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sábado, 11 de agosto de 2012

Capitulo 38 (Segunda Temporada)


Yo: Mejoraste (murmuré apoyando mi frente en su hombro).

Bill: ¿En qué?                  

Yo: En todo.

Después de que Tom se llevara a Andy a bailar, salimos a fumarnos un cigarrillo por iniciativa mía. No era que me gustara fumar siempre, simplemente, habían momentos en donde necesitaba relajarme y pensar. Bill me acompañó mientras nos sentábamos a la orilla de la calle y veíamos a la gente pasar emitiendo carcajadas bulliciosas y a uno que otro pasado en copas. Apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos sintiendo una paz interior en donde todo lo llenaba Bill. Siempre debió ser así, sin ninguna separación, ni peleas y mentiras. Con él podía ser yo sin ocultarle nada, no más.

Bill: Estás cansada.

Yo: No. Estoy relajada (sonreí sintiendo una pequeña brisa fría alborotar mi cabello).

Bill: ¿A sí?

Yo: ¿Has sentido alguna vez que si tuvieras que morir ahora, estarías listo para hacerlo? ¿O que luego de tantos días lluviosos vez por primera vez el sol y sientes su calor envolverte y hostigarte hasta que…?

Bill: Se llama felicidad, (name). No estás relajada, estás feliz.

Yo: (Abrí los ojos y lo miré sorprendida, ¿cómo podía saber la diferencia entre ambos?) ¿Feliz?

Bill: Se llama sentimiento de júbilo… ¿se debe a algo?

Yo: ¿Necesariamente tiene que ser causado por algo?

Bill: Humm… ¿será que es porque te estás divirtiendo acá, conmigo?

Yo: (Me reí volviendo a mirar frente a mi con su mirada clavada en mis ojos, podía sentirlo) Tomaste demasiado, Bill.

Bill: No me mareo con media botella de cerveza, (name).

Yo: Pero probaste ese trago amarillento que Tom pidió y que…

Bill: ¿Y si fuera ese mi deseo?... ¿eres feliz conmigo, (name)?

Yo: ¿Feliz… contigo? (lo volví a mirar viéndome reflejada en sus ojos café atentos a cada expresión mía) Sí, Bill. Contigo no necesito de nada para ser feliz, y no es necesario que gastes tu deseo aún.

Bill: Con eso me basta por ahora (se levantó limpiando la parte trasera de sus pantalones).

Yo: ¿Por ahora? (lo seguí mirando a nuestro alrededor).

Tomó mi mano alejándome del discopub en donde estaba su gemelo y mi amiga bailando felices por la vida. Sus pasos fueron rápidos y largos, empujando sin querer a más de un transeúnte y esquivando a otros con curvas que me hacían casi trotar para seguirle el ritmo. Cuando ya estaba algo asustada por su comportamiento agresivo por las calles, pude divisar a su auto estacionado a unos metros de nosotros y el leve sonido que hizo al desactivar la alarma. Bill relajó su andar a uno en donde se me hacía más fácil caminar con tacones.

Yo: ¿Por qué nos vamos?

Bill: Porque quiero enseñarte algo (murmuró abriéndome la puerta del copiloto pero no me senté, sino que lo miré con una ceja alzada y con seriedad mientras él sonreía, tomó un mechón de mi pelo enroscándolo en sus dedos). Oye, sólo será un momento ¿vale?

Yo: ¿Qué hay con Andy y Tom? Se van a preocupar (dije ya más calmada).

Bill: Le enviaré un mensaje a Tom, ¿algo más? La batería se gasta con las puertas abiertas.

Yo: Yo conduzco (sonreí divertida ante su expresión sorprendida por mi condición).

Bill: Pero…

Yo: Si tú conduces, me llevarás a mi departamento y será todo por hoy.

Bill: ¿Tú crees?

Yo: Ajá. Mañana debo juntarme con Erik antes de la misión.

Bill: Ok. Conduce (me ofreció las llaves, y cuando las iba a tomar, tomó mi mano y luego la otra, empujándome hasta chocar con la puerta trasera del auto), pero no te fatigues o me veré en la obligación de distraerte como…

Yo: Confía en mí, no me fatigo tan fácilmente (besé su mejilla con algo de barba y tomé las llaves tras su descuido al soltarme las manos).

Luego de dar la vuelta a su auto, pude ver de reojo cómo reía suavemente negando y subiendo al asiento del copiloto. Amaba los Audi, son demasiado cómodos y fáciles de manejar, era como jugar en un simulador de conducción. Podía notarlo algo nervioso cuando cambié la radio a una música más movida y comencé a retroceder para salir del estacionamiento.

Yo: ¿Asustado? (sonreí mirándolo de reojo).

Bill: ¿Falsificaste tu licencia?

Yo: La alemana es legal al igual que la rusa.

Bill: ¿Y la americana no lo es? (salí exitosamente del estacionamiento hacia la única dirección del tránsito posible). Gira a la derecha y luego toma la avenida que se ve tres calles abajo.

Yo: La americana es ilegal, pero aún así figuro en el sistema. Ya sabes… protección oficial de la C.T.M.I.

Bill: Perdona, no recuerdo el significado.

Yo: Cámara de Tratados para Mafias Internacionales.

Bill: Ah… (pude notar cierta rigidez en él a pesar de ir a 50 kilómetros, el tope de velocidad permitida).

Yo: Oye, si quisiera ir rápido no sería en tu auto. Me sé todas las leyes de tránsito y no quiero problemas con la policía. Relájate…

Bill: Vale… confío en ti.

Yo: Gracias (sonreí viendo que lentamente se relajaba y sus músculos se acomodaban al asiento, por lo que cambié la radio a la emisora que tenía puesta antes).

Bill: Dobla a la izquierda.

Yo: ¿En dirección a la costa?

Bill: Ajá. Y luego te metes al primer desvío señalizado.

Yo: ¿Dónde vamos?

Bill: A mi casa.

Antes de continuar conduciendo, estacioné brevemente junto a la calzada para acomodar el asiento del conductor. Debido a su altura y sus piernas largas, Bill tenía el asiento demasiado atrás. Ante esto, se rió de mí por ser más baja que él, aunque no tan minúscula. A través de sus indicaciones, pude dar con la ruta que recordaba de aquella vez en la nos vimos las caras luego de un año y algo.

Yo: ¿No es que te habías cambiado de casa?

Bill: Si, pero llegaremos por una ruta más despejada.

Yo: Ok.

Bill: Toma el retorno que se aproxima y sigue el camino hacia la costa.

Yo: ¿El del letrero azul?

Bill: Si.

Obedecí sus indicaciones poniendo total atención a cada letrero y al paisaje que me rodeaba. Frente a mí, notaba la luna reflejada en el mar como en óleos y cuadros que siempre se ven en galerías y calles.

Yo: Vives casi en el centro de L.A (dije notando que nos adentrábamos en una zona residencial donde cada casa tenía una estructura diferente a la otra, de hecho, juraría que cerca de ahí compré los muebles de mi departamento, pero no estaba tan segura tampoco).

Bill: ¿Ya te manejas por acá?

Yo: Algo así. Pero nos dimos una vuelta de tontos para llegar hasta acá, Bill.

Bill: Odio el tráfico, nos habríamos demorado el doble o más ahí.

Yo: ¿Enserio?

Bill: Sip. Dobla a la derecha y luego a la izquierda.

Yo: Si, señor (seguramente tendría que llamar a algún taxi para llegar a casa sin perderme con tantas vueltas).

Bill: ¡Ah! Yo te iré a dejar a tu departamento así que nada de taxis, eh.

Yo: ¿Qué comes que adivinas? (sonreí ante su comentario casi igual al que tenía en mi mente).

Bill: ¿Por qué?

Yo: Justamente pensaba en llamar a un taxi.

Bill: ¡Guau! Creo que… con sólo ver tu expresión supe esto.

Yo: ¿Expresión? ¿Qué cara tenía?

Bill: Sigue derecho hasta el portón de madera con paredes blancas… creo que te conozco más de lo que crees, (name).

Yo: ¿Y eso es bueno o malo?

Bill: Para mí, bueno. Para ti no lo sé.

Yo: Ah…

Si casa era más pequeña que la anterior, con portón automático y árboles gigantes que aportaban más privacidad. Era más sencilla pero hermosa, y a juzgar por las hermosas flores que habían en el jardín, Simone debe conocerla de hace mucho y debió ayudar con sus finos gustos en parte de la decoración tanto exterior como interior. Bill me dio la última indicación de aparcar frente a la puerta principal ya que seguramente me iría a dejar si yo no me negaba a eso. Cuando me uní con el frene a la puerta de entrada, tomó mi mano adentrándonos juntos en su casa. Al menos esta, era más clara que la anterior y se veía más sencilla.

Yo: Prefiero ésta a que la anterior (concluí en voz alta).

Bill: Yo también. Su piscina es más grande al igual que el patio… ¿deseas tomar algo?

Yo: ¿Con todo lo que tomamos? No, gracias (sonreí y él soltó una risita cómplice).

Bill: Créeme… he tomado más en otras oportunidades.

Yo: ¿¡Qué!? ¿Bill Kaulitz ebrio? (fingí asombro abriendo demasiado la boca mientras me guiaba por las escaleras más estrechas que las de la anterior casa) ¡Qué dirán tus fans!

Bill: ¿Acaso tú no?

Yo: Una dama no tiene memoria.

Bill: Se supone que es un decir masculino, (name).

Yo: Pero es mejor que sea unisex. Así no suena tan machista.

Entramos a su nuevo cuarto. Eran los mismos muebles en un espacio más amplio y claro. Nuevamente me sentí rodeada de su embriagante aroma único en donde todo se nublaba a excepción de su nombre. Las cortinas eran de un azul marino que le daban un toque elegante a las paredes, y unas lámparas de noche eran la única iluminación que aclaraba cada espacio.

Bill: Mi cuarto.

Avancé siendo observada por él, pasando mi mirada por cuadros artísticos que colgaban de las paredes y las fotos de él, su hermano gemelo, amigos y familia. En cambio en mi departamento, sólo hay un gran espejo y unos cuadros de pintores abstractos, nada con algún valor sentimental.  Me senté a los pies de su cama soltando un suspiro a medida que veía a Bill abrir unos cajones de su escritorio buscando no sé qué cosa. La situación era extraña comenzando por el qué somos, porque está más que claro que no somos conocidos ni amigos… pero tampoco novios. Además, me encontraba en SU casa, sentada en SU cama y sólo estábamos él y yo. Se acercó con una mano empuñada como escondiendo algo de mi vista.

Yo: ¿Qué tienes ahí?

Bill: (Se sentó a mi lado en silencio observándome fijamente con nuestros rostros lo suficientemente cerca como para oír sus susurro) Averígualo.

Tomó mi mano abriéndola, depositando a escondidas de mi vista algo frío y un poco escurridizo. Miles de ideas descabelladas pasaron por mi cabeza antes de abrir la mano y ver de qué se trataba todo esto. No debí hacerlo. O quizás sí. Pero algo pareció doler en mi corazón haciendo que su pálpito aumentara notoriamente. Era el regalo que Simone nos hizo aquella primera y última Navidad juntos, aquel símbolo completamente universal con infinitos significados diferentes según la situación; El Ying y el Yang. Sentí nostalgia al ver a ambos en mis manos, unidos entre ellos pero en diferentes cadenas. ¿Qué hago? Esas dos gotas brillaban en la palma de mi mano queriendo llamar mi atención, gritando una emoción inaudible para cualquiera, menos para mí.

Bill: No quise devolverlos. Es el único recuerdo con el que me quedé de esa Navidad. En aquel entonces, te odiaba por mentirme y por no confiar en mí. M e sentía… traicionado cuando lo nuestro se terminó y… traté de borrarte de mi mente vendiendo los regalos de esa Navidad y quemando tu última carta entre otras cosas.

Yo: ¿Por qué te quedaste con éstos?

Bill: Porque aún recuerdo cuando te emocionaste al verlos y cómo tus ojos brillaban al recibir un regalo de Navidad después de tanto tiempo. Pensé que si en un futuro te volvía a ver, quería darte uno de ellos estuviésemos o no juntos. Además, mamá se habría puesto muy triste si se lo devolvía.

Yo: Entiendo…

Sin nada más que decir, tomó la gota blanca con la inscripción de su nombre al reverso, aquel que me correspondía debido a que tenía la cadena más fina, y me la puso. Yo en cambio, no se lo puse y preferí guardarlo en el bolsillo de su pantalón tras observarlo pidiéndole cierta autorización para hacerlo. Apoyé mi frente en su pecho suspirando e inhalando su aroma mientras me sentía aprisionar por sus brazos de manera protectora y cálida, dejando cierta electricidad en la piel que él recorría con sus manos. Besó mi cabello y mi mejilla a medida que yo lo acercaba aún más a mí y viceversa.

Bill: Quédate acá esta noche.

Yo: No puedo, Bill. Mañana voy a Las Vegas.

Bill: ¿Y si voy a dejarte?

Yo: No quiero arriesgarte. No a ti, ni ahora, ni jamás.

Bill: Humm… prométeme por lo que más quieras que te cuidarás y volverás sana y viva. Prométemelo.

Yo: Lo prometo (besé su mentón con los ojos cerrados sintiendo cosquillas por su barba de días, y dirigiendo mis manos traviesas a su pecho musculoso y cálido, hasta dejarlas en su cabello corto y rubio). Lo prometo por ti.

Bill: Y ahora idme que te quedarás esta noche conmigo (estaba a un paso de besar la comisura de mis labios cuando hizo un puchero gracioso y tierno a la vez)… ¡por favor!

Yo: Sólo con la condición de que vayamos a mi casa mañana temprano a buscar mis bolsos con… armamento, y me vas a dejar al terminal de buses.

Bill: Si, si, si… lo haré =)

Yo: Entonces acepto.

Bill: Aunque si fuera por mí, te raptaría.

Yo: (Sonreí volviendo a dejar caer mi cabeza bajo su clavícula) No puedo dejarlo, Bill. Por muy peligroso que sea, por muy manchadas que estén mis manos con sangre inocente de gente que ni si quiera conozco en su totalidad, por mucho que me insistas, no lo dejaré.

Bill: Lo sé (name). Y aunque tus manos estén manchadas, como dices, esas manchas son las más hermosas que he visto y las que te hacen ser mi queridísima Invasora. Mi extraña conocida.

Quizás es porque Bill me hacía feliz, porque me amaba, o porque la idea de perderlo se me hacía terrible, pero fue inevitable no llorar cuando dijo esto y cuando besó mis labios con tal pasión y desesperación, haciéndome amarlo aún más de lo imaginable. Sentía que volvía a necesitar de él tal como él de mí. Como el Ying Yang… una necesidad natural en la que ambos sobreviven si el otro lo hace.

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Hallo Gurls!! bien, mi demora es por el motivo de siempre así que creo que de nada sirve decirles lo de siempre xD... además, me regalaron un notebook por subir mis notas y aún sigo instalando los progamas y cosas por el estilo :-)

Bien, no se me ocurres qué decirles...

Ah! comenten lo que quieran porque así más me obligo a mi misma a escribirles el cap.

Kusses sabor a Bill K. y su tatuaje misterioso :$



Bye//Bye

PD: Trataré de no demorarme demasiado con el próximo cap.






7 comentarios:

  1. Amo tu fic!
    Amo leer cada capitulo, son fantasticos! Cada vez que leo uno de tus capitulos se me pone la pien de gallina!!
    Felicidades por la notebook! :D
    Espero que el proximo capitulo sea tan bueno como todos los otros!! Besoos!

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  2. aaaaaahhh! Quiero más me encanto, espero y puedas subir pronto. . . .
    Me encanta la fic
    cuidate y un abrazo :)

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  3. AYYY ESTUVO HERMOSO....MUY TIERNO ESPERO QUE YA PRONTO ESTEN JUNTOS UN BESO

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  4. Me encantoooo, nonono, me fascinó. Sigue así pequeña :)
    Saludos

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  5. Me fascinó, estuvo tan tierno! Espero que subas pronto, por fis! Cuidate, un beso!

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  6. Me pregunto que pasara en el sgt Capitulo..!! ¡Me a encantado! ^^
    Genial como siempre... :D
    Espero leerte pronto !!
    EE.
    !!

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  7. puues me gustó mucho! esta genial la fic! felicidades por el notebook! y espero que puedas subir muy pronto! cuidatee! bsos!

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