ALEXANDER
-Simplemente no quiere verte.
-¿Por qué? –realmente había
empalidecido con mis palabras.
-No tiene nada que decirte, ¿para
qué te vería entonces?
-Bueno, pensaba que era más
sociable conmigo –ahora parecía molesto mientras hacía círculos con su dedo
sobre la mesa.
-Eres su jefe, no su amigo.
-¿Y qué tiene que ver eso? Yo la
formé cuando sus padres murieron.
-¿Por culpa de quién? –levanté
una ceja retándolo. Este viejo realmente me aburría.
-No es mi culpa que sus padres
tuvieran deudas pendientes.
-Ya, pero los mataste.
-En fin, creo que no merezco este
trato. Es totalmente injusto sabiendo que gracias a mí ella es la Invasora.
-No mezclamos nuestra vida
personal con su trabajo, ¿tanto de cuesta entenderlo, viejo?
-Pensé que me considerabas tu
abuelo, Alexander.
-No.
-Qué directo.
-Te consideraría un compañero de
la infancia, pero nada más que eso.
-¿A qué se debe este trato, si se
puede saber?
-¿A qué me llamaste? No soy uno
de tus sirvientes para que andes solicitando mi presencia cuando te pique el
trasero.
-Más respeto, muchacho. No sabes
con quien tratas y me da igual si tu madre te está esperando afuera en su auto
–sus ojos se abrieron mostrando una mirada amenazante que podría calar los
huesos a cualquiera menos a mí.
-Entonces hagamos que esto sea
breve. Tú me dices a que vengo, y yo me largo.
Suspiró tomando una de sus
pastillas con agua.
-Tu respuesta –dijo luego de tragar
la medicación.
-¿Qué respuesta buscas? Porque
las del examen de hoy ya están en el poder de la profesora.
-Tu elección, chiquillo. Ya
cumples la mayoría de edad y necesito saber tu elección cuanto antes.
-Ah, eso.
-Sí, eso.
-Pues… no lo he pensado –sonreí
triunfante con el ego por el cielo mientras giraba en la silla sin despegar la
mirada del techo.
-¿Así de simple? ¿No lo piensas
cuando sabes que…?
-He postulado a universidades,
con carreras de verdad que no implican “morgue 101”, "mil maneras de matar", “criminología universal” o
“historia de la mafia 1”.
-Vaya, ¿estudiarás para ser
comediante? –se burló.
-No. Estudiaré para no terminar
como tú.
-Eso quiere decir que no aceptas
mi invitación exclusiva a la mafia.
Solté una carcajada estridente,
que resonó por las paredes y que fácilmente habría golpeado el ego del pobre
viejo frente a la mesa. Vi pequeñas estrellas en mi campo de visión, y todo a
mí alrededor se movía cuando me detuve frente a él. Le brindé la mejor de mis
sonrisas altaneras y derrite bragas a medida que mi mente se aclaraba.
-Por ahora, no creo tener la
necesidad de ser boy scout.
-¿Estás totalmente seguro de tu
decisión?
-¿Y qué si no lo estoy?
¿Amenazarás con llamar a servicios sociales para que me retengan por unos días
por ser un peligro para la sociedad?
-No juegues con fuego, Alexander.
-Eso por ello que no me gustan
los boy scout, ¿sabes? Se creen lo máximo por saber descuartizar y matar como ninjas.
-¿Hay algo que te tomes enserio?
Realmente no se puede mantener una conversación contigo.
-Bueno, tomo enserio mis
calificaciones. Y creo que nada más.
-Eso no ayuda. Tu madre es una…
-¿Algo más que quieras? –le
interrumpí empezando a aburrirme-. Realmente tengo una agenda muy estrecha y se
me acaban los minutos contigo.
-¿Y si te dijera quien es tu
padre?
Me congelé lo que duró una décima
de segundo antes de volver a soltar una carcajada en su propia cara.
-No te creería.
-¿Por qué no? Lo conozco tan bien
como tu madre. ¿No es eso lo que has deseado siempre?
-Ya te dije, Pantera Negra. No te
creería en lo absoluto.
-Bien, entonces espero que no me
creas cuando te digo que te podrías arrepentir fácilmente de tu decisión.
-No lo creo.
-Ve con cuidado, Sascha. Con
mucho cuidado.
-¿Es una amenaza? –alcé una ceja
totalmente sorprendido de esta nueva faceta suya que se mostraba como un
depredador hambriento del cual nadie se podía fiar.
-Por mucho que lo fuera, no me
creerías.
-Sé jugar este juego más bien de
lo que supones, viejo. Y no cantes victoria porque las cosas se pueden
invertir. Hasta la próxima.
-Hasta pronto.
Me despedí de los guardias,
caminé por los pasillos, bajé escaleras y seguí hasta la entrada principal
siendo seguido por un montón de cámaras de seguridad que seguían mis pasos. No
lo resistí más y cuando noté que una cámara se detuvo en mi dirección, agarré
mis pantalones y sacudí mi miembro con una sonrisa de oreja a oreja que
descolocaría hasta al más santurrón.
Mamá me esperaba en el auto. Se
veía más calmada que la última vez que hablamos, por lo que sabía que podría
sacar cualquier tema a la luz. Sonrió cuando subí al auto y pude notar que
había contenido la respiración por un largo tiempo. Su maquillaje era perfecto,
al igual que su cabello y su atuendo oscuro.
-Definitivamente me gusta más
este auto que el anterior, ma –dije cerrando la puerta del Range Rover.
-A mí también. ¿Cómo te fue?
-Rechacé a la mafia.
Parpadeó unos instantes con su
boca entreabierta totalmente sorprendida por mi decisión. Ella debía ser la más
preocupada por seguir sus pasos, por el “El Invasor” que muchas mafias querían
ver en acción para saber si había heredado la agilidad y fuerza de mi madre.
Ahora ellos debían secarse en sus tumbas esperando por eso, porque realmente no
estaba dispuesto a eso. No derramó ni una gota por sus ojos, pero pude ver la
emoción y el alivio en su mirada como si se hubiera quitada un peso gigante de
encima.
-Eso es… excelente, Sascha.
-Lo es, porque realmente quiero
unirme al mundo universitario sin tener una doble vida como Superman… o como
tú.
-No tuve una opción viable
–susurró.
-Lo sé, enserio. Simplemente
quiero entrar en el ambiente universitario, fumar hierba, alcoholizarme,
follar, quizás tener una novia bonita y yo que sé.
-Realmente me alegra que no hayas
tomado ese camino, ¿qué te dijo?
-Bueno, en resumidas cuentas no
se alegró mucho de mi decisión. Pero no podrá manejar mi vida por mucho que lo
intente, ¡si hasta me ofreció decirme el nombre de mi padre! –me reí recordando
su cara mientras mamá ingresaba al tráfico del centro de Berlín.
-¿Y te lo dijo?
-Me negué porque no le creo nada.
-¿Tuviste la oportunidad frente a
tus narices y la rechazaste? Nunca dejas de impresionarme.
-Es porque quiero que tú me lo
digas –la miré seriamente para que supiera que hablaba en enserio y que
esperaba que cumpliera con lo que deseo-. Es la única palabra que realmente me
importa, sin desmerecer a mis tíos.
-Bien, al menos tenemos un motivo
para celebrar algo –sonrió radiante, como si fuera el mejor día de su vida,
aunque podría serlo fácilmente sabiendo que le di el gusto con mi elección.
Giró el auto en dirección
contraria al camino a casa, prendió la radio y tarareó una de las canciones que
pasaban como si fuese el hit del momento. Realmente este lado de mi madre se
estaba extinguiendo lentamente. De hecho cuando era niño, me hacía
mini-conciertos en los viajes largos, o cuando íbamos al zoológico siempre se
ponía sobreros estúpidos que hasta hacían reír a los conductores de otros
autos.
Siempre buscaba la manera de
rellenar todos los espacios vacíos en mí desde que le pregunté por primera vez
por mi padre. Y ahora, es como si se le hubieran gastado las energías. Por
suerte aun tenía confianza en que mi madre volvía a ser la misma de antes, cada
vez que la veía cantando una canción frente al volante.
TOM
-¿No te gusta el terror?
-Sí, pero creo que sería más
interesante ver una en estreno que la versión renovada de “IT”.
-Pero es un clásico, y deberías
tener un como de cultura cinematográfica –le sugerí avanzando en la fila mientras acomodaba mis lentes de sol.
-La he visto un montón de veces
en internet, tuve que hacer un ensayo de la película y no pretendo ver el mismo
final aburrido otra vez.
-¿Alguna sugerencia entonces?
Observó la pantalla en informaba
de los horarios del día, una que otra película cuyo nombre sonaba aburrido pero
que a ella le parecía interesante. Observé su cabello largo y rubio, como
cuando era pequeña y se lo trenzaba produciendo suaves ondas cuando se lo
soltaba para dormir. Era el cabello de Andrea. Rubio, brillante, liso y sedoso,
el cabello que toda chica quiere tener. Y que todo chico con malas intensiones
quiere tironear mientras hacen cosas obscenas.
El recuerdo de una niña caminando
descalza entre la hierba, tomando mi mano y cantando alguna canción, retomó mi
mente sin escuchar lo que ella me decía hasta que chistó los dedos frente a mis
ojos con molestia.
-¿Ya te decidiste?
-No. Te estoy diciendo que
tenemos compañía.
Estaba molesta, pero dudaba yo
ser el motivo de su repentino ataque de furia. Sus lentes de marco rojo se
tambalearon peligrosamente sobre su cabeza mientras su rostro se transformaba
en una viva imagen de la adolescente más feliz del mundo. Observé la dirección
de su mirada, viendo a un hombre con lentes ópticos y a una chica que debía
tener la misma edad que Cassandra.
-¿Quiénes son?
-Se llama Bianca, es una
compañera del instituto. Realmente esperaba no encontrarme con nadie que fuera
amigo de Alexander –confesó cruzando los brazos y mirando con impaciencia la
fila frente a nosotros.
-¿Estás molesta con él?
-Algo así –o sea, en lenguaje
femenino era una afirmación por donde se le viera-. ¿Qué me dices de “Historia
de un Cazador”? A juzgar por los efectos, se ve buena.
-¿Romance?
-Acción –sonrió sin falsedad.
-Vale.
Volví a observar a la chica y su
acompañante, que ahora se acercaban a comprar golosinas. Al principio no lo
noté, porque no recordaba aquellos antiguos rostros hace tiempo. Y ahora… nada
me podía negar que era él, ni si quiera el paso del tiempo o las pocas canas
dispersas en su cabeza. Su rostro expresaba el cansancio que no logré ver en el
rostro de (name) cuando la vi, de hecho aparentaba tener más edad de la que
realmente tenía que debían ser unos cuarenta y algo años.
-¿Pasa algo papá? –me interrumpió
Cass.
-Compra las entradas y golosinas
–dije entregándole suficiente dinero.
-¿Dónde vas?
-Ya vuelvo, simplemente no
pierdas la vista de la fila y de los tráiler. Elige la que se vea mejor.
-¿Ok?
-Cualquier cosa me llamas, eh.
-Lo sé.
Me acerqué hacia el lado opuesto
de la tienda, donde tenía un ángulo más definido del hombre que acompañaba a la
chica, Bianca. Y quizás fue mi mirada fija lo que despertó su curiosidad
mientras su hija le hablaba, pero supe que me reconoció sin estimar en hacer
esfuerzos. Le sonreí para que no huyera ni pensara que quería destriparlo, le
dijo algo a su hija, ésta reclamó pero asintió rendida hacia los pasillos
iluminados con el número de la sala que correspondía. Se acercó al tiempo que
yo veía a la chica marchar con golosinas bajo su brazo y el teléfono en la
otra.
-Pensé que ya no te acordarías de
mí –dije a modo de saludo mientras golpeaba su espalda y él la mía.
-¡Bah! No olvidaría esa cara fea
ni en años.
Sonrió y noté las arrugas en su
rostro, quienes delataban que el tiempo realmente había pasado rápido desde la
última vez que lo vi.
-Ella es Bianca –señalé a la
chica que justo dobló en una esquina.
-La misma, ¿y qué me dices de ti?
Lo tuyo con Andrea siempre que tan apasionado que me sorprendió que no tuvieran
hijos a tan temprana…
-Bueno, nos casamos, tuvimos a
Cassandra que debe tener la misma edad de tu hija, nos divorciamos y cada uno
siguió con su camino –doloroso, conciso, y cortante. El tema de mi relación con
Andre me hería tanto como quererla.
-Lo siento –se disculpó
pestañeando lento.
-Es un tema pasado.
-Bueno, como creo que ya empezó
la función será mejor que te invite a un café si quiero actualizarme más en lo
que pasa en Alemania.
Por suerte, entramos a una
cafetería decente cuyas personas no parecían demasiado interesadas en mi
presencia. Nos sentamos en una mesa lejana, estando yo de espaldas a la vitrina
que mostraba más tiendas y gente paseándose. Esperamos nuestro pedido, dejé un
mensaje a Cass y nos largamos a conversar.
Pero como necesitaba saber su
versión de los hechos que habían ocurrido a penas (name) se fue, no le di demasiadas vueltas a lo que
realmente quería oír, por lo que a penas terminó de relatarme su historia, me
lacé a hacer esa preguntaba que picaba por salir de mi lengua.
-¿Cuándo supiste que (name)
estaba embarazada? –lo miré fijamente luego de ir por la segunda ronda de café.
Sus ojos se pusieron serios de
repente, como si un bloque lo separara de mí y se pusiera a la defensiva. Dejó
su tasa en el platillo de porcelana y me miró directamente sin rodeos ni
presunta sorpresa.
-¿Te lo dijo ella?
-Un simple cálculo junto a hechos
que coinciden me hicieron deducirlo fácilmente.
-Entonces lo conoces.
-Alexander es un chico ejemplar
para su edad.
-Lo es –se acomodó en su silla,
esparciendo azúcar en su café mientras yo esperaba la respuesta que tanto
anhelaba-. Cuando lo supo, llamó a Gaspard. Sé que se quedó una buena temporada
con él y no fue hasta que supo el sexo del bebé que me enteré de su embarazo.
Aseguró que no lo daría en adopción y que Lily y Gaspard ayudarían en su
crianza, yo y Rebbeca nos incluimos en su plan, totalmente encantados con la
llegada de Alexander. Le pregunté además por la reacción de la mafia misma ante
su notica, e indicó que a pesar de darla la opción del aborto, ella lo negó y
prometió que sabría manejar su trabajo y maternidad a la vez.
-¿Sabías que era de Bill?
-Por algo no lo quiso abortar o
darlo en adopción. Todos lo sabían, y ella jamás lo negó.
-¿Por qué nunca nos dijeron? Todo
esto sería diferente y mi hermano sería el padre que no sabe que es, ¡hasta le
habrían hecho la vida más fácil a Sascha! –unas personas de la mesa más cercana
nos observaron con curiosidad hasta que la camarera les interrumpió tomando su
pedido.
-Créeme que en ese sentido, estoy
de tu parte. Y me sentí tan frustrado cuando oía a ese niño preguntar por qué
no tenía papá y sus compañeros sí. Pero no me podía meter en la vida de (name),
y así es hasta el día de hoy.
-Era un deber, Erik.
-¿Crees que no lo sé? –Pude notar
la molestia en su mirada mezclándose con la tristeza que le provocaba hablar
del pasado-. Regañé demasiadas veces a (name) por ocultar lo más importante en
la vida de ese chiquillo, le grité que no podía dejarlo crecer sin saber que
tenía un papá vivo y que lo amaría tanto si supiera de su existencia, Tom.
-¿Por qué no nos buscaron? Las
cosas serían menos complicadas si hubiesen llamado a uno de los dos.
-Porque nos hizo prometer, a
todos nosotros, que no hablaríamos más del tema por mucho que el chiquillo insistiera
en saber pistas de su padre.
-¿Pistas? ¿Y qué sabe exactamente
de Bill?
-Tatuajes, alemán… y que amaba a
su madre demasiado.
-¿Nada más?
-Que yo sepa, no. ¿Y Andrea lo
sabe?
-Sí –asentí observando a mí
alrededor con el apetito totalmente nulo-. Y también me dijo que Alexander está
a un paso de saber la verdad.
-¿Y hablaste con (name)?
-Quiere esperar a que cumpla la
mayoría de edad.
-Hummm… o sea, dentro de días.
-¿Acaso tu sabes por qué?
-Pantera quiere que se una al
equipo de los malos, dándole el privilegio de ocupar el lugar de su madre como
el “Invasor”.
-¿Matar gente? Él no…
-Sabe demasiado para su edad,
Tom. Maneja armas, se defiende con los puños, descifra códigos extensos… es un
arma perfecta del cual Pantera se quiere adueñar.
-Supongo que ella está de
acuerdo.
-¿(Name)? –Asentí en silencio-
Claro que no. No quiere que su hijo se transforme en un monstruo.
-¿Y qué tiene que ver su mayoría
de edad?
-Podrá tomar la decisión
sin que su madre interfiera en ella.
-Entiendo.
No se basaba en que se fuera con
Bill y ella perdiera la custodia como lo pensé con mi madre. Simplemente quería
proteger a su hijo como pudiera sin que se viera afectado. Era de suponer que
fuera tan bueno con los instrumentos sanguinarios como su madre, sin embargo era
mejor que siguiera su vida como un muchacho normal que no tenía una doble vida
ni nada por el estilo. Ahora podía ver con claridad el punto de vista
calculador de (name), y el por qué de su decisión tan temprana de no hablarle
de Bill a Alexander y viceversa.
-Lo quiere proteger.
Asintió una vez ante de agregar con voz gruesa y una cierta oscuridad en su mirada tan indescifrable como sólo Erik podía serlo.
-Proteger de lo que ella y todos
los espías han vivido.
AY POR DIOS ESTO CADA VEZ SE PONE MEJOR ESPERO EL SIGUIENTE CUIDATE
ResponderEliminarMe encantooo ninaaa huyy ya esta a punto de descubrir la verdad, y ojala sea muy pronto xq de verdad tengo muchas ansias de leer el cap donde Alexander y Bill se enteren q son Padre e Hijo.. ojala sea muy pronto, quiero ver la reacción de ellos!!!! amo tu fic!!!!
ResponderEliminarme mueroooo! tom se encontro con erik!! cada capitulo es mejor, gracias nina, espero el proximo <3
ResponderEliminarAmaría que volvieras a publicar también los domingos, la espera está matándonos.
ResponderEliminarGenial, Nina :))
hay por dios cada capitulo me deja con la boca abierta sigue!!!
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