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martes, 10 de julio de 2012

Capitulo 36 (Segunda Temporada)


NARRA BILL

Tom: ¿Sólo eso?

Yo: Ajá (asentí dándole otro sorbo al zumo de naranjas recién exprimidas).

Tom: ¿Ni si quiera una previa?

Yo: ¿Previa?

Tom: Si… ya sabes, toqueteos, agarrones, gemidos, masajes en…

Yo: ¡Tom! (lo interrumpí antes de que se pusiera más obsceno, e intentando no reírme de sus comentarios ridículos).

Tom: ¿Y, qué dices?

Yo: No… ni si quiera quedamos en algo. Simplemente… pasó.

Tom: ¿Y qué le dijiste luego del beso?

Yo: ¿Acaso importa? ¬¬

Tom: Hummm… podría ser. Tú sabes que soy cotilla ;)

Yo: Demasiado cotilla, eh,

Tom: Si, demasiado. ¿Y? Dime

Yo: Pues… le dije que no quería seguir reprimiendo lo que siento.

Tom: Aww… ¿y qué te dijo?

Yo: Sonrió, me besó, y tras dejarla en su departamento, me dijo que ella tampoco quería. Y nos despedimos.

Tom: ¿Eso? ¿¡ESO!?

Yo: No quiero forzar las cosas. Es mejor ir lento pero seguro.

Tom: Bueno, al menos te besó y te dio su número sin forzar las cosas… eso ya es un gran avance.

Era verdad. Podía llamarla cuando quisiera y escuchar su dulce voz cuando quisiera. Ya no eran necesarios los planes fallidos de Andy, Geo, Tom y Gustav. Mi suerte había cambiado con solo amoldarme a ella. Soñé demasiadas veces despierto y dormido, con tenerla en mis brazos, con probar sus dulces besos e indagar en el sabor de su boca. Infinitas veces. Y ahora que lo hacía de verdad, sentía que estaba soñando. Ella misma había puesto “Invasora” junto a su número en mi celular, no, SUS números. Sólo me faltaba una foto actualizada de ella y sería completamente feliz. Creo que el habernos separado por mucho tiempo hizo que mis sentimientos se intensificaron demasiado, como si fuera una adicción inevitable sin curas ni rehabilitaciones.

Yo: ¿Y Andy? (ya me parecía raro que no se apareciera a cotillear junto a mi hermano).

Tom: Debe estar en su departamento o con (name)… estaba con un humor cambiante y se fue.

Yo: ¿No le preguntaste qué le pasaba?

Tom: No, era imposible decirle algo sin que me gritara o me tirara algún cojín.

Yo: Qué raro… ella es tan relajada ¿y si tiene algún problema y no te quiere decir?

Tom: Ya le dirá a (name). Las chicas son tan cambiantes, que prefiero cerrar la boca antes de cagar más. Te juro que un poco más y ya veo que me tira un florero por la cabeza.

Yo: ¿Y… hace cuánto que no lo hacen?

Tom: ¿Unos dos días atrás? No recuerdo muy bien.

Yo: Quizás sea eso… le falta relajarse.

Tom: Humm… puede ser, ha estudiado demasiado en los últimos días. ¡Hash! Es tan difícil entender a las mujeres.

Yo: Ajá…

Tom: ¿Y si tú intentas hablar con ella?

Yo: Sería evidente que tú me mandaste a preguntarle o que yo te contaré.

Tom: Humm… tienes razón.

Yo: Cuando vea a (name) le preguntaré por Andy.

Tom: ¿Cuándo la verás?

Yo: No sé.

Tom: Pff! Eso no me ayuda mucho, Bill.

Yo: Sólo sé paciente. ¿Ya la llamaste?

Tom: Humm… ahora lo haré.

Yo: Debiste partir con algo así, tonto.

Tom: xD

Yo: No cambias… definitivamente eres un caso.

Le di algo de intimidad cuando Andrea le respondió la llamada y me dirigí a mi cuarto para descansar luego de uno de los mejores días de mi vida. En mi memoria, yacían los recuerdos de cada lágrima junto a ese beso… fue un momento tan hermoso que creía imposible de olvidar la electricidad que me transmitía con su tacto. Toda ella estaba en mi mente, y me encantaba que fuera así. Por más que mi inconsciente y su parte racional insistieran en que no me pusiera insistente y la dejara respirar aunque sea por una noche, mi cuerpo se movía solo a la espera de un indicio de ella, mis manos tomaban mi celular y mi mente ideaba un mensaje de texto que era escrito con mis dedos, ignorando totalmente a mi parte moral-racional que decía que la dejara descansar.

Mensaje enviado. Hormonas despiertas. Respiración acelerada. Manos impacientes. Ojos expectantes. ¿Era necesario describir más? Daba igual, el tiempo se me hacía eterno cuando se trataba de esperar algo, en especial a ella.

Ahora entiendo cuando Coelho decía que la droga más peligrosa era el amor.


NARRAS TÚ

“En el HBO están dando El Rito… no era que te servía para tus estudios?”

“La estoy viendo ahora que Andy acaba de irse ;)”

“Tom dijo que estaba… sensible :s”

“Cosas de chicas, nada importante”

“Ah…”

“Trabajarías en una morgue?”

“Prefiero aburrirme en una oficina antes de ver muertos… ¿tú?”

“¡No! Me daría demasiado miedo… no sé cómo un niño puede estar ahí”

“Es sólo una película, (name)”

“Basada en un hecho real”

“¿De verdad crees todo eso? Siempre mezclan la realidad con la ficción”

“Ah…”

“Jjajajajaaaa… ingenua :)”

“Tonto”

“Niñata  xD”

“Rubita”

“Aspirante a loquera”

“Desafinado intento de David Bowie”

“Mejor pone atención a la película. No quiero distraerte”

“Ya lo hiciste. Creo que la veré ilegalmente en internet ;-)”

“S.O.P.A te arrestará :O”

“Que lo intenten :-P”

No entendí ni cómo el protagonista llegó al Vaticano y no me interesaba en estos momentos. Aún tenía en mi memoria el sabor de sus besos y la textura de sus labios… era como caminar por una superficie acolchada y suave. Y a penas me recosté luego de una visita de Andy explicándome que no le gustaba que Tm mirase a otras chicas ni coqueteara, sentí mi celular vibrar indicando un nuevo mensaje. Ah… él también se acordó de mi a penas me cubrí con las sábanas, y eso lo hacía más adorable. Amaba a este Bill que parecía ser más intenso que el anterior, aunque no era mucha la diferencia entre ambos.


“Tienes planes para mañana?”

“A parte de dos horas en el gimnasio después de clases, nada”

“No pareces necesitar dos horas de encierro”

“Jajajajjaaaa… gracias, pero lo hago por la misión”

“Cuándo te vas?”

“Erik, mi mentor, me recogerá pasado mañana camino a Las Vegas”

“Si, lo conozco”

“No me has explicado con detalle lo que te habló de mi :-(“

“Si aceptas una salida para mañana, puede que te lo diga ;-)”

“Una cita?”

“Las citas requieren de veas, flores y cenas románticas… esto será una salida”

“Ok, acepto”

“Te parece a las 6 p.m.?”

“Es perfecto”

“Vale. Iré a buscarte a tu departamento”

“Si, papá xD”

“Buenas noches, Invasora. Gracias por lo de hoy”

“Buenas noches, Kaulitz”


Imaginé que depositaba un beso de buenas noches en mi frente y me abrazaba por detrás como protegiéndome del mundo y sus constantes peligros. Con una mueca, apagué la TV justo en el momento en que el actor que protagonizó Hannibal Lecter aparecía como un cura/sacerdote/lo-que-fuera… qué contradictorio, de un asesino a un religioso. Por eso me gustaba su manera de actuar en las películas en las que participaba… ¿cómo se llamaba? Hocke, Heath, Hitch… ¡Hopkins! Anthony Hopkins.

Apagué la lámpara de noche dejando la iluminación urbana de Los Ángeles como la única testigo de mis suspiros imparables al recordar lo vivido esa misma noche tarde. Y aunque nuestra relación fuera tan frágil como una burbuja hecha de lejía, sentía que poco a poco tomaba fuerzas para levantarse de las cenizas opacas de nuestras confesiones y peleas que terminaron con lo nuestro. Ahora sólo esperaba equilibrar los tiempos de estudio, amistades (eso incluía a Bill) y de espía, porque ahora sí que no podía arriesgar la vida de Bill… si le pasara algo, yo jamás me lo perdonaría. Nunca.



NARRA ANDY

 Las cosas han cambiada, quizás al principio de nuestra relación no me importaba mucho que me pusiera los cuernos o que mirara traseros delante de mí, al fin y al cabo, yo era igual que él en versión femenina y más rubia. Pero al llevar un año y medio (o algo así) juntos, sentía que la seriedad en lo nuestro debía aumentar, e inconteniblemente mis celos quería aflorar cuando Thomas veía descaradamente a otras que no era yo. Creo que llegué a mi límite y por eso fue inevitable no lanzarle cojines a su cabeza e irme sin darle ninguna respuesta luego de llegar del cine.

Más encima, ahora que volvía de la casa de (name), me encontraba con la grabadora llena de mensajes de él y  a mi celular vibrar imparablemente en mi chaqueta. Lo observé por última vez viendo quince mensajes de texto (uno de Bill, otro de (name) y los demás de mi novio con rastas) acompañados de un sinfín de llamadas. Aunque lo bueno de todas las peleas eran las reconciliaciones, ya que se esmeraba en conquistarme de nuevo y cuando lo lograba, le tocaba de recompensa una sesión de sexo desenfrenado.

Me puse a preparar la cena a falta de novio y compañía. No era muy fanática de las artes culinarias, pero era inevitable no hambrearse con el olor indescriptible de las verduras cocidas y las especias bañando con su esencia a cada ingrediente. Y aunque fuera una simple sipa de vegetales para sanar el frío que sienten mis huesos tras una noche húmeda, la cocina era un perfecto tratamiento para calmar los nervios y dar lugar a meditaciones serenas. O así lo veía hasta que sentí el timbre de la puerta sonar. No me quité el delantal, estaba en mi propia casa por lo que daba igual si me veían con él puesto o con un disfraz de payaso. Bajé la intensidad de la llama, caminé a pasos agigantados hasta la puerta y me encontré con el causante de mis nervios.

¿Tan tarde y estaba acá? ¿Tan mal se sentía que no pudo esperar a la mañana siguiente? Lo veía en sus ojos suplicantes. Quería aclarar las cosas y que ambos termináramos felices. Sin decirle nada, di media vuelta entrando nuevamente a la cocina a la vez que oía cómo la puerta se cerraba a mis espaldas. Tomé la cuchara de madera como la excusa perfecta para no ver su hermoso rostro y lanzarme a sus brazos, si lo veía, la seriedad se me iría por la borda.

Tom: No contestaste ninguna de mis llamadas y mensajes (murmuró con ese tono de voz ronco, grave y serio que solía usar cuando no sabía si las cosas estaban bien, cuando estaba preocupado).

Yo: Olvidé el celular en mi dormitorio (dije restándole importancia aún sin darle la cara y cortando los ingredientes para la ensalada César).

Tom: Pero ahora estás acá y ni se te ocurrió llamarme ¿cierto? (¡vaya! Ahora estaba enojado… genial).

Yo: No es que pase pendiente del teléfono.

Tom: ¿Acaso no viste en tu grabadora que tenías mensajes míos? No tienes excusas, Andrea.

Yo: No te estoy dando excusas.

Tom: ¿Entonces cómo respondes a tirarme cojines y marcharte como si nada? (no respondí. Me cansaba pelear con él y con todo el mundo. No pretendía seguirle el jueguito de quién es más chulo) ¿ves? Ni respondes… ¿Y sabes lo que me da más rabia? Que nunca aclaramos las cosas de una vez. He estado toda la puta tarde y la noche preocupado por lo que te pasaba y tú no dabas señales de vida.

Yo: Sabes que estaría con (name).

Tom: No. No lo sabía porque ella estaba con Bill. Me preocupo por ti, por darte la mayor comodidad que puedo, por hacerte feliz y ni si quieras dejas que entienda que mierda te pasa.

Yo: Vale (dije dándome la media vuelta con la mierda subida hasta el cerebro), ¿querías saber lo que me pasaba? Pues te lo diré. Llevamos año y medio juntos en una relación que presume ser seria, pero parece que aún no entiendes ese concepto de seriedad existente en ella porque pareces un maldito animal cachondo con la primera tipa de tetas grandes y culo prominente que se te cruza por el camino teniéndome a mí a tu lado. Eso es lo que me pasa… tengo mucha paciencia, Kaulitz, y eso lo sabes bien. Pero todo tiene su límite.

Tom: (Me observó con las cejas alzadas tras mi discurso de celos y tras medio minuto sin pestañear, se carcajeó frente a mí ¡en mi cara! Será…) ¿Por eso?... Andrea, ¿cuántas veces te he dicho que te amo y que no te dejaría por más que me lo pidieras? ¿Acaso faltan pruebas para decirte convencerte de que llevo año y medio contigo porque no necesito de otras?... ¡Guau, celos! Jamás lo esperaba de ti, Andy.

Andy: ¿Ves que no tomas las cosas con seriedad? ¡Me saturas Tom! (volví con cuchillo en mano a picar las verduras y apagar la olla con la sopa, pero tras retomar los cortes con rabia, lo primero que sentí fue un ardor en la punto de mi dedo índice de la mano izquierda) ¡AUCH!

El cuchillo saltó a las cerámicas blancas junto con un par de gotitas que por suerte no alcanzaron a llegar a la lechuga romana. Observé el corte con una mueca y mi corazón agitado… era profundo y de medio centímetro de largo además de doler más que la mierda. Vi una figura junto a mí prácticamente rodeándome con su figura, observando mi dedo herido.

Tom: ¿Fue muy profundo?

Yo: ¡Hash! ¡Yo qué sé!... duele demasiado.

Tom: (Me acercó una servilleta blanca tomando el dominio total de mi mano izquierda pese a mis jadeos y muecas de niña) No se ve tan mal…

Yo: ¡¿Y para ti qué es mal?!... ¡Qué se me desangra un dedo idiota!

Tom: ¡Oh vamos! Que el idiota puede tratar mejor tus heridas que tú misma (me llevó hasta la llave del agua fría y la abrió introduciendo mi dedo… ¡dolía más que la mierda! Por lo que me afirmé de su polerón introduciendo mi rostro en él para no ver a mi pobre dedito)… Que conste que eres valiente, eh.

Yo: ¡Es que duele como la mierda!

Tom: ¿La mierda duele? (se rio ante la estupidez que acababa de decir).

Yo: ¡No sé! (me reí aunque sonara como un quejido… qué mema.  Sacó el dedo del agua y lo cubrió con algo suave y tibio. Volví la mirada y era un pañuelo)… ¿qué…?

Tom: ¿No era que no me tomo las cosas con seriedad?

Yo: Humm…

Tom: (Me aprisionó en sus brazos y sólo tendí a esquivar su mirada a pesar de que me tomó del mentón) Si no te quisiera, no estaría acá aunque sea de madrugada y haga un frío de mierda, ni mucho menos te estaría calmando tras un corte en tu dedo… ¿acaso crees que estoy jugando contigo?

Yo: Cuando miras a otras, si.

Tom: Las miro porque me recuerdan lo mucho que he cambiado contigo, Andrea. Nos complementamos tanto que parecemos hasta hermanos o amigos… ya no necesito la compañía de otras para sentirme yo mismo, solamente la tuya, ¿tanto te cuesta entender eso?

Yo: Pero Tom…

Tom: Estás loca Andy si piensas que te dejaré, y yo más loco aún al amarte cada vez más con tus arranques de celos.

Sus labios aprisionaron los míos y no puse resistencia ente ello. Me sentía una completa paranoica, estúpida, una tonta por no confiar en el amor de nosotros. ¿Cómo era posible que desconfiara de él cuando me lo ha dado todo? Situaciones como éstas, llenas de gritos y agresividad, eran las que nos unían más. Y quizás por eso buscábamos peleas y discusiones entre nosotros, pidiendo explicaciones o quejándonos de nuestras manías… porque para eso estaban las hermosas reconciliaciones ;-)


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Hallo Gurls!!  Guau! este capítulo me salió bien colorido .-.

Sé que las excusas están demás tras tanta demora, pero necesitaba descansar unos días antes de surbirles el capítulo. Por suerte he dormido casi las 24 horas de todos estos días y hoy me levanté con ganas de subirles un capítulo luego de tantos días de abandono :D


Espero que comenten y escriban tooooooodo lo que quieran sobre este capítulo porque los que se vienen son... intensos. ¡Oh! y no sé cuántos caps. le queda a esta temporada porque los estoy rehaciendo todos... TODOS.

Kusses con sabor a lo que deseen (ando corta de imaginación)


Bye//Bye

5 comentarios:

  1. contigo no importa esperarte nunca me defraudas lo ame y espero con ansias los siguientes y gracias por leerme besos

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  2. Soy nueva Lectora y me encanto tu fick ^^
    a Bill y todo
    espero y subas capi pronto :3

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  3. O_O me encanto el cap!! La relacion de Andy y Tom es tan Linda!! <3 ^^ por fin Tn y Bill yaaaa casi quiero q esten juntos, se lo merecen!! <3

    Alien liebe <3 subi pronto

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  4. Wohoooo, tenía el extraño presentimiento de que en estos días subirías algo nuevo :3 te ha quedado muy geniaaaaal,
    muchos saludoos :)

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  5. awww... mee encantoO el capii!!! suubee loO mas proOntoO qee puuedaas! pliis! mee guustaa muchiisimoO la fiic! pliis sube proOntoO!

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