Yo: Y… son amigos (vale, sé que
esperaba una confesión, pero no era el momento. Incluso vi como aquel brillo en
sus ojos que durante mi último relato parecía tomar vida propia, ahora se
opacaba y desaparecía ligeramente).
Bill: ¿Sólo eso? Ese Bill
empezaba a agradarme… parecía un buen chico.
Yo: ¡Qué egocéntrico! (me reí
ante sus muecas y pucheros).
Bill: No dije que encontraba
sensual o ardiente, (name), sólo dije que me agrada ;)
No quería encaminar la
conversación por un terreno en donde aclararíamos nuestros sentimientos, no
ahora que razonaba en cuán frágil era nuestra relación. ¿Y si era así porque no
teníamos nada concreto a parte de nuestra amistad? Queríamos estar juntos, lo sabía
y él también, pero nos asustaba cómo terminaríamos debido a nuestra anterior
experiencia. A fin de cuentas, el ser humano es el único ser que tropieza más
de dos veces con la misma piedra. Seremos masoquistas. Seremos tercos como una
mula. Unos completos idiotas que nunca aprenden de experiencias anteriores… y
todo por una maldita palabra universal que es la que preserva la paz entre
nosotros, una palabra que evitaba a toda costa a pesar de tenerla frente a mí
cada vez que pensaba en Bill: AMOR.
¿Cómo se nos pasaba la tarde tan
rápido estando juntos? Desearía congelar el tiempo o volverlo tan lento como
fuese posible. Recorrimos la costa, mercados callejeros, y diversas ferias artesanales
en donde los objetos más pequeños se mostraban tan valiosos con su delicadeza
propia de artefactos hechos a mano. Todo para mí era nuevo, y podía sentir la
mirada expectante de Bill preparándose ansiosa para mis posibles reacciones.
Parecía una niña que visita por primera vez un circo, sólo que ésta vez veía
por primera vez un montón de manualidades hermosas por todas partes. A pesar de
las insistencias de Bill por querer comprarme algún recuerdo de todo esto, me
negué rotundamente a que gastara su dinero en mí…
Rematamos la tarde paseándonos
por la playa, con nuestras zapatillas en nuestras manos, sus pantalones
arremangados y nuestros dedos entrelazados… ni yo sé cómo terminamos tomados de
la mano. Reíamos, parecíamos dos adolescentes riéndonos de todo y de nada… de
hecho, creo que es la primera vez que me río tanto hasta llegar a llorar. Pero
como una puta Cenicienta, la alarma de mi celular sonó indicando la hora en la
que debía estar en el puerto de los pescadores en Malibu Beach. Detuvimos
nuestros pasos por la arena húmeda y miré algo apenada a Bill deseando que algo
arreglara mi maldita suerte.
Bill: ¿Debes irte?
Yo: Algo así (dije tratando de
sonreír pero obteniendo una mueca a cambio).
Bill: Sólo… dilo. Se supone que
somos amigos y… que entre nosotros ya no hay nada oculto (¡crack!... ¿hasta qué
punto podía doler esa maldita palabra que no te dejaba muchas posibilidades?).
Yo: Humm (si así evitaba perderlo
de nuevo, prefería decirle de una vez todo. Fue demasiado con no verlo por dos
semanas)… está bien.
Bill: ¿Ves? Puedes confiar en mí.
Yo: Debo ir al puerto de pescadores
de Malibu Beach en busca de unas armas dentro de media hora.
Bill: Oh… tienes una nueva
misión, ¿verdad? (su sonrisa pareció opacarse un poco, como una acuarela a la
que le rocías agua y cuyo dibujo se difumina… ¿no era eso lo que quería, que le
dijera la verdad?).
Yo: Si… es en Las Vegas.
Bill: Ah…
Yo: Bill, no quiero que te
sientas incómodo con lo que soy. La verdad es que creo que cuando te hablo
sobre esto de ser espía, te alejas de mí como si fuera la peor del mundo,
aunque prácticamente me merezca el infierno con todas las cosas que he hecho. Y
si quieres irte está…
Bill: No he dicho que me iré,
(name). Y la verdad es que no me siento incómodo, es sólo que todavía siento
que es una faceta que no conozco de ti completamente. Ya te he dicho mil veces
que tú no eres la culpable de ser quién eres, ésta es la única manera de vivir
que conoces.
Yo: (Guau, definitivamente me
dejó sin palabras… ¿no se alejaba de mí?)… ¿entonces… no te doy repelús ni nada
de eso por ser una asesina?
Bill: Jajajajajaaaa… no, no me
produces repelús, como le dices (murmuró poniendo mi cabello detrás de mi oreja,
sonriéndome cálidamente que ya me veía lanzándome a sus brazos). Y para que me
creas, te acompañaré.
Yo: ¡No! (pero si incluso mi
corazón se agitaba con sólo imaginarlo junto a mí).
Bill: ¿Por qué?
Yo: Bill… no quiero ponerte en
riesgo, no quiero que te apunten con una pistola por no reconocerte, ni que te
sigan porque te vieron conmigo. Arriesgarías a Tom, a Simone y Gordon si te
apareces junto a mí. Y… eso es lo que menos quiero… enserio.
Bill: Agradezco tu preocupación
por mi familia. Ya sé a qué me arriesgo con acompañarte, pero quieras o no, no
pienso dejarte sola en esto. No ahora que tengo la posibilidad de formar parte
de tu vida como… tu amigo.
Yo: Bill (Si fuera posible, me
tiraría por segunda vez a sus brazos y besaría su boca como en el pasado lo
hice… sentía un nudo en mi garganta que se moría por salir… el nudo de mis
sentimientos secretos hacia él)… está bien, dejaré que me acompañes.
Bill: Gracias (sonrió luciendo sus
dientes blancos para que mis ojos los vieran y supiera cuán feliz lo hacía).
Yo: Sólo que hay una condición.
Bill: Pff!… ¿Cuál?
Yo: No saldrás de tu auto por
mucho que insistas o veas que me estoy demorando mucho.
Bill: ¿Y cómo sabré si estás bien?
Yo: Préstame tu celular (lo buscó
en sus bolsillos del pantalón y me lo extendió. Guardé mi número en su agenda
de contactos y se lo devolví). Ahora tienes mi número, por lo que si ves que me
demoro y no te aguantas los nervios por saber si sigo viva, sólo me llamas.
Bill: Ok… ¿y si no contestas?
Yo: Si no contesto a la segunda
llamada, tienes permiso para preocuparte.
Bill: ¿Permiso? ¿Desde cuándo
necesito de tu permiso para sentir?
Yo: Desde que dijiste que querías
acompañarme (sonreí volviendo a tomar su mano como acto reflejo mientras nos
dirigíamos a los estacionamientos).
Bill: Te juro que si no me
respondes, saldré con una raqueta de tenis que tengo en el maletero a buscarte,
eh.
Yo: ¿Juegas tenis?
Bill: De vez en cuando junto a
Tom. Pero ese no es el tema, (name).
Yo: Bueno. Saldrás a buscarme y
llamarás al 911, la guardia costera o no sé a quién.
Bill: A los guardianes de la
bahía ;-)
Yo: Jajajajajaa….deben andar en
silla de ruedas y bastones con todo el pellejo colgando por sus…
Bill: ¡Argh! ¡Mejor ni sigas que
me traumo con sólo imaginármelo!
Yo: ajajajajaaa… ok
Ya en la ruta, le fui dando paso
a paso las indicaciones según lo que me mostraba mi GPS móvil, mientras en mi
mente planeaba cualquier tipo de plan de escape y de ataque en caso de que
vieran a Bill o le pasara algo a él.
Amaba su actitud tan sobreprotectora conmigo, me hacía sentir querida y…
especial. Pero no quería arriesgarlo a tanto peligro por mucho que fuera sólo
la entrega de unas armas y una que otra palabra intercambiada, la mafia era una
arma de doble filo con el que no se debía jugar nunca.
A los treinta minutos exactos,
nos encontrábamos en una oscura caleta de pescadores con un olor algo
putrefacto que espantaría hasta a las moscas. Normal; peces podridos, minerales
marinos, una marea alta, y muchos botes con sus pescadores descansando tras una
jornada completa de pesca. No me daba miedo salir, sino que temía por un
repentino ataque a Bill entre tanta oscuridad y sitio de mala muerte. Un auto
caro no se ve muy bien en un lugar como éste. Saqué mis documentos e
identificaciones del bolso con la mirada atenta de un Bill serio y tenso tras
apagar el motor de su auto.
Bill: Por favor, cuídate. Llama
si estás en peligro.
Yo: Si, mamá (dije restándole
importancia al asunto para quitarle el miedo que sentía a por mí).
Bill: Hablo enserio, (name). No
quiero encontrarte ultrajada o descuartizada entre peces podridos.
Yo: Estaré bien, Bill. Confía en
mí y recuerda que si me demoro demasiado puedes llamarme.
Bill: ¿Cuánto es demasiado para ti?
Yo: Más de diez minutos.
Bill: Vale.
Yo: ¡Ah! y no salgas del auto por
nada del mundo. A penas cierre la puerta, ponle seguro a las puertas y quédate
en los asientos traseros donde la luz no te delate.
Bill: ¿Qué pasa si…?
Yo: Ni lo pienses. Sólo llámame
si pasa algo.
Bill. Ok.
Yo: Bien… nos vemos, Kaulitz.
Bill: (Name).
Yo: Que.
Bill: Cuídate. Por favor (vi sus
ojos directamente y supe cuánto temía por mi integridad a tal punto de sentir
un escalofrío recorrerme la columna vertebral).
Yo: (Me volteé mientras abría la
puerta y le sonreí lo mejor que pude) Lo haré.
Tras cerrar la puerta, dejé con
ella mi vida como estudiante de psicología, como amiga de Bill, de Andy y de
Tom. Empecé a pensar calculadoramente viendo mis posibilidades de defensa, vías
de escape y posibles instrumentos que estén a mi favor… pensaba como la
Invasora. Las tablas a mis pies crujían por la humedad y los años que guardaban,
y uno que otro pescador me vio sin decir nada, seguramente debían suponer que a
estas horas todo lo que regía era el peligro.
Con las descripciones que Pantera
me dio respecto al velero pude localizarlo fácilmente al final del muelle. Unos
hombres/gorilas bajaban de él con un bolso negro y linternas en sus manos. A
penas me vieron, se alinearon frente a mí iluminando mi rostro con sus
linternas gigantes. Me acerqué lo suficiente (dos metros de distancia frente a
ellos) cubriendo mi vista para no quedar ciega por el resplandor y les mostré
mi identificación real (Si, tengo una legal con mi nombre y todo).
Yo: ¿Enserio tienen que cegarme
con unas putas linternas? ¿Por qué no se alumbran la polla en vez de joderme la
vista?... imbéciles tenían que ser. Mejor identifíquense.
Xxx1: Max Meyer, para servirle.
Xxx2: Jimmy Page.
Yo: Vale… Si ven a Pantera, agréguenle
al informe que su ovo sigue en el punto y que pronto lo tendré.
Jimmy: Si.
Yo: ¿Qué hay en el bolso?
Max: Dinamita, pólvora,
municiones, silenciadores, pistolas, gas lacrimógeno, granadas, entre otras
cosas. Dentro del bolso hay una lista con su contenido.
Jimmy: Vendremos a buscar el bolso
un día después de la misión exactamente a esta hora.
Max: Ante cualquier inconveniente,
avise a Pantera con anticipación de unas tres horas.
Jimmy: Erik la esperará el día de
la misión de un terminal de buses en Las Vegas a penas desembarque.
Yo: ¿Algo más?
Jimmy: Se le agradecería terminar
la misión en el tiempo exacto.
Yo: Vale.
Me entregaron el bolso y un sobre
que decía mi nombre con la letra de Malkovich. Y subieron nuevamente al velero
marchándose de la costa y adentrándose en la silenciosa marea. Ya no había
peligro. Ellos no trataron de asegurarse a toda costa que fuera yo, ni
insistieron en buscar peleas nocturnas… simplemente entregaron la carga y las
indicaciones correspondientes. Todo siguió exactamente igual por el camino de
regreso. Ningún pescador se movió de su bote y las tablas parecían crujir menos.
Hacía un frío que calaba los huesos y la neblina comenzaba a espesarse, si no
fuera por una que otra farola pestañeando, no vería ni por donde caminaba.
A penas sentí mi celular vibrar
en el bolsillo de mi shorts, la Invasora pareció esfumarse de mi cabeza, penetrándome
en mí un calor y una sonrisa socarrona y segura que parecía ser imborrable.
¿Tan rápido pasaron los diez minutos o temía por mi vida? Daba igual. Cada paso
que daba, me acercaba más a él y mis sentimientos se volvían incontrolables.
¡Adiós autocontrol! ¡Sale de mi cabeza por un rato y luego nos veremos las
caras cuando me reproches y mechonees todo lo que quieras!... pero ahora te vas
de vacaciones. A penas divisé el auto, cogí la llamada de Bill y le dije que le
quitara el seguro a las puertas. Divisé su figura en el volante y oí el motor
ronronear suavemente. Sé que me vio a penas le hice una señal con mi brazo
libre. Metí el bolso a los asientos traseros y luego me metí en el asiento del
copiloto con un millón de mariposas y nervios en mi estómago. Mis sentimientos
ya no tenían control… los oprimí demasiado que ahora saltaban sin chistar.
Bill: ¿Cómo te fue?
Yo: Sigo viva (sonreí poniéndome
de lado cara a cara).
Bill: Te demoraste doce minutos.
Agradece que fuera paciente porque tenía los nervios de punta.
Yo: Bill…
Bill: Estaba a punto de salir del
auto e ir a buscarte entre los…
No lo dejé terminar. No era
necesario que replicara mi falta de responsabilidad.
Necesitaba de aquel contacto con
sus labios como si fuera agua en un desierto. Como si mi vida dependiera de
ello. Miles de imágenes pasaron por mi mente. Recuerdos, sensaciones,
sentimientos, risas, lágrimas… momentos con él. ¿Cómo pudieron mis labios pasar
más de un año separados de los suyos sin tener ningún contacto con su aliento?
Simplemente no lo sé… la abstinencia de él, se me hacía demasiado difícil
cuando ya me consideraba adicta a él. A Bill.
Sus manos estrecharon mi cintura
aprisionando mi cuerpo al suyo, respondió a mi beso casi al instante en que yo
fui a por sus labios, quienes encajaron a la perfección como dos piezas de un
puzle. Su aliento con el mío, su lengua con mi lengua, mis labios con los suyos…
todo en nosotros parecía encajar dejándome atónita. Enredé mis manos en su
cabello corto y rubio atrayéndolo más a mí, y él coló una de sus manos por los
bolsillos de mis shorts aprisionándome a él. No hacían falta las palabras, simplemente
las adicciones llegaron a sus nivel de descontrol y dejamos de mentirnos
respecto a una amistad inexistente. Separamos nuestros labios, tratando de
calmar nuestros jadeos, quedando sólo nuestras frentes juntas. Sus ojos
depararon en los míos cuando los abrió y pude ver el ellos claramente una
luminosidad propia en donde me reflejaba, una profundidad en la que me perdía.
Mordió mi labio inferior suavemente con una sonrisa dulce calcada en su boca
cuando yo lamí sus labios delineándolos.
Bill: ¿Por qué lloras?
Yo: (Toqué mis mejillas notando
una leve humedad en ellas) Oh… pues… no sé.
Bill: …No quiero seguir
reprimiendo lo que siento por ti.
Sonaban como mis propias
palabras. Sonreí y correspondí su siguiente beso.
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Hallo Gurls!! Primero que nada.... GANAMOS EL FAN ARMY!!! WOOOOWW!! LOS/LAS ALIENS SOMOS LOS/LAS MEJORES!!!! :D
Bien... jajajajajaa xD
Primero que nada perdónenme por no subirles un capítulo. Estaba en periodo de pruebas de síntesis, y de las cuales me eximí de la gran mayoría ;) además, el capítulo tuvo muchos arreglos para llegar a lo de ahora.
Hoy me dio un ataque de creatividad y (aún sin terminar esta temporada), empecé el prólogo de la posible próxima temporada, en donde quizás haya un giro en este fan-fic.
Muchas gracias por tener paciencia y esperarme. Este capítulo es un pequeño regalo para ustedes por votar por Tokio Hotel como locas hasta no sé qué horas.
Espero quue comenten toooodo lo que quieran, y si quieren enojense conmigo por dejarlas con la intriga de lo que pasara. Pero no se hagan muchas ilusiones ;)
Kusses sabor a ALIENS!!!
Bye//Bye