NARRAS TÚ
Yo: ¿Cómo sabías que estaba ahí?
Gaspard: Los hackers de la mafia
estadounidense de Pantera se filtraron en los servicios de seguridad del
perímetro de tu departamento y te siguieron hasta darme la ubicación exacta.
Yo: ¿Todo eso en menos de un día?
Gaspard: Pantera insistió en
encontrarte porque no sabía qué mafia estaba tras esto.
Yo: Bueno, nunca hubo una mafia.
Fue Lisbeth y la prometida del Pintor.
Gaspard: ¿Su prometida? Se nota
que eran tal para cual.
Yo: Él… la escondía de la mafia
para que no viera un mundo lleno de tratos oscuros e ilegales.
No esperaba un final así para
Dina y Lisbeth; una murió y la otra siguió con la duda de quién asesinó a su
esposo. No le diré que fue Erik si me la encuentro en un futuro, pues prefiero
que ella investigue antes que delatar a mi mentor. Sentía mis brazos
agarrotados, mis muñecas tiesas al igual que mis pulgares, y mi espalda dolía y
picaba. Por suerte me encontraba recostada en los asientos traseros de la
camioneta dorada que trajo para venir en mi rescate.
Yo: ¿Dónde la conseguiste?
Gaspard: ¿Conseguir qué?
Yo: La camioneta.
Gaspard: La arrendé por el día.
Yo: ¿En el aeropuerto?
Gaspard: Sí.
Yo: ¿Te vas hoy?
Gaspard: ¿Quieres que me quede?
Yo: Sí. Hace tiempo que no te
veo.
Gaspard: No creo que tu novio
quiera que me quede.
Bill. Sigo viva gracias a él.
Pudo actuar con un ataque de histeria y no escuchar atentamente cada
instrucción que le daba, sin embargo hizo lo posible para conservar la calma en
todo momento. Esperaba verlo sano y sin ninguna bala o herida en su cuerpo.
Quería verlo y contarle que estoy bien… pero primero debía prometerle que nunca
más lo pondría en peligro. Vi por las ventanas, letreros que me indicaban estar
en el centro, en el camino equivocado o…
Yo: La casa de los Kaulitz está
en la dirección contraria (avisé cuando frenó ante un semáforo).
Gaspard: Bueno, después llamaré a
Andre para que me diga las instrucciones.
Yo: ¿Después?
Gaspard: Sí.
Yo: ¿Dónde vamos?
Gaspard: A un hospital.
Yo: No puedo (me horroricé con
sólo pensar en dar mis datos o ser interrogada por la policía luego de que se
percataran de que algo iba mal conmigo).
Gaspard: ¡Hey! Tampoco es para
que entres en pánico. He estado antes en Los Ángeles y tengo mis contactos
médicos ¿vale?
Yo: ¿Sabes lo que haces? ¡Me
llevas a un puto hospital!
Gaspard: ¡Que no es cualquier
hospital (name)!
Yo: ¿Entonces…?
Gaspard: Es uno ilegal.
Yo: ¿¡Ilegal!?… Gaspard, no quiero
ir a…
Gaspard: Es uno donde atienden a
quienes no quieren ser identificados. Al principio se usaba para narcotraficantes y prostitutas,
pero ahora va todo tipo de personas.
Yo: ¿Es territorio neutro?
Gaspard: Sí.
Yo: Debiste partir diciéndome eso
primero.
Gaspard: Si no fueras tan
histérica y chillona te lo habría explicado.
Yo: No soy chillona.
Al llegar a un barrio casi
desierto y sin mucha iluminación, Gaspard me dijo que eran terrenos peligrosos
debido a la vigilancia nocturna de bandas callejeras. Nunca pasó por mi mente
que L.A. siendo una ciudad llena de glamour y fama, tendría este lado lleno de
peligro. Ulliel me ayudó a bajar con mucho cuidado para no rozar demasiado la
tela en mi espalda y tomó mi brazo para dirigirnos hacia los callejones que se
abrían ante nosotros. No volaba ni una mosca por el lugar, sólo nuestros pasos
eran oídos junto con los de las ratas que paseaban por las orillas de las
paredes. Doblamos y cruzamos unas calles más hasta que vi un letrero gigante
con una cruz roja en fondo blanco. No se veía grande el lugar, sino que era lo
suficientemente pequeño como para pertenecer a una casa antigua. Alrededor de
ella, podíamos ver las primeras señales de vida.
Yo: ¿Un hospital?
Gaspard: Ni la policía llega
hasta acá. Todos saben que es territorio pacífico, que nadie en un sano juicio
debe acercarse con armas y que no es obligatorio decir nombre o dar direcciones
y números.
Yo: ¿Y si lo haces?
Gaspard: El hospital no se hace
responsable de lo que pase después. Es la ley de estos barrios.
Yo: Ok. Entiendo.
No obstante, Gaspard presentó una
credencial ante la recepcionista del hospital y ésta nos dirigió hacia un
segundo piso lleno de personas corriendo y otras esperando ser atendidas. Nos
guió a un pequeño cuarto con una camilla, una silla y un estante con
medicamentos. Esperamos a no sé quién mientras Gaspard me ayudaba a desnudarme
de la cintura para arriba. Con la sangre sobre mi espalda, el vendaje
improvisado de Ulliel tendió a pegarse e inevitablemente chillé un poco cuando
lo despegó.
Xxx: ¡Jesús! La persona que te
hizo esto se desquitó contigo.
Observé sobre mi hombro a un tipo
que no superaba los cuarenta años y que parecía modelo de revista de salud. Era
realmente atractivo, pero no me interesaba algo con él teniendo a Bill y unas
heridas que curar en mi espalda. Saludó amistosamente a Gaspard palmeando su
espalda y luego Ulliel le contó lo sucedido resumiendo que dos mujeres
despechadas me culparon de sus desgracias.
Gaspard: ¡Ah! Él es el doctor
Nicholas Russell, uno de los mejores y más confidenciales socios que he tenido
a oportunidad de conocer.
Russell: Un gusto, (name). Creo
que no cualquier médico puede presumir que atenderá a la mismísima Invasora.
¡Ah! Y llámame Russell o Nick, como quieras (murmuró mi apodo y nombre para
proteger mi identidad).
Yo: Gusto en conocerte, Nick.
¡Vaya! Pensé que mi visita al
hospital sería peor o con un médico demoníaco que llamaría a la policía. ¿Eran
los efectos alucinógenos del dolor o realmente este doctor era atractivo?
¡Tengo veinte y ya me gustan los mayores! Bueno, Bill es mayor que yo por unos
años si lo pienso razonablemente ¡Por Dios, (name)! Concéntrate de una vez.
Nick: Por suerte hoy no hay
tantos pacientes así que podré dedicarme sin interrupciones a sanar tu espalda.
Yo: ¿Cuánto demorarás?
Nick: No calculo tiempos, pero te
aseguro que será más de una hora.
Yo: ¿Me darás algo de anestesia?
Nick: Te daré la mitad de una
pastilla para dormir ya que no sabemos si eres alérgica a la anestesia.
Yo: ¿Cuánto dormiré? (me ofreció
la mitad recién dicha con un vaso de agua y tragué el medicamento).
Nick: Lo suficiente que demoraré
yo y lo suficiente para que descanses.
Gaspard: ¡En ese caso me tomaré
la otra mitad yo!
Nick: Tú me ayudarás, Gaspard. No
quiero que las demás enfermeras sepan de ella.
Yo: ¿Acaso soy conocida?
Nick: Eres como un mito callejero.
Gaspard: ¿Dónde están los guantes
quirúrgicos?
Nick. En el estante.
Gaspard: Ok.
Yo: ¿Y qué dicen de mí?
Nick: Unos que estás muerta,
otros que eres una mujer biónica, y hasta dicen que eres una asesina
sanguinaria o un especie de fantasma.
Yo: Guau (murmuré sintiendo los
efectos del sedante).
Me dejé azotar por un crimen que
no cometí, ¿era correcto hacerlo? Dejar que los demás descarguen sus penas y
rabias en mí como un saco de boxeo, ¿era buena en eso? O simplemente lo merecía
por todas esas personas que he matado. Lisbeth tuvo razón, el Karma y el
destino dijeron que debía estar en ese horrible lugar. Las cosas pasar por algo
y…
NARRA BILL
Andy: ¡Tengo a alguien al
teléfono! (avisó entrando al jardín).
Era espantosamente temprano,
demasiado para mi gusto y el de Tom. Nos considerábamos “aves nocturnas” ya que
odiábamos amanecer antes del mediodía. Pero ahora, nadie ha dormido lo
suficiente con tanta preocupación. Incluso olvidé que la próxima semana era
nuestro cumpleaños, mío y de Tom. Cumplíamos 23 años y vendrían unos amigos de
Alemania y L.A. a celebrarlo con nosotros, incluyendo nuestros padres. Sería mi
primer cumpleaños con (name), lo que lo hacía aún más emocionante. Ahora,
rogaba a quien manejaba el destino que mi extra conocida estuviera viva. Andrea
se aproximó a nosotros con el teléfono inalámbrico en la mano y siendo
olfateada por nuestros perros.
Tom: ¿Quién es?
Andy: Gaspard. Ulliel. Lo pondré
en altavoz (presionó el botón azul y volvió a hablar). ¿Aló, Gaspard? ¿Me
escuchas?
Ulliel: Si, si… no es necesario que me grites.
Andy: Ok.
Tom: Gaspard, soy Tom.
Ulliel: ¡Hola! Tiempo sin vernos, eh.
Tom: Ajá, oye… ¿hay nuevas?
Ulliel: Demasiadas.
Andy: ¿Buenas o malas?
Ulliel: Ambas.
Tom: ¿Dónde estás?
Ulliel: No te lo puedo decir.
Tom: Di las malas.
Ulliel: Bien, es una lista.
Andy: Sólo dilas, ¿vales?
Ulliel: Bueno, se desquitaron demasiado con ella.
Andy: ¿De uno a diez?
Ulliel: Ocho, casi nueve. Lisbeth estaba tras esto junto con una joven
de luto.
Tom: ¿Algo que agregar?
Ulliel: Bueno, las buenas son que ella está descansando y que ya
controlamos las heridas. Creo que despertará dentro de unas 3 horas y algo.
¡Ah! Y Lisbeth ya no existe.
Andy: ¿¡Qué!? La mat…
Ulliel: Era el monumento a la molestia, ¿saben? Además, ya no estaba en
su sana razón.
Tom: Ok. Cuando (name) despierte
será mejor que vengan y se pongan cómodos acá, eh. Hace tiempo que no nos vemos
y…
Ulliel: ¿Ok! Me pasaré por allá aprovechando que (name) no puede
manejar, pero… ¿no me odiará Bill por irrumpir en su casa con ella?
Tom-Andy: (Ambos me miraron
advirtiendo que Ulliel vendría sí o sí) Nooo… de eso nos ocupamos nosotros.
Ulliel: Ok, estamos hablando.
Cortó y ambos me vieron como si
fuera el culpable de un crimen. Me encogí de hombros acariciando a uno de
nuestros perros e ignorando que esperaban una respuesta de mi parte. Sé que
Gaspard no tuvo nada con (name), por eso no me afecta que estén juntos. Sólo me
importaba que mi Invasora estuviera bien y que nada grave le hubiese pasado.
Andy: No puedes ignorar a Ulliel
por siempre, Bill.
Yo: ¿Acaso lo hago?
Andy: No hablaste nada recién.
Yo: Ustedes preguntaron lo que yo
quería saber, Andrea.
Andy: Sí, pero no…
Tom: El caso es que Gaspard
vendrá y seguramente querrá hablar contigo.
Yo: Ok.
Tom: Y le debes demasiado porque
fue él quien se encargó de cuidar a (name) cuando tú no estabas.
Yo: Y lo sigue haciendo (murmuré
dando por concluido que él era mejor partido que yo).
Andy: Bill… él es espía y sabe
cómo controlar situaciones armadas y peligrosas.
Yo: Gracias (dije con sarcasmo
amargo), ya sé que soy un simple músico.
Tom: No te pongas idiota, Bill.
Lo que Andrea quiere decir es que a (name) no le interesa Gaspar porque es como
ella. Un espía que mata gente o… bueno, lo que ellos hacen ¿vale? En cambio, tú
eres su cable a Tierra porque la haces sentir normal, humana. ¿Ahora entiendes?
Asentí desganado. Entendía cada
palabra que me decía Tom pero realmente necesitaba hablar con ella, con (name).
Estaba celoso, porque él estaba con ella y yo no, él la ayuda y yo… no. Me
sentía un completo perdedor. ¿Qué vio ella en mí que no viera en Gaspard?
¡Jesús! La necesitaba en estos
momentos, necesitaba sentirla y ver su encantadora sonrisa además de su mirada
en la mía. La necesitaba para sentirme seguro y completo. ¿Podría soporta tres
horas más sin verla, o quizás cinco? Sólo conocía una distracción posible. Mi
banda. La música.
Yo: Iré al estudio. Todavía nos
quedan cinco temas por arreglar.
Tom: (Me miró y captó mis
intenciones distractoras) Ok, ¿Andy?
Andy: Dime.
Tom: ¿Nos acompañas o te quedas?
Andy: Iré a buscar un poco de
ropa para (Name) y luego volveré para cuando ellos lleguen.
Tom: Vale. Ya sabes que puedes
usar mi auto si no tienes la suficiente bencina.
Andy: No te preocupes, Tom. Aún me
queda lo suficiente.
Tom: Bien, entonces nos vemos (la
besó y envolvió en sus brazos por un instante).
Andy: Cuídense e inspírense para
crear buenas canciones, eh.
Yo: Y tú llama si sabes algo
nuevo de…
Andy: Lo sé, señor enamorado. Te
aviso si vuelve, si respira y pestañea (sonrió blanqueando los ojos). Parece
que la locura por el amor e genético en la familia Kaulitz.
Tom: ¿Qué comes que adivinas,
nena? (se rió tirándole un mechón de pelo).
Andy: Tom al coñac con hierbas
secas.
Tom: Hm… debe saber a porno.
Yo: ¡Toooom! (me reí viendo la
expresión de caliente de mi gemelo).
Mejor vámonos o esto de pondrá más guarro de lo normal.
NARRAS TÚ
Una criatura pequeña de pestañas
espesas y grandes ojos café tomaba mi mano indicándome un columpio colorido en
un parque vacío. No sabía si era niño o niña o un duende… no sé, me refiero a
algo creado por mi imaginación. Supe que quería que lo empujase para que
comenzara a mecerse suavemente sin que me dijera palabra o seña alguna. Lo
hice, y me maravillé al oír su sonrisa alegre y llena de emoción cuando vía el
cielo tan cerca y estiraba sus piernitas como queriendo alcanzar las nubes.
Xxx: (Name)…
No. Aún era muy pronto para irnos,
comenzaba a divertirme viendo a esta hermosa criatura riendo frente a mí
mientras se elevaba y mostraba sus pequeños dientes blancos al reir. No quería
alejarme, no que se acabara nuestro juego de alegrías y risas.
Xxx: ¡(Name)!
De repente el niño desapareció no
sin antes verme por última vez con una sonrisa en mi rostro. Abrí los ojos
sintiéndome cegada por la luz proveniente de una ventana polvorienta a medio
abrir. Tenía sed y sentía mi corazón agitado como si hubiese corrido una
maratón. ¿Qué fue todo eso? ¡Dios! Ese debió ser el sueño más raro en noches.
Observé al doctor frente a mí sonriéndome.
Yo: ¿Qué hora es?
Nick: La hora de examinarte.
Yo: Me siento bien (y no mentía,
me sentía renovada y sedienta).
Nick: Muy lista. Debo cambiar tu
vendaje y verificar que todo esté en orden.
Yo: ¿Cuánto le pagan? (dije
sentándome con cuidado al sentir mi espalda tirante).
Nick: (Levantó una ceja divertido
con mi repentino entusiasmo al despertar preguntona) Es información confidencial.
Yo: Tengo hackers a mi
disposición, Doc.
Nick: Típico de espías.
Yo: ¿A sí?
Nick: Me pagan lo suficiente como
para vivir.
Yo: ¿Mucho o poco?
Nick: Ya te dije, lo suficiente.
En eso llegó Gaspard portando un
café exprés en su mano y en la otra, una prenda de color gastada. Nick me
examinó tanto el pulso, los pulmones, la temperatura, y las heridas
aprovechando de cambiar el vendaje por uno sin rastros de sangre además de
desinfectar de nuevo. A juzgar por las ojeras oscuras y el cabello despeinado,
Ulliel no durmió nada, de hecho era comprensible que usara café para permanecer
lúcido por un tiempo más.
Yo: ¿Estás bien? (le pregunté
cuando Nick terminó de vendar mi torso y espalda).
Gasaprd: Algo irritable. Levo veintiséis
horas sin dormir (su voz pastosa lo decía todo).
Yo: Si quieres, puedo manejar yo.
Gaspard: No sabes el camino de
vuelta.
Yo: Indícame cómo regresar al
centro y de ahí yo me ubico.
Gaspard: Ok.
Yo: ¿Puedo manejar, Nick?
Nick (No es recomendable (dijo
haciendo una mueca de desagrado).
Yo: Pero…
Nick: Hagamos un trato.
Gaspard: Acepto a ciegas (dijo
levantando su café).
Yo: Ni lo has escuchado.
Gaspard: Lo conozco.
Yo: Aún así…
Nick. Yo los llevaré en mi auto y
de paso compramos el desayuno en alguna parte. Y quedan todos felices ¿vale?
Yo: Gaspard arrendó un auto en el
aeropuerto.
Garpard: Pues te mentí.
Yo: ¿Qué?
Gaspard: Lo robé y ya. El tipo
estaba viendo la televisión y hablando por teléfono así que lo tomé prestado.
Podemos dejarlo acá y luego la policía vendrá por él.
Yo: Acá la policía no es igual a
la de Rusia, Ulliel.
Gaspard: Lo sé. No te preocupes,
es territorio neutro no pasará nada.
Yo: Si tu insistes (me encogí de
hombros)… ¿por qué no han desayunado?
Nick: Las mañanas son intensas en
el hospital y Gaspard me ayudó con los pacientes.
Yo: ¿¡Tú!?
Gaspard: Oye, sé más de medicina
de lo que tú en tu vida.
Yo: ¿Cómo aprendiste?
Gaspard: He tomado demasiadas
clases universitarias.
Yo: ¿Te filtras?
Nick: Ahí nos conocimos y luego
nos encontramos en los barrios bajos de Alemania cuando hacía la práctica.
Gaspard: Una gran historia de
amor (sonrió o hizo el intento).
Yo: ¿Qué hora es?
Gaspard: Doce del mediodía.
Yo: ¿Tanto dormí?
Nick: Normal. Hay pacientes que
duermen días completos (tomó la prenda de la mano de Gaspard y me la puso con
sumo cuidado, era un camiseta gigante de color celeste). ¿No encontraste una
más chica?
Gaspard: Lo demás olía a
naftalina.
Yo: ¿De dónde es?
Gaspard: De Gucci.
Yo: Ja-Ja.
Nick: Tenemos una reserva con
prendas usadas de algodón y esterilizadas para los que terminan con sus ropas
hechas trizas.
Yo: Ah…
Nick: Cambia el vendaje tres o
cuatro veces al día si es necesario, y trata de no moverte demasiado para que
los puntos de se abran ¿ok?
Yo: Sí, Doc.
Nick: En dos semanas más puedes
venir para quitarte los puntos y examinar el progreso de la regeneración de tu
piel. Y si no estás en California o en el perímetro, Gaspard te puede ayudar.
Me ayudaron a pararme con cuidado
y ahí fue cuando sentí los dolores provenientes de mi espalda. No había visto
las heridas ni las quería ver, sólo aceptaría el dolor de ellas. La camioneta
de Nick me recordaba a los granjeros que se ven en las películas; toda oxidada,
con rayones y pintura descascarada. Claro, seguramente le servía para trasladar
enfermos y pasearse con seguridad por los barrios bajos. Subimos a ella (al
menos la cabina era grande y los neumáticos nuevos) y al quinto contacto con la
llave partió gruñendo y luego de unos kilómetros se volvió silenciosa.
Ya en el centro, paramos por
café, rosquillas y pasteles con tal de calmar el hambre de quienes no durmieron
por demasiadas horas. Los hombres comían más, pero estos devoraron todo. Cuando
estuvieron saciados, Ulliel me contó la historia de su amistad con Nick, y éste
me contó anécdotas médicas bizarras. No sé cuánto tiempo perdimos comiendo y
charlando. ¿Qué tenían en común dos espías (uno retirado) y un doctor? Pues
nada. Unos herían, el otro sanaba. Ellos eran malos y Nick el bueno. Somos
polos opuestos pero ¿acaso no es lo mismo con Bill? ¿Un cantante se parece a un
espía? No, en nada.
A eso de las cuatro de la tarde,
nos encontrábamos frente a la asa de los
Kaulitz no sabiendo si tocar el timbre o no. Por suerte la camioneta de Nick no
se desmanteló por el camino en ningún momento. Como agradecimiento le enviaría
una camioneta nueva para sus servicios médicos a terreno.
Nick: Recuerda lo del vendaje,
(name). Y si presentas alguna infección llámame o habla con Gaspard.
Yo: Lo haré, Doc.
Nick: Eso espero porque los
espías sueles olvidarse de ellos mismos.
Yo: Teneos chucherías en la
cabeza, Nick.
Nick: Normal (sonrió pasándome
una bolsa de papel). Dentro están los remedios que debes tomar y las
indicaciones de los horarios.
Yo: Ok.
Gaspard: ¿Necesitas más ayuda en
el hospital?
Nick: Estoy bien, hombre. Las
enfermeras tienen sobrepeso así que las haré correr por los box a penas llegue.
Gaspard: Sabes que me puedes
llamar.
Nick: Tatuaré tu teléfono en mi
nalga si lo deseas.
Gaspard: Será un lindo
recordatorio cada vez que cagues… ¡Ah! Por suerte, (name), tu tatuaje quedó
intacto.
Yo: ¡Wow! Ni me acordaba de él.
Nick: Trata de usar siempre
cremas regeneradores, ése es mi último consejo.
Yo: Gracias por todo, doc. Creo
que estoy en deuda contigo.
Nick: No hay de qué, (name). Amo
mi trabajo y planeo hacerlo por el resto de mis días.
Nos despedimos de Nick, y Gaspard
llamó a Andrea para avisarle que estábamos frente al gran portón lleno de
cámaras de seguridad. A penas nos abrió me estrechó demasiado fuerte y Gaspard
nos separó por el bien de mi espalda cuyo dolor aumentó, a regañadientes se
alejó y nos dejó entrar a la casa. Ulliel quedó totalmente impresionado con la
magnitud mientras Andrea hacía todo tipo de preguntas sobre lo que pasó tras lo
que Bill le dijo, y claro, Uranio fue quien le contó todo con lujo de detalles
mientras yo subía a por mi novio.
Andy: ¡Ah! No están, (name).
Fueron al estudio.
Yo: Oh… ¿cómo estaba Bill?
Andy: Preocupadísimo pero por
suerte Tom lo calmaba. Te juro que no dormimos nada así que puede que vuelva un
poco gruñón.
Gaspard: No podía llamarte a cada
rato, Andrea. Estaba ayudando al doctor que nos atendió.
Andy: ¿Sabes de medicina?
Gaspard: Nunca la he estudiado,
pero solía colarme en las universidades por unas semanas.
Andy: ¿Jamás de pillaron?
Gaspard: Jamás. De hecho…
Bien, ellos seguirían conversando
mientras yo me daba un baño y trataba de matar las horas sin Bill. Lo amaba
tanto que no quería ni recordar su expresión al preguntarme si había matado a
alguien. Me sentía indigna y sucia porque él me vio en la faceta de espía.
Temía alejarlo o asustarlo con lo que hacía, sin embargo, luego de este ataque
sorpresa, nada me aseguraba que todo haya terminado… Quizás lo mejor sería
alejarme de Bill para evitar poner su vida en riesgo nuevamente.