pero yo seguía ahí, en pie tratando de calmar o disminuir la bomba de tiempo que en cualquier momento explotaría. Yo, siendo su hermano, debía absorber todas sus palabras porque las merecía tanto como su odio.


-Alexander es tu hijo, Bill. Un hijo que tuviste con la Invasora.


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Espero que tanta espera valga la pena con este capítulo ;-)

Lamento no subirles puntualmente pero la universidad absorve todo mi tiempo libre y debo programar los capítulos (hoy es 21 de marzo) para los días jueves.

10 comentarios:

  1. ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh al fin oh por dios no me imagino que hara bill ahora que lo sabe

    ResponderEliminar
  2. No me jodas por fin!! Sube pronto por favor

    ResponderEliminar
  3. ¡santo cristo milagroso por dios! eso fue ...me dejaste en shock espero el siguiente y te entiendo un beso

    ResponderEliminar
  4. Se me fue la respiración ! Diossss, cómo no esperar Nina, la espera valió más que la pena ! Sin palabras...

    ResponderEliminar
  5. OMG!!!
    Ya se enterooooo ya quiero saber cual sera su primera accion... le dira la verdad a Sascha????? Aaaaa ya quiero que sea jueves!!!

    ResponderEliminar
  6. NOOOOOOOO! :O el capitulo mas esperado!!!!!! Dios me encanto! Y no puedo creerlo! Lo que se esta por venir!!! Gracias Nina! <3

    ResponderEliminar
  7. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!! porfiii sube prontitooo! no puedo quedarme asi! tengo ansias! jajajaja cuidate mucho! y espero que te esté llendo genial con la escuela! saludos! subeee prontitoooooooooooo!!! porfaaaaaa!!! Küsses!

    ResponderEliminar
  8. Por fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin no puedo creerlo :O Tom le soltó toda la verdad a Bill quede muy sorprendida pensé q no se lo revelaría me encantooooooo, quiero ver la reacción de Sascha cuando se entere de q Bill es su padre este cap estuvo super bueno lo amoooo.... y ahora q hara Bill?? q le dirá a La Invasora??? espero el próximo estoy muy intrigada x saber q pasara...

    ResponderEliminar
  9. no puede ser no puede ser simplemente no puede ser me quiero morir!!!!! estoy como loca dios oya le dijo me muero me muero me muero estoy wuauuuuuuu
    no puedo creerlo me he quedado tan sorprendida que enserio no se no me lo esperaba aun
    menos me esperaba que iba hacer asi no me lo creo
    dios esta demasiado genial en verdad
    espero que subes este jueves porfas porfas porfas!!! que me has dejado con la boca abierta y estoy llena de intriga !!!!
    tienes que seguirla lo mas pronto o me va a dar un paro cardiaco ya quiero saber que es lo que sigue dios!!!!
    siguela
    sigulela
    siguela
    cuidate :)

    ResponderEliminar