INVASORA
-Soy yo, Amatista, (name).
Amatista.
Andrea.
Andy.
Mi amiga de la adolescencia,
aquella que me vio en mi locura y rescató lo mejor de mí. Podía verla desde la
pantalla junto a la puerta, ver que el tiempo no había pasado por ella.
¿Realmente estaba acá?
-¿(Name)?
Sin pensarlo más, abrí la puerta
sin importarme que Aki entrara a la casa y corrí hasta la puerta abriéndola con
mis llaves. Ni dije nada, pero creo que las lágrimas que corrían por mi rostro
indicaban que rebosaba felicidad. Quité el último seguro y la vi frente a mí
con sus cabellos rubios sin mechas azules y recogido elegantemente, vestía unos
jeans y una blusa clara que le daban un aspecto jovial. Dios, debíamos tener la
misma edad y ella lucía como de veinte. Su sonrisa se extendió por el rostro y
sus ojos de un puro celeste se cristalizaron tanto como los míos.
-Andy –susurré a penas notando
que mi voz temblaba.
-Hola –su voz… era exactamente la
misma que recordaba.
La atraje hacía mí y la abracé
con todas mis fuerzas pestañeando para poder ver con claridad. ¿Cómo había
terminado acá? ¿Qué tipo de sorpresa era ésta? No importaba siempre y cuando se
quedara a mi lado. Su perfume había cambiado a uno más cítrico y pude notar que
sollozaba en mi hombro como yo hacía en el de ella. Me obligué a separarnos
para cerrar la puerta con llave y tomé su brazo guiándola por el jardín.
-Dios… ¿enserio eres tú?
-¡Claro que sí, tonta! –me reí de
su expresión.
-Es que siento que estoy soñando,
Andy.
-Somos dos. Dios, te juro que no puedo
creer que esté viéndote de nuevo. Han pasado tantos años y…
-Lo sé, realmente nos equivocamos
al no comunicarnos, ¡ahora no sé nada de tu vida!
-Bueno, tengo todo el día libre
para que conversemos.
-Pero… ¿estás segura? –le
pregunté cuando nos adentramos en la casa.
-¡Claro! ¡Jesucristo, (name) éste
lugar es espléndido! ¿Enserio vives acá? –exclamó observando todo lo que nos
rodeaba.
-No es para tanto, Andy –sonreí.
-Bueno, me sorprende de ti porque
antes vivías en departamentos de sectores muy públicos.
-Las cosas han cambiado –murmuré
recordando a mi hijo.
La guié hasta la cocina, en donde
me habló de su trabajo como jefa del departamento de control pediátrico en el
hospital central de Berlín, de su fascinación por el arte culinario y los
dulces árabes. Me comentó que se casó con Tom Kaulitz, su pareja en aquellos
tiempos donde yo estaba con Bill, y que tras unos años se divorciaron.
-… la verdad es que aún lo amo,
no he salido con nadie más desde que estuve con él pero…
-¿Pero?
-Hay conflictos que aún nos
separan.
-Oh… ¿puedo saber qué pasó para
que acabaran así?
-Cuando te fuiste, di con tu
paradero unas semanas después cuando Bill pasaba encerrado en su cuarto sin
hablar ni si quiera con Tom –sentí una herida antigua reabrirse lentamente a
medida que Andy hablaba sin dejar de observar la taza de té con canela entre
sus manos-. Le dije a Thomas que viajaría por motivos de estudio y fui a
buscarte a Nueva York.
-Yo… estuve sólo una semana ahí.
-Eso noté. Y traté de llamar a
Gaspard y Erik pero no me respondieron nunca. Pantera no me quiso decir dónde
estabas.
-Yo…
-Años después retomamos la
conversación cuando Bill nos hizo prometer que no mencionaríamos nunca más tu
existencia entre nosotros y nuestros amigos. Y luego se enteraron que yo sabía
los motivos de tu huida pero nunca se los dije… y fue uno de los factores de la
separación.
Me atoré con el café tosiendo
hasta rasparme la garganta y mi rostro se puso rojo. ¿Acababa de oír que fue mi
culpa todo esto? ¿Yo fui el factor detonante en el divorcio de Andrea y Thomas?
Dios… me sentía terrible. Jamás pasó por mi mente que mi decisión influiría en
su relación ni mucho menos que Bill se pondría tan mal teniendo tanta gente a
su alrededor que lo amaba.
-Andy… yo… -mi voz sonó muy
aguda, y mis ojos se pusieron llorosos-. De verdad lo siento mucho, jamás pensé
que…
-¡Bah! Eso ya quedó en el pasado,
(name).
-Pero…
-Te dije que realmente no es tu
culpa y punto. Además… el me engañó con su actual mujer.
-¡¿QUÉ?! Pero si él te amaba y…
-Bueno, creo que deberías ver más
los canales de chismes y ahí la verás. Se llama Ria.
-¿Qué clase de nombre es ese?
-Bueno, el nombre de una putaza
con cuerpo plástico y fascinación por gastar el dinero de su pareja famosa. Ni
si quiera se lleva bien con Cassie o quiere tener hijos. Creo que tiene el
síndrome de Peter Pan.
-¿Y él… la quiere?
-Según Cass, no hay amor entre
ellos.
-¿Quién es Cass?
-Cassandra es mi hija –sonrió.
¿¡QUÉ!? ¿¡Tuvo una hija y nunca
me lo dijo!? Bueno, se justifica sabiendo que estábamos distanciadas
completamente, pero… ¡Dios! ¿Una pequeña versión de Andrea? Dejó la taza ya
vacía a un lado y su rostro cambió a uno serio que resaltó cierto brillo
inquietante.
-(Name), no sólo vine a hablar
contigo.
-Oh… ¿pasa algo?
Se sentó a mi lado tomando de
improvisto mis manos con una sonrisa suave como si estuviera tanteando el
camino. Me sentí tensa, nerviosa y repentinamente culpable de un crimen. ¿Qué
sucedía conmigo? ¿Qué predecían mis sentidos para declarar algo así?
-Sé que tienes un hijo.
Tenía la sensación de descenso de
una montaña rusa, como si mis órganos vitales hubiesen caído a mis pies
derramando todo su contenido en el piso pulcro de la cocina. Me sentía mareada,
con la respiración irregular y acelerada, como si algo potente se desplazaba
por mis venas provocándome escalofríos a lo largo de mi cuerpo. Sus manos me
parecieron muy calientes y molestas sobre las mías en sus piernas, las apoyé en
el frío mármol de la mesa e introduje en mi boca una de las pastillas que
guardaba en mis bolsillos por si perdía los estribos.
-¿Quién te lo dijo? –susurré
observando el filo de la mesa frente a mí.
-Nadie me lo dijo. Fui yo quien
lo descubrí.
-Andrea, yo…
-¿Se llama Alexander, verdad?
Asentí con la cabeza obligándome
a respirar pausadamente y no entrar en pánico.
-Es realmente igual a su padre,
(name). Es como ver a…
-Por favor no se lo digas –logré
decir con la voz más fuerte.
-¿Cuándo te enteraste que estabas
embarazada?
No. No se lo quería ocultar a
ella… necesitaba decirle todo lo que he pasado estos años. Quería mencionarle
detalladamente los sucesos de todos estos años y no guardarle nada. No quería
mentirle a ella, no después de verme como un factor determinante en su
divorcio.
-Cinco días después de llegar a
Nueva York. Jamás le resté importancia a mis atrasos, pasaba las noches en
vela, fumaba cigarrillos como chimenea y bebía sin parar. Pero cuando noté que
algo andaba mal decidí comprar distintos test de embarazo y todos dieron
positivo.
-Debiste volver, o llamarme y
decirme que estabas embarazada, Bill te habría ayudado, todos te habríamos
apoyado y…
-No podía volver con ustedes sabiendo
que la mafia los tenía en la mira. No podía arriesgar el pellejo de Bill o Tom,
así que llamé a Gaspard.
-¿Gaspard Ulliel?
-Él y Lily me ayudaron durante el
embarazo y dos años después del nacimiento de mi hijo mientras yo seguía con mi
trabajo.
-¿Se lo dijiste a Pantera?
-Se lo tomó mal al principio,
pero luego de verlo en persona, se enamoró de él. De hecho creo que es la única
persona que puede insultar a Pantera sin obtener una bala atravesando su pecho.
-¡Guau! Realmente me sorprende.
Alexander me dijo que su madre trabajaba en una empresa privada haciendo
negocios internacionales, ahora entiendo que sólo me dijo un sinónimo de la
mafia en palabras bonitas –se rió con toda calma y noté mis pulsaciones más
pausadas.
-¿Cómo lo conoces?
-Cassandra y él son amigos. Van
en el mismo instituto y un día lo llevó a casa.
-Espera, ¿no están saliendo,
verdad? Porque no quiero que cometa incesto a tan temprana edad con su prima y…
-¡Joder, no salen! –se rió a
carcajadas de mi expresión, era como ser de nuevo joven y hablar
despreocupadamente de tonterías-. Están buscando a Bill, (name).
-¿Y cómo…? Dios, está tan cerca
que…
-Me dijo que sólo habían dos
familias con ese apellido en todo el país y que sólo una tenía adultos jóvenes
que podían ser su padre. Está cerca y dudo que tarde mucho en reconocer a su
padre.
-Basta con que vea su brazo… hace
un tiempo le dije que su padre tenía un tatuaje que decía “libertad”. Entiende
muy bien el alemán y sé que sabrá que Bill es su padre a penas lo vea.
-¿Ves? Es cuestión de tiempo…
¿sabes? Pantera me dijo que estabas cambiada.
-¿Cambiada en qué sentido?
-Más fría.
-Ah… no lo sé. Quizás es porque
debo proteger a mi hijo de mi propio trabajo.
-Hummm… ¿y qué hay de Ian
Neville?
-¿Pantera te dijo de él?
-Me encontré con Jake.
-¿Jake “dientes de piraña”?
–sonreí tomando un sorbo de mi café, mi respiración se había calmada y sentí
como paulatinamente cada órgano volvía a su lugar.
-Yo le vi la dentadura radiante y
alineada.
-Operaciones.
-Me dijo que salías con él y que
Pantera no les puso problema.
-Sí, es verdad… Ian quiere que
nos casemos, pero yo no acepto aún. Quiere que olvide a Bill, pero si lo olvido
estaría negando la existencia de mi hijo y…
-Entiendo, (name), pero no puedes
dejar que rearme tu vida cuando debe aceptarla. Además, no debes tomar al
matrimonio como un juego, ¿es bueno en la cama?
-¿Qué?
-Que si es bueno en la cama –me
guiñó un ojo moviendo sus caderas obscenamente.
-¡Se nota que no has cambiado
mucho, eh!
-¿Es un sí?
-…
-¡Ohhh, vamos! No es el fin del
mundo y aún falta un poco para que tu hijo llegue.
-… pues… no es tan apasionado
como Bill ni me hace sentir lo mismo pero… creo que lo quiero.
-¡BINGOOOOO! ¡Esto comprueba que
aún te gusta Bill!
-Shhh… no grites, Andy.
-¿Qué? Ni que el perro entendiera
lo que hablamos. Bill está como quiere, eh. Te lo puedo asegurar y… espera,
hace poco me mencionó que te vio.
-Sí.
-¿Y sentiste mariposas y culebras
en el estómago?
Asentí sintiendo la sangre en mi
rostro.
-Pero él tiene a otra, a Lena
–recordé según lo que he oído en la radio del auto.
-Lena es una pesadez. Deberías
enamorarlo de nuevo.
-No. Yo tengo mi vida ya hecha y
él la suya.
-Pero el factor en común pronto
se dará cuenta quién es su padre y…
-Pues mientras no llegue ese día,
pretendo no saber nada de Bill.
-¿Y no crees que Alexander
debería saberlo?
-¿Saber qué?
Ambas nos giramos al escuchar una
nueva voz. Tomé la mano de Andrea deteniéndola antes de que abriera la boca y
Alexander notara que algo le estábamos escondiendo. Se adentró en la cocina
siendo seguido por Aki agitando la cola y pidiendo su atención, dejó su bolso
en el respaldo de una silla y nos observó expectante con una ceja alzada.
Observé de reojo a Andrea, quien parecía estar maravillada con cada movimiento
tan grácil de mi hijo.
-Hijo, ella es Andrea…
-La mamá de Cassandra, sí la
conozco –sonrió con un asentimiento.
-Nos volvemos a ver Sascha –dijo
Andrea.
-Eso parece. Ahora, ¿me pueden
explicar qué era lo que debería saber?
¡Piensa rápido o sospechará demasiado!... BINGO.
-Que habrá una reunión en el
instituto. Algo así como una charla aburrida.
-¿Ajá? Tú odias esas cosas y
siempre faltas.
-Bueno, le decía a tu madre que
después de esa aburrida reunión solemos juntarnos entre los que nos conocemos y
vamos a un club nocturno o a veces a un bar a pasarlo bien y descansar de
nuestros hijos.
-Vale, eso quiere decir que
definitivamente no irás –dijo sonriendo socarronamente como si leyera mis
pensamientos y…
-¡¿Qué?! De hecho acabo de
persuadir a tu madre y ha aceptado.
-¿Qué…?
-Genial, aprovecharé de estudiar
un poco y luego iré a la casa del padre de Cass.
Dios mío… qué mierda pasa en la vida de mi hijo.
-Genial, le diré a Thomas que
pasarás por allá y luego…
-¿A qué vas? –inquirí sintiéndome
invisible entre mi hijo y mi amiga.
-Estudiaré un rato con Cassie y
seguramente me que daré a ver una película vieja o algo así, ¿por qué?
-¿Desde cuándo no me pides
permiso?
-Vale… creo que hemos vuelto a
esa etapa en donde te explico que llevaré mi GPS y tendré mi teléfono atado a
mi mano por si me llamas, ¿feliz?... y ahora que lo noto, ¿cómo se conocieron?
-Da igual. Andrea ya se iba y…
-¡A sí! Me llevo a tu madre
porque debemos hablar con el charlatán del director. Me enteré del castigo que
le dio a la profesora de inglés por molestar a sus alumnos y lo encuentro muy
pobre.
-¿O-ok? –asintió no muy convencido mientras rebuscaba la cena en
el horno y se servía en un plato.
-¡Llámame ante cualquier
emergencia! –le dije siendo tironeada por Andrea a medida que salíamos de la
casa. Alcancé a tomar mi bolso y las llaves antes de cerrar la puerta.
Nos subimos al auto siendo
observadas desde la ventana por un sorprendido Alexander que parecía murmurar
algo y luego encogerse de hombros. Me puse el cinturón de seguridad y ella
arrancó hacia la autopista más cercana con una cara sonriente.
-¿Dónde me llevas? –le dije
afirmándome de la manilla de la puerta.
-A recordar viejos tiempos,
Invasora.
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Más vale tarde que nunca ;-)
genial las amigas juntas de nuevo :)
ResponderEliminarNO IMPORTA LO QUE TE TARDES ME ENCANTO LAS AMIGAS JUNTAS DE NUEVO POR DIOS PERO, ¿CUANDO BILL Y SACHA SE DARAN CUENTA DE QUE SON PADRE E HIJO? MUERO OR ESE ENCUENTRO UN BESO
ResponderEliminarLo ame lo ame lo ame *u*
ResponderEliminarDios no me puedes dejar así TwT
Es tan genial *uuuu*
Sube pronto
cuídate y un abrazo :D
:O me encanto<3
ResponderEliminarMe muero por que Alexander sepa que Bill es su padre!!! Que ira a hacer Bill?!!
Gracias Nina :*
rayos, me encanto akjdasjdkas muero osea muero lentamente, siguela, esta demasiado buena para ser verdad, ssiguela y que termine bien si, si no, literalmente viajare a donde estes y te matare! JAJAJA mentira, pero siguela, me encanto, muero por saber uqe Alexander se entere de que Bill es su padre, sera lo mejor de la vida pracitcamente c: un beso, cuidate y sube pronto:*
ResponderEliminarmierda... MIERDAAA!!!!!!!
ResponderEliminarcada vez se pone mejor la fic porfavor sube pronto espero leer otro capitula
alexander ya casi debe saber que bill es su padre cierto ¿?
bueno solo espero leer otro capitulo para saber como estan las cosas aunque a (name) ya demas que dio a entender que alexander a crusado palabras con bill ya que va a la casa de el
ENNN FINNNN!!!!!!
mejor espero otro capitulo y no sacar conclusiones a la loca
me encanto este capitulo!!!!!
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