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jueves, 6 de febrero de 2014

Capitulo 41 (Tercera Temporada)

TOM

-Lo intuía –concluyó tras mi relato.

-Debimos notarlo todos… es la viva imagen de Bill y nadie los relacionó directamente.

-Cassandra y él me dijeron que estaban buscando a su padre biológico,  sabían que era de apellido Kaulitz y sólo que podía ser uno de ustedes dos.

-¿Y qué respondiste?

-Que no les podía ayudar, les dije que se habían confundido de familia… traté de negarles todas las teorías que tenían pero muy en el fondo estaba realmente destrozada por decirles que les creía y que sabía que el padre que tanto buscaba era Bill.

-(Name) dijo que aún no es tiempo de decírselo a Bill.

-¿Aún no es tiempo?

-Seguramente está esperando algo.

-¿Algo como qué?

Miré el elegante diseño de su taza de té, sintiendo el eco de sus palabras dar vueltas por mi mente. Si ella no se lo decía, Bill tarde o temprano deduciría que tiene un hijo que es suyo y que ha estado frente a sus narices todo este tiempo, mi hermano no era para nada tonto haciendo relaciones, así que debía llegar luego aquel momento casi apocalíptico.

-¿Tiene diecisiete, verdad? –algo me decía que el tema iba por las edad de Alexander.

-¿De qué vas, Tom?

-Mamá –me acerqué a ella susurrando lo suficientemente bajo para que sólo ella escuchara por mucho que estuviéramos solos en el comedor-. Si calculas los meses de su embarazo, más la edad de Alexander, no creo que falte demasiado para su cumpleaños.

-¿Su cumpleaños dices? –una arruga notoria se recalcó en su frente a medida que se volteaba a ver mi rostro.

-Cumplirá dieciocho, será mayor de edad y Bill no podrá reclamar la paternidad y la custodia de él ante la ley si quisiera llevar esto ante un tribunal de familia.

-Pero puede Alexander podrá decidir por sí mismo, Tom.

-¿Y qué nos asegura que prefiera a su padre antes que su madre?

-Sentirá dolor y rencor porque su madre le ocultó de su padre todo este tiempo, créeme hijo, todo se dará así. Preferirá a Bill ara recuperar los años perdidos.

-¿Se volverá contra (name)?

-Seguramente.

-¿Cómo lo sabes?

-Thomas, debes pensar como tus hijos para saber sus pasos.


-¿Y luego qué?

-No lo sé.

-¿Entonces vale la pena esperar a que ella le diga la verdad a Bill?

Se encogió de hombros volviendo su atención a la taza ahora vacía. Esto era más de lo que podía esperar, ¿cómo podría aguantar las ganas de abrirle los ojos a mi gemelo? No me correspondía decirle que tenía un hijo, sin embargo algo en mi interior se removía ante la idea de no mencionar ni una palabra a Bill. A fin de cuentas, él era mi hermano gemelo y he pasado toda mi vida junto a él por lo que sería un traidor al ocultarle algo tan serio. Estaba en conflicto y esperaba tener la paciencia suficiente para mantener la boca cerrada.

Por suerte mi teléfono empezó a sonar y me distrajo de todo tipo de pensamientos conflictivos y debates internos. Vi la imagen en la pantalla recordando que aún tenía una relación casi monótona con Ria, mamá supo quién era con sólo ver mi rostro.

-Ria

-Tom, estaba pensando en que podríamos juntarnos en el centro ahora mismo. Hay una fiesta de lo más cool a la que deberíamos ir.

-¿Dónde estás? –miré de reojo a mamá, quien negaba con la cabeza diciendo algo por lo bajo.

-En el salón de belleza. Decidí que necesitaba un cambio y teñí mi cabello a un color menos… emm…

-¿Artificial?

-Pensé que te gustaba.

-Bueno, en algún momento me gustó pero creo que…

-Ok, no es necesario que sigas Tommy. Ahora volví a mi color natural así que me veo más normal y seguramente tus fans me querrán más de lo normal.

-Oh… vale -¿qué responderle a alguien que tenía el ego por las nubes?

-¿Entonces iremos?

-No puedo, me comprometí a salir con Cassandra y no puedo seguir aplazándolo.

-La puedes llevar a ella, cielo.

-¿Estás loca? No expondré a mi hija en una fiesta donde seguramente la bombardearán de preguntas estúpidas sobre nuestras vidas.

-Está lo suficientemente grande para que asista a eventos contigo.

-Ria, si quieres ve tú sola. Yo no puedo, es el último día que tengo con Cassandra antes de que pase la semana con Andrea así que…

-¿Sabes qué? Vete a la mierda. Nunca me dedicas el tiempo que requiero como tu novia. ¿Cuántos años llevamos saliendo? Ya perdí la cuenta y tú aún no llegas con un anillo frente a mí, Tom. ¿Sabes lo que es saber que tus amigas están comprometidas con unas hermosas piedras en sus dedos y yo sigo como la novia del guitarrista alemán?

-No mezcles las cosas. Desde el momento en que nuestra relación inició sabías que tenía una hija y que estaba recién divorciado. Sabías en lo que te estabas metiendo.

-Pero Tom tú…

-Hablamos luego, pero no asistiré a esa fiesta que dices. Primero soy padre y después guitarrista.

-¿Y qué hay de…?

Finalicé la llamada y apagué el teléfono para no volver a escuchar su voz. Realmente no quería lidiar con más problemas de los que ya tenía. Guardé el Iphone en mi bolsillo y apoyé la cabeza en el hombro de mamá en busca de compresión.

-Ya verás que todo saldrá bien, cariño.

-Nadie es adivino, mamá.

-No, pero todo resulta cuando piensas positivo. Por ahora preocúpate de tu salida con Cassie, y luego ya tendrás tiempo para pensar en lo de Bill, en la banda y en Ria.



ALEXANDER

-Basta de esto, mamá.

Me puse frente al televisor obstaculizándole la vista para que de una vez por todas me prestara la atención que me merecía siendo su hijo. Pestañeó lentamente con una línea entre sus cejas. Era el tercer día que llevaba usando un pijama de franela y una bata de algodón negra, esperaba que al menos hubiese cambiado su ropa interior si es que llevaba.

-Alex…

-No, quiero que me digas qué mierda te pasa para que andes con ese ánimo por los suelos. Tú no eres así, mamá. Llevo más de dos horas llamándote, haciéndote preguntas sobre tu día y lo único que haces es asentir sin despegarte de la televisión y esos programas que hablan estupideces sobre famosos.

Presioné el botón de encendido/apagado, ya sin poder soportar las risas odiosas de los comentaristas mientras se burlaban de alguien. La casa quedó en completo silencio, tomé el control remoto de las manos de mi madre y lo lancé al sofá más lejano, me senté junto a ella esperando alguna respuesta a mi pregunta. Presionó sus sienes antes de volver a mirarme con sobras de un gris extraño bajo sus ojos, como si no hubiese dormido en días.

-Hay algo que no te he dicho.

-Vaya, qué novedad sabiendo que siempre soy el último en enterarme de lo que te sucede.

-Es sobre…

-¿Mi padre? ¿Me dirás el nombre finalmente? Porque de hecho hasta ahora estoy pensando en que si no me dices su nombre, creo que me cambiaré el apellido a uno japonés o quizás italiano.

-No es sobre eso –se quejó cerrando con fuerza sus ojos.

-¿Te sientes bien?

-Fui donde el doctor Harrison, Alexander. ¿Lo recuerdas?

Oh, así que fue donde el viejo barbudo que de vez en cuando se ponía a psicoanalizarme tanto como mi madre al punto de querer ponerme una camisa de fuerza y encerrarme en un cuarto de paredes blandas y esponjosas a prueba de golpes. Bueno, no tan así, pero el tipo me estresaba con sus preguntas extrañas sobre qué objetos prefería, cuál es mi color favorito, qué haría si tuviera un arma en la mano, entre otras.

-Imposible de olvidar –sonreí ante el recuerdo de cuando una vez le di una patada en la espinilla. Por su conveniencia, sólo se rió aguantando las ganas de llorar.

-Está acá, en Berlín.

-¡Ay no! ¿Me llevarás donde él y no sabías cómo decírmelo? Oye, sé que estoy loco pero no creo que necesite verlo otra vez.

-Si me dejas explicártelo, quizás entiendas lo que pasa por mi mente en estos momentos, Sascha –se cruzó de piernas y brazos adoptando una postura molesta.

-Ok.

Me explicó con demasiada calma y lentitud que su neurosis era simplemente un mal diagnóstico médico, revelándome detalles sobre videos escalofriantes de verdaderas personas que padecían de la enfermedad, además de confesar que ya no tomaba sus medicamentos diarios debido a obvias razones. Pude entender que para ella se hacía algo complejo el lidiar con ser normal, y hacer como si nada hubiese pasado cambiando sus hábitos alimenticios debido a que ya no ingería esa pastilla que la dejaba con una nebulosa mental por un par de horas mientras hacía efecto.

La noticia fue un alivio. Lidiaría con una madre normal y que no sufriera de descompensaciones producto de una enfermedad que terminó siendo algo así como “tópica”. Estaba realmente contento por ella, porque significaba que podía rehacer su vida normal tal y como siempre deseamos tanto ella, como yo.

-Sabes que cuentas conmigo, ma. Sea lo que sea, siempre me tendrás.

Sonrió, borrando la preocupación de su rostro y tomó mi mano entre las suyas. Noté que sus uñas estaban pintadas de negro haciendo que sus dedos se vieran más pálidos de lo normal.

-Lo sé, Sascha. Es sólo que nunca esperé algo como esto. Es como cuando te tuve, ¿sabes? Al principio pensé que era infértil porque un doctor me lo hizo saber con exámenes médicos, y luego, de la nada, en el momento menos pensado llegaste tú a mi vida.

-Se nota que los médicos de antes no justificaban sus años de estudio –murmuré haciendo una mueca-. Ese tipo de negligencia médica pudo costarles la vida, sus carreras, y si es posible un pasaje gratis al infierno.

-Era normal. Se guiaron por lo que les decía y por mi edad hormonal. Me deshice de mi expediente cuando tenía tu edad, por lo que no tenían algo en lo que respaldarse.



ANDREA

-¿Qué haces aquí?

Pasó ignorando mi pregunta y olvidando secar la planta de sus botas militares antes de entrar. Miré el piso recién limpio lleno de manchas de agua. Llovía torrencialmente, debido a un temporal que cruzaba Europa. Gotas caían al piso, y él las ignoró monumentalmente mientras me miraba con un rostro serio y lleno de ira.

-¿Pasó algo con Cassandra?

Me dirigí al baño en busca de un toalla para que secara su rostro y su cabello, además de hacer tiempo para lo que se me viniera encima. Volví y él rechazó la toalla con sorna concentrándose sólo en su enojo.

-¿Qué pasa Thomas que estás tan…?

-¿Desde cuándo lo sabes?

Me quedé muda, totalmente colgada como si me hubiese hablado en chino o en algún idioma muerto. Se acercó a paso intimidante quedando a unos centímetros de mi, cruzándose de brazos y esperando una respuesta que tenía poco clara.

-¿Saber qué? –le respondí con mi mente trabajando a mil por hora.

-Que Alexander es el hijo de (Name).

-Oh…

Eso fue tan inesperado como un balde de agua fría sobre mi cabeza. Así que estaba molesto porque no le había dicho nada de eso a él ni a Bill o su familia y amigos en general. Levanté la mirada con firmeza, observando sus ojos cafés fijamente ignorando lo violenta que parecía su expresión.

-Sí, “oh”.

-Lo sé desde que vi a Alexander por primera vez, y lo confirmé cuando hablé con (name).

-Y de nuevo caíste en el mismo error que encubrirla –gruñó con la dentadura apretada.

-¿Encubrirla? Por si no lo sabías, es un asunto que no nos incumbe, Thomas.

-Alexander es mi sobrino, por lo tanto me incumbe.

-No de la misma forma que a Bill –defendí mi idea apunto de pararme de puntillas.

-Él tiene todo el derecho a saber que tiene un hijo.

-Lo sé, pero tú no eres el indicado para decírselo al igual que yo.

-Si esperamos a que (name) se lo diga, seguramente todos estaremos en nuestras tumbas.

-Tu hermano no se mete en nuestra relación y jamás lo hizo, así que espero que hagas lo mismo que él.

-Esto es diferente –insistió pasándose las manos por el cabello mojado-. Bill no puede vivir sin saber que es padre, que tiene un hijo frente a sus narices y que (name) se lo ha ocultado por muchos años.

-Lo sé, pero tienes que entender que…

-¿Y Alexander? ¿Él sabe que Bill es su padre?

-No –negué desviando la mirada al paisaje lluvioso que se retrataba en el ventanal-. Pero me pidió ayuda para buscarlo. Dio con ustedes porque sólo hay dos familias con el apellido Kaulitz, y confió en que entre tú y Bill estaba su padre.

-¿No estaba… buscando?

-A Bill. No te sientas halagado, Thomas.

-Da igual, el hecho es que nos ha buscado todo este tiempo y nosotros dejamos de buscar a (name) o informarnos de ella.

-Necesito que me prometas algo.

Me miró fijamente, y de repente noté la vulnerabilidad en su mirada, como si fuera un niño perdido y no supiera qué hacer. Pero eso sólo duro una fracción de segundo antes de recuperar la compostura.

-Depende.

-Alexander tiene un carácter muy impulsivo, como Bill y (Name). Lo he visto unas dos veces, pero guiándome con lo que Cassie y (name) me han dicho, es demasiado calcado a Bill. Si le dices la verdad, no sé cómo va a reaccionar.

-¿A quién? ¿Alexander?

-Sí. Eso es mejor que se lo digan sus verdaderos padres a que tú o yo, o cualquiera.

-Ocultarlo por partida doble, eh. ¿Por qué no me sorprende de ti, Andrea?

-Porque te estás metiendo donde no te incumbe, idiota.

-¿¡IDIOTA!?... ¿Ahora yo soy el idiota? –se rió amargamente, reduciendo parte del valor que había juntado para mirarlo fijamente.

-Sí. Estoy tratando de…

-Ese es tu problema, Andrea. Siempre tratas las cosas, pero nunca lo haces bien. Tienes ataduras que hacen que los demás se alejen de ti… eso fue lo que hiciste conmigo.

-¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué me quedaras a observar el espectáculo que te estaban montando con Ria en nuestra habitación, mientras me crecían los cuernos?

-¿Y qué me dices de (name)? Ocultaste toda esa mierda durante años y de repente lo sueltas como si nada hubiese pasado. Destruiste a Bill más de lo que ya estaba roto.

-Lo de (name) es un tema pasado. Ya se solucionó, Thomas. Ahora mismo están a un paso de volver. Y Bill no estaba roto, porque tú no viste ni la mitad de lo que rompiste en mí.

-¿Enserio vamos a seguir con esto?

Lo desafié con la mirada lo suficiente para hacerle saber que no estaba dispuesta a ceder mi punto de vista bajo mi techo. Esto siempre pasaba cuando nos veíamos; irreprochablemente terminábamos mezclando nuestros problemas, sus infidelidades y mi silencio. Sus ojos llameaban bajo el color tierra de sus ojos, una vena apareció en su sien izquierda y la línea entre sus cejas se hizo más profunda.

Sin embargo, dentro de mí rabia y la suya no noté que esa llama era el reflejo de su propio cuerpo. No tuve tiempo de actuar cuando noté su brazo rodear mi cintura con demasiada fuerza haciendo que perdiera la respiración de un sopetón, ni mucho menos cuando noté sus labios ásperos sobre los míos abriéndose camino con una fuerza descomunal. Mis brazos estaban atrapados con su agarre, todo mi cuerpo estaba paralizado y no podía responderle al impulso de devolverle el beso. Su lengua chocó con la mía siendo dulce y escurridiza, su mano libre tiró de mi cabello hacia atrás, levantando mi rostro hacia él.

Sentí mis rodillas flaquear y el impulso de querer que termináramos en mi habitación se extendió en mi cuerpo. Pero la llama de la pasión que Thomas me hacía sentir, no fue suficiente como para responderle a un deseo que tenía desde que nuestro divorcio se hizo público. Aquel deseo de querer volver con él, de arreglar las cosas y de hacer como si nada hubiese pasado… o así fue hasta que anunció oficialmente su relación con Ria Sommerfeld.

Ria. La putaza de Ria.

Empujé con todas mis fuezas a Thomas, separándolo de mí como si fuera un terrible monstruo acechándome. Limpié los restos de saliva de mi boca al mismo tiempo que él lo hacía con la suya observándome perplejo y con un rubor suave en sus mejillas al tiempo que sus ojos volvían a ser del mismo café frío sin sentimientos.

-Será mejor que te vayas, Thomas.

Una sonrisa se extendió por la comisura de sus labios, mala, oscura y gélida. Arregló su cabello y sus ropas aproximándose a la puerta con pasos seguros y calmados.

-Extrañaba eso, Andrea.

-Y seguirás haciéndolo porque a partir de ahora nuestra única comunicación será a través de nuestros abogados.


Cerré la puerta en sus narices al tiempo que se volteaba sorprendido por mis palabras. Ya no quería sabes nada más del padre de mi hija, en lo posible preferiría olvidarlo. Porque no podía darme el lujo de volver a sentir lo mismo que antes por él siendo que estaba con quien me había engañado. Ya nada entre nosotros podría ser mejor de lo que es ahora.


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Esto es raro: Una chica me dijo por facebook que le daba miedo hablarme porque nunca hablaba con las autoras de los fan-fic, y que le llamaba la atención que yo publicara mis cuentas. 

Chicas, si les publico mis cuentas es para que sepan que ante cualquier duda me pueden preguntar lo que sea, contarme lo que quieran, y hasta darles consejos si necesitan. ¡NO MUERDO!. :-)

Atte. Nina.


6 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ME MUERO ME MUERO jejjee
    estuvo increible nina enserio
    dios ya quiero ver cuando alex se entere que bill es su padre ese cap va estar UFFF
    pobre andy me da pena pero en buena hora que le cerro la puerta en la cara a tom jaa que basura como la besa despues que estuvo con ria
    bueno nina no hay nada que decir como siempre el cap estuvo increible :)
    espero que la sigas super pero super pero enserio super pronto , ya quiero ver que va ha pasar :D SIGUELA
    cuidate :)

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  2. esto me animo despues de tener un dia terrible gracias por el capitulo y me dejo con ganas de que hubiera accion entre andrea y tom pero...tiene razon andrea espero el siguiente cuidate un beso

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  3. :O Tom beso a Andrea aun se siguen amando, ojala puedan volver a estar juntos.. Espero q Bill se entere pronto q Alexander es su hijo muero x ver su reacción cuando se entere y ps ojala Bill pueda perdonar a La Invasora x haberle ocultado q Alexander es su hijo.. espero el proximo con ansias me encanto el cap nina amo tu fiic!!! pasate x mi blog es el primer blog q escribo http://darknesslight-fanfic.blogspot.com/ es sobre lobos!!!

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  4. sagtdfqwytdfytsad muero *o* por dios que capitulo
    a pesar de que quería que se dieran las cosas muy rápido... ahora digo así esta mejor... me llena la intriga xD
    ojala subas pronto
    cuidate y un abrazo :D

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  5. me muero porque no has subido :( aaaaaaaa estoy desesperada jajajajaj espero que subas pronto
    sabes que seria genial que subas cap mañana es que cumplo años el 10 de febrero y seria un hermoso regalo :D
    cuidate :*

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