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viernes, 19 de abril de 2013

Capitulo 50 (Segunda Temporada)


NARRAS TÚ


Ulliel: No entiendo cómo puedes comer tantas cosas y no vomitar.

Yo: Como lento (dije tomando un sorbo de mi coca cola), además, desayuné pésimo.

Ulliel: ¿¡Lento!? Ya vas por tu segunda pizza tamaño familiar en menos de 6 horas… ¿estás bien? ¿Sigues pensando o Dina? Porque tu justificación del desayuno no me la creo ni estando borracho.

Yo: Dina da igual (mordí mi trozo de napolitana ante la cara de asno de Gaspard).

Ulliel: ¡No sé no so quiera por qué acepté venir contigo! Odio los centros comerciales, incitan al consumo y endeudamiento de la población.

Yo: ¡Porque eres hombre y necesito de uno ahora!

Ulliel: Las mujeres saben más de regalos que los hombres.

Yo: Pero es la primera vez que regalo a alguien en su cumpleaños… a excepción de Pantera.

Ulliel: Entonces piensa en lo contrario de corazones y flores y bombones. Así de fácil.

Yo: ¿Qué? ¿Piensas irte? Acabamos de llegar y…

Ulliel: Y lo primero que hacer es comer dos pizzas familiares luego de pasar a un Starbucks.

Yo: ¡Tengo hambre y punto! (gruñí cansada de sus quejas).

Se resignó a acompañarme mientras se reía de mi repentina gula. Por petición de Tom y Bill, Gaspard se quedaba hasta esta noche en L.A., bueno, se suponía que era hasta el cumpleaños de los gemelos dentro de una semana, pero dijo que extrañaba mucho a Lily, su hermana/novia. En cuanto a Bill y yo, creo que no nos hemos separado durante cuatro días, incluso hoy lo obligué a que fuera al estudio con Tom. Creo, además, que en los últimos días hemos tenido sexo como dos o tres veces al día porque uno busca al otro, o insinuamos descaradamente lo que queremos contagiando de las ganas al otro. Ahora necesitaba un regalo, mi primer regalo de cumpleaños para Bill. ¿Qué regalarle a alguien que lo que quiere, lo tiene? ¿Qué darle a alguien que recibe millones de dólares por ventas de su música a otros artistas y a los fanáticos?

UlliEl: Te estás exponiendo demasiado, (name).

Esas cinco palabras bastaron para detenerme frente a una tienda de música observando detenidamente a Gaspard, quien repentinamente lucía demasiado serio y formal. Un escalofrío recorrió mi espalda traicionando a mi mente. Algo me decía que dejara de oír sus palabras pero el masoquismo me ganó y mi mirada contuvo la suya al tiempo que me quedaba estática.

Yo: ¿Exponerme? ¿A qué?

Ulliel: Ya eres conocida en sitios de internet como “La Novia Kaulitz”. Ayer Tom y Andrea vieron fotos de ti y Bill muy cariñosos en la calle… y en varios programas han tratado de saber quién eres.

Oh… eso era. Y soy consciente de saber en qué mierda me estoy metiendo, y Bill también pero nadie ha mencionado nada sobre el tema en absoluto. Había visto lo de “La Novia Kaulitz” pero me dejé cegar por ser la primera foto en la que salíamos besándonos… eran de ese día en que follamos en los probadores, uno de los mejores días junto a él.

Ulliel: Si esto sigue, pronto sabrán tu nombre y aparecerás en televisión continuamente. Muchos te verán, muchos tipos en otras mafias sabrán por dónde comenzar a  encontrarte si te quieren cerca de ellos.

Yo: Lo sé, Gaspard. Pero no sé qué hacer.

Ulliel: Debiste pensarlo antes de meterte con un famoso cantante alemán.

Yo: No puedo renunciar a la mafia. No ahora que les debo mi rescate.

Ulliel: ¿Y luego de que estén a mano, qué vendrá? ¿Qué será lo próximo?

Yo: Yo no… espera, ¿Bill te dijo?

Ulliel: ¿Qué cosa?

Yo: Que quiere que renuncie.

Ulliel: No. No tenía ni idea… pero apoyo su deseo si sigues con él.

Yo: Gaspard…

Ulliel: El punto es que si te expones al mundo de la fama, expondrás a Bill a las mafias.

Yo: No puedo renunciar, entiéndelo.

Retomé el paso con lentitud tratando de retomar el equilibrio en mi cuerpo que repentinamente se sentía demasiado gastado. A medida que mis pasos eran más estables, noté ciertos untos que nunca analicé en lo que llevo de relación con Bill. No importa cuánto me esmere en mantener mi relación alejada de mi trabajo, ambos se atraían y temo que se unan lo suficiente como para poner a Tom, Andy, o Bill y sus padres en peligro. Sé cómo trabajan los espías y los caza recompensas, y lo peor es que les estoy dando mi vida sin que ellos indaguen demasiado. A este paso, todo parecía ser una bomba de tiempo en donde en cualquier segundo todo estallaría y se revelaría el verdadero caos en mi vida y la de Bill. No quería mencionar aquellas horrorosas palabras en mi mente o boca, sin embargo, ya las notaba presentes a punto de ser estrujadas por la punta de mi lengua.

Ulliel: A Andy le llegó una amenaza escrita y anónima, (name).

¿Qué…?

Lo observé fijamente sintiendo las arcadas avecinarse por mi garganta. A lo lejos divisé un baño y corrí a él escuchando mi nombre y sus pasos detrás. Al parecer, era cuestión de días o semanas para que dicha bomba detonara, y sólo había una forma de evitarlo. Esto era demasiado. ¿Cómo podían llegar a Andrea tan fácilmente y amenazarla? No, no era una amenaza para ella. Me estaban advirtiendo que ya conocían mi círculo social.

Alcancé por suerte de segundo a arrodillarme frente al inodoro y expulsar los restos de pizza que había comido con tanta hambre y ansiedad. Las arcadas me evitaban respirar y sentía cómo lágrimas caían de mis ojos debido a la fuerza con la que mi estómago se contraía para vaciarse en su totalidad. Sentí las manos de Gaspard tomar mi pelo y acariciar mi espalda mientras expulsaba los últimos vestigios de bilis y las arcadas salían vacías y mudas. Cuando noté todo más normal, fui consciente de que un hombre en un baño de damas se veía mal, y más si nos observaban impresionadas de la situación tapando sus bocas. Sentía la garganta en llamas y respiraba con cierta dificultad… seguramente debía lucir terrible.

Yo: Necesito… agua (murmuré mientras me paraba).

Ulliel: Toma del lavabo.

Yo: Deberías irte… estás en el baño incorrecto.

Ulliel: No es la primera vez que invado uno (sonrió a las observadoras y éstas dejaron de observar avergonzadas).

Yo: Típico de ti (me reí notando que todas se iban una tras la otra).

Ulliel: ¿Estás bien? Últimamente tu gula y bipolaridad asustan.

Yo: No tengo gula ni bipolaridad, sólo tengo ansiedad y… ¡ni si quiera sé por qué justifico mi comportamiento contigo!

Ulliel: ¿No estarás estresada o enferma? Se supone que tú eres la aspirante a loquera, no yo.

Yo: Estoy bien… ¿qué decía la amenaza?

Ulliel: ¡Qué voluble, (name)! Modera esos cambios, eh.

Yo: Entonces guíame por un camino en donde no termine vomitando.

Ulliel: Decía que se alejara de la zona de persecución o el atentado iba a ser peor de lo que estaba en los límites de su imaginación.

Yo: Yo soy a quien la presa a cazar (murmuré con la voz aún ronca mojando mi rostro y tratando de despertar de esta pesadilla).

Ulliel: Exacto.

Yo: ¿Por qué a ella?

Ulliel: Deben estar vigilando los perímetros de todos. Y seguramente debe ser porque Andrea es la espía que más se ha relacionado contigo a lo largo de lo que llevas en las mafias.

Era una amenaza directa que hasta la persona más ilusa no tardaría en descifrar ni un segundo. Ellos, a quienes yo quería, era los que estaban estorbando para quienes querían hacer de las suyas conmigo. Quizás querían negociar una oferta laboral, o querían aniquilarme, pero para eso, debían despejar paulatinamente el blanco. Estaba en jaque, y sólo había una solución posible por mucho que mis neuronas buscaran en su desesperación otras escapatorias.

Yo: ¿Cuánto tiempo queda?

Ulliel: Después de la primera amenaza, suelen quedar dos o tres semanas antes de la primera señal de advertencia.

Yo: Es muy poco y…

Ulliel: Ahora es cuando deberías dejar tus sentimientos de lado, (name). Piensa fría y calculadoramente porque de ti depende que ellos sigan vivos. Si fuera mi caso, me alejaría de Lily a como dé lugar.

Yo: No sé cómo decirle a Bill (murmuré imaginando su rostro y su hermosa sonrisa).

Ulliel: No pienses con el corazón, piensa con la mente. Hay vidas de por medio. Y sé que ellos son lo más sagrado que tienes en esta vida.

Bill… justo ahora que todo iba tan bien me tenía que separar de él. No era justo tener que dejarlo y desprenderme de su apasionado corazón precisamente cuando estaba en la cima de mi felicidad. ¿Acaso era el karma? ¿Tanto mal he hecho en estos años que ahora debo pagarlos alejándome del centro de mi mundo? ¿No entendían que yo quería estar con él?

Yo: ¿Y si renuncio a la mafia?

Ulliel: Saldrás perdiendo. Eres inmune estando en ella, (name).

Yo: En estos momentos no (farfullé apretando los puños).

Ulliel: No, no lo eres. Pero si te vas, ellos tomarían ventaja y no tendrías con quién protegerte.

Yo: ¿Y el FBI o la CIA?

Ulliel: Te faltan pruebas que afirmen lo que dices y no crean que vas de paranoica por la vida.

Dios mío. Esto era demasiado complicado. No importa cuántas preguntas sobre presuntas posibilidades hiciera, la mejor respuesta siempre sería alejarme de Bill para protegerlo. Era como si me dijeran que me quedaban minutos de vida, y que en esos minutos sólo podía elegir entre disfrutar con mis seres queridos o preparar un testamento. Sé que la opción correcta sería disfrutar con aquellos a quienes amo, pero era mejor asegurarle el futuro a cada uno de ellos.

En estos momentos no debía pensar como (name), sino como la Invasora. Mente calculadora, manos listas para destripar o ahorcar, ojos enfocados en el enemigo y respiración profunda y calmada. O era Bill, o era yo.

Salimos del baño en silencio, con el regalo de Bill y de Tom en la mente a medida que avanzábamos por los pasillos llenos de gente normal que no tenía que lidiar con amenazas de vida o muerte. Me detuve frente a una vitrina simple y sin muchas luces ni detalles como las otras encontrando lo que tenía en mente. Me volví a Gaspard que observaba lo mismo que yo con las cejas levantadas y sorprendido.

Yo: Tengo dos opciones. La primera, es movilizarme por mi cuenta hasta dar con quien envió el mensaje y luego matarlo cueste lo que cueste.

Ulliel: Pero es demasiado arriesgado porque ellos pueden tomar a Bill o a cualquier como rehén a cambio de tu vida, e incluso pueden usar la clásica técnica del “ojo por ojo”.

Yo: Por eso tomaré la segunda (lo miré directamente a los ojos, y él pestañeó aún sorprendido por lo que veía).

Ulliel: ¿(Na…me)?

Yo: Es tu opción, Uranio.

Ulliel: ¿Segura?

Yo: No pienso arriesgar su vida ni la de su familia (susurré volviendo a ver la vitrina).



NARRA BILL

Tom: Listo. Mamá dijo que llegaría en el vuelo de las diez de la noche el viernes.

Yo: Podríamos cenar en la casa (sugerí ordenando las letras de las canciones).

Tom: Apoyo la idea. Creo que cumplir años me hace sentir más viejo y sinceramente prefiero no exponerlos al escrutinio de los programas de televisión.

Yo: Lo sé.

Tom: ¿Viste lo de tú y (name)?

Yo: Ambos lo vimos pero no lo hemos hablado.

Tom: No puedes…

Yo: Lo sé, por eso negaré absolutamente todo diciendo que es una de las productoras del nuevo disco.

Tom: Claro, y cuando no aparezca su nombre en el CD, se darán cuenta de que era una de tus mentiras, ¿verdad?

Yo: ¿Sugieres una idea mejor?

Tom: Sugiero que ella se disfrace cuando salgan, y que no se besuqueen en público ni anden de la mano por las calles. Simplemente parezcan conocidos.

Yo: Pero ella…

Tom: Recuerda que no es una simple chica, Bill. Te estás metiendo con un mundo lleno de pleitos.

Yo: ¿Y tú no? Que Andy haya renunciado no quiere decir que estés totalmente libre de la mafia.

Tom: Por eso no la beso en público. Tratamos de lucir como “socios de negocio”.

Yo: ¿Y? aún así te fotografían con ella luciendo sonrisas bobaliconas cuando ella te mira.

Tom: Hmmm…

Yo: Si, “hmm”.

Tom: ¿Le mencionaste que en unas semanas tendremos que ir a Alemania?

Yo: No… aún.

Tom: Vale, eso quiere decir que esperarás a decirle cuando queden días para irnos.

Yo: Es que… no sé cómo reaccionará.

Tom: No creo que se enoje.

Yo: No lo hará. La conozco muy bien, simplemente no sé si quiera venir con nosotros o quedarse y seguir con sus estudios.

Tom: No la obligues a nada.

Yo: Nunca hago eso.

Estaba ansioso. Era mi primer cumpleaños junto a ella y el primero en donde lo pasaría con la mujer que más he amado en la vida. ¿Qué otros deseos podía pedir que estar acompañado por la dulce y embriagadora sonrisa de (name)? Deseaba que llegara luego ese día y así ver la sonriendo y luciendo hermosa sólo para mí. La amaba demasiado, era un amor más que profundo, infinito. (Name), era la primera con la que me proyectaba hasta el fin de mis días, quizás con hijos o sin ellos, pero siempre con ella a mi lado animándome a continuar cada día y dándome las fuerzas necesarias para vivir por el resto de mis tiempos. Planeaba presentársela a quienes aún no la conocían, hacerles sentir envidia porque yo obtuve el boleto ganador de la lotería y ellos no. Pretendía demostrarles a quienes nos vieran, que yo era su único dueño y que la amaba más de lo que cualquiera pudiese imaginar.

Con ella, las canciones surgían como lluvia por mi cabeza. La inspiración se volvía mi amiga y todo funcionaba de maravilla. Muchas de las canciones que creé tras su regreso, fueron a parar en otras bandas que las volvieron un “hit” en las radios internacionales y que ahora mucha gente corean a penas las oyen. La Invasora era un hermoso trébol de cuatro hojas que debía cuidar para que no se secara, y que a cambio me brindaba la mayor de las suertes y felicidades.

Yo: ¿Qué pasaría si alguna vez te separas de Andrea?

Tom: ¿En qué sentido? (murmuró afinando una de sus guitarras Gibson favoritas).

Yo: En el sentido de no estar juntos (blanqueé los ojos ante su comentario).

Tom: Creo que la seguiría amando a pesar de que no estemos juntos. Seguramente hasta seríamos amigos con derechos.

Yo: Pero imagina que lo tuyo con ella… que el amor entre ustedes se apagó.

Tom: Pues, creo que trataría de ser su amigo. No me gustaría que termináramos mal como suele pasar con otras parejas. Quiero que sea feliz con alguien pero que siga confiando en mi.

Yo: ¿Acaso eso es posible?

Tom: Bill, el amor no se va de la noche a la mañana, y eso tú lo sabes mejor que nadie.

Yo: ¿Lo dices por (name)?

Tom: Ajá. Pasó un año y algo, y a penas lo volviste a ver, la amaste más que antes.

Yo: Lo sé… simplemente me asusta la idea de que terminemos.

Tom: Entonces simplemente ámala, sorpréndela, hazla reir… jamás la aburras.

Yo: Eso hago.

Tom: ¿Entonces, por qué tanta preocupación por perderla?

Yo: Porque ya ha pasado anteriormente.

Tom: Ninguno de los dos quiso acabar con la relación.

Yo: Pero…

Tom: ¿Sabes? Creo que te hace falta comer. La fatiga te hace hablar incoherencias e imaginar estupideces.

Yo: Tom…

Tom: Ésta vez, te invito a un restaurant de comida árabe que me enseñó Andy hace unos días atrás, ¿vale?
Si mi hermano me hacía esquivar aquella extraña sensación de que sin ella prácticamente me muero en vida, era porque intuía lo mucho que la amaba. A diferencia de su relación con Andy, la mía se basaba en una relación mucho más complicada debido a que si estaba con ella, automáticamente estaba con sus fantasmas, manchas, y con la mafia.

Pero aún así la amaba más que a nadie en este mundo.

Si, a ella. A mi extraña conocida.

A mi querida Invasora.

A mi (name).

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Hallo Gurls!!!

Bueno, seguramente (aun no lo sé muy bien), quedan dos capítulos o uno... no lo recuerdo bien.

Trataré de subirles el próximo, dentro de este mes. Por suerte, ya no tengo exámenes hasta nuevo aviso ;)

Espero que estén bien y que comenten y expresen lo que quieran en el chat o debajo de cada capitulo. Porque aunque no lo crean, ustedes son las que me obligan mentalmente a seguir con el fic y animarme a subir capitulos y estrujar mis neuronas  ;)

Kusses...

Bye//Bye

viernes, 5 de abril de 2013

Capitulo 49 (Segunda Temporada)


Yo: ¡Bill!

Corrí descalza hacia él mientras éste daba un portazo al auto ignorando la molestia de Tom al hacerlo. Se acercó a mí y enlacé mis piernas a sus caderas al tiempo que agarraba mi trasero para que no me cayera. Nos besamos sin importarnos el público desde la entrada de la casa, yo simplemente me encontraba en mi burbuja con Bill. El alivio inundó mi alma al ver que se encontraba entero y sin heridas o moretones. Él estaba bien y eso era lo que más me importaba. Nuestras lenguas se peleaban por dominar el espacio en nuestras cavidades y nuestras respiraciones jadeaban expectantes por más. Podía sentir el sabor dulce de su saliva en mi boca y nuestros corazones palpitar fuerte.

Tom: ¡Andy! Trae la cámara que esto está para venderlo al canal Playboy.

Nos separamos riéndonos de las tonterías de Tom pero sin despegar nuestros ojos. Me sentía rendida al poder de su sonrisa y su mirada dulcemente profunda que me atravesaba y desnudaba, Me bajé de su cuerpo y deslizó sus manos entre las mías con una sonrisa radiante.

Bill: Hola guapa (susurró sin dejar de sonreír).

Yo: Hola hermoso (le guiñé un ojo).

Tom: ¡Te demoraste mucho cariño! Parece que la función terminó.

Bill: Muchos pagarían hasta con brazos y piernas para verte a ti en un video porno. Yo no sirvo para eso (se rió alegremente).

Tom: Es mejor que ellos me imaginen, así no pierdo le misterio y nadie mira a Andrea.

Observé a Gaspard que miraba a Bill y Tom bromear totalmente divertido. Me acerqué a él llevando a Bill conmigo para presentarle al hombre por el cual lloré durante meses en (tu país). Sería la primera vez que se verían, y la verdad es que me avergonzaba un poco no haberlos presentado antes. Ambos se miraron completamente mudos. Gaspard con curiosidad y Bill con un aire distraído o pensativo.

Yo: Bill, éste es Gaspard Ulliel. Gaspard, éste es Bill Kaulitz.

Gaspard: Gusto en conocerte por fin, Bill. Siempre escuché de ti por todos lados.

Bill: Igualmente, Gaspard. Tenía curiosidad por saber cómo era el hombre que cuidó de (name) cuando no estuvo conmigo.

Yo: Bill… (Dios, esto se ponía tenso).

Gasaprd: Suelo ser niñero de (name) porque aún le falta mucho para mejorar como espía.

Bill: Pero renunciaste, ¿o me equivoco?

Gaspard: Si, pero eso no es motivo para dejar de cuidar y proteger a mis compañeros.

Yo: Chicos…

Bill: Buen concepto de lealtad, Gaspard. Te felicito.

Yo: ¿Nos disculpas un momento, Gaspard? (apreté la mano de Bill dejándolo sin escapatoria).

Gaspard: Es la casa de ustedes, yo aquí estoy demás (se encogió de hombros restándole importancia a los comentarios de Bill).

Arrastré conmigo a Bill hacia el interior de la casa, específicamente a su habitación. ¿Y ese comportamiento tan primitivo de dónde lo sacó? Esto era el colmo. Era como una competencia chula de meadas por quién tiene la mejor verga. ¿Es enserio? Era la primera vez que veía a Bill así. Lo empujé dentro de su cuarto y cerré la puerta con pestillo para no ser interrumpidos. Me observó con su boca formando una fina línea y el entrecejo arrugado.

Yo: ¿Qué mierda te pasa, Bill? (dije apoyándome en la puerta, bloqueándolo).

Bill: Pasa que justo cuando llego a casa te encuentro con este tipo con pintas de egocéntrico por todas partes.

Yo: Ulliel fue quien me salvó, Bill.

Bill: Fui yo quien realmente te salvó, (name). Yo les dije que estabas en problemas (gruñó gesticulando con las manos y acercándose a mi).

Yo: Si, pero fue él quien me rescató de…

Bill: ¿¡De qué, (name)!?

Yo: ¡De morir, Bill! ¡De morir!

Se congeló mirándome fijamente, desnudando y electrizando mi cuerpo con su intensidad. Le mantuve la mirada hasta que no aguanté más y la bajé mientras él soltaba una vista amarga. Nunca esperé esto. ¿Por qué tengo que lidiar con los celos a estas alturas de mi vida?

Bill: Yo pude hacerlo, (name).

Yo: ¿Hacer qué?

Bill: Rescatarte (murmuró con su voz ronca y casi agonizante).

Yo: No.

Levanté la mirada y vi un Bill totalmente serio, sin rastro de humor en su cara. El no podría rescatarme porque podrían descubrir nuestra relación sentimental y sería el fin de lo nuestro. En cambio con Gaspard, era totalmente diferente ya que dominaba técnicas marciales que le permitían atacar al enemigo sin miedo a que yo fuera herida. ¿Cómo hacerle ver a Bill todo esto?

Yo: Escucha, Bill (dije dando un paso hacia él). Lo que pasó en mi departamento no fue nada comparado con lo que se ve en las misiones.

Bill: Sé como defenderme.

Yo: ¡Y ellos tiene una experiencia que tú no! ¿Qué habría pasado si dejo que permanezca a mi lado? No sabes usar armamento ni jamás has matado a alguien.

Bill: ¡Pero puedo aprender! Quiero que confíes más en mí, (name). ¿Es mucho pedir?

Yo: ¡Si, Bill, si!

Bill: Pues tendrás que acostumbrarte porque de ahora en adelante te protegeré y no volverás a llamar al señor perfecto para que te salve de los malos ¿me escuchaste? (gruñó rompiendo nuestra distancia sin dejar de observarme con intensidad) Quiero ser tu hombre, tu único hombre y que los demás queden como afeminados a mi lado, Invasora.

Tomó mis manos poniéndolas firmemente frente a nosotros exponiendo mis pulgares vendados al igual que mis muñecas. Entendía cómo se sentía y lo que quería hacer para remediarlo, pero no podía permitírselo sabiendo que arriesgaría su vida frente a Tom y sus padres. Ellos jamás me perdonarían si le pasaba algo a Bill.

Bill: No quiero que vuelva a pasar esto ni lo de tu espalda, (name).

Yo: ¿Cómo lo…?

Bill: Me bastó tomarte en mis brazos para saber. Quiero cuidarte como nadie ha hecho, entiéndelo.

Yo: Sé cuidarme sola (separé nuestras manos huyendo de su mirada profunda).

Bill: Con esto queda demostrado que no, y no lo niegues más. Con el Pintor sucedió lo mismo, y en Las Vegas también… ¡Ah! Y cuando nos separamos.

Yo: Me asignan misiones de alto riesgo, Bill. No las elijo, me las dan.

Bill: ¡Estás podrida en dinero que ganaste matando!

Yo: ¡Ése es mi trabajo!

Bill: ¿Qué no entiendes? Todo tiene un límite y a este paso serás sentenciada a muerte con tantos asesinatos.
Yo: Sé cuidarme sola (repetí como un mantra).

Bill: ¡Por una puta vez reconoce que no, (name)!

Yo: ¡No hasta que tú desistas de seguir mis pasos, Bill!

Nos miramos enfurecidos, chispeantes y lanzando fuego por los ojos en una competencia por la razón. No estaba dispuesta a dar el brazo a torcer frente a algo que involucraba directamente la seguridad del propio Bill. ¿Por qué insistía en ponerse en peligro sabiendo que yo estaba salvando su puto pellejo del mundo de las mafias? Además, no entendía sus repentinos celos por Gaspard ni sus ganas de aprender la mierda que hago. Debe entender que tiene una reputación que mantener frente a sus fanáticas, una en donde no termine en la cárcel por asesinato o…

Bill: Eres tan terca (gruñó observándome con ojos oscuros).

Sentí cómo descargas eléctricas me inundaron de la nada cuando su boca se unió a la mía repentinamente. La atmósfera se volvía libidinosa y me atraía al cuerpo de Bill. Me basa rudo, áspero y sin importarle demasiado mi lenta correspondencia en el beso. Nuestras rabias se transformaron a placer, necesidad, adicción y ansiedad por el otro. Podía percibir la angustia alivianarse con cada beso que me daba. Me empujó contra la puerta e ignoré el dolor mudo de mi espalda con tal de sentirlo cerca y acaricié su torso bajo la camiseta. Sin separarnos demasiado, gruñó y quitó su camiseta dejándome el camino libre a su piel caliente.

Sus caderas presionan las mías inmovilizando mis piernas, al igual que su cuerpo en sí absorbía el mío como un eclipse. Deslicé mis uñas por sus tatuajes hasta su cabello y empujar con desesperación su boca sobre la mía. Sus manos desabrocharon mis pantalones y los bajaron junto con mis bragas hasta mis tobillos. Me deshice de mis zapatos con los ojos entreabiertos y salí de mis pantalones y bragas en cuanto me liberó de la presión de sus caderas. Me quité la camiseta celeste exponiendo el vendaje grueso y firme alrededor de mi torso. Abrí los ojos y él observaba de reojo mis pechos tapados al igual que mi estómago, me lanzó una mirada furiosa y caliente que casi me derrite sin piedad.

Bill: Con mayor razón de follaré duro, (name).

En respuesta gemí y noté que desabrochaba sus pantalones y bajaba lo suficiente sus bóxers exponiendo su firme e hinchado miembro a mi vista. Me miró fijamente, sus ojos café derretido y lleno de oscuras intenciones parecían comerme, devorarme y hasta matarme sin piedad alguna, haciéndome estar en la boca del león.

Bill: Piernas en mi cintura (gruñó secamente).

Yo: ¿Desde cuándo… estás tan…?

Bill: Desde el puto segundo en que noté que estabas herida.

Yo: Es normal, Bill (jadeé notando el dolor en mi vientre, el dolor de no ser saciada).

Bill: Para ti todo es normal, arriesgada de mierda (soltó dejándome atónita por el tono brusco con el que me hablaba. Era la primera vez que callaba sin saber qué responderle) Piernas. Arriba. Ahora.

Obedecí atendiendo a las punzadas incesantes de placer bajo mi vientre y  a esa ola de lujuria que cegaba mi mente de solo pensar en el miembro de Bill dentro de mí llenándome. Me aferré a sus brazos entre las ondas suaves que formaban sus músculos y no me dejó ni tomar aire al introducirse en mi interior con una embestida rápida, profunda e intensa. Grité y gemí a la vez sintiendo cómo mi voz raspaba mi garganta. Salió lentamente y volvió a introducirse con rapidez haciéndome subir y chocar con la puerta. Busqué su boca dentro de cada exquisita penetración para sentirlo aún más cerca de lo ya posible, pero me evadió depositando los suyos en mi cuello succionando sonoramente mi piel en un punto que se conectaba directamente con mi ingle.

Sus empujes se hicieron más rápidos y profundos a medid que nuestro placer aumentaba. Lo escuché suspirar, jadear y gemir roncamente presionando la yema de sus dedos en mis muslos… seguramente me dejarán marcas en unas horas más.

Mi respiración se veía interrumpida por los vendajes que tapaban mi pecho y vientre presionando mi piel. Me sentía apretada, asfixiada y desesperada. Mis piernas estaban tensas alrededor de él y corrientes eléctricas colonizaban mi cuerpo enseñándole el placer propio de follar sin compasión. Si, estábamos follando. No era hacer el amor. La diferencia radica en la agresividad, hosquedad, intención y movimientos. Follar significa rudeza en el lenguaje corporal. Hacer el amor, en cambio es… indescriptible.

Yo: Bill (gemí sintiendo que una ola calórica invadía mis extremidades poderosamente).

Bill: Dámelo (gruñó entre dientes rozando mi barbilla con ellos).

Yo: Ah… (Gemí entre adolorida y excitada con sus duros movimientos).

Bill: Dámelo (repitió esta vez mirándome intensamente).

Yo: Yo…

Bill: ¡Ya!

No resistí más y mi cuerpo se volvió todo descargas eléctricas y explosiones en mi interior. Sentía un torbellino de sensaciones intensas que me tomaban desprevenidamente. Me sentí viva y en paz conmigo misma… e incluso pura. A lo lejos escuché el gruñido de Bill tras venirse dentro de mí. Ambos jadeamos como si hubiésemos aguantado el aire por mucho tiempo. Sentía mis huesos y músculos como esperma de vela derretida bajo una llama intensa y acogedora. Mi corazón retumbaba en mis oídos con fuerza queriendo lucir vigorosamente sus gloriosas pulsaciones. Sentí los brazos de Bill arrastrarme hacia una superficie suave y blanda, su cama. Salió de mi interior y abrí los ojos para verlo poniéndose nuevamente sus bóxers.

Yo: Pensé que no follabas (murmuré mientras veía que se ponía su sudadera grande y suelta exponiendo partes de sus tatuajes).

Bill: (Sonrió sin emoción alguna en sus ojos) Cuando me haces enojar, follo. Pero con amor.

Yo: ¿Acaso existe tal cosa?

Bill: ¿Importa mucho?

Yo: (Envolví una sábana en mi cuerpo y me senté en la cama haciéndole frente) Dime qué quieres, Bill. No quiero pelear… me cansa.

Bill: Si no quieres pelear, entonces deja la mafia.

Yo: ¿Qué?

Bill: Eso, (name).

Yo: Ya hemos hablado esto antes, Bill.

Bill: Y yo no quiero perderte por culpa de unos tipos avariciosos.

Yo: Sé como…

Bill: No lo sabes, entiéndelo de una vez. Conmigo no te resulta hacerte la fuerte, te conozco lo suficiente como para saber que eres frágil dentro de tu carcasa de espía.

Claro, ha leído mi diario y conoce todo por lo que he pasado. Estoy expuesta a él y su cegadora figura desde el día en que cruzamos nuestras primeras palabras. Conocía las manchas y sombras imborrables que cubrían mi alma con colores oscuros y feos, además de la sangre ajena. Y aún así no huía, no me denunciaba, ni llamaba a la policía. Era la primera persona que me aceptaba tal y como era, y que sin embargo me trataba con la delicadeza y amor que nunca recibí. Se sentó a mi lado liberando con sus dedos mis labios de la prisión de mis dientes suavizando su mirada.

Bill: Te amo demasiado (name). Y la verdad es que me espanta la idea de perderte de nuevo. No quiero separarme de la persona que amo, no ahora que la tengo junto a mí.

Yo: Tampoco quiero perderte, Bill. Eres mi único hombre y no quiero que cambies por mí. No cuando por fin puedo ser normal y feliz a tu lado (susurré aún conmocionada por sus profundas palabras).

Se recostó en la cama llevándome con él a su pecho, acariciando ms brazos en un vaivén suave y relajante. Escondí mi rostro en su cuello inhalando su esencia única e indescriptible. Me sentía en el mismísimo cielo sobre el cuerpo de mi ángel de la guarda. Besó mi cabello y enredó sus piernas con las mías. Oía su suave y lenta respiración como si fuera una canción de cuna para mi mente y cuerpo. ¿Qué me hacía este hombre? Manipulaba mi cuerpo como si fuera una simple muñeca, pero eso me gustaba. Quizás en otra vida debió ser un encantador de serpientes.

Bill: No me gusta pelear contigo (susurró arrastrando sus manos a la parte no vendada de mi espalda).

Yo: Hmm…

Bill: Dime qué te hicieron… por favor.

Yo: Bill…

Levanté mi cabeza observando sus ojos dulces como chocolate derretido. Lucía más calmado que hace unos minutos atrás. Deslicé mi mejilla en su barba de días sintiendo el picor de ella, miré sus labios suaves y entreabiertos besándolo con calma disfrutando de cada milímetro de ellos y luego me recosté volviendo a dejar mi cabeza bajo su cuello.

Yo: Me azotaron con una fusta (murmuré atenta a cualquier reacción suya).

Bill: Quiénes (imitó el volumen de mi voz roncamente).

Yo: Lisbeth y la prometida del Pintor. No es necesario que preguntes, Bill.

Bill: Quiero saberlo todo de ti, (name)… ¿Dónde?

Yo: Un antiguo y olvidado edificio federal.

Bill: ¿Cuántos eran?

Yo: Los suficientes como para no poder defenderme.

Bill: ¿Qué pasó con ellas y los demás?

Yo: Todos murieron menos Dina.

Bill: ¿Dina?

Yo: La promet…

Bill: Ok (me interrumpió abrazándome). ¿Te duele?

Yo: No mucho. Lidio con heridas siempre por lo que no duele mucho cuando ya estás acostumbrado.

Bill: Pantera movilizó a todo un equipo con tal de encontrarte, (name).

Yo: Le conviene (dije recordando su exagerado trato hacia mí cada vez que lo veo). Sin mí, deja de ganar trillones de euros anuales. A él le conviene que yo no acepte las ofertas laborales de otras mafias por lo que me paga una suma exagerada con tal de seguir de su lado.

Bill: ¿Cuántos ceros?

Yo: A veces seis y otras veces llegan a ser ocho… por misión.

Bill: Así que mi novia es millonaria (se rió suavemente tomándolo con gracia, en efecto sonreí).

Yo: Si. Pero hay un porcentaje que dono a organizaciones y fundaciones.

Bill: ¿Y por qué no te compraste una mansión?

Yo: Porque en los lugares grandes me siento sola.

Bill: ¿Y qué me dices de tu ropa? No es de diseñador.

Yo: No me interesan las marcas y esas cosas, Bill. Además, si visto como el resto del mundo nadie notaría que interactúan con una espía.

Bill: Es que eres tan… sencilla.

Yo: ¿Acaso necesitas más para vivir?

Bill: Amor.

Yo: Con el tuyo es más que suficiente, mí querido Kaulitz.

Bill: Para mí también, (name). Ahora deberías dormir porque luces muy agotada.

Yo: Lo estoy (murmuré acomodándome en su pecho). Estaba muy preocupada de ti, sólo cuando llegó Gaspard supe que estabas con vida.

Bill: Ahora sabes cómo me siento yo cuando te vas a una misión. Duerme, Invasora.


NARRA BILL

Sus labios hinchados de nuestros besos con sabor a reencuentro y rabias, yacían separados mientras por ellos respiraba suavemente. Sus pestañas formaban una suave sombre bajo sus ojos cerrados y un ligeros rubor tintaba sus mejillas. Tras cantarle una de las canciones de la banda pero en versión cuna, se quedó profundamente dormida a mi lado, cobijada entre las sábanas y sólo con el vendaje como ropa. Salí del cuarto ya vestido y con mucho cuidado para no meter ruido y despertarla.

Abajo, Andy y Tom estaban en la cocina tomando café, y a penas me vieron preguntaron por (name). Sacando una cajetilla de cigarros y el encendedor, les comenté que se había quedado dormida en mi cuarto, ellos asintieron y volvieron a su conversación mientras yo seguía mi camino al patio.

Ahí estaba él, entre las sobras y el silencio de una noche estrellada y calma. Tenía una conversación pendiente con él, esperando que olvidara la tensión al conocernos. (Name) me gusta… no, la amo más que a mi propia vida. Y no puedo dejar de pensar que hay mejores partidos que yo, en especial él. Me senté a su lado en las gradas mirando fijamente cómo la piscina reflejaba la luna en todo su esplendor.

Yo: ¿Quieres un cigarrillo?

Ulliel: Gracias (dijo tomando uno de la cajetilla y el encendedor).

Yo: Perdón por lo de esta tarde, pero yo…

Ulliel: Comprendo. También me pondría así con mi pareja (sonrió entregándome los objetos).

Yo: ¿Pareja?

Ulliel: Si. Es mi hermana.

Yo: ¿¡Hermana!? Oye… eso es incesto puro y…

Ulliel: No estuvimos juntos de por vida. Nos destinaban a matarnos en cada misión.

Yo: Es espía.

Ulliel: Lo era. También renunció.

Yo: Ah…

No indagué más en el asunto. Meterte con tu propia hermana sin importar cuán enfermizo, pervertido e ilegal fuese, debía ser todo un desafío diario. Pensé que era soltero debido a su trabajo basado en la seducción del oponente. Al final, no se ve tan malo como arece, con razón Tom lo considera uno más de nuestros amigos. Eso me dejaba más tranquilo… y culpable.

Ulliel: Nunca imaginé que (name) amaría a alguien famoso como tú.

Yo: Es un peligro (apoyé su opinión recordando la conversación anterior).

Ulliel: La ablandaste, Bill. Hiciste que amara y viviera.

Yo: ¿Te lo dijo ella?

Ulliel: No (sonrió en la oscuridad tras una calada). Lo supe cuando entrenamos en su antigua casa. Irradiaba frustración, rabia, pena y… vida. Verás, la gente como los espías suelen ser las personas más frías y calculadoras del planeta, e centran en órdenes cerradas y viven sólo porque respiran.

Yo: ¿Y tú ya no eres así?

Ulliel: No. Cuando alguien te ama y es capaz de arriesgar su vida por ti, comprendes que tu razonamiento es equivocado y que eres humano. Comprendes que hay emociones incontrolables cuyos nombres no sabías hasta que alguien te lo dice. Eso le pasó a (name). Cambiaste su perspectiva de ver las cosas.

Yo: ¿A qué quieres llegar?

Ulliel: A que la conoces mejor que nadie en este mundo, y que eres el único que la puede herir. Ella se aferró a ser humana gracias a ti, por lo que eres el responsable de sus lágrimas y tristezas.

¿Ése era el motivo por el cual no le gustaba la idea de protegerla? Ya la había lastimado antes, cuando Lisbeth me dijo que era un espía, y ahora Gasard acababa de confirmarlo siendo el mejor testigo presencial de ese periodo en el que no estuve con ella.

Ulliel: Cuídala mucho, Bill. Sé su amigo, guía,  compañero y novio. Ella no necesita nada más.
Yo: No me deja cuidarla cuando quiero (farfullé recordando nuestra pelea).

Ulliel: Entonces no le hagas caso cuando te dice que puede hacer las cosas ella sola.

Yo: ¿Para qué? ¿Para que me mande a la mierda?

Ulliel: (Se carcajeó a sus anchas y yo sonreí al notar que no era tan serio como parecía) ¿Enserio? ¿Tan pronto te mando a  la mierda?

Yo: Ambos somos llevados a nuestras ideas.

Ulliel: ¡Vaya! Pensé que era el único que pasaba por eso (sonrió aún más y yo le imité).

Yo: ¿Qué? ¿Tú también?

Ulliel: Es que las mujeres son tercas como mulas. A veces les das en el gusto y no se conforman o se enojan… ¡son tan raras!

Gaspard no era tan arrogante, egocéntrico y narcisista como creí, ahora conocía su lado más humano. Era como cualquier tipo. Me contó la historia de su agresiva infancia y de lo mucho que evitó enfrentarse a su hermana cuando ambos eran espías. Ahora entendía que todos los que trabajaban para las mafias se ven afectados por infancias interrumpidas y sin alegrías y juegos. (Name) por suerte, alcanzó a disfrutar lo suficiente de su familia como para mantener aún recuerdos rosas de sus padres.

Cuando volví a mi cuarto, (name) seguía dormida entre las sábanas tal y como la había dejado antes de retomar mi asunto pendiente con Ulliel. Me recosté a su lado y ella inmediatamente se abrazó a mi cuerpo compartiendo su calor suave con mi piel fría.


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Hallo Gurls!... THE END IS NEAR ;)