Nunca me ha llamado la atención
Las Vegas. Luces, apuestas, hoteles, dinero, casinos, alcohol… no me parecía
una buena diversión ni nada por el estilo, mas bién lo encontraba como una
invitación gratis a los 7 pecados capitales mezclados en una ciudad en pleno
desierto. Daba igual. La misión duraba 24 horas y lo demás sería descanso,
viaje y… preparación mental. Había estudiado al enemigo durante toda la mañana,
ésta vez con la ayuda de Bill.
Tras el beso de ayer, no pasó
nada. Y con nada me refiero a… bueno, sexo,”te amo”, caricias, declaraciones,
nada. Bill puso una película que se llama “The Hangover” mientras yo me ponía
una camisa suya para dormir, pero creo que con suerte alcancé a reconocer de
qué iba la trama cuando me quedé dormida a su lado. “Es normal, ayer fue un día
de locos para ti” sonrió Bill cuando le pedí perdón por cerrar mis ojos tan
temprano. Cuando desperté nos encontrábamos abrazados, con parte de mi cuerpo
sobre él y con mi oído en su pectoral izquierdo escuchando a su corazón y su
respiración pausada.
Yo: El bus sale en quince minutos
(le dije guardando mi boleto mientras el volvía a tomar mi mano y me miraba
tras sus lentes de sol).
Bill: Llamaré a Erik para decirle
que te proteja y no te pierda de vista por ningún motivo.
Yo: Voy a estar bien, Bill. No te
preocupes tanto.
Bill: ¿Qué no me preocupe? (miró
a su alrededor y me guió a una parte más privada en donde no cualquiera nos
escuchara)… (name), te pueden matar si te descuidas, te pueden herir o…
Yo: ¿O? (lo incité a seguir,
amaba su preocupación por mí).
Bill: Lo que te pasó con el
Pintor se repetirá.
Yo: (Aunque sentí unos leves
escalofríos ante la mención de ese tipo, sonreí para no alarmarlo) Por eso voy
con Erik y él me ayudará en todo lo que pueda. Por favor, Bill. Confía en mí.
Bill: Si confío en ti, pero…
Yo: Vuelvo en dos días más, no te
preocupes. Además, estás hablando con la mismísima Invasora, y ella te promete
volver viva (acaricié su mejilla sonriéndole para que estuviera más tranquilo,
sin embargo no arecía servir de mucho ya que su expresión facial no cambiaba en
nada). Fui entrenada por años para esto.
Bill: Pero siempre traspasas los
límites de lo permitido, (name).
Yo: (¡Auch! Golpe bajo… y sé que
lo leyó en mi diario) Eso era cuando no te tenía a ti.
Bill: ¿Por qué no nos conocimos
antes? (sonrió tristemente tomando mis caderas para acercarme a su cuerpo).
Yo: Quizás porque si me conocías
mucho antes de lo nuestro, me tendrías miedo y no verías lo mismo que ahora ves
en mí.
Bill: Ahora también estás loca,
sólo que un poco menos ;-)
Yo: (Me reí viendo el doble
sentido de sus palabras y tomando sus manos para guiarlas a los bolsillos
traseros de mis pantalones. Él, tras pellizcar suavemente esa zona, sonrió ya
menos tenso) De loco a loco nos entendemos, con la diferencia de que tomo
pastillas para controlar lo mío.
Bill: Yo no estoy loco.
Yo: ¿A no?
Bill: Nací así, aunque mi gemelo
es peor que yo.
Yo: Si, eso se nota a leguas de
distancia (le quité los lentes de sol y me saqué los míos, para vernos las
caras como corresponde. Sus ojos, tristes ante el momento, me reflejaban con
claridad a medida que subía mis manos hasta su cuello para acercarlo más a mí).
Si te veo con esa cara, sin sonrisas seductoras, ni nada feliz, me iré
preocupada y seguramente no me concentraré lo suficiente.
Bill: Es la única que tengo
(murmuró casi como un suspiro sobrecargado de melancolía). Temo perderte una
vez más, y eso es lo que menos quiero ahora.
Yo: No me perderás. Te lo juro.
Me apoyé en la punta de mis pies,
tirando de él hacia mí hasta dar con sus labios suaves y carnosos cuya textura
no la sentía desde la noche pasada. Tal vez lo menos que necesitaba Bill en
esos momentos era un beso, pero era yo quien necesitaba sentirme viva antes de
partir a esta misión, y el mejor remedio para ello era él. Nuestras lenguas
chocaban tratando de conquistar la cavidad del otro y robando la saliva como si
fuera un asunto de vida o muerte. Retrocedí lo suficiente hasta chocar con la
pared arrastrando conmigo a Bill sin separar nuestros labios ni un centímetro.
A medida que nos alejamos lo suficiente como para poder ver nuestros ojos y
rostros, mordí sus labios superficialmente, y él depositó un beso en mis
labios. Sus ojos brillaban intensamente cuando abrí los míos… y conocía de
memoria el significado de ellos: Deseo.
Bill: A tu derecha hay tres
paparazis escondidos tras unos pilares (murmuró aún sin soltarme del todo.
Intenté voltearme pero Bill me lo impidió con su mano en mi mejilla obstaculizando
mi mirada para taparla de ellos y sin importarle su rostro al descubierto). Si
volteas, tendrán a tu rostro en páginas web y revistas de todo el mundo, no te
dejarán en paz y te seguirán estés donde estés.
Yo: Me da lo mismo, Bill (susurré
mirando sus labios entreabiertos).
Bill: (Sonrió algo divertido ante
mi mirada hipnotizada por su boca y besó mi nariz antes de ponerse serio) A mí
no.
Yo: (Miré sus ojos, ahora estaban
más serios de lo normal y no pestañaban tan seguido queriendo mantener mi
mirada) Bill…
Me puso su gorra gris y mis
lentes cuando aún no terminaba de procesar su respuesta. “A mí no”. Pensé que eso era lo que quería. Hacer de nuestra
relación algo público y contarle a todo aquel que le preguntara sobre mí, que
yo era… alguien especial para él. Posó su mano en mi hombro y me arrastró
nuevamente hacia la multitud con bolsos de viaje y enormes paquetes, hasta notar que nos
acercábamos al bus que tenía que abordar. Caminamos hasta la entrada de éste, y
cuando me soltó, volví a tomar su mano para obtener su atención.
Yo: ¿Por qué no te da igual? Eso
era lo que querías en nuestra Navidad juntos.
Bill: No quiero arrastrarte al
mundo de las cámaras conmigo (name).
Yo: Pero pensé que…
Bill: Pues ya no. No ahora que
comprendo lo que eres, en qué trabajas y que lo mejor es que nadie sepa sobre
ti.
Yo: (Guau. Cada vez me sorprendía
mas con este nuevo Bill, uno más maduro y menos impulsivo. Sonreí atónita sin
nada que reprocharle) Gracias, Bill.
El conductor del bus encendió el
motor a mis espaldas, eso me hiso odiarlo un poco. Separé nuestras manos
retrocediendo un paso hasta dar con los escalones y subir dos peldaños
suficientes. No quería separarme de él, no ahora que no había cada que
esconder.
Bill: Cuídate mucho, por favor.
Yo: Lo haré.
Bill: Y no dejes que te hieran,
Invasora.
Tras una última sonrisa, subí a
buscar mi asiento junto a la venta que daba hacia Bill, quien a través de sus
lentes de sol me miraba fijamente. Ya sentada, le mostré la pequeña gota blanca
y fría que colgaba de mi cuello y el sonrió murmurando algo inaudible, a lo que
yo respondía con un signo de interrogación en mi rostro. Quizás esta fuera la
última vez que lo viera, o tal vez no, pero haría todo lo posible para que nada
saliera mal y la Invasora hiciera de las suyas por última vez. Se despidió con
su mano agitándola por última vez después de que el bus se alejara cada vez más
del terminal, y vi como daba media vuelta listo para volver al estudio o a su
vida normal.
Ahora, la (name) que estudiaba
psicología y salía con el cantante Bill Kaulitz, se había quedado en Los
Ángeles, porque la Invasora, una de las mejores espías del mundo, volvía a
revivir poniendo en marcha una mente calculadora y fría.
NARRA BILL
Andy: Debió enviar a Erik porque
suponía que sería una jugada arriesgada.
Yo: ¿Sacar el ovo?
Andy: Si. A veces guardan esos
objetos en bóvedas con alta seguridad.
Tom: Como en las películas.
Andy: Si.
Tom: Entonces, tendrá que ser muy
elástica para evadir todas esas cosas de seguridad más los rayos láser.
Yo: ¿De qué película lo sacaste?
Tom: De una que vi con Andreas en…
Andy: No necesariamente. Las
mafias contratan a hackers que crean aparatos con descifradores y programas que
desactivan o evaden sistemas de seguridad.
Yo: ¿Cómo los de anonymous?
Andy: Mejor que ellos.
Yo: ¿Y qué crees que use (name)?
Andy: Depende del terreno en el
que esté… y de las paredes.
Tom: Te refieres al material de
las paredes.
Andy: Exacto. Mientras más
gruesas sean, la interferencia aumente y la conexión se debilita.
Yo: Pero es en Las Vegas, y no
creo que los hoteles cuenten con un sistema así de avanzado. A no ser que…
Tom: ¿Sea un casino?
Yo: Los pubs, discos y casinos
suelen tener paredes gruesas y aislantes del sonido. Y estoy casi del todo
seguro que el lugar indicado para esconder un huevo cuyo valor es infinito, es
un casino.
Andy: La seguridad es demasiada
ahí (murmuró marcando unos números en su teléfono y poniéndolo en su oreja).
Brillante, Kaulitz.
Yo: Conocimientos universales.
Tom: Pero no bastará con Erik y
(name).
Yo: Cierto.
Andy: Humm… ¡Erik hola!... si,
quién mas sería… va en camino. Oye, ¿dónde es la misión?... no te preocupes, no
iremos… ¡hablo enserio! Sólo hablábamos de esto… oh… pero con dos personas no
bastará entonces (me miró inexpresivamente y luego a mi gemelo, al perecer las
cosas no iban tan bien)… la seguridad es mayor y los policías también… es casi
suicida, Erik. Debieron hablar con Pantera y convencerlo de que se resignara a
no tener su figurita de piedras… está bien, pero por favor cuídense porque
cuando se trata de objetos con valor sentimental o familiar, suelen vengarse de
las peores maneras… ok, cuídense mucho. Nos vemos.
Tom: (Andy cortó la conversación
y pude sentir las ansias de Tom y mis nervios al ver su cara seria y sin algún
cambio positivo) ¿Y era un casino?
Yo: No, espera. ¿A qué te
referías con que sería suicida?
Andy: Será en el Luxor Hotel
Casino, cuya seguridad es demasiada debido a los torneos de póker, Black Jack,
y otros juegos que hacen ahí. Dijo que habrán cinco hackers de los mejores que
tiene Pantera operando desde el estacionamiento subterráneo del mismo casino y
que… sólo él y (name) entrarán.
Mierda. De suicida, lo tenía
todo, partiendo porque eran dos contra… ¿cien? O más. Se arriesgaban a
cualquier cosa. “(…)porque cuando se
trata de objetos con valor sentimental o familiar, suelen vengarse (…)”,
¿cómo suelen vengarse? Mejor ni pensar en eso ni en lo peor. En mi mente, la
probabilidad de que salieran victoriosos en esta misión, era de un 25%, a
pesar de que en realidad todo se reducía
al mínimo. Debí negarme o dejarla ir, encerrarla en mi cuarto y llamar a Erik
avisándole que (name) dijo que no irían. Si, en definitiva habría sido lo
mejor. Paciencia, Bill, ella dijo que volvía en dos días o más.
Yo: ¡Mierda! (grité golpeando la
pared)… debí impedir que se fuera.
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Hallo Gurls!!!... lamento la demora, sinceramente olvidé pasar el cap. al pc porque me entusiasmé en otras cosas xD
En fin, este capítulo quedó corto porque no había mucho que agregar en esta parte de la historia (el Reden ya viene, no se aceleren). El próximo aún no lo termino porque aún estoy planeando en cómo hilar cada hecho c:
Gracias por los comentarios desesperados que me recordaron que tenía que subir cap!! trataré de no demorarme mucho con el siguiente, y sigan comentando que esto cada vez se pone mejor ;-)
Kusses sabor a "Tomglish"
Bye//Bye.