-Putos imbéciles.
-Hacen su trabajo, Bill. No los
maldigas.
-Me han hostigado toda mi vida,
(name). Y ahora sigues tú.
-Tranquilízate, ni si quiera
pueden notar mi rostro.
¿Quién notaría a alguien que usa
lentes, bufanda y un gorro que cubre todo su cabello? Hasta podrían confundirme
con un hombre con mis pintas tan… no femeninas. Las cámaras se pegaban a las
ventanas del auto de Bill, estrellando sus flashes en nuestros rostros para
obtener aunque sea un rasgo de mí. No lo harían, estaba demasiado cubierta para
si quiera diferenciar mi sexo. A mi lado, Bill traía sus lentes y un extraño
sombrero sin embargo las marcas de molestias no desaparecían de su rostro
mientras tratábamos de avanzar fuera de su vecindario. Podía notar sus nudillos
blancos en el volante, los gruñidos que salían de su boca y las mil maldiciones
que estaba conteniendo.
Supongo que estas son las
consecuencias de estar con Bill Kaulitz. Ni si quiera se trata de estar con él,
sino de compartir hasta su aire. Estoy consciente de que saldrán fotos, videos
y cualquier otra cosa en los medios de comunicación sobre mí, de hecho Bill me
lo advirtió al negarme a ir escondida en la parte baja de los asientos. Él es
el más preocupado por mí, y eso es de lo más cómico ya que es nuestra primera
aparición pública. ¡Mi rostro está completamente cubierto! ¿Por qué se preocupa
tanto?
-Deberías responder algunas
preguntas –sugiero ocultando mi sonrisa de oreja a oreja bajo la negra bufanda
gruesa.
-¿Responderle a personas que
viven a cuestas de mi trabajo? No pienso hacer que ganen dinero con mis
palabras.
-Bill…
-Trabajé duro con Tom. Nos
pelamos el culo trabajando para estar parados donde estamos. Ellos desconocen
demasiadas cosas y no pretendo que sepan más de mi vida.
-¿Por qué no empiezas a escuchar
lo que ellos te quieren preguntar? –Insisto apoyando una mano en mi pierna-.
Está en ti si quieres responder o no, pero ellos cumplieron al menos siendo
escuchados por Bill Kaulitz.
-¿Estás de parte de ellos?
–Gruñe, pero me obedece deteniendo el auto junto a la calzada-. Ellos serán los
primeros en desmenuzar tu vida cuando les des la oportunidad y tú los defiendes
como…
-Sólo escúchalos, Bill. Nadie te
obliga a hablar.
-¿Y tú?
-Sabes que no lo haré.
Gira la cabeza en dirección a su
ventana y baja el vidrio hasta la altura de su vista, lo suficiente para ser
escuchado sin que se le acerquen micrófonos y cámaras. Podía ver la sonrisa aliviada
de las personas frente a él, como si hubieran visto el sol después de tantos
días de lluvia. Giré mi cabeza tratando de ignorar las reacciones de Bill pero
en ningún momento perdiéndome algún detalle de lo que salía por su boca.
-No tengo mucho tiempo –gruñó
Bill y casi estallo a carcajadas… casi.
-¿Cuál diría que es la clave de
su éxito tan prolongado?
-¿Quién te acompaña hoy, Bill?
-¿Es Tom?
-¿Qué dices de los rumores de tu
hijo? ¿Realmente tienes uno?
-¿Dónde está Cassie? ¿Su madre
ganó la custodia total?
-¿Es verdad que Tom es malo en la
cama?
Vaya, qué pesados podían ser
cuando querían. Podía ver de reojo la mano de Bill temblando en el volante
tratando de contener su rabia ante todas esas preguntas sin sentido.
Sinceramente, si fuera periodista, elegiría las preguntas correctas al
entrevistar a un famoso. Prácticamente preguntaban por los detalles más sucios
de la vida de los Kaulitz, y ahora me sentía culpable por insistirle en
escuchar sus preguntas.
-No sé cómo es Thomas en la cama
por obvios motivos, ¿acaso debería importarme su comportamiento sexual? Él sabe
lo que hace. Y en cuanto al secreto del éxito… bueno, trabajar duro y aceptar
desafíos es mi clave.
Y pese a estar molesto, sonaba
realmente sereno al responder con voz lineal. Casi podía sentir la alegría de
los periodistas mientras grababan cada instante. También habían algunos a mi
lado, pero escondía mi rostro totalmente más de lo que ya estaba.
-¿Y qué hay de esa chica con la
que se te ha visto?
-¿Es la misma de Los Ángeles hace
unos años atrás?
-¿Estás en una relación, Kaulitz?
-¿Tienes un hijo?
Tosí, tratando de llamar la
atención de Bill. Ya era suficiente por hoy. Las preguntas iban directo a mí y
no sabía si Bill podría manejarlo con tranquilidad sin soltar ni un poco mi
verdadera personalidad. Asintió en mi dirección y mientras el flash de miles de
cámaras se disparaba en nosotros, él contesto con total fluidez.
-Me han visto con muchas chicas
en los últimos años.
-Sí, pero ella es la misma que…
-Ninguna se repite.
¿Y qué hay del chico con el que
se te vio en una cafetería?
-Un nuevo proyecto.
Subió el vidrio y se armó paso
entre las personas, dirigiéndose al tráfico diario de Berlín. Estaba molesta.
¿Desde cuándo Alexander es un proyecto y yo una chica más? Definitivamente
fueron las peores mentiras que he escuchado en mi vida, y de algún bizarro
modo, me molestaban porque quería que dijera la verdad. Que reconociera aunque
sea a su hijo, nuestro hijo. Tiré de la bufanda, el gorro, los lentes y todo lo
que cubriera mi identidad en el asiento trasero, oprimí el botón de la puerta y
el viento frío y lleno de contaminación golpeó mi cara como queriendo enfriar
en molestia.
-Apuesto a que ahora te
arrepientes de haberme dicho eso –comenzó con una voz lúgubre mientras
avanzábamos en un semáforo en verde.
-No me arrepiento. De hecho me
molestó tu actitud.
-¿Mi actitud? –no desvió la vista
de la pista, pero pude sentir su impresión.
-¿Tanto trabajo te cuesta omitir
las preguntas que no quieres o no puedes responder?
-¿A qué te refieres?
Me giré completamente hacia él
apoyando mi codo izquierdo en el respaldo del asiento.
-No puedes responder que tu hijo
es un proyecto, Bill.
-Ah, era eso.
-Sí, era eso. Alexander es tú
hijo y…
-¿Preferirías que dijera que es
mi hijo aun sabiendo que sería como llevarlo a la boca de los leones?
-No, pero…
-Entonces déjamelo a mí.
-¿Qué quieres dec…?
-Sé lo que hago. Déjamelo a mí.
Tómalo como una misión para Bill Kaulitz.
-Si nos quieres en problemas sólo
dilo.
-Resuelve los tuyos, Invasora.
-No me llames Invasora, Bill
–gruñí golpeando el respaldo, lo que sacó una sonrisa a Bill.
-¿Por qué?
-No me gusta.
-¡Bah! Eso no es mi problema.
-Pues debería serlo, porque todos
me conocen por ese nombre.
-¿Ya y?
-No me llames así si quieres
seguir con vida.
-Invasora, Invasora, Invasora,
Invasora…
Y así siguió hasta que dimos con
nuestro departamento y le ordené que se introdujera al estacionamiento
subterráneo, hasta el lugar donde estaba el auto que dejé a las afueras de la
casa de Bill. Ambos estábamos nerviosos, lo notaba en su piel y en la mía.
Sabíamos quiénes estaban en mi departamento, y que la bienvenida a Bill no
sería la más cordial luego de su reacción cuando supo la verdad. Y eso no era
todo, porque me tratarían de loca al seguir con él y defenderlo como si fuera
un pequeño cachorro bajo mis brazos. Se venían peleas, gritos, desacuerdos y
mucha tensión.
Salimos del ascensor en silencio
y rebusqué las llaves en el interior de mis bolsillos. La introduje, y giré la
cerradura hasta abrir la puerta, ya sin nada que siguiera retrasando mi
búsqueda. Me molestaba no sentir la voz que necesitaba oír, me molestaba no ver
su cabeza asomada o una mano saludando, o simplemente la música desde su
computador. Sólo había murmullos, y eso era realmente desalentador. Bill cerró
la puerta a mis espaldas, y el primero en acercarse fue Gaspard, con su
terrible mal genio y observándonos con esa sonrisa venenosa que he repudiado
desde que tengo memoria.
-Vaya, ¿tan pronto volvieron de
su luna de miel o tuvieron problemas en el paraíso?
Daba igual, si fuera por mí, él
podía meter su cabeza en el inodoro y esperar a que sus neuronas hicieran
sinapsis. Pero podía notar la respiración espesa de Bill a mis espaldas y su
cuerpo rígido tratando de controlar el impulso de golpearlo. Bill tenía todas
las de perder con Ulliel, por mucho que lo intentara con todas sus fuerzas.
-¿Alguna novedad? –pregunté
bloqueando el camino de Bill hasta que Ulliel se apartara.
-Creo que tu llegada puede ser la
mejor novedad. ¿Qué clase de madre desaparece mientras sus amigos buscan a su
hijo?
-Nadie dijo que fuera tu
responsabilidad –intervino Bill.
-¿Quién eres tú para decirme eso,
Kaulitz? Quisiste golpear a tú mujer y no has parado de hacer berrinches
mientras tú hijo está desaparecido.
-Basta, Gaspard –di un paso
adelante, deslizando el abrigo de mis hombros-. Lo que pase entre yo y Bill no
es tu problema.
-Él es mi problema, (name).
-Métete en lo tuyo, Ulliel –gruñó
Bill y apreté su brazo tratando de detenerlo.
-Por tu culpa Alexander se fue de
la casa. Por tu culpa estamos todos metidos en un puto infierno. Por tu culpa
está pasando esta mierda, Bill. Entiende que no tienes monos que pintar acá
cuando no figuraste jamás como padre y esposo.
Y ese fue el punto de quiebre. De
un momento a otro vi la pared a milímetros de mi cara y el sórdido gancho que
Bill le dio a Gaspard. Mi respiración se paró, pero todo pasaba muy rápido para
asimilarlo de una vez. Veía un revoltijo de brazos, piernas, cabezazos y
gruñidos en el piso totalmente distorsionados y algunos gritos proveniente de
no sé qué parte. Una de las plantas de la entrada terminó destrozada en el piso
y un florero de porcelana hecho añicos por todo el suelo.
Me dolía el hombro, pero pese a
eso estaba totalmente petrificada viendo a Bill pelear de igual a igual con
Gaspard. ¿Cómo era posible? Ni siquiera era un enfrentamiento equitativo en
fuerza o peso. Un cantante y un retirado espía. Polos opuestos por donde se
viera.
En algún instante aparecieron Tom
y Erik, haciendo todo lo posible por separar a los contrincantes. Andrea y
Rebbeca los ayudaron al ver que no era suficiente para separar a dos hombres
totalmente cegados por la ira.
Lily, se acercó a mí diciéndome
alguna especie de pregunta o quizás gritando, pero no la escuché. No quería oír.
Mis ojos estaban totalmente pegados a la escena que se desarrollaba frente a
mí, como si fuera una especie de ensueño. Jamás en mi vida habría esperado
semejante batalla frente a mis ojos, y si me lo hubiesen contado, me reiría a
carcajadas sin creer absolutamente nada. Había sangre en el piso, y realmente
dudaba sobre la procedencia de esta.
Mi mente gritaba órdenes a mi
cuerpo, chillaba que debía ayuda a separarlos y terminar con esta pelea. Me
decía que tenía que reaccionar y alejar a Bill de Gaspard de una puta vez, pero
mi cuerpo no reaccionaba. Me sentía molida, como si un camión me hubiese
aplastado llevándose con él todas mis fuerzas. Podía ver cómo se lastimaban mi
mejor amigo y el amor de mi vida, pero no podía hacer nada para impedirlo,
porque mis piernas no pretendían moverse de su incómoda posición.
-¡Todo esto es tu puta culpa!
Aléjate de aquí. Vete, Bill. No eres nadie para ayudar.
-¡Soy su padre, imbécil! ¡Lo
quieras o no, no pienso moverme de acá!
-¡A palizas te moveré entonces!
Y todo volvía a estallar en
gritos desesperados y gruñidos inentendibles alrededor de una maraña aún más
grande de brazos ropa y cabezas. Bill…
Gaspard no podía controlar quién
entraba a mi vida. Él sabe que Bill es a quien amo y a quien deseo que esté
conmigo en estos momentos, ¿por qué le costaba entender eso? Bill es el padre
de Alexander, y por mucho que reaccionara mal al saber la verdad, lo amaría
hasta el fin de mis tiempos incluso cuando me odie.
Aparté a Lily de mi vista,
dejándola a salvo junto a la puerta de entrada mientras animaba con todas mis
fuerzas a mis piernas para acercarme al lío de personas. Tomé con firmeza un
trozo de porcelana sin importar el daño que producía en la palma de mi mano.
Defendería mis derechos y mi decisión de traer a Bill a mi casa, Gaspard podía
meterse por el culo sus palabras e irse a su casa. Thomas y Erik me vieron y se
empeñaron en separar con más ahínco a cada hombre hasta que lo lograron. Erik
vio lo que sostenía en mi mano y a juzgar por su rostro pálido, parecía
imaginarse lo peor de mí.
Tomé a Erik de su camisa, acercándolo
a mi rostro lo suficiente para que entendiera mi posición. Dirigí pedazo de
cerámica a su yugular haciendo que sintiera la presión del objeto contra su
piel hasta que saliera un poco de sangre. Todo quedó en silencio, y lo único
que podía escuchar eran sus jadeos y mi respiración agitada.
-Bill se queda te guste o no –mi voz
optó por toda la firmeza posible a tal punto que se sentía amenazante al salir
por mi boca.
Su sonrisa triunfante apareció en
la cara, pero no le duró mucho por el corte que tenía en una ceja y la
hinchazón en su mejilla. Sus ojos gélidos me observaron con locura y rabia,
como si supiera que cada palabra que diría no sería para defenderlo.
-Recuerda quién estuvo cuando
Sascha nació, (name). Recuerda quién te ayudó y quién estuvo en los momentos
más difíciles de tu vida. ¿Acaso ahí estuvo Bill? ¡NO!
-No es su culpa. Yo me alejé,
entiéndelo de una puta vez.
-¡No se merece estar acá!
-Es su padre, Uranio. Y si dices
una palabra más, juro delante de Lily que no responderé por mí y te sacará a
patadas de mi casa.
-(Name)…
-No, Ulliel. Ni una palabra más
que no se relacione con la búsqueda de mi hijo.
Tiré la porcelana al suelo y me
giré para ver a Bill apoyándose en su gemelo sin despegar los ojos de mí.
Pero
qué imagen acababa de enseñarle. Jamás imaginé en mostrarle a la (name)
amenazante. Lily se acercó a Gaspard y lo llevó a la cocina junto con Erik y
Rebbeca.
Se hizo silencio alrededor de mí
y me sentía avergonzada al tener seis pares de ojos mirándome fijamente. Tom
estaba petrificado ante lo que acababa de ver y Andrea sonreía totalmente impresionada,
casi podía oír los tacos que se abrían paso por su mente tras esos ojos
brillantes. Pero Bill… él era un enigma frente a mí. Su seriedad me ponía
ansiosa y si no fuera por el corte en su labio y el arañazo en su cuello,
juraría que es una especie de Iron Man de carne y hueso.
-La peor parte se la llevó él –su
voz ronca pareció leer mis pensamientos, pero aún no había tanta emoción en su
voz.
-¿Dónde aprendiste a…?
-Horas de gimnasio.
Vaya… ojalá mis técnicas de
defensa personal se resumieran a tres simples palabras.
-¿Estás bien? –le pregunto.
-Sí, ¿y tú? –señala mi mano y
observo por primera vez la herida que me infringí entre la rabía y la
adrenalina en mi ser. Dolía y palpitaba ferozmente, pero nada que un poco de
alcohol no solucionara.
-Estará bien. ¿Alguna noticia?
-Se ha registrado mucho
movimiento en la casa de Pantera –comentó Tom-. Entran y salen muchos autos
pero ninguno lleva algo raro según lo que dicen tus colegas de otras mafias.
-¿La casa de Pantera? ¿Te
refieres a su mansión?
-Sí.
-Su casa de campo está totalmente
desocupada y sólo hay un equipo de empleados realizando mantenciones. domésticas Planeamos
un ataque a esa casa, para ponerlo alerta y desviar la atención –agrega Andrea.
-¿Pantera? Espera, él no está
involucrado en esto. Me dijeron que los movimientos de las mafias están
congelados mientras se termine el mal tiempo.
-Todos saben que ni el mal tiempo
puede detener a un hombre de su propósito –sonríe mostrando sus dientes que
contrastan con sus labios rojos.
Pantera… ¿cómo puede estar mi
jefe completamente involucrado en el paradero de mi hijo? ¡Alexander odia a
Alphonse, ni si quiera lo soporta! ¿Qué clase de relación establecieron tras la
desaparición de Sascha? No, estoy completamente segura que por mucho que él
esté enojado conmigo, no haría ninguna locura al relacionarse con quien más
odia. Es imposible.
-Eso quiere decir que Erik no te
lo ha dicho –murmuró Tom levantando ambas cejas totalmente impresionado.
-¿Decirnos qué? –pregunta Bill
observando con ojos molestos a Andrea y Tom.
-Recibimos una señal muy débil
del GPS de Alexander.
Mi corazón late a mil por horas,
me siento inquieta con el sólo hecho de saber que mi Alexander sigue con vida y
lleva con él el GPS que tanto le insistí desde que era pequeño. Tal vez se
debía a que siempre tuve ese sexto sentido que me indicaba que algún día lo
necesitaría para saber dónde estaba. Alexander
seguía vivo… mi niño aún seguía con vida.
-Hemos enviado un drone, hacia la
posición exacta de la señal recibida. Te juro Bill, que si no me regalas uno
para Navidad te desheredaré de mi testamento.
-¿A qué hora se emitió la señal
del GPS? –pregunta Bill ignorando la broma de su hermano. Camina hasta mí, y
sin su mano presionando la mía como si fuera el fin del mundo. Sí, él también
sentía la euforia de saber algo de Alexander.
-A eso de los tres de la
madrugada. Fue débil y no duró mucho –responde Tom.
-¿Cuánto?
-No sé… ¿unos treinta segundos?
-Fue suficiente para rastrearla y
hackear el sistema de seguridad de las calles paralelas a la mansión.
-¿Y…? Dios, no se detengan en
nada.
-Se detectó el traslado de un
cuerpo sacado de la maletera de un Aston Martin blanco el día siguiente a la desaparición de Alexander. Y todo indica que es él.
Jesucristo, me quiero morir. Mi
pequeño está completamente indefenso en las manos de mi estúpido jefe. Sabía
que no podía acercarse a Pantera por voluntad propia para hacerle compañía por más
de una semana. Sentía las arcadas alcanzar mi garganta, el clásico sudor frío
empapar mi frente y poca fuerza en mis piernas, pero nada me impidió no
mantenerme en pie. Necesitaba oír todas y cada una de las palabras que Tom y
Andrea tienen para mí, me gusten o no.
-La terriblemente mala noticia es
que encontramos el lugar de donde provenía la señal obtenida, y… bueno, la
comparamos con los mapas en detalle de la mansión y…
-¿¡Y QUÉ!? –Grité exasperada de
tanto suspenso ponía aún más tenso a Bill a mi lado.
Y ese sexto sentido que toda
madre tiene, me indicó las palabras antes que Andrea las pronunciara dentro de
su pánico. Sabía que no todo podía ir bien pese a saber que obtuvimos una señal
de él.
-Su posición es en una de las
cámaras de tortura.
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Bueno, después de semanas de abandonar el blog, me animé a subirles el capítulo. No, aún no salgo de vacaciones, pero me hice un tiempo para subirles este capítulo.
Muchas gracias por ser pacientes y entender que la universidad absorbe todo mi tiempo libre.
Wooow Gaspar y Bill se cayeron a golpes :S eso si q no me lo esperaba jejeje pensé q Bill saldría bien lastimado pero se pudo defender y obvio q tiene derecho a estar ahí xq es el papa de Sascha le guste a Gaspar o no y La Invasora tiene mucha razón en lo q dijo xq la culpa fue de ella haber huido y no decirle a Bill q estaba embarazada de el :S me encantoooo espero el proximo, te entiendo Nina no te preocupes :)
ResponderEliminarNooooooo Saschaaaaaaa!!!!!! Que no sufra porfavaaar... Y que la invasora lo salve pronto :'(
ResponderEliminarHayyy por Dios!! Pobre sacha 😞 y Bill y tn y gaspard y TODOS!! waooo lo ame 😍 me encanto la espera valió la pena totalmente y no puedo esperar a leer el otro espero te lleven las vacaciones muyy pronto
ResponderEliminarBye te cuidas
:O wow qué capitulo por dios!!! Gracias por subir nina, espero el prox pronto que morimos de la intrigaa :S
ResponderEliminarP.s: se pasan? http://kar483.blogspot.com es muy buena y diferente a otras fics, en serio ;)