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jueves, 14 de noviembre de 2013

Capitulo 30 (Tercera Temporada)

ANDREA

-Bien, me imagino que quieres arreglar lo de los horarios de mi hija.

-No. Sabes que nuestros abogados lo dejaron completamente equitativo a nuestros tiempos libres y que si quisiera modificarlo habría hablado con ellos.

-¿Y ella? ¿Dónde está?

Algo extraño invadía el ambiente. Bill frente a mi junto a su hermano Tom… esto era atípico para hablar de Cassandra, de hecho su hermano menor era el que menos se involucraba en nuestras discusiones por el simple motivo de que no le correspondía. Dejé la taza blanca de porcelana en la mesita frente a mí sin apetito ante tanto misterio.

-Fue al cine con un amigo.

-¿Un… amigo? Thomas, no me digas que volvió con…

-Se llama Alexander –intervino ante mi reprimenda tras prohibirle a nuestra hija que volviera a salir con el patán anterior.

Un escalofrío bajó por mi espalda, los recuerdos de aquella tarde y el impulso de querer dirigirme donde mi antiguo jefe a por respuestas que sabía que no obtendría. Observé a Thomas mirarme seriamente igual que su hermano, sus ojos escondían ansias de algo que realmente no conocía.


“-Mamá, él es Alexander. El chico del que te hablé.

-Hola Alexander.

-Un gusto conocerla, señora…

-Llámame Andrea. Realmente me siento vieja cuando me dicen así… no se queden ahí parados, pasen”


-¿Entonces para qué me llamaron? Porque si no es por mi hija, no entiendo qué hago en esta casa.

-Es sobre (name) –habló por primera vez, Bill.

Sabía cuán duro era este tema para nosotros, en especial cuando prometimos no mencionar nada a nadie y hacer como que ella no existió. Observé la quijada de Bill apretarse y un nudo creció en mi estómago amenazando con sacar la poca comida que había ingerido. Éste era un tema restringido, por lo que debió pasar algo para que ellos quisieran indagar en el pasado, y lo único que pedía era que no diesen en el blanco.

-Prometimos no hablar de ella –les recordé cruzándome de piernas.

-Bueno, una simple excepción no le hará daño a nuestra promesa –contraatacó Tom con una sonrisa que me habría encantado borrar de un golpe.

-¿Y qué les hace pensar que hablaré de ella? Realmente lo saben todo.

-Nunca nos dijiste su paradero cuando se fue.

-¿Es eso? –Sonreí restándole importancia, realmente no los entendía-. ¿Y qué sacan ahora sabiéndolo?

-Quizás mucho más de lo que nunca nos dijiste.

-Saben que ella es como una nómade… entra y sale de un lugar en cualquier momento. Y si lo quieren saber… bueno, me enteré meses después que estaba en New York, en un departamento privado con la mejor de las vistas.

-¿Dónde fue después?

-Ahí sí que no lo sé.

-¿Estás segura? –insistió Tom.

-¿Y qué sacaría si te lo digo ahora en caso de saberlo? Acabo de decirte que desde que la conozco cambia constantemente su paradero.

-¿Qué hay de la mafia?

-Me desligué de ella antes de que (name) se fuera de tu lado, Bill. Y desde ese momento ya no sé nada más.

-¿Entonces cómo supiste dónde estaba ella?

-Llamé a Gaspard.

-¿No te dijo nada más?

-No y no quise saber más. Sabía que tenía sus motivos para abandonar a Bill en contra de su propia voluntad.

-Se supone que sabes el por qué.

-Sí, lo sé. Y eso realmente no lo puedo decir porque prometí llevármelo a la tumba si era necesario. ¿Ya terminaron con su interrogatorio? Realmente no me sobra mucho el tiempo y necesito volver a cambiarme de ropa para mi turno.

-¿Qué la obligó a irse? –insistió con un poco de desesperación Bill.

Sinceramente, ni si quiera dándole la espalda podía odiar a Bill. Thomas y yo teníamos nuestros motivos para estar divorciados, y éstos no se relacionaban con su hermano. Sabía lo mucho que había sufrido Bill tras la partida definitiva de su novia y mi mejor amiga, la Invasora, y me dolió mucho más ocultarle su paradero y los motivos de su huida. Él había sufrido mucho, más de lo que he visto sufrir a una persona en toda mi existencia, pero no podía decirle dónde estaba en esa época.

Y ahora, que realmente tenía serias sospechas sobre la verdadera identidad de Alexander Kaulitz, el amigo de Cassandra, también me encontraba en la misma situación de Bill al querer dar con ella y su paradero. Tomé mi bolso evitando la mirada de ellos, en especial del hermano menor de Tom, porque la de mi ex esposo realmente no me interesaba mucho… ya nos habíamos hecho demasiado daño para seguir inculcando más dolor.

-Andrea –me llamó Tom.

-Lo siento mucho, Bill. Al igual que la promesa que nos hicimos cuando ella se fue, ésta tampoco la puedo romper.

-¡Está en el pasado, Andrea! ¿Qué no entiendes cuando te digo que…?

-No insistas más, Thomas.

Caminé hacia el pasillo en dirección a la salida cuando ya me empezaba a sofocar con tantas preguntas que no podía responder. Necesitaba aire puro y fresco. Necesitaba volver a mi trabajo y despejar mis pensamientos.

-Ella tuvo un hijo.

Me detuve en seco olvidando tomar la manilla a último momento cuando escuché la voz de Bill a mis espaldas. ¿Cuánto sabía Bill en comparación con lo que yo intuía? ¿Acaso ya conocía a Alexander? Lo más seguro era que el amigo de Cassandra ya haya estado antes en esta casa. Pero ese no era un motivo firme para decirle lo que mis pensamientos redactaron aquella vez que lo vi en mi departamento. Quizás llevaba tiempo sin ver a (name), años, pero no podía decirle a Bill algo que realmente no me correspondía porque no soy quién para decirle lo que pienso y lo que no.

-¿Tuvo un hijo, verdad?

-No la veo desde el día en que se fue.

-Mientes –murmuró con voz ronca Thomas.

-No –me giré para afirmar mi respuesta-. He tratado de saber dónde está, pero ya no tengo contactos que me guíen a ella. Ni si quiera a Gaspard o Erik. No sé dónde está y creo que ya es muy tarde para buscarla porque dudo que siga con vida en el trabajo que tiene.

-La vi, Andrea –confesó Bill.

-¿Qué? -¿A éstas alturas me viene a decir que la vio? Realmente esto confirmaba que me podía esperar cualquier cosa de los Kaulitz.

-Hace unos días, la vi en una pizzería del centro de Berlín –observé sus ojos y lo difícil que se le hacía hablar de ella nuevamente-. Estaba con un hombre, pero ella me vio y huyó de mi como si estuviera escapando de la misma muerte.

-¿Ahora entiendes todo esto?

-Sí, pero… ¿de qué va si tuvo un hijo o no? Realmente no entiendo esa parte.

-Hay un chico con el que Cassie se junta. Se llama Alexander –respondió Bill retomando la compostura.

-Se parece demasiado a Bill, tiene rasgos idénticos a los de él y a veces habla como si… ocultara cosas, ¿me entiendes? No tiene padre, y su madre… él dice que trabaja en una agencia de negocios, y que pasa viajando, pero realmente no le creo.

Demasiadas coincidencias.

-¿Lo conoces? –preguntó Bill.

-Una vez… -tenía que confesarles que ya lo conocía porque Cassie podía decirles si ellos se lo preguntaban y notarían mi falacia-. Cassandra llevó a un chico a mi departamento.

-Quizás sea el mismo Alexander del que estamos hablando ya que últimamente parecen uña y mugre.

-¿Y si son pareja? –preguntó Bill a su hermano.

-Cassandra me dijo que eran amigos, ya que él no cumple con las expectativas masculinas que desea en un chico de su edad.

-¿Y le crees? –Thomas juntó el entrecejo algo molesto por lo que acababa de decir.

-Bueno, de mujer a mujer tenemos códigos y sé que no me miente cuando dice eso. Tú también deberías creerle porque es nuestra hija, Thomas. Y si no le crees…

-Si no le creo es porque salió idéntica a mí en el sentido de los ligues. No quiero que mi hija termine con sida en cualquier momento.

-¡Por la mierda Thomas! Entiende que no son nada. ¿Acaso no los ves cuando están juntos? ¡Son como hermanos!

-¡Ya basta! –intervino Bill poniéndose entre nosotros-. Jesús, ustedes están peores que niños, eh. Si van a discutir sobre su hija deberían hacerlo frente a sus abogados, un juez y un mediador. Realmente no entienden el concepto de hablar tranquilos.

Observé a Thomas y supe que estaba tan dolido y avergonzado como yo. Nunca medíamos nuestras palabras, ni si quiera cuando nos divorciamos y peleamos por la custodia de Cassandra. Sé que antes, cuando nos amábamos y educábamos a nuestra hija en un entorno feliz, no era así. Pero las mentiras de su parte y de la mía arruinaron nuestra relación.

Mis mentiras estuvieron basadas en proteger el pellejo de (name) cuando Bill intentaba desesperadamente buscarla por el mundo entero. Sus mentiras se relacionaron con su actual pareja, con Ria. Y si no fuese porque los encontré follando en el estudio de música, seguramente aún seguiría con los cuernos más grandes del mundo. Abrí la puerta y me puse los lentes antes de que vieran mis ojos llorosos por los horribles recuerdos de dos cuerpos unidos sobre el sofá de cuero negro.

-Ya sabes dónde contactarme, Kaulitz –sí, esa fue mi despedida.



INVASORA

-¿Estás segura de esto?

-Sí. Es la única forma de asegurar que quede bien muerto.

-Notarán el fuego y vendrán a ver.

-Para cuando lo noten estará completamente calcinado, Ian.

-¿Tan grande es tu sed de venganza?

¿Qué clase de pregunta era esa? Todos saben cuan maquiavélica puedo llegar a ser, así que no entiendo por qué se sorprende. He decapitado, descuartizado, destripado, empalado… ¿acaso no le parece que incinerar a un enemigo del pasado es lo más elegante dentro de las maneras de morir? Me apoyé en un árbol cercano ya que mis piernas no podían seguir soportando mi peso por mucho tiempo más. Seguramente tendría un esguince en el pie derecho y tendría que vendarlo por unas semanas además de caminar lo menos posible.

-No hay sed de venganza en mí.

-¿Entonces a qué se debe esto?

-Ya te lo dije, debo asegurarme de su muerte.

-¡Dios, huele asqueroso!

-Carne quemada –murmuré cerrando los ojos.

Esto era lo que no quería que mi hijo viera si quería unirse a la mafia. No deseo ver a Alexander matando a personas que no conoce y que no le han hecho daño a él, sino que a su jefe. Por eso prefería que se quedara en hoteles antes de acompañarme. Además, nadie podía saber de su existencia o sería a quien primero matarían bajo la ley del “ojo por ojo, diente por diente”. Él era mi punto débil, y debía alejarlo de la visión del enemigo.

Este tipo, Rick, realmente se había convertido en un problema personal más que laboral; me había visto hace unos años atrás con Alexander en mis brazos cuando éste debía tener unos tres años. Había evadido los impuestos que la C.T.M.I había establecido con tal de crear un orden a nivel mundial de las mafias más importantes, y ahora que lo encontraba, incinerarlo era lo más justo para alguien que pudo poner en peligro la vida de mi hijo. Claro, sus seguidores me aseguré dispararles en el lugar correcto sin lugar a errores debido a la escacez de balas que me enviaron para completar la misión.

-¿Estás bien? Tu pie se ve bien feo, eh.

Sí, estaba descalza rogando por un baño caliente a la luz de las velas y una cama con sábanas suaves para dormir luego de veintiséis horas de seguimiento preventivo. Guardé el encendedor de plata en uno de los bolsillos de mis pantalones, tomé mis botas y caminé lentamente hacia la camioneta robada.

-¿Estás enojada?

Lo observé detenidamente mientras me sentaba en el copiloto. Mi cuerpo pesaba millones de libras, o eso sentía.

-No. Sólo quiero llegar y quitarme esto de una vez por todas.

-Lo hiciste excelente, amor. Realmente nunca fallas con tus tácticas.

-Gracias, Ian. En realidad son años de entrenamiento –sonreí o traté de hacer mientras nos poníamos en marcha hacia nuestro auto rentado y de ahí al hotel.

-Lo sé. Todos conocen tu historia de cómo empezaste hasta tus días actuales.

-¿Enserio? Trataré de ser más precavida entonces.

-¡Bah! Sólo conocen tu desempeño como espía, cariño. No me refería a…

-¿Mañana volvemos a Berlín, verdad?

-Sí, ¿por qué lo preguntas?

-Porque extraño a Sascha.

-Ah… ¿y si lo llamas?

-No… no quiero. Necesito verlo en vivo y en directo.

-Está bien, créeme. Ya es grande y sabe cuidarse solo.

-Humm… a veces te imagino con la panza abultada. Realmente debiste lucir hermosa cuando estabas embarazada de él.

-Erik y Gaspard tienen fotos de mí así. Si quieres se las puedes pedir.

-Creo que lo haré. Si ahora eres hermosa, debiste de serlo también durante el embarazo.

-Recuerdo que lo peor del embarazo eran los antojos de comer estupideces en la madrugada y tener los pies hinchados.

-Pero Gaspard y su esposa estuvieron contigo.

-Sí.

-¿Y tienen video de ti?

-Por supuesto. Tenían cierto fanatismo por grabar el crecimiento de mi barriga a medida que pasaban los meses, así que me resigné a seguirles el juego.

-¿Entonces nunca le faltó un padre a Alexander?

-No. Pero siempre estará pendiente en su vida la figura que él desea.


¿Cómo explicarle a tu propio hijo que su padre es una estrella de rock alemana llamada Bill Kauliz? Alexander es capaz de cualquier cosa con tal que él sepa de su existencia, pero no quería dañarlo en el intento. El mundo de las cámaras puede ser cruel cuando hay miles de guardias de seguridad y guarda espaldas que serían capaces de matarlo con tal de que no se acerque a conocer a su padre. Porque así de agitada era Alemania, y así de cruel podía ser Berlín.



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Disculpen la demora por no subirles un capítulo pero a medida que se acerca fin de año, la presión aumenta y no he parado de hacer informes. Les juro que cuando tenga tiempo volveré a subirles otro.

Ah! Muchas gracias a todas las que me saludaron por mi cumpleaños. Valoro mucho cada palabra que redactaron por mensajes en facebook, mi muro y mi correo :)

5 comentarios:

  1. Nos gustaría conocer mas la historia sobre Andrea y Tom, mas acerca de la infidelidad.. "maldito y puto Tom" -.-
    Así qué tal vez puedas hacer como un flash black, como se lo tomo Andrea y como Tom después de todo que hizo? , para ese entonces se amaban? ¿ahora se siguen amando? ¿hay esa chispa?, ¡qué se yo! ..POR FAVOR considéralo nos gustaría saber mas.
    Chau chau, gracias.
    Bye bye.

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    1. Estoy con vos Stefany, me encantaria saber la historia de Andrea y Tom que paso???????
      Me encanto el cap.

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  2. No tardes tanto en subir porque casi me muero esperando ajajajajajaa sigue esta MUY bien la historia

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  3. A mi también me gustaría saber más sobre Tom y Andrea TwT

    me encanta... Estoy con ansias de leer más... Espero subas pronto...

    Y entiendo que estés muy atareada
    Cuídate y un abrazo :)

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  4. ahhhh que cosa apenas lo lei pero me encanto como siempre y no te preocupes yo te entiendo espero que todo te salga bien en la escuela un beso

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