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viernes, 23 de noviembre de 2012

Segundo Adelanto de la Tercera Temporada


-…quizás intentaría convencerte por otros métodos… como tú constantemente haces.

-Bien, haré lo que tú dices, ma. ¿Qué provocó tu repentina descompensación? –vale, mis impulsos y mi repentina rabia hacia su silencio afloraron. Ella simplemente se paró del piso y se acercó a mi lado para lavar sus dientes.

-Ya te lo…

-Sí, lo dijiste dando explicaciones que ni tú misma crees. Al grano mamá.

-Sascha, por favor para –murmuró antes de introducir en su boca el cepillo dental con pasta de menta.

-Bien, optaré por la segunda vía. ¿Tiene algo que ver con alguien a quien tú conoces?

Silencio. Su cuerpo rígido. Sus ojos esquivando los míos mirando su propio reflejo en el espejo frente a ella. Y yo aún esperando por una respuesta.

-¿Cercano o lejano? ¿Amigo, conocido, pariente, enemigo o compañero?

Negó con su cabeza. ¿Qué era entonces? Comenzó amover el cepillo dentro de su boca limpiando sus dientes y yo comencé a impacientarme un poco tratando de contener el repentino impulso de gritarle cosas.

-Optaré por la tercera vía. ¿Conoces a alguien llamado Tom?

Me miró señalándome que esperara un poco mientras cepillaba con rapidez sus dientes. Tras unos segundos después expulsó la pasta hecha espuma y enjuagó su boca con suficiente agua. La secó y me miró, ahí fue cuando supe que ella esta tan enojada como yo.

-Sí. Conozco a alguien llamado Tom. Fue un amigo que no veo desde hace mucho tiempo y que prefiero no ver debido a lo mal que terminaron las cosas la última vez que lo vi. No sigas escarbando en el pasado, Alexander. No ahora ni mucho menos cuando estoy preparándome para una misión –dijo con voz ronca y severa. Sus ojos fríos daban por finalizada mi insistencia a saber más, y de repente mamá se veía como alguien a que ha vivido demasiados años, lo suficiente como para querer descansar.

-¿Tanto te cuesta mencionar cosas en tu vida? Tú conoces la mía más que a nadie en el mundo. Sin embargo es como si yo no tuviera derecho a entrometerme en la tuya… ¡y no sabes cuán frustrante es!

-¡Me frustra más saber que cometí un grave error trayéndonos a Alemania! –Confesó elevando su tono de voz y casi juntando sus cejas-. Te estoy exponiendo a demasiados peligros, a demasiadas cosas que no deberías saber porque no te incumben y creo que estás pasando tus límites, jovencito.

-¿¡Que no me incumben!?... te he visto llorar, tener ataques impulsivos de neurosis, pelear, gritar, reír… ¿y no me incumbe? ¡En qué mundo vives!

-Te digo cosas sobre tu padre tratando de no exponerte al sufrimiento. Te digo que no te unas a la mafia para que no te conviertas en un vil asesino. Te digo que no me presiones y tú… ya no me haces caso en nada, Alexander. Trato de mantenerte a salvo de mi vida y de la de tu padre, porque sí, tu padre está en algún puto lugar de Alemania y no deseo saber nada más de él ni que él sepa de ti.


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Hallo Gurls!... esta vez me disculparé por adelantado ya que subiré un cap. después del 4 de diciembre. Durante estos días estaré estudiando y preparándome para mi P.S.U. (prueba solicitud académica) y no tendré ni tiempo para terminar el capitulo que tanto desean.

Por eso, he decidido subirles un adelanto que la mantenga entretenidas en el fic durante mi ausencia. Sé que no es largo, pero no puedo adelantarles más ;)

Kusses sabor a Tokio Hotel. 


Bye//Bye

domingo, 11 de noviembre de 2012

Capítulo 42 (Segunda Temporada)


Ibuprofeno, reflexan 5, paracetamol, aspirinas, panadol, diazepam, alcohol desnaturalizado, agua desmineralizada, vendas, gasa, povidona yodada, hilo quirúrgico y su aguja, desinfectantes…


Cambia los vendajes cada 5-6 horas y limpia las heridas con alcohol o agua.
Ibuprofeno: Fiebre.
Reflexan 5: Relajante muscular.
Panadol-paracetamol: Dolores musculares y cabeza.
Aspirinas: Dolores musculares.
Diazepam: Sedante, la hará dormir.
El hilo y la aguja es por si un punto se suelta…
Cuídala por favor.
   Andy”



Jamás había curado una herida que fuera profunda y necesitara vendajes, ni mucho menos cuidar de alguien que no fuera mi propio hermano gemelo. Sin embargo ahora… todo parecía irreal, incluso mi repentina calma al acercarme a ella y saber que respira y se mueve. No se movía nada más que su pecho, sus brazos estaban extendidos uno fuera de la cama y el otro sobre su cabeza, sus pestañas creaban una suave sombra bajos sus ojos, y su boca entreabierta tentaba a la mía a provocarla y humedecerla lo suficiente como para que recuperaran su brillo natural. Sin embargo, por muchos deseos que tuviese de despertarla, consideré que lo mejor sería dejarla dormir debido al desconocimiento de su ajetreada misión.

Pero tras observarla por unos minutos se removió inquieta, gimiendo como si algo le molestara y retorciéndose entre la manta que cubría su cuerpo. Sus mejillas rosadas reflejaban lágrimas y su frente escarchada por el sudor se arrugaba brevemente. ¿La despierto o no? ¡Argh! Me senté a su lado sacudiendo sus hombros mientras pronunciaba su nombre. Al principio no reaccionaba a mi voz y luchaba por zafarse de mis manos como si quemaran su piel, pero luego abrió sus ojos enormemente con el miedo propio de una niña al perderse del refugio de sus padres. ¿Qué cosas habrá soñado para despertar tan mal? ¿Qué la inquietaba para tener pesadillas?

Yo: (Name)… fue sólo un sueño (susurré limpiando con mis nudillos las lágrimas de sus mejillas).

Pero ella estaba quieta, observándome con el temor en sus ojos, una expresión de alerta y pánico. Rocé su cuello para despejar sus cabellos del rostro, y a pesar de m propio control corporal, fue imposible no impresionarme al notar su pulso descabelladamente agitado. Ella jadeaba, pero no de dolor, ni ahogo, sino de terror.

Yo: Oye, soy Bill. Tú Bill, (name).

Se sentó en la cama evitando mi contacto y su vista empezó a revolotear por el cuarto buscando algo. ¿Estaba consciente? ¿Me reconocía? ¿Y de ser así, qué iba mal? Tras verificar que no estaba lo que ella quería o buscaba, empalideció y me miró como una niña en peligro. Tomé su mano ¡estaba fría y tiritaba nerviosamente!... y en lo que duró menos de un segundo la retiró de mis manos poniéndose de pie sin importarle estar sólo en ropa interior.

Yo: (Name), qué…

Name: No te acerques (murmuró ronca y jadeante retrocediendo)… yo… no te quiero lastimar.

Yo: (¿Lastimarme? ¡Ella nunca lo haría!) No lo harás, porque nos queremos (name). Dime qué necesitas y…

Name: Membrillo. Un membrillo (susurró).

Abandonó la habitación casi corriendo y sólo escuché sus pasos en la escalera. ¿Membrillo? ¿Eso necesitaba? ¿Pero si minutos antes estaba asustada! ¿Cómo puede despertar de su trance y querer un membrillo? Algo va mal con ella, y creo saber que ningún remedio que me dejó Andrea podrá solucionarlo. Tomé la manta que la cubría y bajé las escaleras atento al repentino silencio en la primera planta. Un leve ruido de una mascada me hizo saber que estaba en la cocina en donde hace un rato atrás estaba yo sin saber de su llegada. Frente al ventanal sus ojos ya no eran salvajes, sus manos no se movían casi frenéticamente y su palidez daba paso nuevamente a unos tonos rosáceos suaves en sus mejillas. La vi mascar el membrillo afirmándolo con ambas manos y masticar a un ritmo pausado unas ocho veces antes de ir por la siguiente hasta acabar con el fruto. La observé desde la puerta para no alterar nuevamente su sistema nervioso o sus pensamientos, pero cuando me vio mirarla, parecía avergonzada y un rubor más intenso y adorable adornó su rostro y cuello. Botó en la basura el corazón del membrillo y lavó su rostro y manos para luego secarlas con un paño de cocina.

Yo: ¿Estás bien? (murmuré suavemente para que no me tuviera miedo).

Name: Yo… lo siento tanto, Bill (dijo aún avergonzada mirando sus dedos y retorciéndolos unos con otros).

Yo: (Si, ahora estaba en su sano juicio) No debes disculparte, simplemente explícame qué salió mal, por qué reaccionaste así.

Ahora frente  a frente, ya que ambos terminamos acercándonos hasta quedar junto a la mesa, podíamos ver el alma del otro sólo con mirar nuestros ojos. Puse un mechón de pelo en su oreja y cubrí su cuerpo con la manta para no dejarla completamente desnuda expuesta al frío y a un posible resfriado. Inesperadamente, (name), la Invasora, se acurrucó en mi pecho sintiendo su respiración chocar en mi pecho. Oh… no esperaba verla así de afectada por algo, desde que la conozco ha sido fuerte y jamás he visto tanto miedo reflejado en sus ojos. La envolví en mis brazos depositando un beso en su cabello y acariciándolo, casi acunada contra mí, queriendo protegerlo de todo aquello que ella temiera.

Name: Ayer yo… olvidé tomar mis pastillas para la neurosis (murmuró ya más tranquila pero ocultando su rostro en mi cuello).

Yo: No eres una alarma viviente como para recordarlo siempre.

Name: Suelo serlo, Bill. Pero… los efectos de la droga debieron incrementar las consecuencias de no tomarlas.

Yo: ¿Consumiste droga, (name)?

Name: No, me la inyectaron con una cerbatana.

Nos sentamos frente a frente en las sillas a nuestro lado y me relató lo que pasó en su misión de ayer detalladamente. El tipo, era un pendejo chiflado que era sobrino del tipo que… bueno, del Pintor. Deseosos de poder, presumía su ovo de diamantes en cada apuesta trampeando para ganar y quedarse con lo suyo y lo de los demás. (Name) le quiso administrar la misma droga pero él se dio cuenta y sólo acabó con sus guardias y colegas, así que en venganza, sacó una cerbatana y le inyectó una desequilibrada dosis casera de la misma droga que (name) usó. Le disparó en defensa en la pierna y luego Erik remató apareciendo y disparándole en la espalda. Después, huyeron en un incendio con el objeto en mano y saltaron de un segundo piso antes de regresar hasta acá.

Yo: ¿Y el membrillo que mono pinta? (dije tranquilamente para que se relajara de mi reacción desaprobatoria tras saltar de un segundo piso y enterrarse algunos vidrios).

Name: Calma la ansiedad. Mi ansiedad de correr, huir y encerrarme. Generalmente los drogadictos lo comen, pero… produce el mismo efecto en mí.

Yo: ¿Y dónde están las pastillas?

Name: En mi departamento.

Yo: Después iré a buscarlas.

Name: Oh… ok, gracias.

Yo: ¿Qué hay de… tu pesadilla?

Sus músculos se tensaron y su pecho paró de moverse por un momento. ¿Tan malo fue? Tomé su mano y decidí que ya era tiempo de volver a mi cuarto y limpiar nuevamente las heridas. Al menos alcancé a ordenar mi cama tras despertar por culpa de David. La dejé sentada en mi cama observándome con ojos curiosos y después de unos segundo, volví con las cosas que Andy dejó en la mesa de noche de Tom.

Yo: Hagamos un trato. Mientras tú me cuentas lo de tu sueño, yo limpio tus heridas ¿vale?

Name: ¿Qué obtengo yo a cambio? (sonrió divertida al verme sentado en el suelo frente a ella).

Yo: Mmm… un desayuno preparado por mí y unas heridas limpias de posibles bacterias.

Name: (Se rió ante mi ocurrencia y sonrió en mi dirección) Ok. Acepto tu trato.

Yo: Será la primera vez que haré de enfermero.

Name: Jumm… un enfermero rubio, alemán y que canta. Esto hay que verlo.

Yo: Lo verás cuando termine de curarte completamente.

Name: Tus fanáticas pagarían porradas de euros y dólares por verte en estas tendencias.

Yo: Soy exclusivo, nena. No cualquiera puede apreciar mis facetas ;)

Name: Entonces debo ser muy afortunada, Sr. Kaulitz.

Yo: Por supuesto que lo es, Sra. (tu apellido).

No. Yo era el afortunado de tener frente a mí, a un respiro de distancia a la Invasora. Sólo mía.



NARRAS TÚ

¿Qué era lo que me ponía nerviosa frente a Bill? No era la primera vez que me veía casi desnuda y con el pelo enmarañado. Quizás la respuesta la sabía pero la bloqueaba en mi mente. Le dije lo de la misión sin ocultarle nada y es como tener mil toneladas menos en mi espalda, como ser una pluma en caída. Podía sentir su tacto frío y suave en mis piernas a pesar del alcohol ardiendo al entrar en contacto con la carne viva de ellas. Pero Bill hacía que todo acto masoquista pareciera un simple juego de niños con su suave cuidado.

Bill: Debiste elegir el agua desmineralizada antes que el alcohol desnaturalizado de 96°.

Yo: (Abrí los ojos que mantuve fuertemente cerrados como una niña y lo miré arrodillado frente a mí con una sonrisa torcida. Evité mirar la pierna herida, tenía algo mucho más hermoso que observar) Es lo menos que merezco al bajar la guardia y permitir que me dañara.

Bill: Con que eres masoquista, eh.

Yo: Humm… algo así (siseé al sentir nuevamente el ardor intenso).

Bill: Teníamos un trato, (name).

Oh… debí concentrarme demasiado en él porque lo había olvidado completamente; y es que sus manos siempre han sido mi perdición total. Hace más de un año que no tenía ese sueño y seguramente fue por la inesperada sorpresa que me llevé en la misión. Su mirada se volvió tan intensa que temí ser atravesada con un simple pestañear. ¿Por qué Bill tenía ese efecto en mí? ¿Por qué con tan sólo mirarme me sentía reducida al tamaño de un ácaro? Suspiré, debía ser sincera con él.

Yo: Hace demasiado tiempo que no soñaba con “ese” día (enfaticé sabiendo que él lo entendería).

Bill: (Sé que a pesar de su asombro, trato de mostrarse tranquilo arrodillado frente a mí) Necesito que me lo digas.

Yo: No… es tan fácil (solté sin pensarlo, una reacción automática para protegerme).

Revivir uno de los peores momentos en la vida de alguien, jamás sería una sensación cómoda. Escuchar su voz interrogándome y burlándose de mi debilidad, hacía que tuviera ganas de correr y huir de mis propios pensamientos. Tampoco era agradable recordar que después de ello, mi relación con Bill se volvió como un gran bloque de cemento cegando mi camino, mi vista.

Bill: Hey (susurró poniendo un cabello detrás de mi oreja con una dulce sonrisa)… si quieres, puede ser en otro momento.

Pero recordar estas sombras de mi pasado y enfrentarlas sólo por Bill, me ayudarían a cerrar un ciclo de oscuridad, soledad y miedos. Era la única forma de sentir que Bill estaba más cerca de mí de lo que mi mente creía, de demostrarle que hago un intento por ambos y que realmente deseo ser sincera con él. Sí, todo esto es por él y por nadie más. Acerqué mi brazo a un rayo de luz que se colaba por la ventana y se posaba en mis rodillas en completo silencio. Ahí, perfectamente se podían ver las casi borradas cicatrices de cardenales, enredaderas y líneas florales hechas por el Pintor. Deslicé un dedo sobre una, delineándola y marcándola una y otra vez hasta que le mostré el otro brazo con nuevas formas. Bill jadeó al ver cómo eran.

Yo: El dermatólogo mencionó que no podrían salir en su totalidad. Que tenía que convivir con ellas de por vida ya que ni el mejor tratamiento del mundo las podría quitar debido a su profundidad.

Bill: Son…

Yo: Enredaderas. En mis piernas hay tres dalias, acá son enredaderas con uno que otro brote. Y en mi espalda hay líneas horizontales que no salieron tanto como éstas y son más rosadas y notorias. Todo esto se demoró unas tres semanas en curar porque…

Bill: Espera (dijo sacudiendo su cabeza). Necesito saberlo todo desde un principio, no quiero que me des fragmentos de ese día.

Yo: Oh… está bien.

Ya no podía negarme a lo que me pedía, y quizás es porque de cierto modo se lo debía más que a nadie. En mis pensamientos, el molesto ruido de la máquina tatuadora sonaba como para hacerse notar y amenazarme con despertar nuevamente mis ansias.

Yo: Fue en Munchen, y partí luego de que te durmieras tras Navidad. Erik pasó por mí en un lugar cerca del hotel y yo me llevé a Milo conmigo.

Bill: Por cierto, ¿dónde está?

Yo: En mejores manos, créeme. Bien, cuando llegamos a Munchen recibí un entrenamiento exprés de striptease y esas cosas.

Bill: ¿¡STIPTEASE!?... ¡Wow! (ahora estar más emocionado y parpadeaba rápido).

Yo: Sip. En cada misión oculto mi identidad, por lo que oscurecí mi cabello y me puse lentes de contacto azules. Se suponía que era rusa y me llamaba Emma, mi  voz era chillona y mis movimientos eran gatunos, pero aún no entiendo cómo Jeff White supo quién era si realmente no habían rastro de mi verdadera personalidad en mi cuerpo.

Bill: Jeff White es el Pintor, ¿cierto?

Yo: Si.

Bill: Ok. Continúa.

Yo: Esa noche trabajé como bailarina en el club porque se suponía que él solía frecuentarlo y follar con una que otra chica o musa que llamara su atención. Me propuse ganarme su vista y terminé en una habitación llena de espejos en donde sólo ingresaban los socios destacados. Estaba sola y fue ahí cuando supe que los riesgos de la misión iban más allá de lo que yo podía concretar y cumplir. Al rato llegó él y me preguntó por mi nombre y mi acento extranjero, me besó y confesó que no era necesario que le mintiera porque sabía que estaba frente a la Invasora. En un descuido tomó mis armas y me dopó.

Bill: ¿Y Erik? Él mencionó que estaba vigilándote con micrófonos y cámaras desde afuera.

Yo: Micrófonos y cámaras que yo misma mantenía ocultas en mi ropa, pero él me las quitó y sólo quedé con mi ropa interior o eso noté cuando desperté en lo que parecía ser una sala de torturas en el subterráneo del club luego de más de diez horas inconsciente.

Bill: Mierda (murmuró sin despegar sus ojos de los míos).

Yo: Dijo que se habían equivocado al enviarme porque a él le gustaban las mujeres vírgenes, no las… ya sabes. Me había examinado mientras dormía y atado a cada extremo de un mesa de aluminio, una luz como de lámparas de operaciones me iluminó y tenía un bozal de cuero en mi boca. El Pintor había hecho un mural gigante en donde aparecía en la jaula que usé para llamar su atención. Tenía miedo. Luego de años de no sentir cosas así, sentía al terror invadir mis venas. Y después…

Mis gritos, aquella sensación que desgarró mis cuerdas vocales y gastó mis lágrimas haciéndome casi convulsionar del miedo. Era demasiado, y sentía consumirme. Si no fuera por el membrillo estaría buscando algún lugar oscuro en donde encerrarme en silencio. Sus manos tomaron mis mejillas cubiertas de lágrimas y las besó humedeciendo sus labios en el acto.

Bill: Debemos superarlo juntos, (name). Tú necesitas desahogarte de esto y yo… necesito ser parte de ti.

Yo: (Apoyé mi frente en su hombro dejando que mis palabras calcaran mis recuerdos). Puso tres dedos en mi interior y rasgó todo lo que encontraba a su paso, Bill. Traté en vano de escapar de él y lo único que conseguí fue hacer que profundizara cada vez más. Quería morir. El dolor era demasiado intenso. Removía sus dedos con brusquedad tomando todo a su paso. Sentía que me rompía y veía su delantal y sus manos cubiertas con mi sangre, luego de levantar la cabeza, me vi a mí cubierta de sangre. Después… volvió con una máquina para tatuajes, me sacó el bozal y comenzó su interrogatorio. Quería saber mi nombre verdadero y como no contestaba, tatuó las enredaderas de mis brazos. Ya no gritaba porque me voz era un susurro… me sentía muerta en vida. Luego de formar las flores en mis piernas, le dije mi nombre. Él parecía no cansarse, ¡llevaba horas torturándome!... dijo que fue amigo de mi padre en la escuela.

Bill: ¡Dios! Esto es demasiado, (name). Debiste decirle todo lo que quería saber y así te habrías ahorrado todo esto… es que es…

Yo: Vomitivo (susurré dejando escapar una sonrisa amarga separándome de él y volviendo a mirar mí brazo)… estamos entrenados para controlar nuestro propio dolor. Nos convierten en máquinas de destrucción para conseguir sus juguetes.

Bill: Pero tú eres diferente. Por eso tuviste neurosis y no me mencionaste lo que eras cuando nos conocimos.
Yo: Aún puedo matar a cincuenta personas en un abrir y cerrar de ojos, Bill.

Bill: Ya hemos discutido esto antes, (name). Es sobrevivencia, tú vida o la de ellos.

Yo: Me desmayé luego de perder tanta sangre y desperté cuando me empapó con un balde de agua fría. Si antes tenía frío, ahora tenía hipotermia. No podía moverme, él dijo que era de madrugada y me inyectó un sedante que impediría el movimiento de mi cuerpo pero me haría percibir todo más fuerte e intenso. Veía borroso y escuchaba todos los sonidos a un volumen muy alto. Me puso boca abajo y pude ver el piso lleno de sangre, me ató y comenzó a interrogarme sobre mi jefe. Trazó cuatro líneas horizontales a cada lado de mi espalda con una aguja más gruesa y… ya no resistí más. Fueron los peores dos días de mi vida.

Bill: Hasta que Erik te rescató y… recibiste transfusiones de sangre.

Sequé mis lágrimas volviendo a la realidad. Una en donde White había muerto y en donde frente a mí, tenía a Bill. No había motivos para llorar en mi nueva realidad. Ahora era… feliz, como había dicho Bill antes de la misión.

Yo: Cuando desperté en una camilla de hospital, quise huir inmediatamente, pero recibí un mensaje de Lisbeth diciéndome que estaba contigo y… bueno, ya sabes el resto.

Bill: Fui demasiado injusto al tratarte así, (name).

Yo: Pero no sabías nada, Bill. Y no quería decírtelo porque no me gusta que sientan lástima por mí.

Bill: Ya no quiero que ocultes algo tan grave como eso, ¿entiendes?

Yo: No hay motivos para ocultarte algo ahora que lo sabes todo.

Continuó desinfectando mis extremidades en silencio, ambos conscientes del nuevo cambio en nuestra relación gracias a la transparencia recién adquirida en ella. Quizás debería estar agradecida de lo que el Pintor hiso conmigo y mi cuerpo, ya que por primera vez podía decir que las cicatrices en mi piel no se veían del todo feas, sino que marcaban un antes y un después, como un tatuaje. Me recosté boca abajo en la cama de Bill por petición suya para proseguir con las heridas que (supongo) hicieron los vidrios cuando caí del segundo piso. Sentí que tironeaba suavemente algunos mechones de cabello y lo miré junto a mí algo divertida.

Yo: ¿Qué haces? (murmuré).

Bill: Trenzo tu cabe… (Algo lo detuvo dejándolo con la boca abierta y las cejas levantadas).

Yo: ¿Qué? ¿Pasa algo?

Sus dedos fueron la respuesta que delinearon el motivo de su impresión. Oh… olvidaba que él no había visto el tatuaje a diferencia de Andrea y Tom. Fue tan placentero como una caricia. Su tacto era como flotar en las nubes hasta querer alcanzas el Sol, como Ícaro. Sí, yo era Ícaro o así me sentía representada. Suspiré mirándolo a él lo poco y nada que observaban mis ojos. Sus brazos se veían realmente fuertes y sobreprotectores, casi a prueba de balas, casi de hierro, casi utópicos. ¿Enserio era él quien curaba mis heridas y delineaba mi tatuaje? Si hasta había dejado la trenza olvidada en mi hombro derecho.

Bill: ¿Cuándo te lo hiciste? (su voz parecía ser un susurro ronco y casi entrecortado ¿tanto le impresionó?).

Yo: Unos meses antes de irme de (tu país).

Bill: Es… Es realmente bello, (name).

Yo: Gracias (sonreí haciendo una nota mental de mandarle mis agradecimientos al chico que me tatuó).

Bill: ¿”I’m gonna be ok”? Eso está en la letra de una de nuestras canciones.

Yo: ¿Enserio? (dije sentándome para mirarlo fijamente, claro, solté involuntariamente un gemido por las heridas).

Bill: Se llama “That Day”. Algún día te la mostraré.

Yo: Esa… es la frase que he repetido todo este tiempo, Bill. La que me ha dado fuerzas para seguir viva. Me la repetía cuando murieron mis padres, cuando estaba con psicólogos y psiquiatras, cuando estaba en las misiones o regresaba de ellas… cuando lo nuestro se acabo (mi voz fue un susurró en la última parte, pero en ningún momento despegué mis ojos de los de él).

Bill: Estarás bien… estaré bien.

Yo: Si.

Bill: Créeme cuando te digo que eres más fuerte que cualquier otra persona en este mundo, Invasora. Y que por eso, porque sigues acá frente a mí, es que te amo.

No vi venir la intensidad de sus ojos al mirarme, ni mucho menos cuando éstos se cerraron y sus labios se posaron en los míos aplastándolos. Su mano derecha se posó en mi mejilla delineando el casi seco rastro de lágrimas con el pulgar y acercándome más a él. Volvía a sentir aquella electrizante sensación de hace un año y algo, esa que me ponía la piel de gallina y me hacía encoger el estómago debido a su intensidad.

Volvía a sentirlo a él más cerca de lo inimaginable, a saborear sus labios expertos que encajaban sin dificultad sobre los míos…

Volvía a sentirme suya.


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Hallo Gurls! Disculpen la demora pero no encontraba tiempo y cuando les iba a subir el cap. se me borró misteriosamente T.T

Bien, me imagino que ya suponen lo que se viene en el próx. capítulo  e.e  pero primero que nada, necesito que tengan un poco de paciencia porque estoy dando mis últimos exámenes y el 19 termino para siempre el colegio. Luego debo prepararme para la PSU (la chilenas lo entenderán) y pff... trataré de no demorarme mucho.


Muuuuuchas gracias por los mensajes de cumpleaños del chat, por inbox en facebook y en mi muro de facebook., realmente son las mejores lectoras <3 b="b">


Kusses sabor a Bill/Tom/Georch/Gustavo.


Bye//Bye

jueves, 18 de octubre de 2012

Un pequeño adelanto de la Tercera Temporada


-¿Era hippie?

-No.

-Ah… ¿a qué te refieres con sentirse normales, acaso no lo eran?

-Pertenecíamos a diferentes mundos, cariño.

-¿Era de la realeza?

-Simplemente pertenecíamos a mundos opuestos. Ahí sí que no insistas.

-Pero si sigue vivo, cosa que no sé realmente… ¿no has intentado contactarte con él?

-No. Quizás ya tiene a otra familia o es feliz… además, no sacaría nada llamándolo cuando nada nos falta y somos felices con o sin él.

-Eso es verdad. El viejo ya es parte del pasado y no  me interesa mucho el tema de tenerlo cerca o no… a fin de cuentas la costumbre es una constante en la vida -¿desde cuándo tan maduro, Sascha? Ni yo sabía de dónde sacaba tanta seguridad en mis palabras, tampoco sabía si creerlas a o no.

-Me recuerdas a él.

-¿Por qué?

-Eres llevado a tus ideas.

-¿Acaso tú no?

-Quizás no en el mismo aspecto que él.

Paré de dibujar. El retrato estaba medio terminado y sólo me hacía falta retocar algunos aspectos de la luz y la sombra. ¿Qué pasaba con ella? ¿Aún no olvidaba al responsable de los espermatozoides? La observé pero ella no me miraba, más bien, parecía estar recordando cosas que seguramente extrañaba a juzgar por su triste sonrisa.

-Está acá, ¿verdad?

-¿Quién?

-Mi padre –me dirigí a la llave del agua fría con un vaso en mano para llenarlo con agua antes de perder la cordura frente a ella. Frente a mí, en la ventana, podía ver su reflejo en donde refregaba su rostro con ambas manos en señal de cansancio. Un agotamiento de años.

-¿Qué sacas sabiéndolo?

-¿No quieres que lo conozca?

-No quiero que sufras, cariño.



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Bien, antes de hacerles esperar un poco por el próximo capítulo, decidí recompensarlas con un peueño trozo de la próxima temporada y alivianarles la espera... o eso creo.

Bye//Bye



martes, 16 de octubre de 2012

Capitulo 41 (Segunda Temporada)


NARRA ANDY

A veces dicen que debes seguir tus propios instintos frente a situaciones decisivas, al fin y al cabo los humanos son animales con la capacidad de razonar. ¿Qué pasaba cuando deseas algo que us instintos prefieren alejar de ti? ¿Qué es mejor ara seguir… tus deseos, o tus instintos? El deseos de la Invasora era mantenerse vigente hasta no poder más, pero estoy segura de que sus instintos decían que lo mejor era renunciar y permanecer formalmente en el mundo normal junto a Bill. Sin riesgos. Sin muertes. Sin sangre. Sin armas de por medio.

El hermano menor por diez minutos de mi novio, ha estado casi dos días enteros mordiéndose las uñas, callado, ausente y pasándose por su cuarto como león enjaulado, tal y como hace un tiempo atrás en la misión fallida de (name). Thomas trataba de mantenerlo ocupado y distraído de sus propios pensamientos para que el tiempo de espera se le pasara más rápido. Simone y Gordon no sabían nada de esto para que no se alarmaran frente a una situación en donde quizás (name) no saliera vencedora.

El riesgo era demasiado; policías, guardaespaldas, la seguridad del hotel, cámaras de vigilancia, y muchas personas presentes hacían que el peligro aumentara y que todo se pusiera en contra de ella y Erik. Pero era terca e insist{ia hasta conseguir su objetivo aunque le costara las extremidades o su propia vida.

Xxx: ¿Qué lees? (susurró en mi oído tras depositar un suave beso en mi hombro).

Yo: Dalia Azul de N. Roberts (le mostré la portada en donde una flor acaparaba toda la atención). Pensé que estabas durmiendo, Tom.

Tom: La cama está fría sin ti.

Yo: Activa la calefacción o duerme en la casita de tus perros (bromeé viendo sonreír tras un puchero).

Tom: Vamos, es tarde Andy. Por las mañana tienes clases en el hospital y luego un examen. No puedes desvelarte.

Yo: Estoy bien, Tom. Es sólo que…

Tom: Que estás preocupada por (name), ¿es eso?

Yo: (Sonreí avergonzada al tiempo que él tomaba el libro dejándolo junto a los cojines del sillón para abrazarme) Mmhhm… es demasiado peligro para una sola persona.

Tom: Pero está con Erik y esos hackers ñoños.

Yo: También estaba con Erik cuando terminó violada, Tom.

Tom: Deberías confiar más en ella, amor. Estamos hablando de la Invasora que tanto desean tener otras mafias. Ella se maneja en el tema de la acción.

Yo: En las mafias no te lo enseñan todo. Yo aprendí más cosas en las misiones que en los entrenamientos mismos.

Tom: Eso es supervivencia, Andy. Instinto puro.

Yo: (Solté un bostezo y Tom me recostó en el sofá con mi cuerpo sobre él y sus manos masajeando suavemente y con un ritmo pausado mi espalda)… Ojalá estén…

No alcancé a terminar mi  murmullo cuando el teléfono comenzó a sonar haciendo eco por las paredes y retumbando cada tres segundos esperando nuestra atención. Miré a Tom y él a mí. Se supone que ellos volverían esa misma tarde y que nos llamarían cuando estuvieran entrando en Los Ángeles. Corrí antes de que dejara de timbrar y tras asegurarme de sentir aún a Tom pendiente de mi, levanté el auricular abierta ante cualquier posible incidente, pero con el corazón retumbando fuertemente en mi pecho.

Yo: ¿S-Si? (murmuré. Al otro lado de la línea podía oír una respiración agitada y los neumáticos sobre el asfalto).

Xxx: ¿Andy?

Yo: Sip.

Xxx: Soy Erik. Perdón por llamarte a estas horas. Vamos de regreso y…

Yo: ¿Están bien? (escuché un murmullo al otro lado y un sonido extraño)… ¿qué fue eso? Erik, dime dónde estás.

Erik: Cruzando el centro y… bueno, camino a tu casa casi sobrepasando los límites de velocidad. La misión fue todo un éxito sólo que…

Yo: ¡Mierda Erik por Dios! Concéntrate en decirme o te irá mal cuando llegues hasta la casa de los Kaulitz porque no estoy en la mía.

Erik: A (name) le inyectaron la droga de la violación y ya terminó de vomitar todo lo que tenía pero sigue con las malditas arcadas, y esta vez tiene fiebre y… estamos heridos. Ella más que yo.

Yo: Deberían ir camino a un hospital (rezongué algo molesta pero aliviada de saber que estaba a unos kilómetros).

Erik: Sabes que no puede entrar a lugares públicos. Además se supone que son amigas y…

Yo: Ok. Vale. Ya entendí el mensaje… enviaré una señal tu GPS para que sepas dónde es.

Corté demasiado concentrada en improvisar una sala de sanaciones tanto para Erik como para (name) y tras enviarle una señal a su móvil, apagué el mío. Le dije a Tom que (name) estaba herida y que venían en camino debido al estado casi ilegal  de ella, éste dijo que lo mejor sería dejar que Bill duerma y no alarmarlo. Me ayudó cubriendo el sofá con unas sábanas viejas mientras yo traía un botiquín de emergencias esperando a que eso bastara con las heridas. En cuanto a la droga, no me quedaba más solución que darle agua o algo líquido para que recuperara lentamente su temperatura corporal y la visión. La sala de estar pasó a ser un mini hospital improvisado justo en el momento en el que Erik ingresó a la casa con (name) en sus brazos.

A escena me recordaba a las películas de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados llegaban a las fortalezas escondidas con unas heridas mortales y sus cuerpos ensangrentados. Bueno, la escena en sí no era tn gore como los filmes. Simplemente mi amiga parecía estar bañada en sangre y con un trozo de género en su pierna, a diferencia de las heridas un poco más superficiales que tenía Erik, pero no menos graves.

Yo: ¿Está consciente? (murmuré en cuanto la entraron a la sala con sumo cuidado).

Erik: Delirando un poco por la fiebre.

Yo: Déjala acá, rostro abajo (murmuré observando los vidrios incrustados en su espalda, pequeños y superficiales).

Erik: No contamos con un incendio producido en la cocina (se excusó quitándose la camisa con cuidado de no rozar sus cortes).

Tom: ¿Y los vidrios?

Erik: Saltamos de un segundo piso y por amortiguar su caída, no cubrí su espalda.

Yo: Tuvieron suerte (miré a mi novio que no parecía alterado o aterrorizado al ver las herida de (name), sino que estaba demasiado tranquilo)… Tom, necesito de tu ayuda.

Tom: Dime (mi hombre, siempre tan dispuesto a cooperar conmigo).

Yo: Dentro del botiquín, hay pinzas quirúrgicas. Necesito que las saques y desprendas todos los vidrios que (Name) tiene incrustados.

Tom: Ok… por suerte no son tantos como creía ¿tendrá astillas?

Yo: Lo dudo. Al caer en movimientos, las astillas sueles pegarse en algo estático y sólido.

Erik: Puede que hayan en su ropa.

Yo: Es verdad. Entonces primero rompe y quítale el vestido. Luego procede a quitarle los vidrios.

Tom: Oye, si no tiene ropa interior yo...

Yo: (Revisé su espalda a base de suaves toques hasta sentir el broche del sostén) Si tiene, así que no te acobardes y ayuda por favor, mi pequeño rastafari :)

(Name) sólo murmuraba incoherencias en español a pesar de su inconsciencia debido a la fiebre. A juzgar por sus pulsaciones, la dosis administrada no fue letal y era un poco más fuerte de la ya existente, quizás llevaba más componentes. Me acerqué a Erik, quien yacía sentado en un taburete que Tom trajo desde la cocina. Vi uno que otro corte profundo en su torso, pero él no parecía quejarse. Claro, el control del dolor se lo enseñan desde que inician su primer entrenamiento en la mafia, y mientras más jóvenes, mejor. Imité con mayor rapidez la tarea de Tom en Erik y proseguí derramando a propósito agua desmineralizada sobre las heridas para luego coser las profundas con hilo quirúrgico y crearle puntos que en unos siete o nueve días podrían ser removido sin dolor alguno. Luego procedí a ponerle gasa esterilizada para cubrir las heridas profundas no sin antes volver a desinfectar con más agua toda la piel tanto de la herida como de su alrededor.

Yo: Cámbiatelo cada cuatro horas. Y si empieza a infectarse…

Erik: Iré a un médico (dijo, no, gimió poniéndose con lentitud una camisa de Tom que ocultaba sus recién controladas heridas).

Yo: Si. Y el siguiente paracetamol te toca dentro de seis horas más.

Tom: ¿Te vas? ¿A estas horas?

Erik: Regreso por la mañana a Alemania.

Yo: ¿En unas horas más? (miré el reloj sobre la chimenea de piedra al igual que los demás. Cuatro de la madrugada. Mierda).

Erik: Bueno, a las nueve de la mañana.

Tom: Humm… deberías quedarte. Ta no trabajas para el viejo controlador y eres libre de hacer lo que quieras.

Erik: Debo volver con Rebbeca, mi esposa. Y con mi futuro bebé.

Tom: ¡Oh! Lo olvidaba completamente.

Yo: ¿Ya sabes el sexo?

Erik: Niña.

Yo-Tom: ¡Niña! (sonreímos al mismo tiempo en que lo decíamos).

Yo: Debo conocerla a penas nazca, eh (dije sentándome en el taburete en el que antes estaba Tom).

Erik: Deberás viajar a Alemania o a donde estemos en unos meses más.

Tras despedirse y pedirnos que le avisáramos sobre el estado de (name), se despidió bromeando con mi novio. Erik ha cambiado demasiado desde la última vez que lo vi; su seriedad se borraba mostrando una sonrisa sincera y más iluminada, además de rejuvenecer drásticamente aunque él no sea tan viejo. Observé a (name) que yacía dormida en el sofá como un tronco. Dios, si existes, sácala por favor de la mafia y llévala por un buen camino. Podía notar el agotamiento de sus músculos y su respirar pausado debido a la agotadora misión. (Name) era terca, eso nadie lo negaba, pero a veces siento que mi paciencia con ella se acaba y ruego a Dios que cambie su rumbo como en momentos como éste.

Mis ojos pesaban más de lo que había pesado durante mis años en la mafia, pidiéndome un descanso de horas para reponerme antes de mis exámenes en la tarde. Pero no podía fallarle a mi amiga, por lo que poco me importaron las ojeras en el momento en el que empecé a desinfectar y sanar sus heridas, en especial una en la pierna que parecía ser la de mayor gravedad en su cuerpo. No era la primera vez que terminaba hecha un lastre, de hecho podría asegurar que siempre llega así de sus misiones, de la gran mayoría de ellas.

Como a eso de las seis de la mañana, Thomas (él, demasiado preocupado por mi agotamiento se quedó en todo momento junto a mí despierto) cargó a (name) a nuestro cuarto ya que quedaba más cerca de las escaleras, y la recostó cuidadosamente. Nosotros, tras limpiar el desorden de la sala de estar, nos recostamos en el sofá no sin antes activar la alarma para despertar dos horas antes de ir al hospital y así alcanzar a estudiar algo.

Tom: Definitivamente no creo haber conocido a una mujer como tú jamás (murmuró a penas apagó las luces y me abrazó por la espalda).

Yo: Te adoro mis veces, Tom (sonreí besando su barbilla antes de caer dormida).



NARRA BILL

No sabía qué era peor. Amanecer con dolos de espalda o con los ojos hinchados por dormir excesivamente mucho más de lo que suelo hacer, y seguramente seguiría durmiendo si no fuera porque David llamó ya que en unos meses más debíamos volver a Alemania para un nuevo proyecto. Bajé las escales con mi pijama improvisado (pantalones de algodón y una sudadera gris) sin ningún apuro de presentarme en el estudio a pesar del hermoso día soleado con temperaturas agradables. Pero no tenía ni ánimos de cantar sabiendo que incluso mi mente estaba con…

Espera. Creo que me perdí de algo. ¿Qué hacen Tom y Andy durmiendo abrazados en el sofá? Ellos tienen cama y un cuarto donde montarse el uno al otro y practicar nuevas posiciones creativas, pero… ¿llegar al sofá? ¡Argh! Espero nunca más sentarme a ver la televisión ahí, ni hablar de tocarlo. Humm… al menos están vestidos y, ¿llenos de libros por todas partes? Bien, mi teoría es que Andy estaba estudiando para sus exámenes de hoy y, de repente llegó el cachondo de Tom y, bueno, lo hicieron. En conclusión, Tom no tiene remedio. Entré a la cocina dispuesto a prepararme un café con tostadas, observando desde el ventanal a nuestros perros echados sobre el pasto tomando el sol matutino. Envidiable vida perruna. Pero no tengo dónde quejarme, hago lo que me gusta y disfruto de ello, muy diferente a la vida de oficina en donde terminas con el culo plano y siendo esclavo de un jefe amargado.

Xxx: ¿Qué hora es? (me volví a mi hermano tras probar mi café. Humm… una delicia matutina).

Yo: ¿Mediodía? (observé el reloj con indiferencia y volví a ver a un Tom casi zombie) Diez treinta.

Tom: Ah… (abrió los ojos como plato y corrió donde Andy o eso creo).

Lo demás, fueron murmullos, exclamaciones y una que otra palabrota. Claro, Andrea debía estar retrasada para sus exámenes. Tom volvió sacando unas frutas y botellas con agua sin dejarme preguntar si necesitaba ayuda, por lo que me encogí de hombros y esparcí la mermelada en el pan tostado con toda la calma posible. No había apuros.

Escuché el motor del auto de Tom rugir mientras los perros movían alegremente sus colas atentos al auto. Humm… luego los sacaría a pasear. Andy se asomó por la puerta tomando uno de los juegos de llave de repuesto hasta que notó mi presencia junto a la mesa rectangular de mármol y sonrió dentro de su despertar apurado.

Yo: Hola (murmuré con la boca llena y bebiendo café).

Andy: Te acompañaría pero tengo unos exámenes que rendir y muchas clases…

Yo: Ok.

Andy: Thomas dice que se quedará en el estudio para darte más privacidad y yo llegaré algo tarde junto con él. Cenaremos acá.

Yo: ¿Más privacidad? ¿A qué te refieres?

Andy: ¡Ah! Dejé una nota en la mesa de noche del cuarto de Tom. Tienes trabajo, Kaulitz. Y no me refiero al estudio.

Yo: Sigo sin entender, Andrea.

Andy: ¡Mierda! Se me hace tarde. Cambia las vendas cada seis horas y dale un ibuprofeno en caso de fiebre ¡Ah! No la dejes huir, cuñadito ¡nos vemos más tarde!

Tras desaparecer con una sonrisa que resaltaba sus ojeras, escuché un portazo y la vi subiéndose al auto hasta desaparecer tras el portón eléctrico. Vale, demasiada información para despertar. No entendía ni la mitad de lo que decía y me dejaba marcando ocupado con mi tasa a medio tomar. ¡Y si lo dijo porque aún no despertaba o simplemente por molestar? Hmm… mencionó algo de una nota en el cuarto de Tom… y algo de unas vendas, ¿no habrán traído un gato atropellado a casa o un coyote? Mierda, debió ser culpa de Tom debido a su fanatismo por andar sobrepasando la velocidad permitida en la carretera. Eso no me dijeron que saldrían ayer. Oh… ¿moteles? ¡Pff! No hallaba qué pensar de Thomas porque siempre salía con algo loco e impredecible, así que dejando mi desayuno a medio terminar, subí las escaleras y abrí la puerta de su habitación.

De repente, todo parecía ser demasiado obvio y justificable. Las ojeras de Andy, ellos durmiendo en el sofá, el retraso de ambos tras abandonas la casa, lo de la nota que dejó Andy en la mesa de noche, el “trabajo” que he de hacer, la privacidad que nos darán, el cambio de vendas, el ibuprofeno para la fiebre, y la sonrisa divertida de Andy antes de irse. No… no me hacía gracia tal escenario frente a mí, sino que… algo vomitivo y doloroso. Me sentía culpable al verla indefensa, recordando el año que no nos vimos y en el que ella debió estar en estas mismas condiciones.

La Invasora, mi extraña conocida, mi (name)… Ella estaba rota e indefensa frente a mis ojos.



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Hallo Gurls! Jamás pensé en demorar tanto... lo siento. Ayer cuando iba a subir el capítulo, surgió un problema con un trabajo de historia que debo entregar la próxima semana. Prácticamente estoy en la recta final, me queda un mes exacto de clases y bye bye colegio forevah!


Bien, el próximo capitulo hay un poco de todo. Pero Seguramente lo amarán debido a su contenido c:

Gracias, muchas gracias por comentar y ser pacientes a pesar de mis demoras de casi mil años.  Creo que estoy en deuda con todas ustedes.

Kusses sabor a B. K.



Bye//Bye


PD: ¡Ah! se me olvidaba decirles que la próxima temporada estará escrita de otra manera (ya lo sabrán en un próximo adelanto). Aún estoy pensando si subirla en el blog, o pasarles el archivo en Word por correo o facebook a todas las que quieran leerla, porque dudo que siga escribiendo luego de esta fic debido a mis estudios superiores. Pero sólo estará disponible cuando esté terminada.