NARRA ANDY
A veces dicen que debes seguir
tus propios instintos frente a situaciones decisivas, al fin y al cabo los
humanos son animales con la capacidad de razonar. ¿Qué pasaba cuando deseas
algo que us instintos prefieren alejar de ti? ¿Qué es mejor ara seguir… tus
deseos, o tus instintos? El deseos de la Invasora era mantenerse vigente hasta
no poder más, pero estoy segura de que sus instintos decían que lo mejor era
renunciar y permanecer formalmente en el mundo normal junto a Bill. Sin
riesgos. Sin muertes. Sin sangre. Sin armas de por medio.
El hermano menor por diez minutos
de mi novio, ha estado casi dos días enteros mordiéndose las uñas, callado,
ausente y pasándose por su cuarto como león enjaulado, tal y como hace un
tiempo atrás en la misión fallida de (name). Thomas trataba de mantenerlo
ocupado y distraído de sus propios pensamientos para que el tiempo de espera se
le pasara más rápido. Simone y Gordon no sabían nada de esto para que no se
alarmaran frente a una situación en donde quizás (name) no saliera vencedora.
El riesgo era demasiado;
policías, guardaespaldas, la seguridad del hotel, cámaras de vigilancia, y
muchas personas presentes hacían que el peligro aumentara y que todo se pusiera
en contra de ella y Erik. Pero era terca e insist{ia hasta conseguir su
objetivo aunque le costara las extremidades o su propia vida.
Xxx: ¿Qué lees? (susurró en mi
oído tras depositar un suave beso en mi hombro).
Yo: Dalia Azul de N. Roberts (le
mostré la portada en donde una flor acaparaba toda la atención). Pensé que
estabas durmiendo, Tom.
Tom: La cama está fría sin ti.
Yo: Activa la calefacción o
duerme en la casita de tus perros (bromeé viendo sonreír tras un puchero).
Tom: Vamos, es tarde Andy. Por
las mañana tienes clases en el hospital y luego un examen. No puedes
desvelarte.
Yo: Estoy bien, Tom. Es sólo que…
Tom: Que estás preocupada por
(name), ¿es eso?
Yo: (Sonreí avergonzada al tiempo
que él tomaba el libro dejándolo junto a los cojines del sillón para abrazarme)
Mmhhm… es demasiado peligro para una sola persona.
Tom: Pero está con Erik y esos
hackers ñoños.
Yo: También estaba con Erik
cuando terminó violada, Tom.
Tom: Deberías confiar más en
ella, amor. Estamos hablando de la Invasora que tanto desean tener otras
mafias. Ella se maneja en el tema de la acción.
Yo: En las mafias no te lo
enseñan todo. Yo aprendí más cosas en las misiones que en los entrenamientos
mismos.
Tom: Eso es supervivencia, Andy.
Instinto puro.
Yo: (Solté un bostezo y Tom me
recostó en el sofá con mi cuerpo sobre él y sus manos masajeando suavemente y
con un ritmo pausado mi espalda)… Ojalá estén…
No alcancé a terminar mi murmullo cuando el teléfono comenzó a sonar
haciendo eco por las paredes y retumbando cada tres segundos esperando nuestra
atención. Miré a Tom y él a mí. Se supone que ellos volverían esa misma tarde y
que nos llamarían cuando estuvieran entrando en Los Ángeles. Corrí antes de que
dejara de timbrar y tras asegurarme de sentir aún a Tom pendiente de mi,
levanté el auricular abierta ante cualquier posible incidente, pero con el
corazón retumbando fuertemente en mi pecho.
Yo: ¿S-Si? (murmuré. Al otro lado
de la línea podía oír una respiración agitada y los neumáticos sobre el
asfalto).
Xxx: ¿Andy?
Yo: Sip.
Xxx: Soy Erik. Perdón por llamarte a estas horas. Vamos de regreso y…
Yo: ¿Están bien? (escuché un
murmullo al otro lado y un sonido extraño)… ¿qué fue eso? Erik, dime dónde
estás.
Erik: Cruzando el centro y… bueno, camino a tu casa casi sobrepasando
los límites de velocidad. La misión fue todo un éxito sólo que…
Yo: ¡Mierda Erik por Dios!
Concéntrate en decirme o te irá mal cuando llegues hasta la casa de los Kaulitz
porque no estoy en la mía.
Erik: A (name) le inyectaron la droga de la violación y ya terminó de
vomitar todo lo que tenía pero sigue con las malditas arcadas, y esta vez tiene
fiebre y… estamos heridos. Ella más que yo.
Yo: Deberían ir camino a un
hospital (rezongué algo molesta pero aliviada de saber que estaba a unos
kilómetros).
Erik: Sabes que no puede entrar a lugares públicos. Además se supone
que son amigas y…
Yo: Ok. Vale. Ya entendí el
mensaje… enviaré una señal tu GPS para que sepas dónde es.
Corté demasiado concentrada en
improvisar una sala de sanaciones tanto para Erik como para (name) y tras
enviarle una señal a su móvil, apagué el mío. Le dije a Tom que (name) estaba
herida y que venían en camino debido al estado casi ilegal de ella, éste dijo que lo mejor sería dejar
que Bill duerma y no alarmarlo. Me ayudó cubriendo el sofá con unas sábanas
viejas mientras yo traía un botiquín de emergencias esperando a que eso bastara
con las heridas. En cuanto a la droga, no me quedaba más solución que darle
agua o algo líquido para que recuperara lentamente su temperatura corporal y la
visión. La sala de estar pasó a ser un mini hospital improvisado justo en el
momento en el que Erik ingresó a la casa con (name) en sus brazos.
A escena me recordaba a las
películas de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados llegaban a las
fortalezas escondidas con unas heridas mortales y sus cuerpos ensangrentados.
Bueno, la escena en sí no era tn gore como los filmes. Simplemente mi amiga
parecía estar bañada en sangre y con un trozo de género en su pierna, a
diferencia de las heridas un poco más superficiales que tenía Erik, pero no
menos graves.
Yo: ¿Está consciente? (murmuré en
cuanto la entraron a la sala con sumo cuidado).
Erik: Delirando un poco por la
fiebre.
Yo: Déjala acá, rostro abajo
(murmuré observando los vidrios incrustados en su espalda, pequeños y
superficiales).
Erik: No contamos con un incendio
producido en la cocina (se excusó quitándose la camisa con cuidado de no rozar
sus cortes).
Tom: ¿Y los vidrios?
Erik: Saltamos de un segundo piso
y por amortiguar su caída, no cubrí su espalda.
Yo: Tuvieron suerte (miré a mi
novio que no parecía alterado o aterrorizado al ver las herida de (name), sino
que estaba demasiado tranquilo)… Tom, necesito de tu ayuda.
Tom: Dime (mi hombre, siempre tan
dispuesto a cooperar conmigo).
Yo: Dentro del botiquín, hay
pinzas quirúrgicas. Necesito que las saques y desprendas todos los vidrios que
(Name) tiene incrustados.
Tom: Ok… por suerte no son tantos
como creía ¿tendrá astillas?
Yo: Lo dudo. Al caer en
movimientos, las astillas sueles pegarse en algo estático y sólido.
Erik: Puede que hayan en su ropa.
Yo: Es verdad. Entonces primero
rompe y quítale el vestido. Luego procede a quitarle los vidrios.
Tom: Oye, si no tiene ropa
interior yo...
Yo: (Revisé su espalda a base de
suaves toques hasta sentir el broche del sostén) Si tiene, así que no te
acobardes y ayuda por favor, mi pequeño rastafari :)
(Name) sólo murmuraba incoherencias
en español a pesar de su inconsciencia debido a la fiebre. A juzgar por sus
pulsaciones, la dosis administrada no fue letal y era un poco más fuerte de la
ya existente, quizás llevaba más componentes. Me acerqué a Erik, quien yacía
sentado en un taburete que Tom trajo desde la cocina. Vi uno que otro corte
profundo en su torso, pero él no parecía quejarse. Claro, el control del dolor
se lo enseñan desde que inician su primer entrenamiento en la mafia, y mientras
más jóvenes, mejor. Imité con mayor rapidez la tarea de Tom en Erik y proseguí
derramando a propósito agua desmineralizada sobre las heridas para luego coser
las profundas con hilo quirúrgico y crearle puntos que en unos siete o nueve
días podrían ser removido sin dolor alguno. Luego procedí a ponerle gasa
esterilizada para cubrir las heridas profundas no sin antes volver a
desinfectar con más agua toda la piel tanto de la herida como de su alrededor.
Yo: Cámbiatelo cada cuatro horas.
Y si empieza a infectarse…
Erik: Iré a un médico (dijo, no,
gimió poniéndose con lentitud una camisa de Tom que ocultaba sus recién
controladas heridas).
Yo: Si. Y el siguiente
paracetamol te toca dentro de seis horas más.
Tom: ¿Te vas? ¿A estas horas?
Erik: Regreso por la mañana a
Alemania.
Yo: ¿En unas horas más? (miré el
reloj sobre la chimenea de piedra al igual que los demás. Cuatro de la
madrugada. Mierda).
Erik: Bueno, a las nueve de la
mañana.
Tom: Humm… deberías quedarte. Ta
no trabajas para el viejo controlador y eres libre de hacer lo que quieras.
Erik: Debo volver con Rebbeca, mi
esposa. Y con mi futuro bebé.
Tom: ¡Oh! Lo olvidaba
completamente.
Yo: ¿Ya sabes el sexo?
Erik: Niña.
Yo-Tom: ¡Niña! (sonreímos al
mismo tiempo en que lo decíamos).
Yo: Debo conocerla a penas nazca,
eh (dije sentándome en el taburete en el que antes estaba Tom).
Erik: Deberás viajar a Alemania o
a donde estemos en unos meses más.
Tras despedirse y pedirnos que le
avisáramos sobre el estado de (name), se despidió bromeando con mi novio. Erik
ha cambiado demasiado desde la última vez que lo vi; su seriedad se borraba
mostrando una sonrisa sincera y más iluminada, además de rejuvenecer
drásticamente aunque él no sea tan viejo. Observé a (name) que yacía dormida en
el sofá como un tronco. Dios, si existes, sácala por favor de la mafia y
llévala por un buen camino. Podía notar el agotamiento de sus músculos y su respirar
pausado debido a la agotadora misión. (Name) era terca, eso nadie lo negaba,
pero a veces siento que mi paciencia con ella se acaba y ruego a Dios que
cambie su rumbo como en momentos como éste.
Mis ojos pesaban más de lo que
había pesado durante mis años en la mafia, pidiéndome un descanso de horas para
reponerme antes de mis exámenes en la tarde. Pero no podía fallarle a mi amiga,
por lo que poco me importaron las ojeras en el momento en el que empecé a
desinfectar y sanar sus heridas, en especial una en la pierna que parecía ser
la de mayor gravedad en su cuerpo. No era la primera vez que terminaba hecha un
lastre, de hecho podría asegurar que siempre llega así de sus misiones, de la
gran mayoría de ellas.
Como a eso de las seis de la
mañana, Thomas (él, demasiado preocupado por mi agotamiento se quedó en todo
momento junto a mí despierto) cargó a (name) a nuestro cuarto ya que quedaba
más cerca de las escaleras, y la recostó cuidadosamente. Nosotros, tras limpiar
el desorden de la sala de estar, nos recostamos en el sofá no sin antes activar
la alarma para despertar dos horas antes de ir al hospital y así alcanzar a
estudiar algo.
Tom: Definitivamente no creo
haber conocido a una mujer como tú jamás (murmuró a penas apagó las luces y me
abrazó por la espalda).
Yo: Te adoro mis veces, Tom
(sonreí besando su barbilla antes de caer dormida).
NARRA BILL
No sabía qué era peor. Amanecer
con dolos de espalda o con los ojos hinchados por dormir excesivamente mucho
más de lo que suelo hacer, y seguramente seguiría durmiendo si no fuera porque
David llamó ya que en unos meses más debíamos volver a Alemania para un nuevo
proyecto. Bajé las escales con mi pijama improvisado (pantalones de algodón y
una sudadera gris) sin ningún apuro de presentarme en el estudio a pesar del
hermoso día soleado con temperaturas agradables. Pero no tenía ni ánimos de
cantar sabiendo que incluso mi mente estaba con…
Espera. Creo que me perdí de
algo. ¿Qué hacen Tom y Andy durmiendo abrazados en el sofá? Ellos tienen cama y
un cuarto donde montarse el uno al otro y practicar nuevas posiciones creativas,
pero… ¿llegar al sofá? ¡Argh! Espero nunca más sentarme a ver la televisión
ahí, ni hablar de tocarlo. Humm… al menos están vestidos y, ¿llenos de libros por
todas partes? Bien, mi teoría es que Andy estaba estudiando para sus exámenes
de hoy y, de repente llegó el cachondo de Tom y, bueno, lo hicieron. En
conclusión, Tom no tiene remedio. Entré a la cocina dispuesto a prepararme un
café con tostadas, observando desde el ventanal a nuestros perros echados sobre
el pasto tomando el sol matutino. Envidiable vida perruna. Pero no tengo dónde
quejarme, hago lo que me gusta y disfruto de ello, muy diferente a la vida de
oficina en donde terminas con el culo plano y siendo esclavo de un jefe
amargado.
Xxx: ¿Qué hora es? (me volví a mi
hermano tras probar mi café. Humm… una delicia matutina).
Yo: ¿Mediodía? (observé el reloj
con indiferencia y volví a ver a un Tom casi zombie) Diez treinta.
Tom: Ah… (abrió los ojos como
plato y corrió donde Andy o eso creo).
Lo demás, fueron murmullos,
exclamaciones y una que otra palabrota. Claro, Andrea debía estar retrasada
para sus exámenes. Tom volvió sacando unas frutas y botellas con agua sin
dejarme preguntar si necesitaba ayuda, por lo que me encogí de hombros y
esparcí la mermelada en el pan tostado con toda la calma posible. No había
apuros.
Escuché el motor del auto de Tom
rugir mientras los perros movían alegremente sus colas atentos al auto. Humm…
luego los sacaría a pasear. Andy se asomó por la puerta tomando uno de los
juegos de llave de repuesto hasta que notó mi presencia junto a la mesa
rectangular de mármol y sonrió dentro de su despertar apurado.
Yo: Hola (murmuré con la boca
llena y bebiendo café).
Andy: Te acompañaría pero tengo
unos exámenes que rendir y muchas clases…
Yo: Ok.
Andy: Thomas dice que se quedará
en el estudio para darte más privacidad y yo llegaré algo tarde junto con él.
Cenaremos acá.
Yo: ¿Más privacidad? ¿A qué te
refieres?
Andy: ¡Ah! Dejé una nota en la
mesa de noche del cuarto de Tom. Tienes trabajo, Kaulitz. Y no me refiero al
estudio.
Yo: Sigo sin entender, Andrea.
Andy: ¡Mierda! Se me hace tarde.
Cambia las vendas cada seis horas y dale un ibuprofeno en caso de fiebre ¡Ah! No
la dejes huir, cuñadito ¡nos vemos más tarde!
Tras desaparecer con una sonrisa
que resaltaba sus ojeras, escuché un portazo y la vi subiéndose al auto hasta
desaparecer tras el portón eléctrico. Vale, demasiada información para
despertar. No entendía ni la mitad de lo que decía y me dejaba marcando ocupado
con mi tasa a medio tomar. ¡Y si lo dijo porque aún no despertaba o simplemente
por molestar? Hmm… mencionó algo de una nota en el cuarto de Tom… y algo de
unas vendas, ¿no habrán traído un gato atropellado a casa o un coyote? Mierda,
debió ser culpa de Tom debido a su fanatismo por andar sobrepasando la
velocidad permitida en la carretera. Eso no me dijeron que saldrían ayer. Oh…
¿moteles? ¡Pff! No hallaba qué pensar de Thomas porque siempre salía con algo
loco e impredecible, así que dejando mi desayuno a medio terminar, subí las
escaleras y abrí la puerta de su habitación.
De repente, todo parecía ser
demasiado obvio y justificable. Las ojeras de Andy, ellos durmiendo en el sofá,
el retraso de ambos tras abandonas la casa, lo de la nota que dejó Andy en la
mesa de noche, el “trabajo” que he de hacer, la privacidad que nos darán, el
cambio de vendas, el ibuprofeno para la fiebre, y la sonrisa divertida de Andy
antes de irse. No… no me hacía gracia tal escenario frente a mí, sino que… algo
vomitivo y doloroso. Me sentía culpable al verla indefensa, recordando el año
que no nos vimos y en el que ella debió estar en estas mismas condiciones.
La Invasora, mi extraña conocida,
mi (name)… Ella estaba rota e indefensa frente a mis ojos.
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Hallo Gurls! Jamás pensé en demorar tanto... lo siento. Ayer cuando iba a subir el capítulo, surgió un problema con un trabajo de historia que debo entregar la próxima semana. Prácticamente estoy en la recta final, me queda un mes exacto de clases y bye bye colegio forevah!
Bien, el próximo capitulo hay un poco de todo. Pero Seguramente lo amarán debido a su contenido c:
Gracias, muchas gracias por comentar y ser pacientes a pesar de mis demoras de casi mil años. Creo que estoy en deuda con todas ustedes.
Kusses sabor a B. K.
Bye//Bye
PD: ¡Ah! se me olvidaba decirles que la próxima temporada estará escrita de otra manera (ya lo sabrán en un próximo adelanto). Aún estoy pensando si subirla en el blog, o pasarles el archivo en Word por correo o facebook a todas las que quieran leerla, porque dudo que siga escribiendo luego de esta fic debido a mis estudios superiores. Pero sólo estará disponible cuando esté terminada.